jueves, 29 de diciembre de 2022

¿Quién era el "agraciado"?



Carly Simon (quien, por cierto, se llama Carly porque sus padres esperaban un niño al que llamarían Carl, así que ante el ‘inconveniente’ decidieron añadir una ‘y’ al final del nombre) es recordada como una de las cantantes y compositoras más populares de principios de los años setenta del pasado siglo. Hija menor de una familia de clase alta de Nueva York, empezó su carrera en la música formando dúo, The Simon sisters, con su hermana Lucy autora, más tarde, de la música de The Secret Garden, un show de Broadway. Las hermanas lograron instalarse en las listas de ventas con el single Winkin' Blinkin'and Nod. Carly Simon debutó como solista en 1971 y en su tercer álbum, que llegó al puesto número uno, No Secrets, incluía la canción You're so Vain (Eres tan vanidoso), la canción por la que se le seguiría preguntando décadas después en cada entrevista que la artista concediera, y que despertó especulaciones en torno a la persona que describía Carly en la misma y cuya imagen quedaba, la verdad, francamente mal parada. Entre los nombres que se barajaron estaban Mick Jagger, el incombustible cantante de los Rolling Stones; Warren Beatty, el progresista actor guaperas; Cat Stevens, quintaesencia del hippismo sentimental y su propio marido James Taylor, cantante también de abultada fama con el cual se casó después, lo cual hace que dudemos razonablemente sobre la posibilidad de que fuera él, pasando por David Geffen, Kris Kristofferson, William Donaldson, David Bowie, John Travolta o Jack Nicholson. Saber quién de entre todos esos nombres o, mejor aún, si pertenecía a alguien completamente inesperado que hubiera pasado por debajo del radar del cotilleo se convirtió en tarea prioritaria de la prensa del momento. El público tenía derecho a saber, y Simon jugó magistralmente esa baza que el curioso destino le brindaba por mucho que en alguna ocasión haya declarado sentirse molesta por esa insistente fascinación del público en conocer de quién trata You’re So Vain. Preguntada una y otra vez, ella se negaba a soltar prenda o suministraba alguna pista lo suficientemente confusa como para garantizar la continuidad del misterio, pero lo bastante prometedora como para entretener a los fisgones con amenas cábalas. Mientras casi todos los rumores apuntaban a Warren Beatty (la descripción de alguien tan engreído, seductor y presumido encajaba a la perfección con un actor al que el escritor Peter Biskind le atribuyó el ¿mérito? de haber seducido a 12.775 mujeres) y el propio Beatty dijo estar convencido de que la canción se refería evidentemente a él, Simon negó siempre esa posibilidad aunque hace relativamente poco la cantante confesó que parte de la letra estaba dedicada a él, pero que no pensaba desvelar el nombre de los otros dos hombres en los que se había inspirado para componer el musicado ajuste de cuentas. El juego continuaba y las apuestas seguían. Curiosa tanta literatura cuando la opción más razonable parece ser la de que simplemente el personaje retratado en la canción es, como suele ocurrir en estos casos, un compendio de unos cuantos hombres que en aquel momento pasaron por la vida de la artista dejando un dudoso sabor de boca. Pero quizás lo mejor de toda esta intriga sea el, hasta ahora, último capítulo. Y es que Simon se ha encargado de cantarle a los cuatro vientos que si a alguien se le adapta esta canción como anillo al dedo es a Donald Trump (al que, por cierto, y según una entrevista en The Guardian, calificó de ‘repulsivo’ cuando le conoció). Así, en 2016 convirtió You’re So Vain en una especie de himno anti-Trump. Las especulaciones sobre el pretencioso personaje que inspiró la canción de la Simon no pasaron de meros chismorreos, que engordaron la prensa rosa musical de la época. Sin embargo, después de muchos años, cosas de la historia, aquellos chismes se han convertido en noticia y en un jugoso ingreso para una sociedad benéfica de Massachussets pues Carly puso en subasta, recientemente, su secreto, en un gesto que traspasa con mucho el mundo de la música y que debería ser motivo de un sesudo análisis sociológico, cuando menos, toda vez que, por supuesto, había una previa firma de contrato en el que el adinerado entrometido se comprometía a no desvelar a nadie el codiciado enigma.

 

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Otros prefieren el Danubio...



Una de las obras de música clásica más significativas en la vida al escucharla es El Moldava (Vitava para los puristas), una de las piezas más habituales del repertorio orquestal, porque decir Moldava es transportarse a una época ya lejana, a momentos vividos, a recuerdos inolvidables. El Moldava, inspirado en una antigua canción de peregrinos1, narra el curso de este magnífico río elogiando el propio río y la naturaleza por la que fluye. Como el paisaje está vinculado estrechamente al hombre, señala además la relación entre la naturaleza y el carácter popular de los checos. La composición comienza como un dueto de una fuente caliente y otra fría, que tras unos momentos dan vida al hermoso tema que presenta el río en toda su grandeza y belleza: cómo nace gota a gota en las altas montañas de la República Checa y cómo va creciendo poco a poco a medida que los riachuelos se unen por las montañas hasta desembocar en el majestuoso Elba. El compositor nacido en Bohemia (austrohúngaro) Bedřich Smetana (1824-1884) escribió el segundo capítulo del ciclo Mi patria (Má vlast), en el que se inscribe El Moldava, y no tardó más de tres semanas en terminarlo, pese a que él ya no pudo oír su obra. Al final de la partitura adjuntó una nota: “Escrito por un sordo absoluto”. Bedřich Smetana dejó por escrito un breve texto acerca de este poema sinfónico. En una carta resume su visión para esta pieza: “Dos fuentes manan en la sombra del bosque bohemio, una cálida y burbujeante, la otra fría y apacible. Cruzando los valles bohemios, crecen hasta convertirse en un caudaloso río. A través de los espesos bosques fluye entre los alegres sonidos producidos por una partida de caza, y las notas de una trompa de caza se oyen cada vez más próximas. Pasa por pastos de césped y tierras bajas donde se está celebrando una boda con canciones y bailes. Por la noche, las ninfas del bosque y acuáticas se deleitan en sus chispeantes olas. Sobre su superficie se reflejan fortalezas y castillos: testigos de los días pasados de esplendor caballeresco y la desvanecida gloria de los días marciales. El Moldava se arremolina en los rápidos de San Juan y finalmente fluye con mayestática calma en dirección a Praga, donde lo recibe el histórico Vyšehrad2 Luego se desvanece mucho más allá de donde alcanza la mirada del poeta”. Esta obra, inspirada en el fondo por el patriotismo, resultó ser lógicamente uno de los “deberes” que Smetana se propuso realizar, y que se esperaban de él, después de que regresara a su patria checa desde Suecia. En la época de unos amplios debates sobre la capacidad de la música de narrar, su meta era obvia. Los poemas sinfónicos que decidió componer entonces partían de otras premisas en comparación con sus obras anteriores realizadas en Suecia. Por cierto, la película dramática estadounidense El árbol de la vida, dirigida por Terrence Malick y protagonizada por Brad Pitt, Sean Penn y Jessica Chastain, Palma de Oro en el Festival de Cannes 2011, nos trae la música de El Moldava como metáfora del río y la vida.



1Suele decirse que el tema famoso consagrado al río que discurre por Praga lo tomó prestado Smetana de la canción popular checa titulada El gato gatea por el agujero, y también surgieron opiniones de que el compositor se dejó inspirar por una canción popular sueca que pudo conocer durante su estadía en ese país pero este tema se puede encontrar también en otras canciones populares mundiales. Según algunas fuentes, Samuel Cohen se inspiró en el Moldava al componer el himno israelí Hatikvah.

2Según las leyendas, esta fortaleza fue la primera sede de los señores checos aunque en realidad, la ciudadela surgió posiblemente a mediados del siglo X

 

martes, 27 de diciembre de 2022

Con raíces literarias.



