jueves, 29 de mayo de 2014

Sangrantes paradojas fiscales

Hay ocasiones en las que la coincidencia de noticias alrededor de un mismo tema permite analizar en conjunto aspectos que de otra forma, corren el riesgo de pasarse por alto o, aisladamente, no se les da la relevancia que tienen.
Eso está pasando estos días con algunas novedades de la actualidad informativa que, cocinadas juntas en la misma olla (permitidme el símil culinario) producen un guiso absolutamente diferente de si se cocinaran aisladamente. Vayamos por partes con los ingredientes:

1.- El Fondo Monetario Internacional, con la sensibilidad que caracteriza sus opiniones, ha proclamado que en la castigada España (donde "las cosas se están haciendo bien", menos mal) lo que conviene es apretarse aún más el cinturón y subir los impuestos indirectos, o sea, el IVA, a la vez que se procede a rebajar los costes sociales para las empresas con el loable objetivo, eso sí, de crear empleo, imprescindible para empezar a salir de la crisis.

2.- Según datos oficiales de la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística, publicada el mismo día que las recomendaciones del FMI (y que puede leerse clicando aquí), aumentan nimiedades estadísticas (como si detrás de un número no existieran personas) como el número de familias que no pueden llegar a final de mes (17%), que reconocen retrasos en el pago de servicios mínimos (9%), que no pueden afrontar gastos imprevistos (41%), las monoparentales por debajo del límite de pobreza (38%) o que están en riesgo de exclusión social (27%), constatando, además, que los ingresos estadísticos  medios por hogar han bajado casi un 10% respecto del año 2008, inicio de la crisis.

Primera conclusión apresurada: los técnicos del FMI, y los gobiernos que les siguen sin más, o no saben analizar situaciones en las que los protagonistas a su pesar son personas y no cifras macroeconómicas o son incompetentes en el tratamiento de los problemas reales.Sólo un apunte para argumentarlo: lo que parece deducirse del informe del FMI es que la recaudación de impuestos es deficitaria, ya que se habla de, al menos compensar la bajada por un lado con la subida por el otro, y se decide recomendar subir un impuesto que pagamos. todos. ¿Se han parado a pensar esas mentes preclaras cómo demonios pagará más impuestos alguien que hoy ya no llega a fin de mes? ¿No sería más razonable estudiar cómo aumentar los ingresos en aquel segmento de contribuyentes que, según declaraciones del propio titular de Hacienda, no pagan ya ahora?


3.- Paralelamente, la organización no gubernamental Intermon Oxfam ha divulgado un demoledor informe con el revelador título de "Tanto tienes ¿tanto pagas?" (que puede leerse clicando aquí), en el que se  pone de manifiesto la ineficacia del sistema tributario español, en el que las familias aportan el 90 % del total recaudado y del 10 % restante, correspondiente a empresa, sólo el 2 % (!!) lo aportan las grandes compañías. Llama la atención del hecho de que, antes del inicio de la crisis, la aportación de los impuestos pagados por las empresas era superior al 20 % del total, más del doble que ahora. Tampoco queda muy bien parado el legislador tributario que permite, con la que está cayendo, que las grandes fortunas tributen a un ridículo 1 % en base al establecimiento de SICAV o instrumentos financieros similares.
Lo que ya es lacerante es que, según datos del informe, los mayores volúmenes de fraude fiscal se dan, precisamente, en sociedades y grandes fortunas. Sin comentarios. Recomiendo leer el informe para que cada uno saque sus conclusiones.

y 4.- Siempre se nos dice por los portavoces autorizados que es complejo el estudio, y posterior posible acuerdo sobre ellas, de las leyes tributarias, entre otras cosas por el enfrentamiento de carácter ideológico que suele concitarse. Y con ese argumento, se eterniza el indispensable análisis de la situación legal tributaria actual y las medidas de mejora a proponer.
Admitiendo que eso sea verdad, debería explicarse entonces por qué partidos irreconciliables en otros aspectos no se avienen a incluir en las agendas la lucha contra el fraude fiscal, por ejemplo, y firman sin casi ni debate previo una rebaja en las ganancias del juego del 55 al 10 % para facilitar una determinada inversión, por otra parte cuestionable. Me refiero, claro, al acuerdo CIU-PSC ¡y PP! de hoy mismo sobre BCN World, complejo lúdico, residencial y de casinos de juego.

Conclusión final: sin comentarios



martes, 27 de mayo de 2014

Pero falta puño de hierro



A raíz de la entrada de ayer mismo en este blog en la que se comentaba la sanción que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha impuesto al banco Credit Suisse, se ha originado un cruce de comentarios entre los lectores que orbitan alrededor de dos puntos principalmente:
- ¿Podría suceder algo así en España?
- ¿Existen indicadores previos que permitan anticiparse?

Con respecto a la primera hemos de recordar que nuestro país no ha sido (no es) en este aspecto una Arcadia libre de episodios oscuros en el ámbito financiero; lo que sí es clamorosamente diferente son sus consecuencias, ya que hasta ahora se ha optado por la sordina, el echar tierra encima y dejar pasar el tiempo no sabe si con la intención de que se crea que aquí "nunca pasa nada".
Así, escándalos como Sofico, Fidecaya, Gescartera, Fórum Filatélico y otros no tan sonados parecen cosa que consta en los anales oficiales pero que no tuvieron ninguna relevancia. Si exceptuamos alguna sanción administrativa a la banca por incumplimiento en el ámbito muy concreto de la Ley de Prevención de Capitales, no pasa nada.
El único caso similar al de Credit Suisse tuvo lugar con Privanza, una filial del BBVA en la isla de Jersey (paraíso fiscal), en la que se facilitaba a los clientes un "Manual de Productos Financieros" que era una guía para eludir la tributación. El caso, apasionante por lo oscuro, tenía que ver con una trama surgida por la incorporación de la "A" del "BBVA" y acabó como el rosario de la Aurora entre soflamas contra el fiscal anticorrupción que llevó el caso por parte de una emisora que anunciaba publicitariamente su libertad.
O sea, que, en definitiva, también pasan cosas en España, aunque con resultado muy diferente
Vista de la isla de Jersey

Con respecto a los indicadores previos. son difíciles de establecer, si bien, desde el momento en que se certifica que se dan trazos actitudinales comunes entre los evasores, las autoridades (y la banca) podrían estudiar el desarrollo e implantación de un protocolo eficaz. Los estudiosos del tema identifican cinco vías casi comunes en los clientes del Credit Suisse y otros, y no es arriesgado pensar que cuando coinciden en un mismo cliente dos o más debería saltar una señal de alerta.

a) Declaración de impuestos positiva
La cantidad de dinero a pagar al fisco es la que figura en la declaración, de forma que si en determinados niveles aparece como negativa, se dispara la inspección automática (que, por supuesto, no conviene al declarante) luego el primer paso de toda evasión es declarar que se paga a Hacienda, aunque, en palabras de un experto, “por un lado la persona declara menos de lo que gana. Por la otra, esconde la diferencia, de manera que las autoridades no puedan rastrearla, y para hacerlo tienen una red profesional muy bien engrasada que se ha convertido en una parte estructural del actual sistema financiero".

b) Registrar empresas en refugios financieros o paraísos fiscales
En su estudio “The price of offshore revisited” (Algo así como "El precio real de los refugios financieros”) el profesor de la Universidad de Columbia y asesor de la organización TaxJusticeNetwork, James Henry calcula que hay cuando menos unos 21 billones (europeos, es decir, millones de millones) de dólares USA en estos refugios, suma equivalente al PIB conjunto de Estados Unidos y Japón, es decir, de la primera y tercera economías mundiales.
Desde los años 70 del siglo pasado el mundo se ha ido poblando de estos refugios y hay casos como las Islas Caimán, que tienen 85 mil compañías registradas: más compañías que población (se dice que un solo edificio, el Ugland, es sede de 18.000 firmas), o las Bahamas, que con poco más de 300.000 habitantes, tienen 113.000 compañías: una por cada tres habitantes... o el.estado americano de Delaware, que cuenta con una población de 917.000 personas y 945.000 compañías.
El mecanismo de desviar ganancias a través de compañías abiertas en estos territorios se ha convertido en un clásico de la evasión y así salen cada día noticias que afectan particularmente a astros del deporte, leyendas del espectáculo, etc. .