Es cada vez más frecuente que, dentro de la letra de alguna canción, se incluya una o más frases de índole literaria, que tienen, o no, que ver con la línea general de la pieza musical (por ejemplo, la canción de Joaquín Sabina Donde habitA el olvido y el poema de Luis Cernuda Donde habitE el olvido, que nada tienen que ver). Dichas frases o versos se integran a otra composición de manera sutil y sin que uno u otro se vean alterados, digamos que conservan su autonomía y, como los instrumentos de una orquesta, cada uno contribuye a un mismo fin. No obstante, ahora vamos a referirnos a la apropiación de un poema del mexicano Amado Nervo por parte de su compatriota Alfredo Bojalil Gil, mejor conocido como “El güero Gil”, requinto del mundialmente conocido trío Los Panchos. En 1917, Amado Nervo publicó el poemario titulado Elevación y en dicho poemario se encuentra el poema titulado “Si tú me dices «ven»”. Sesenta años más tarde, el trío Los Panchos lanzó una producción discográfica a la que titularon “Sí tú me dices ven” y agregan en paréntesis la palabra “Lodo”. Primero, el poeta quiere sentir, vivir, una transición derivada de su anhelo por tener comunicación con Cristo, unión con este ser divino a través de la palabra, primero al ser llamado, y más tarde al convertirse en un aroma. Ahora bien, ya en la canción de Los Panchos se agrega en paréntesis la palabra “Lodo”, de tal manera que si bien se puede rastrear la referencia intertextual de la cual surgió el título, Bojalil agrega una especie de subtítulo para distanciarse de la primigenia, dicha palabra también es clave para diferenciar la propuesta de Nervo con la recreación de Bojalil, aquí la petición es a un ser terrenal, a la mujer amada; la canción fue un éxito de la época. Llama la atención que la mujer, el ser amado y buscado, además de ser terrenal, también es, para Bojalil, la puerta para alcanzar la felicidad y con ello la salvación. Sin embargo, hacia el final de la composición, se destaca que, de no hacerlo, de no llamar, de no invitar a su lado al autor, la mujer puede acabar en el lodo, dentro de lo más sucio de la tierra, es decir, lo que en Nervo es la máxima aspiración: Cristo, para Bojalil es la mujer, y sin condiciones, ya sea en la risa o el llanto. La aspiración como ser humano la ve y espera junto a ella: la mujer; pero va más allá, esta aspiración para la mujer es el hombre, pues de no hacerlo, dice Bojalil, ella seguirá sin rumbo, perdida y sin poder salvarse. A grandes rasgos, si bien la composición de Bojalil utiliza como arranque e inspiración el poema de Nervo, termina dando un giro completamente diferente a lo que es la idea del poema, no sólo utilizando un porcentaje mínimo del creador antecesor, sino ofreciendo una contrapropuesta. El paraíso no está en el cielo, sino en la tierra, y se alcanza o se vive gracias al amor. Recordemos que tanto en el poema de Nervo como en la versión de Bojalil, se habla de “dejarlo todo”o, como dice la canción, perderlo que, en resumen, es lo mismo: dejarlo todo por alguien o perderlo todo, mostrando así que nada más importa; en este caso, por darle más al ser querido (tiempo, dinero, amor, sexo, lo que sea que ella esté dando). La alusión a algo religioso, a Cristo en el poema, al paraíso, en Bojalil, también son hilos que pudieran conectarlos.


El poema


SI TÚ ME DICES VEN

Amado Nervo


Si tú me dices ven lo dejo todo

No volveré siquiera la mirada

Para mirar a la mujer amada


Pero dímelo fuerte, de tal modo

Que tu voz, como toque de llamada,

Vibre hasta en el más íntimo recodo

Del ser, levante el alma de su lodo

Y hiera el corazón como una espada


Si tú me dices ven todo lo dejo

Llegaré a tu santuario casi viejo

Y al fulgor de la luz crepuscular


Más he de compensarte mi retardo

Difundiéndome ¡oh, Cristo! como un nardo

De perfume sutil, ante tu altar!




La letra de la canción


SI TÚ ME DICES VEN (LODO)

Música y Letra: Alfredo Bojalil Gil


Si tú me dices ven lo dejo todo

Si tú me dices ven será todo para ti

Mis momentos más ocultos

También te los daré

Mis secretos que son pocos

Serán tuyos también


Si tú me dices ven todo cambiará

Si tú me dices ven habrá felicidad

Si tú me dices ven, si tú me dices ven


No detengas el momento por las indecisiones

Para unir alma con alma, corazón con corazón

Reír contigo ante cualquier dolor

Llorar contigo, llorar contigo

Sera mi salvación


Pero si tú me dices ven lo dejo todo

Que no se te haga tarde

Y te encuentres en la calle, perdida

Sin rumbo y en el lodo

Si tú me dices ven lo dejo todo



 

domingo, 25 de diciembre de 2022

Las nevadas, en su tiempo.


Eso de que el tiempo está loco (y con el cambio climático, que sí, que existe, que no es un invento de mentes calenturientas, más) no es ninguna novedad, y hay temporadas que se percibe más que otras. Hace unos meses, sin ir más lejos, que soportamos una continuada, pertinaz y peligrosa sequía, que aún dura, que nos hace evocar otros tiempos en los que, por estas fechas, los compañeros inseparables eran el abrigo, la bufanda, los guantes y las botas de agua con doble calcetín, aunque, eso sí, partiendo de la condición climática de la ciudad de Barcelona (estamos en Barcelona) que, como mediterránea, viene caracterizada por inviernos no muy crudos y veranos calurosos y de escasas lluvias, puede sospecharse que las precipitaciones en forma sólida, las de nieve, no serán en modo alguno frecuentes, o por lo mejor decir su frecuencia será muy baja. Y sobre episodios de nieve reflexionamos hoy. Propiamente las nevadas en Barcelona están en gran parte ligadas a las olas de frío que invaden nuestro país por el nordeste. Tales olas de frío son, por lo general, dos; una, la primera del invierno, suele presentarse antes de finalizar el año civil, anticipándose, a veces, el invierno que llamamos meteorológico, por producirse dentro del año astronómico; la segunda se produce siempre entrados ya en el nuevo año y más frecuentemente en el mes de febrero. El mecanismo de estas olas de frío es siempre el mismo y proceden del polo del frío, situado en Siberia. Son estas olas de frío las que provocan nevadas importantes en el Pirineo oriental y en los macizos montañosos de la Cordillera Prelitoral. Mucho más débiles son las nevadas sobre la Cordillera Costera, de cota más reducida que la Prelitoral, y años hay en que la cadena costera no recibe ni un solo copo de nieve. Por eso se recuerdan, vívidamente, las “nevadas históricas” que ahora rememoramos, las últimas registradas.


El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer y, el del año 2010, además, un día memorable meteorológicamente hablando pues una gran nevada afectó a la ciudad de Barcelona y a gran parte de la región metropolitana; aquel lunes, 8 de marzo de 2010, cayeron hasta 20 cm de nieve que se convirtieron (de momento) en la nevada más importante de este siglo y también la última vez que la nieve cogió al centro de la ciudad. La ciudad se paralizó por completo y la movilidad terminó siendo un gran caos durante la salida de las escuelas, que coincidió con la máxima intensidad de la nevada. La combinación de una perturbación en el mediterráneo y la entrada de aire muy frío en las capas altas de la atmósfera proveniente del norte de Europa, originaron un cóctel que provocó que la nieve llegara hasta el nivel del mar. Ya hacia el mediodía, la nevada se hacía más abundante y empezaba a estar por encima de los 100/150 metros, es decir, en lo alto de la ciudad. En la sierra de Collserola, que rodea Barcelona, ya se empezaban a acumular grosores de nieve destacables, mientras que en las zonas más bajas de Barcelona, se informaban los primeros copos de nieve. No fue, sin embargo, hasta pasadas las tres de la tarde, cuando la nevada se generalizó en toda la ciudad y buena parte del área metropolitana siendo muy abundante. La nevada cogió una intensidad poco vista hasta el momento en nuestro país y se dio, incluso, algo poco frecuente: la tormenta de nieve. En el momento de máxima intensidad acabó nevando con rayos, truenos y unas ventoleras que poco envidiaban a la ventisca del Pirineo. De cara al día siguiente, los servicios de emergencias se centraban en recuperar la normalidad, pero sin embargo, un total de 24.847 alumnos se quedaron sin clases porque unas setenta escuelas no pudieron abrir sus puertas. Ese día la información de mayor interés fue la referida a la movilidad. A partir del mediodía del día 8, las rondas y las principales vías de acceso y salida a la ciudad se colapsaron. Ante las dificultades, los autobuses dejaron de circular, primero en lo alto y, después, en toda la ciudad: el metro fue el único medio de transporte que funcionó con total normalidad, pero más lleno que nunca, y por la noche no cerró para asegurar que todo el mundo pudiera volver a casa. El número de incidencias en los trenes de cercanías y en la red de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya era tal que parecía que no hubiera forma de informar a todo el mundo para que eligiera la opción para volver a casa. Las redes sociales, ya muy generalizadas, también sirvieron para que todo el mundo pudiera compartir sus imágenes de la nevada y certificar su dimensión (hoy, es una necesidad que tenemos cuando vivimos un episodio insólito que nos gusta enseñar). Las fotos corrieron por Twitter, Facebook y Flickr (Instagram todavía no existía), los vídeos, por YouTube. El de unos jóvenes publicistas jugando a curling en una calle del Poblenou, el barrio de la “Vila Olímpica”, donde habían escrito, precisamente, “Barcelona 2022” se convirtió especialmente en viral. Todo el mundo tenía alguna historia que contar, también al día siguiente.


Pero los mayores recordaban la nevada de 1962, mucho más importante, que ya había colapsado Barcelona y su entorno medio siglo atrás, y todo el mundo repetía la frase: "Esta ciudad no está preparada para la nieve". (aquel año fue excepcional en Catalunya en lo que a meteorología se refiere; tres meses antes, el 25 de setiembre, cayó sobre las comarcas próximas a Barcelona una tromba de agua de tal calibre que causó unas catastróficas inundaciones, con particular intensidad en la comarca del Vallés). El día de Navidad de 1962, hace 60 años exactos, Barcelona y sus alrededores quedaron cubiertos de blanco. Muchos barceloneses vieron la nieve por primera vez ese día. La nevada comenzó en la Nochebuena cuando en muchas parroquias de Barcelona y otros puebloss se iniciaba la celebración de la Misa del Gallo. Pronto empezó a cuajar y a las ocho de la mañana siguiente, la capa blanca ya alcanzaba una altura de 10 cms. A esa hora, todavía circulaban por Barcelona algunos tranvías y autobuses, pero a medida que fue avanzando el día la intensidad de la nevada les obligó a detenerse o a regresar a las cocheras. Como el día era festivo muy pocos medios privados circulaban, circunstancia esta que unida a la anterior, hizo que el tráfico de vehículos se paralizara casi totalmente. Al final, una gran nevada, con espesores que alcanzan los 70 cm, cae sobre una ciudad que, ni entonces ni ahora, no está preparada para gestionar esta situación y más de 60 años después, el recuerdo sigue vivo en muchos de aquellos que la vivieron. Tal cantidad de nieve despertó la afición de los amantes del esquí, que en las calles de las ciudades y en plena plaza de Catalunya de Barcelona pudieron esquiar a placer enfilando en sentido descendente las Ramblas en este caso. No cabe dudar que se trataba de una nevada extraordinaria. El 26, día de San Esteban, festivo de reuniones familiares en Catalunya, amaneció muy frío pero lucía un sol radiante. Los barceloneses se lanzaron a la calle para disfrutar del insólito paisaje aunque muy pocos iban suficientemente equipados para caminar por la nieve. A medida que avanzaba el día y el sol empezaba a calentar un poquito, resultaba peligroso caminar por las aceras. Bloques de nieve empezaron a desprenderse de balcones, árboles y terrados. En los días siguientes este riesgo aumentó. No fueron pocos los vecinos que, ante el temor de que la nieve acumulada en los terrados produjera daños en los últimos pisos o un derrumbamiento a causa del peso, se dedicaron a tirar la nieve a la calle a paletadas. La carrocería de centenares de coches resultó abollada a causa de la cantidad y peso de los impactos recibidos. Mas a medida que fueron pasando las horas, la sorpresa y la admiración del principio dejaron paso al miedo, preocupación y accidentes; la actividad se trasladó a las azoteas, muchas de las cuales amenazaban con hundirse por el peso de la nieve acumulada. Como recordaba Francesc González Ledesma, hubo una "alarma colectiva para ir a buscar palas" y "no se podía ir por la calle porque te abrían la cabeza". También rememoraba cómo la angustia de quedar aislados hizo que mucha gente fuera a comprar y que muchas tiendas quedaran vacías. Ledesma criticaba que las autoridades no tenían ningún tipo de plan ni herramientas para afrontar una situación meteorológica como ésta, y el que no caía de espaldas, caía de cara, en unos momentos en que la falta de experiencia hizo cometer errores a los bomberos, como regar, que todavía fue peor al convertirse el agua en hielo.


En la edición del día 27 de diciembre, el periódico La Vanguardia (entonces “española”) publicó en su portada bellas imágenes de aquella jornada a la vez que, en su editorial y en las páginas interiores daban cumplidas noticias de la repercusión y el alcance que la nevada había tenido en la vida ciudadana barcelonesa y en la de otras localidades vecinas. La ciudad estaba cubierta por 12 millones de metros cúbicos de nieve. En una entrevista que el popular periodista Manuel Del Arco le hizo a José María Porcioles, a la sazón alcalde de Barcelona, éste manifestó que la ciudad carecía de máquinas quitanieves y que se estaba trabajando con 9 vehículos provistos de palas niveladoras. Se estaba a la espera de que llegaran de Andorra los equipos necesarios para despejar la nieve de las principales vías urbanas. La ciudad quedó paralizada, casi al borde del caos. Los medios de transporte, excepto el metro, apenas podían circular. Las vías ferroviarias estaban bloqueadas. El aeropuerto estuvo cuatro días cerrado, pues una capa de nieve de 60 cms cubría las pistas. Otros servicios públicos dejaron de funcionar o lo hicieron de manera muy precaria, como el de limpieza porque en aquel tiempo la recogida de basuras se realizaba mediante carros tirados por caballerías. Fue preciso un especial esfuerzo en los hospitales para mantener en lo posible la necesaria atención a los enfermos, se produjeron averías en los suministros de agua y electricidad. También el ejército prestó una importante colaboración, con material procedente del campamento de Talarn (Lleida). Llegó a temerse que se produjera una situación de desabastecimiento, especialmente de determinados productos básicos. Ante tal situación, las autoridades hicieron un llamamiento al sentido cívico y responsable de la ciudadanía y la instaban a prestar la máxima colaboración para restablecer cuanto antes la normalidad. En medio de este caos, fue Andreu Claret Casadessús, un republicano exiliado en Andorra, quien proporcionó las máquinas quitanieve que permitieron desbloquear la situación, entrando en la ciudad por la Avenida Diagonal, en una llegada que tenía “una doble dimensión” porque, sí, es el hombre que se enfrenta a la tarea de quitar la nieve, pero también es el republicano que entra para liberar a la ciudad. “La gente aplaudía, esas máquinas con las que nadie contaba salvaron a Barcelona”, concluye González Ledesma.