c) Uso de testaferros

Una manera de ocultar rastros es nombrar a un testaferro que actúa como presunto propietario del bien o compañía aunque el uso de testaferros puede ser legítimo (por ejemplo para no atraer la atención sobre operaciones legales que realice un personaje conocido) mientras esté debidamente informado a las autoridades
Un escollo en este punto es que no es necesario que la compañía creada y el testaferro operen desde el refugio fiscal; pueden actuar en el mismo país donde tributa el titular real en cuestión.
Una variante de esta situación es el fideicomiso o Trust, un antiguo instrumento legal inglés, en el que el dueño de un bien cede el control de ese bien –sea una empresa, un cuadro o un palacio– a alguien para que lo administre en beneficio de un tercero, en el bien entendido de que "los beneficiarios de esta cesión se pueden multiplicar hasta el infinito. Puede ser la esposa, los hijos, tíos, primos, etc. Por las reglas internas impositivas en algunos países, estos fideicomisos pueden enviar del extranjero parte de este dinero sin pagar impuestos”.Esto facilita el movimiento de grandes masas de dinero que con frecuencia atraviesan una compleja red de fideicomisos, firmas fantasmas y testaferros que logran el principal objetivo del evasor: borrar el rastro.

d) Fijar residencia en otro país
Los países con bajos impuestos suelen ser los favoritos de músicos, artistas y deportistas, y desde Mick Jagger a Montserrat Caballé, pasando por Gerard Depardieu o Boris Becker (por dejar constancia de que es una tendencia de carácter universal), se pone de manifiesto que “una persona puede elegir el país que quiera para vivir. Si decide irse a un país para pagar menos impuestos es su derecho. Lo que es ilegal es decir que vive en un país para pagar menos impuestos cuando en realidad vive en otro con una carga impositiva más alta”.

e) Aprovechar vacíos legales
La red de asesores y especialistas que rodean a los millonarios son expertos en encontrar vacíos legales de los sistemas impositivos, de forma que en muchos casos se logra que no se trate de evasión fiscal sino de elusión fiscal, un mecanismo perfectamente legal: todos tenemos derecho a pagar menos impuestos siempre que lo hagamos dentro de la ley.
Las exenciones y deducciones impositivas que ponen en práctica los gobiernos para estimular las economías, o donaciones a organizaciones caritativas suelen ofrecer excelentes oportunidades.

La realidad
Volviendo a analizar en toda su crudeza el tema que comentábamos ayer, la multa a Credit Suisse ha sido presentada como un gran triunfo del fisco estadounidense y hasta como el fin de la era del secreto bancario suizo, uno de los pilares de todo este sistema.
Sin embargo, según el citado James Henry, el acuerdo alcanzado es, en realidad, un gran triunfo del banco.
“El Credit Suisse no fue obligado a revelar el nombre de ninguno de los evasores, con lo que el secreto bancario quedó intacto. Nadie en la estructura directiva del banco tiene que renunciar, no han perdido la licencia para operar en Estados Unidos. Si quiere más pruebas de que ganó el banco, su valor bursátil aumentó en un 1,5% tras la noticia. El negocio sigue intacto y simplemente el gran desafío ahora para este banco y el actual sistema financiero internacional es conquistar China y el conjunto de Asia”


 

lunes, 26 de mayo de 2014

...con guantes de seda.