Ha habido más episodios de nieve en Barcelona, entre otros los que coincidieron con la guerra (in)civil para empeorar las penurias, concretamente el viernes, 31 de diciembre de 1937, en que la nevada de la mañana y tarde cubrió el suelo con un espesor de cuatro centímetros, y el martes,15 de febrero de 1938, en que la nevada se acompañó de tormenta y dio lugar a una capa de nieve de trece centímetros de espesor; al día siguiente, miércoles 16, fue más ligera, ya que su espesor sólo fue de un centímetro y medio, pero ninguna tiene el morbo añadido de un final como la de 1962. Unos antecedentes: en enero de 1939, Andreu Claret Casadessús, uno de los fundadores de Esquerra Republicana de Catalunya y amigo personal de Lluis Companys, lideraba la retirada de los altos cargos del Gobierno republicano en Catalunya. Cuando cruzó la frontera, como un exiliado más, se sumó a la Resistencia francesa contra la ocupación nazi mientras brindaba ayuda a otros españoles exiliados como él en el sur de Francia, entre los que se encontraba Pau Casals. Fue éste quien le libró de un destino sombrío cuando intercedió para que la Gestapo (la policía secreta de los nazis) liberase a Claret tras caer detenido. En 1949 Claret se estableció en Andorra y logró del Gobierno de ese país una concesión administrativa para mantener abierto durante los meses de invierno el Port d’Envalira, un enclave esencial para asegurar las comunicaciones con Francia. Andreu Claret se convirtió así en uno de los expertos más reconocidos en comunicaciones de alta montaña de Europa.


Con toda seguridad, en esos días de nieve, esquí y veladas junto al fuego, Andreu Claret trabó amistad con José María Porcioles, el alcalde, franquista y amigo de Franco, al frente de la Ciudad Condal cuando llegó la gran nevada. Con todos los servicios esenciales inmovilizados, Porcioles, el día 26, no dudó en contactar con Claret, quien aceptó el reto de cruzar Cataluña para desbloquear Barcelona con su maquinaria y experiencia y, al frente de doce hombres, cinco camiones pala y dos turbinas quitanieves, se dispuso rápidamente a emprender un viaje que, a lo sumo, debería terminar a primera hora de la tarde pero un serio problema se cruzó en su plan: Claret carecía de pasaporte y además era requerido en España por la justicia, militar, por supuesto, por un artículo presuntamente firmado por él en la publicación Poble Català que llevaba por título Franco, ets un assas (“Franco, eres un asesino”). El comisario a cargo de la frontera, a pesar de conocerle y apreciarle personalmente, se negaba a franquearle el paso. .Al final, y sin que se sepa exactamente cómo sucedió todo, la situación se resolvió y a las 10 de la mañana del 27 de diciembre la comitiva, con Andreu Claret al frente, emprendía viaje a Barcelona con la condición de “Claret: usted baja, retira la nieve y regresa derecho a este puesto fronterizo, ¿de acuerdo?”, que ordenó el comisario antes de franquear el paso a la caravana. Es difícil imaginar lo que sintió Claret al contemplar la ciudad desde lo alto de la Diagonal años después de haberla abandonado acompañando a otro ejército en retirada y a punto de ser derrotado; las quitanieves se entregaron a su tarea durante 36 horas frenéticas y su actuación fue decisiva para levantar el bloqueo al que el hielo sometía a Barcelona y sus infraestructuras vitales. Recibidos por los barceloneses como auténticos héroes a primera hora de la tarde –el viaje desde Andorra había durado 14 horas–, sus esfuerzos resultaron tan decisivos para que Barcelona fuera recuperando paulatinamente la normalidad que Andreu Claret pasó a ser conocido popularmente como “el ángel de las nieves” o “el príncipe de las nieves”. Claret, después, emprendió camino de regreso a Andorra, cumpliendo así con la orden que recibió del comisario. El equipo de libertadores de la ciudad no recibió compensación económica alguna por parte de las autoridades españolas, pero sí un reconocimiento en forma de placa pues, cuatro meses más tarde, en abril, el Consistorio le entregó una placa, escrita en catalán ¡en aquella época!, con esta inscripción: “En homenatge i record de la seva actuació a la nevada del desembre de 1962”. En Andorra, en cambio, en premio a sus incontables servicios, le rindieron un merecido homenaje, concretado en un magnífico monumento, emplazado en una de las cimas pirenaicas, a la altura de su legendaria y larga vida y obra Historias de la historia...



 

sábado, 24 de diciembre de 2022

De villancicos actuales.



¿Quién no ha oído estos días, junto con
Los peces en el río, Campana sobre campana y otros así, el O Tannenbaum (oh abeto, en alemán), uno de los villancicos alemanes más conocidos? Pues no siempre ha sido un villancico; la melodía de O Tannenbaum se remonta a una canción del siglo XVI no relacionada con la Navidad, y a comienzos del siglo XIX se difundió como una canción popular en Silesia (actualmente, mayoritariamente en Polonia, con pequeñas partes en Alemania y la República Checa). Por la popularidad de la canción y a la relativa sencillez de la melodía, se escribieron diversos textos para ella, como uno en 1918, tras la abdicación del emperador Guillermo II, una variación escolar sobre ella, o una versión que bromea con el miedo infantil hacia Papá Noel. Se convirtió en un villancico cuando a primeros del siglo XIX se extendió la costumbre de utilizar abetos como árboles de Navidad y el segundo verso de la canción era originalmente “Qué fieles son tus hojas”, puesto que la canción de amor representaba un contraste entre la fidelidad del árbol y la infidelidad de la amada. Al principio, permaneció igual en el villancico, pero ya en el siglo XX se conoció más con el verso “Qué verdes son tus hojas»”, o sea, que el compositor/letrista escribió una canción de amor trágica inspirada en la canción popular, tomando el abeto "fiel" siempre verde en contraste con un amante infiel pero eso cambió cuando la canción se asoció a la Navidad. También existen textos en muchas otras lenguas: una canción del movimiento obrero internacional llamada The Red Flag, el himno del estado norteamericano de Maryland, Maryland, My Maryland, el himno del Instituto y de la Universidad de Nankai (Tianjin, República Popular de China) y el himno del club de fútbol inglés FC Chelsea utilizan esta melodía.


 

jueves, 22 de diciembre de 2022

¿Viva el vino?



Inmersos ya en las fiestas anuales de los excesos, entre ellos el alcohol, parece oportuno reflexionar sobre alguna relación entre el alcohol y la música, dando por sentado que no es lo mismo tomarse una copa tranquilamente en una reunión de amigos con música tranquila que una noche de sábado en una discoteca con canciones a todo volumen, como tampoco es igual el tiempo que se tarda en acabártela en una situación que en otra ya que, por principio, y las discotecas lo saben, con cierto nivel de elevación del volumen, se bebe más y se habla menos. Resultaría imposible describir y enumerar todos los temas que tratan sobre el alcohol y sus correlatos en las piezas musicales, particularmente de música popular. Hoy nos fijaremos en el oscuro, pero atrayente, mundo del tango. No es por casualidad que exista ese romance, digamos maridaje, mejor, entre el tango y el alcohol. Con la sola palabra, “curda”, sinónimo de borrachera, da para hacer la historia universal del tango ebrio: “Anoche estaba curda”, “De puro curda”, “El curda”, “Tango en curda”, “Viejo curda”, “Duelo curda”, “Entre curdas”, “Testamento de un curda”, incluido “La última curda”. La primera vez que escuché esa suerte de arrebato existencialista “La vida es una herida absurda”, y de remate: “Y es todo, todo tan fugaz que es una curda, nada más, mi confesión”; fragmento de “La última curda”, ese tango compuesto en 1956 por Cátulo Castillo con música de Aníbal Troilo, me dije que el alcohol un tango triste. Sobre nuestro tango curdo de ocasión, los versos de Cátulo Castillo tienen un sentido distinto y muy profundo, con un planteo de raíz existencialista cuando el personaje bebe reconociendo su fracaso en la vida, descubre la náusea y se lo confiesa, posiblemente, a una mujer cualquiera. La letra es compleja y llena de metáforas, algunas memorables, como cuando dice: “Cerrame el ventanal que quema el sol su lento caracol de sueño, ¿no ves que vengo de un país que está de olvido, siempre gris, tras el alcohol?”.Si alguien escribiera una antología de poemas de despedidas amorosas, no podría prescindir de la calidad poética de Cátulo Castillo, hecha tango o costura de jirones de un corazón despedazado por una desilusión sentimental: «¡Yo sé que me hace daño/ llorarte mi sermón de vino!/ Pero es el viejo amor/ que tiembla, bandoneón, buscando en un licor que aturda, la curda que al final/ termine la función/ corriéndole un telón al corazón”. Como se dijera en algún momento –medio en broma medio en serio–, “La última curda” es un poema que podría haberlo firmado Jean-Paul Sartre. ¿Tango existencialista?, por la última embriaguez antes de la muerte del amor, o de la muerte misma. Después, está la riqueza del lenguaje, la destreza para construir imágenes definitivas, imágenes que se parecen a conceptos, a definiciones que no se pueden expresar de otra manera. Imágenes que sólo un poeta es capaz de construir con las palabras como ‘La ronca maldición maleva’, de una precisión maravillosa.


 

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Música para las mil y una noches.



El compositor Nikolái Rimski-Kórsakov
(1844-1908) fue uno de los grandes compositores del romanticismo ruso y perteneció al grupo conocido como Los cinco junto a César Cuí, Modest Músorgski, Aleksandr Borodín y Mili Balákirev. Rimski-Kórsakov es uno de los grandes orquestadores de la historia de la música, aspecto que adquiere una mayor dimensión si tenemos en cuenta que su música arranca de algunos románticos nada más. El conjunto de instrumentos no tenía secretos para él y siempre buscó el atractivo exótico en base a la fidelidad absoluta de la línea melódica, con lo que sus obras, si bien pueden parecer un tanto frágiles y huecas desde el punto de vista de la riqueza armónica, suelen producir en el gran público un especial deslumbramiento. En casa de los Rimski-Kórsakov, en el pequeño pueblo de Tihvin, perteneciente a la provincia rusa de Novgorod, todos eran aficionados a la música: la madre tocaba un poco el piano y el padre un poco menos. Pero la familia tenía antecedentes militares y en 1856 abandonó Nikolái el pueblito y llegó a San Petersburgo para ingresar en la Escuela de Cadetes Navales, de donde salió en 1862 como guardiamarina y fue destinado a una fragata que se preparaba para un largo crucero. Durante toda su preparación como marino, sin embargo, nunca abandonó sus estudios musicales, lo que disgustaba a su hermano mayor que lo regañaba continuamente por estar más interesado en la música que en la marina. Su catálogo está formado por un buen número de óperas, obras que tienen por objetivo evocar ideas e imágenes en la mente del oyente, representando musicalmente una escena, imagen o estado de ánimo, elaboraciones para agrupaciones de cámara o poemas sinfónicos. En el imaginario colectivo permanecen melodías tan icónicas como la de su Vuelo del moscardón. Scheherezade, sucediendo inmediatamente al Capricho español, es la obra más popular de Rimski-Kórsakov y la que le habría bastado por sí sola para asegurar su inmortalidad. Es también, sin que nadie se atreva a negarlo, el más importante monumento oriental de toda la música del siglo XIX. Al escribir esta partitura, Rimski se inspiró en diferentes episodios de los cuentos de Las mil y una noches, aunque sin necesidad de atenerse a una exacta versión: el sultán Shahriar, que considera a todas las mujeres infieles después de haber sido traicionado por su esposa de mayor confianza, hace que le traigan un miembro de su harén cada noche y lo ejecuten a la mañana siguiente. La Sultana Scheherazade, sin embargo, inventa un complot para salvar su vida, le cuenta al sultán una nueva historia cada noche, sin revelar nunca la conclusión de la historia hasta la noche siguiente. El sultán, incapaz de contener su curiosidad sobre el resultado de estos cuentos encantadores, retrasa su ejecución día a día hasta que, finalmente, durante este largo proceso, el sultán se enamora de Scheherazade y abandona su brutal plan. Consta de cuatro movimientos: El mar y el barco de Simbad, El cuento del príncipe Kalender, El joven príncipe y la joven princesa y el último movimiento en el que se suceden el Festival de Bagdad, El mar y El barco se estrella contra las rocas (nada de Scheherezade). En su autobiografía, Rimski escribe: "Los títulos de las cuatro secciones individuales.... fueron concebidos sólo como pistas para dirigir, pero ligeramente, al oyente individual..... Todo lo que había deseado era que el oyente, si le gustaba mi obra como música sinfónica, se llevara la impresión de que es una narración oriental de algunas de las numerosas maravillas de los cuentos de hadas y no sólo cuatro piezas interpretadas una tras otra y compuestas sobre temas comunes a los cuatro movimientos. ¿Por qué entonces, si ese es el caso, la suite lleva el nombre de Scheherazade? Porque este nombre y el título The Arabian Nights connota en la mente de todos las maravillas de Oriente y los cuentos de hadas; además, ciertos detalles de la exposición musical insinúan el hecho de que todos ellos son varios cuentos de una persona (que resulta ser Scheherezade) que entretiene a su severo esposo". Aquí se oponen dos principios musicales: el tiránico-enfático del Sultán, con un tema que genera agresión, violencia, temor... y la voz seductora de Scheherezade que dulcifica al Sultán, que lo balancea como una barcarola, que lo redime y lo amansa al final de esta fantasía sinfónica.


 

martes, 20 de diciembre de 2022

Música "popular", folclórica.



"
Sinner Man" es un espiritual estadounidense tradicional (otras fuentes afirman que la canción tiene sus raíces en la zona de los montes Apalaches, pasando antes por Escocia) cuya grabación más antigua es de 1956, y en los más de cincuenta años posteriores, la canción ha sido versionada, deconstruida, reconfigurada y reinterpretada por músicos de todo el mundo. Hay muy poca letra en la canción, pero esas pocas palabras golpean fuerte y rápido a aquellos que buscan poder, apoyo y elevación espiritual. Hacia 1962 Nina Simone probó a darle un toque espiritual resultando la versión por la que la canción es más conocida, muestreada por otros artistas y utilizada en bandas sonoras. Nina Simone alargó la canción (estirándola a más de diez minutos de duración) y agregó riffs de jazz, aplausos entrecortados y un ritmo acelerado de tambor. En España, la banda de folk Nuestro pequeño mundo devolvió en 1968 a "Sinner Man" a sus raíces de música folk de una manera muy poderosa (¿puede el folk ser un himno?). Hablemos, pues, sólo un poco, de Nuestro pequeño mundo: en 1967, en el Madrid universitario, las canciones de Joan Baez, Bob Dylan o Brothers Four, se convierten en habituales de las veladas estudiantiles. Paralelamente, en la radio triunfan programas como Caravana o Vuelo 605 con lo mejor del folk norteamericano. También el folklore español encuentra su hueco a través del cantautor Joaquín Díaz, que recorría los pueblos en busca de canciones que no podían caer en el olvido y las interpretaba después en la universidad. En un par de años, Nuestro pequeño mundo se convierten en el grupo más imitado. De las corales, facultades e institutos no paran de surgir nuevos grupos que siguen sus pasos y en esta corriente destacan Nuevo Mester de Juglaría o los mismísimos Mocedades. De su primer disco se extrae el single “Sinner man”, versión del espiritual negro que con toda probabilidad llegó a ellos a través de la grabación que Nina y Frederick deslizaron en un EP publicado unos años antes. Contra todo pronóstico, el éxito es arrollador. El sencillo ocupa durante cuatro meses un puesto en el top 10 de ventas y llega al nº2 en su mejor momento. El LP vende una cantidad más que notable de ejemplares. A pesar del éxito de los primeros discos, en el 71 la formación está casi disuelta, pero su música sigue.