Hay que reconocer que la anestesia subliminal, funciona: estos días, mareados por un lado entre los dimes y diretes (a cuál más extemporáneo) de candidatos a la vida muelle, digo.... a un escaño en el Parlamento Europeo y, por otro lado, todo lo que ha rodeado el antes, el durante y el después de un partido de fútbol de cuyo resultado dependían, al parecer, el final de los recortes, la recuperación de la sanidad pública, la creación efectiva de empleo y otras cosillas así sin importancia, hay cosas que han pasado a un segundo plano por no decir que han pasado totalmente desapercibidas. 

Una de ellas tiene que ver con la voluntad, o al menos, el deseo, de intentar atajar la connivencia (que existe) entre algunas entidades financieras y aquellos de sus clientes que les piden ayuda y/o consejo con el fin de eludir su obligación de contribuir al erario en la parte que les toca y asumir así su responsabilidad en la lucha común contra los dramáticos efectos de la crisis. 
Hay que hacer notar que la "llamada al orden", en este caso una vez más, la ha efectuado el Departamento de Justicia de Estados Unidos, en una nueva demostración de que allí se toman en serio lo de la lucha contra el fraude y similares, y no la convierten ni en arma arrojadiza entre partidos ni en promesa electoral que nunca se cumple.

La noticia en cuestión es que el citado Departamento de Justicia de Estados Unidos ha impuesto al banco Credit Suisse una multa de 2.600 millones de dólares USA (unos 1.900 milloncejos de euros) por ayudar a ciudadanos estadounidenses a evadir impuestos, lo que, dicho sea de paso, ha dejado al descubierto la compleja trama de abogados, banqueros, asesores financieros y titulares de cuentas secretas que engrasa la maquinaria del delito fiscal a nivel global y del que se benefician empresarios, deportistas, músicos, actores, "gurus de las finanzas"y, en definitiva, toda una élite mundial que elude por todos los medios posibles el cumplimiento de sus obligaciones impositivas. Más allá de nombres conocidos o no, lo realmente importante es pensar que se estima que el monto total de la evasión fiscal equivale a cinco veces el tamaño de la economía global y es, además, un factor de peso creciente en la creciente desigualdad mundial.

Baste decir que, según informaciones fiables, las 91.000 personas más ricas del planeta controlan una tercera parte de la riqueza mundial (y dan cuenta de la mitad de los depósitos en paraísos o refugios fiscales) y unas 8,4 millones de personas –un 0,14% de la población mundial– tiene el 51% de la riqueza. La evasión fiscal, por supuesto, no hace más que profundizar esta brecha.
Oficina de Credit Suisse en New York

Lo delicado de la situación es que el Departamento de Justicia ha logrado que la entidad se declare culpable de un delito penal de fraude fiscal y que, al admitir su culpabilidad, Credit Suisse se sitúa en una posición comprometida, puesto que ciertas instituciones financieras reguladas, como fondos de pensiones, tiene prohibido por ley hacer negocios con compañías que han cometido delitos penales. Credit Suisse, por lo tanto, ha sufrido un golpe de proporciones históricas que le va a obligar a deshacerse de activos y podría afectar incluso a sus ratios de solvencia.


Por esa razón, el Departamento de Justicia de Estados Unidos, antes de imponer y publicar la sanción, ha negociado con la Reserva Federal y otros reguladores para evitar que la sanción implique la retirada de la licencia de Credit Suisse para operar en la primera economía mundial. De haber sido ése el caso, existiría el riesgo de que se provocara una reacción en cadena que se extendiera a otras instituciones financieras y provocara el pánico generalizado.

Tras Credit Suisse, podrían venir más bancos sometidos a sanciones similares. El caso más evidente es el de BNP Paribas, el mayor banco de Francia, al que Estados Unidos acusa de haber violado las sanciones impuestas por Washington a Irán, Sudán y otros países. BNP Paribas ha declarado que ha provisionado 802 millones de euros (1.100 millones de dólares) en previsión de una posible multa. Pero las últimas informaciones del Departamento de Justicia apunta a una sanción de 2.553 millones de euros (3.500 millones de dólares).