 

lunes, 19 de diciembre de 2022

Carlos Cano, in memoriam.



Cuando aún resuenan los ecos de
La Marató (más de 8 millones de euros recaudados hasta ahora), dedicada este año, precisamente, a recaudar fondos para la investigación sobre las enfermedades del corazón, hoy, 19 de diciembre de 2022, hace 22 años que nos dejó por ellas el cantante de Granada Carlos Cano, uno de los representantes más destacados de la canción andaluza, creador de un nuevo tipo de copla popular, comprometida con la problemática social de Andalucía, con una popularidad creciente durante los años de la llamada transición por sus canciones de contenido sociopolítico. Con Cuaderno de coplas entra en la copla popular andaluza, tendencia confirmada con Quédate con la copla, donde recuperó varios títulos populares como Ay, Maricruz o Falsa monéa, mezclándolos con obras propias como María la portuguesa. Pocos artistas como él han sabido comprender la dignidad y la poesía que se esconde tras la canción popular andaluza. En una época en la que la copla era presentada como un subproducto cultural, el cantautor granadino reivindicó con el valor de los pioneros un género que, en gran medida gracias a él, es hoy parte irrenunciable del patrimonio inmaterial de nuestra tierra. Continuador y regenerador de una tradición, Cano fue un músico inquieto y mestizo, siempre atento a la modernidad, que trató de tender puentes hacia otras culturas. Pero además, sobre sus méritos musicales, fue un hombre en el buen sentido de la palabra, parafraseando a Antonio Machado, bueno, comprometido con su tiempo, cuya ausencia ha dejado un hueco irremplazable en la música andaluza. En 1996 sufrió un peligroso accidente vascular, un aneurisma de aorta, que a punto estuvo de acabar con su vida y del que fue tratado en la clínica Monte Sión de Nueva York, pero sólo cuatro años después, sufrió un paro cardíaco del que no ya no se repuso, provocado por una nueva rotura de aorta ascendente, cuando se cumplían veintiún días desde su intervención quirúrgica en el Hospital Universitario San Cecilio de Granada. Para recordarlo, acudiremos a una poco conocida versión del dramón Antonio Vargas Heredia, una de las coplas más versionadas del cancionero popular, una zambra que parece inspirada en el poema de Federico García Lorca “Antonio el Camborio”, y que ha sido versionada por intérpretes tan dispares como Sara Montiel, Rocío Jurado, Carlos Cano, Joan Manuel Serrat o Plácido Domingo, entre otros; compuesta en 1938, durante la guerra (in)civil, por Joaquin de la Oliva y Juan Mostazo para la película Carmen la de Triana e interpretada por Imperio Argentina, que también protagonizó la película, película franquista que fue dirigida por Florián Rey con guion inspirado en la obra de Merimée y rodada en Berlín, en español y alemán. Allí, la coproducción, que contó con otro equipo técnico, se estrenó bajo el título de "Andalusische Nächte". La película cuenta que ella, Carmen, se colaba de vez en cuando en el Cuartel de los Dragones para llevarle tabaco a su amado Antonio, que estaba en prisión. Durante el tiempo que duró la condena, la protagonista se enamoró de un brigadier del bando de los carceleros. Cuando Antonio salió de la cárcel, la tragedia de celos estaba servida. Finalmente, el torero Vargas Heredia muere en el ruedo tras recoger del albero un clavel lanzado por la traicionera Carmen. La letra de la copla también tiene que ver, como la película. con la pasión, los puñales, los celos y la venganza:

 

domingo, 18 de diciembre de 2022

Hoy, La Marató.


Hoy, domingo 18 de diciembre, el programa La Marató, de TV3 y Catalunya Ràdio, de prácticamente todo el día de duración, dedicará su 31ª edición a la sensibilización y la divulgación sobre la salud cardiovascular con el slogan “La Marató siempre late”; las enfermedades cardiovasculares, que incluyen las que afectan al corazón y al sistema vascular, 'arterias y venas', son la principal causa de muerte en los países desarrollados y uno de los problemas actuales de salud pública más relevantes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, causaron cerca de 18 millones de muertes en el año 2019, que representan el 32% del total de defunciones mundiales ese año. Estas cifras de mortalidad se suman a su carácter crónico, lo que impacta directamente sobre la calidad de vida de los pacientes y genera dependencia, riesgo de complicaciones y unos costes sanitarios y socioeconómicos muy elevados. Todo esto las convierte en el principal problema actual de salud pública. Ciertamente, Cataluña y el conjunto de España disponen de una red sólida de grupos de investigación en enfermedades cardiovasculares, que, particularmente, gracias a los fondos recaudados en el programa, podrán aportar avances en la prevención, tratamiento y pronóstico de estas enfermedades con el objetivo de mejorar la esperanza y la calidad de vida de las personas afectadas.

Tradicionalmente, desde la edición de 2004, el programa se acompaña de la edición del disco de La Marató (“Bum bum” se llama este año), destinado, íntegramente, a captar fondos, que contiene diversos temas musicales alegóricos de la temática que se aborde cada año (cáncer, ictus, enfermedades minoritarias, etc.), de cantantes relevantes. Este año, recordamos, de entre las 21 piezas que forman el disco, ese “Corazón eclipsado” (hablando de enfermedades cardiovasculares… ) que popularizó Bonnie Tyler, en la voz de Antonio Banderas (y Marta Ribera, que no se nos olvide).


 

¿Vamos al cine?



En estos días de fiesta, que tenemos todo el tiempo del mundo (o eso se dice), es un buen momento para recuperar los clásicos de la historia del cine, ante la saturada oferta de títulos en plataformas digitales. Antes de abundar en la mediocridad para encontrar algo que merezca la pena, ¿por qué no dedicarle tiempo a lo notable, a las historias que, sin ser pesadas, nos ayudan a reflexionar con sus mensajes?. El cine clásico tiene la peculiaridad de atrapar en su tela de araña a todo público que ose echar un vistazo. Haced la prueba: dedicad diez minutos a ver el principio de ‘Johnny Guitar‘ y os aseguro que tendréis que terminarla. Si no la habéis visto antes, estáis de suerte, ha llegado su momento, y si ya la conocéis, tranquilos, se verá con nuevos ojos. Es posible que esta vez se interioricen los conflictos que se representan en esta cinta, acercándose a alguna experiencia del pasado. Sobre el papel, no es nada del otro mundo; nos cuenta la historia de Johnny Logan (Sterling Hayden), un portentoso pistolero, que ha cambiado su revólver por una guitarra con la se dirige hacia la casa de juegos de Vienna (Joan Crawford, quizás en el mejor papel de su carrera), su antigua amante, donde le espera un trabajo como músico, y un viejo amor. Por otra parte, Emma Small (espléndida Mercedes McCambridge, tal vez en el papel de la mala más temible de la historia del cine) odia a Vienna porque Dancin' Kid (Scott Brady) la prefiere, de forma que cuando la diligencia es asaltada y el hermano de Emma resulta muerto, ella no duda en culpar a Dancin' Kid y a su banda. Luchará, con una sarta de linchadores locales, siempre bajo sus faldas, por destruir a Vienna y sus sueños de modernizar una ciudad que espera la pronta llegada del ferrocarril y con ello la de nuevos pobladores… y hasta ahí puedo leer. Pero Johnny Guitar es, junto con Encubridora de Fritz Lang, una rara avis dentro de las películas del Oeste. Una mirada aparte del western clásico, de aquellas historias en las que las mujeres se limitan a sufrir, enamorar, enviudar, ser capturadas, violentadas física o materialmente…, salvadas al fin por el masculino justiciero. Frente a estas mujeres del tipismo del Oeste, las mujeres de Johnny Guitar no se limitan a ir de la iglesia a la compra y de allí a la casa y a la cocina de leña o a asistir al baile de militares donde conocer al apuesto oficial; aquí son ellas las que manejan las armas, las que llevan los pantalones, figurada y literalmente. Por cierto, la historia de Johnny Guitar corre a cargo de otro maestro, el guionista Philip Yordan, autor de historias cinematográficas como Más dura será la caída o Rey de Reyes, además de productor y dramaturgo, antes de que, a la desesperada, por defender sus ideas frente a una nación enfervorecida contra el comunismo, con el senador McCarthy y los Diez de Hollywood como telón de fondo,.no tuvo otro remedio que exiliarse en nuestro país, donde llegó a colaborar en grandes superproducciones como ‘El Cid’, ’55 días en Pekín’, o ‘La caída del Imperio romano’, y que en esta ocasión adapta libremente la novela de Roy Chanslor editada por primera vez en España más de sesenta años después.


La película se tllama ‘Johnny Guitar’, pero en realidad el actor que lo encarna, Sterling Hayden, es un antihéroe secundario en la trama al que tampoco favorece el nombre utilizado (y hoy, por fortuna, olvidado) en la España franquista para la película, ‘Mujer Pasional’. Vienna, nuestra verdadera heroína, no está en absoluto motivada por sus emociones. Todo lo contrario, espera paciente para tomar sus decisiones. En la película, son dos mujeres en un escenario arquetípicamente masculino. Una, Vienna, mujer hecha a sí misma y que no se disculpa por su pasado, por su vida, sus anhelos y sus amores. Otra, Emma, asimismo pujante y poderosa, pero que se siente ofendida por la libertad de Vienna y retuerce su espíritu despechado y rencoroso, entre la envidia y los celos. Nada bueno puede acarrear este duelo sin concesiones, duelo de naturaleza shakespeariana, violento, donde los roles están invertidos, donde los personajes son en el fondo seres inadaptados, rebeldes, individuos que buscan su lugar, su espacio. El autoexilio, el vive y dejar vivir imposible, que se encuentra frente al desamor y los celos, a la envidia y el miedo, a la manipulación de las masas, a la animadversión hacia el otro: al diferente, al extranjero. Y cómo no, al corazón, ése que desborda y sobrepasa todos los frentes, que arrasa con la viabilidad de cualquier alianza, y al fin arrastra a todos los personajes. Pero Johnny Guitar no es un western más de venganza y rivalidad; el arte cinematográfico de su director Nicholas Ray adapta el género a su conveniencia intelectual, traslada al Lejano Oeste la verdadera tragedia, en la que elabora un concepto existencial, sirviéndose de aquellos colonos que, pretendiendo defenderse de los posibles nuevos moradores, convierten a Johnny Guitar en una parábola, una narración didáctica, sobre la persecución xenófoba.: la sociedad bien pensante, inamovible, contra el recién llegado, la moral cerrada al progreso para lavar los trapos sucios en casa. Muchos también han querido ver una fábula sobre la caza de brujas en Hollywood, de la que paradójicamente fueron víctimas Mercedes McCambridge y el guionista Yordan. El juego de miradas y silencios eróticos (demasiado para las convenciones sociales del western y de la época de su realización) y los diálogos entre las mujeres supusieron varias lecturas sexuales, que la censura y el Código Hays, así como los adeptos a la infame normativa –demasiados entonces– aprovecharon, llenando los periódicos de críticas negativas, de problemas con la censura y con la distribución americana. La crítica europea, más libre en aquellos tiempos, la calificó sin embargo de “Obra Maestra”, y valoró la película como uno de los grandes filmes no solo del western, sino como “un filme de leyenda” para FrancoisTruffaut, que se atrevió además a escribir de Joan Crawford y su actuación así: “ella, que fue una de las diosas de la belleza en Hollywood, pone su rostro al límite de tal belleza, irreal, con voluntad de hierro, como un hermoso fantasma de sí misma, un fenómeno, un rostro crispado que constituye, por sí sola, un verdadero espectáculo”. El valor de la película quizás resida en la forma en que se narran los hechos. Esta joya del séptimo arte tiene la peculiaridad de convertir a sus protagonistas en mujeres, equiparando su fuerza interpretativa a los típicos personajes caracterizados por John Wayne o Gary Cooper


En esta historia todo el mundo está celoso. Todos menos Vienna que parece mostrar una aptitud personal de superación; Johnny Guitar siente celos por el pasado de viejo amor, Emma no soporta que su archienemiga y Dancin’ Kid sean algo más que amigos, el pueblo siente celos de Vienna por sus progresos e incluso Dancin’ Kid siente una mezcla de envidia y admiración por Johnny Guitar, a pesar de ser su antagonista. Fíjáos en el pelo de ambos, uno es rubio y otro moreno. Un signo que nos indica rivalidad, enfrentamiento. Los actores nunca son elegidos al azar. Además, este western tiene como novedad el cambio del punto de vista, ya que nos sitúa en el lado oscuro, pero sin juzgarlo, plantea un dilema moral, enfocando su crítica hacia el pueblo ¿De verdad la mayoría siempre tiene la razón? ¿Y si están equivocados? ¿Y si los mueve solo una ideología extremista? Piénselo. Nuestros protagonistas no son unos santos. Johnny Guitar, es un pistolero que huye de un pasado lleno de muertos; Vienna, figura como la intrusa que intenta apoderarse de la región, apoyando la llegada del ferrocarril para su propio beneficio; o los bandidos comandados por Dancin’ Kid que tratan de hacerse ricos recurriendo a la fuerza. Todos ellos personajes con los cuales nos identificamos, a pesar de estar al otro lado de la valla, aquella que suele dividir el bien y el mal. El director nos traslada la pregunta sobre donde se sitúan cada uno de los personajes. No es tan sencillo como parece porque quizás no todo en la vida sea blanco y negro, ¿verdad?


En cuanto a la estructura de ‘Johnny Guitar’, cabe señalar la tensión que se mantiene a lo largo de todo momento para atrapar nuestra atención. Cuenta, en primer lugar, con una presentación que nos muestra la llegada de Johnny Guitar y la muerte del hermano de Emma en el asalto a la diligencia, un inicio puramente teatralizado, ambientado en un solo escenario, donde nos dan a conocer a todos los personajes de la película y en el cual la tensión comienza a ascender hasta que se rompe con la aparición de Johnny cogiendo un vaso de whisky a punto de caer. Sterling Hayden interpreta a un forastero que media entre la tensión, situándose físicamente en medio de los bandidos y el Marshall. No quiere líos. Él no lleva revólver, de modo que solo le queda la música para apaciguar a las fieras. Esta presentación contaría con un detonante, el momento en que nuestro vaquero coge las pistolas para desarmar al joven bandido y nos muestra por fin de qué pasta está hecho; una escena que inevitablemente nos conduce al nudo, rompiendo ya con la calma tensa del universo de la historia con el atraco al banco como punto central, el motivo de la venganza. Como consecuencia de este atraco, el pueblo se mueve en una masa, típicamente macarthyana, como una caza de brujas, contra el individuo indefenso, en este caso Vienna y Johnny. Y ¿qué decir de la música? Si hablamos de la banda sonora debemos de mencionar la maravillosa canción de Peggy Lee, que a modo de leitmotiv nos recuerda constantemente el amor y el pasado compartido entre nuestros dos protagonistas, una de las melodías más emocionantes y evocadoras que cabe escuchar, descripción dolorida y serena de la añoranza del amor perdido, ‘Johnny Guitar’ es una canción sublime en la voz de Peggy Lee, quien además escribió la letra.


La vorágine de odios, linchamientos, ambiguas tensiones sexuales, persecuciones y tragedias se apuntalan en la dramática y modélica orquestación del grandísimo
Victor Young, autor de la banda sonora quien, como violinista que fue, brilla en las cuerdas de grave lirismo, sobre el sencillo y conmovedor arpegio de guitarra. Y sí, la película es una historia de amor con mayúsculas. Porque al contrario de lo que Vienna asegura a Johnny, “…cuando una llama se extingue, solo quedan cenizas”, el deseo y el ansia con la que aún se aman, la pasión desatada, crea en esta obra maestra ese renacer del ave que surge de dichas cenizas. Ved un clásico contemporáneo donde el vive y deja vivir que anhelan los protagonistas se encuentra acorralado por odios y celos, como bien reflejan el vestido blanco de Vienna y el negro de Emma. Blanco y negro dentro de un colorido escenario como las únicas posibilidades. ¿Os resulta cercano o conocido? Si podéis, no dejéis pasar este enorme, retorcido, espléndido western, lugar de desafíos verbales entre hombres, de desafíos de armas entre mujeres; de diálogos antológicos; entre ellos, el más hermoso diálogo de amor nunca escrito para la pantalla: diálogos como disparos unos y como silencios otros, balas, proyectiles que salen como fuego de la garganta o se esconden en ellas como simas oscuras. Razones para ver esta película hay muchas, ahora solo hay que buscar una excusa para darse el regalo de reencontrarse con ‘Johnny Guitar’.

 

jueves, 15 de diciembre de 2022

Alguien cantó... de oídas.



Si hubiera que nombrar cantantes que sin tener ni idea del idioma triunfaron entre nosotros con su música “traducida
fonéticamente” aunque con pronunciación, cuando menos, exótica, seguro que la palma se la llevaría Nat “King” Cole, seguido de cerca por Matt Monro, en este caso con la canción “Alguien cantó” que, además, marcó un antes y un después en la carrera del cantante. Cuando suena esta canción, todo el mundo la asocia a la melodiosa voz de este cantante británico pero, en honor a la verdad, hay que decir que uno de sus autores fue el cantante y actor austríaco Udo Jürgens, que la compuso y la grabó en 1966 en alemán, haciendo posteriormente versiones en inglés y en italiano. Pero la versión de ese 'The music played', traducida al castellano como 'Alguien cantó', que triunfó en el mercado de habla hispana fue la de Matt Monro, un cantante que se dio a conocer en todo el mundo al interpretar la canción de la película de James Bond 'Desde Rusia con amor'. Vida curiosa la de Matt Monro. Nacido en Londres como Terrence Edward Parsons, con catorce años dejó la escuela y se puso a trabajar como chico de recados y con sólo diecisiete años se ofreció como voluntario al ejército estando destinado a la colonia británica por entonces en China, Hong-Kong durante dos años donde, en la radio local le dieron un programa musical para él titulado "Canta Terry Parsons" a inicios de los cincuenta. De regreso a Londres, trata de hacer una carrera de canto; al principio tuvo poco éxito y se vio obligado a tomar un trabajo como conductor de autobús para complementar sus escasos ingresos. Pasando de un plumazo las penurias, su golpe de suerte llegó en 1958, cuando la discográfica EMI quedó impresionada por su voz, tan similar a la de Frank Sinatra. Representó al Reino Unido en Eurovisión en 1964 y quedó segundo, pero se dio a conocer más como el «Sinatra inglés», todo un crooner en el más estricto sentido de la palabra que alcanzó grandes éxitos en la década de los sesenta, con temas como «Born Free», o algunos de los temas de las películas de James Bond como «From Russia with love». Ya consolidado como una estrella, Matt Monro empezó a grabar sus temas en español, pasó a ser número uno en Sudamérica y consiguió un disco de Platino con "Alguien cantó", gozó de mucha popularidad entre la juventud .e hizo la versión melódica del tema "Yesterday" de los Beatles, llegando al número ocho de éxitos en las listas americanas. Pero cuando estaba en plena forma y hacía giras por Europa, América, Filipinas, Japón y Australia llenando estadios, teatros y todo lugar en donde se presentaba, le detectaron un cáncer de hígado que acabó con su vida a los 54 años de edad. Matt Monro fue sin duda el mejor cantante de habla inglesa de baladas populares, durante los años 60, su potente, melodiosa y elegante voz le permitió gozar de mucha popularidad en su propio país, cruzar los océanos y consolidarse en muchos países, como EEUU, por su sentido del swing.. Sus interpretaciones en español también dieron la vuelta al Mundo y se hizo muy popular en la juventud de nuestro país y en toda Latinoamérica.




 

miércoles, 14 de diciembre de 2022

"Hoy las ciencias adelantan..."



Muchas son las cosas que han adoptado como título ‘la ciencia avanza que es una barbaridad’. La expresión es una deformación de ‘Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad’ y se la debemos, en palabras de Don Sebastián, a una canción de la famosísima zarzuela ‘La verbena de la Paloma’, con música de Tomás Bretón y cuyo libreto escribió Ricardo de la Vega. En la zarzuela, nada más iniciarse la función, y tras el preludio del primer cuadro, aparecen en escena los personajes de Don Hilarión y Don Sebastián quienes comentan los avances de las ciencias en general y de la medicina en particular.

DON HILARIÓN – El aceite de ricino,

ya no es malo de tomar

DON SEBASTIAN – ¡Pues cómo!

DON HILARION – Se administra en pildoritas,

y el efecto es siempre igual, igual, igual

DON SEBASTIÁN – Hoy las ciencias adelantan,

que es una barbaridad

DON HILARIÓN – ¡Es una brutalidad!

DON SEBASTIÁN – ¡Es una bestialidad!

¡Es una bestialidad!


La enorme popularización de esta zarzuela hizo que la expresión fuese enormemente conocida y pronunciada desde entonces por muchísimas personas cuando se quiere destacar el enorme progreso que se ha hecho en determinado campo. Y hoy, hablando de música, viene como anillo al dedo la expresión, pues vamos mucho más alla de la música electrónica, incluso de la música humana.


Animusic es una compañía estadounidense, llamada hasta 1995 “Visual Music”, que se especializa en la visualización en 3D de música, conocida por las compilaciones de animaciones generadas por computadora que publica, basadas en música en formato MIDI. Muchos de los instrumentos aparentan ser robóticos o usan métodos curiosos para producir y para visualizar las composiciones musicales originales. Un inciso técnico: MIDI (siglas de Musical Instrument Digital Interface) es un estándar tecnológico, estandarizado ya el lejano 1983, que describe un protocolo, una interfaz digital y conectores que permiten que varios instrumentos musicales electrónicos, ordenadores y otros dispositivos relacionados se conecten y comuniquen entre sí. La música de Animusic es principalmente rock-pop, reproducida con pocos efectos. No hay canciones o voces, salvo por el ocasional sintetizador de coros y la mayoría de los sonidos de los instrumentos son generados por sintetizadores de software. Muchos de los sonidos se asemejan a las opciones disponibles en los teclados digitales comunes. A diferencia de muchas otras animaciones musicales, la música conduce a la animación. Otras animaciones animan figuras o los caracteres a la música, mientras que las animaciones aquí son primero creadas, después seguirán y jugarán lo que les dice la música. Los resultados son sorprendentes, no solo en cuanto a la sincronización de música y movimiento, sino también con respecto a la imaginación de sus creadores, a la hora de inventar diferentes escenas e instrumentos. Interesante, ¿no?.