sábado, 31 de enero de 2015

Boletín nº 44/1 - ¿Hay que revisar la Ley Hipotecaria?



La casi coincidencia temporal en la publicación de sendos informes oficiales sobre dos caras de un mismo poliedro que es el mercado inmobiliario, uno sobre la evolución de los préstamos hipotecarios concedidos y el otro sobre la evolución de la cara amarga de los desalojos de vivienda por incumplimiento de pago, nos llevan a reflexionar acerca de los desfases de una ley, la hipotecaria, ampliamente criticada desde sectores profesionales y denunciada por el Tribunal de Justicia de la Comisión Europea.
Para ello, estructuraremos tres entradas: una primera comparativa causa-efecto (hipoteca-desahucio), una segunda atendiendo sobre todo a aspectos jurídicos y la tercera centrada en aspectos cotidianos y operativos.


El pasado día 27 de enero divulgó el Instituto Nacional de Estadística (INE) una nota de prensa con el título de Estadística de Hipotecas en la que, con datos provisionales cerrados a noviembre de 2014, informa que la constitución y registro de nuevas hipotecas para la compra de una vivienda creció por sexto mes consecutivo aunque cada vez  con menos fuerza, ya que en noviembre fue un 14,2%, en octubre el 18% y en septiembre el 29,8%. Esto equivale a la firma en noviembre de 15.900 nuevos préstamos hipotecarios, el 10% menos que los 17.687 firmados en octubre.

El importe total de estos préstamos cayó también el 5,6% en noviembre frente a octubre aunque sí que se observa un incremento interanual del 12% respecto de noviembre de 2013. El importe medio de las hipotecas, por su parte, se situó en 104.817 euros, frente a los 99.866 euros del mes anterior, lo que implica un repunte mensual del 5% aunque un recorte interanual de casi el 2%.

En cuanto al total de las hipotecas, tanto sobre fincas rústicas como urbanas, la cifra se elevó el 5,6% interanual, pero se redujo el 11,2% en comparación con el mes anterior, hasta las 24.479 fincas, frente a las 27.554 que había en octubre. De esas hipotecas, 23.011 se constituyeron sobre fincas urbanas, con un aumento del 5,8% respecto al mismo mes de 2013 y una reducción del 11,3% frente al mes anterior.

En cuanto al tipo de interés aplicado, el 7,4% de las operaciones firmadas en noviembre usaron un tipo fijo frente al 92,6% restante que utilizó un tipo de interés variable, en las que el tipo de referencia más usado (87%) fue el Euribor. El tipo de interés medio efectivo para el total de fincas (se incluyen hipotecas sobre fincas rústica y fincas urbanas) fue del 3,48% y el plazo medio de devolución se mantuvo en 21 años.
El número total de hipotecas que variaron sus condiciones en noviembre (básicamente relacionadas con el tipo de interés aplicado) fue de 14.149, lo que supuso un descenso anual del 40,9% respecto al mismo mes del año 2013. Si se limita a préstamos para adquisición de primera vivienda, el número de hipotecas que modificaron sus condiciones bajó el 33,1%.

Sigue la nota desgranando los datos por comunidades autónomas, detallando, por ejemplo, que las que registraron un mayor número de hipotecas constituidas sobre viviendas en noviembre fueron Andalucía (3.183), Madrid (2.565) y Catalunya (2.264), y que, en términos porcentuales, las comunidades con mayor incremento interanual de esos préstamos fueron La Rioja, con el 106,3% más, Extremadura, con el 35,6% y el País Vasco, con el 27,6%.

Atendiendo a los fríos números estadísticos de este informe, podría pensarse que el mercado inmobiliario en nuestro país ya empieza a dejar atrás los negros nubarrones y su consolidación, de nuevo, es casi un hecho comprobable por esa aparente estabilización.
¿Es así o queda camino por recorrer?
Añadir leyenda
Casi en paralelo a la nota del INE, el 13 de noviembre de 2014, dio a conocer el Banco de España una Nota informativa sobre los procesos de ejecución hipotecaria sobre viviendas en la que se da cuenta de que los desahucios (entrega de vivienda ocupada por ejecución hipotecaria) aumentaron un 17% en el primer semestre del año, lo que equivale a 1.218 viviendas. Este nuevo repunte ha tenido lugar pese a la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria de un año atrás, y el dato contrasta, además, con el descenso que se ha registrado en el total de la mayoría de magnitudes.
Según el Banco de España, con datos de las propias entidades financieras, el número de casas que han pasado a ser propiedad de la banca por impago ha bajado un 30% frente al primer semestre de 2013, hasta los 19.565, en los que 7.131 fueron procesos voluntarios con acuerdo entre el banco y el embargado (frente a los 12.719 del primer semestre de 2013) las daciones en pago pasaron a representar el 31,5% de las ejecuciones de primera vivienda al 29,5% entre enero y junio de 2014, y en el resto de procesos, 12.434, intervino el juez .

Es muy interesante observar que las ejecuciones de viviendas vacías caen un 22% mientras crecen las que se han llevado a cabo pese a que la casa estaba habitada en el momento del desalojo, que corresponden a los desahucios propiamente dichos, debiendo citarse por último que han disminuido, pese al repunte, los desalojos con intervención de las fuerzas del orden.

Y es ese punto, precisamente, el que inquieta. Si en algún caso es necesaria la intervención de las fuerzas de orden para llevar a cabo el desalojo, hay que deducir que es para asegurar el cumplimiento de la ley, considerando que, en desahucios, la norma permite dejar sin vivienda al ejecutado y que, tomado prestadas unas acertadas reflexiones del periodista José Ramón Ubieto en su “Psicoanálisis de la crisis” publicado en La Vanguardia, de Barcelona,…. calibrar qué supone para cada persona afectada, desde el punto de vista psíquico, la pérdida de su casa exige saber antes qué valor le da, siempre particular y que va mucho más allá de un bien material. La primera función de la casa, en términos de realidad psíquica, es la de la protección personal, como elemento de subsistencia ante amenazas externas en todas las civilizaciones….. Una segunda significación de la pérdida viene dada por el hecho de que la casa proporciona un sentimiento de identidad y de pertenencia social. La casa es el domus del clan, la referencia simbólica de las generaciones y del linaje….. Finalmente, la casa es proyección del cuerpo y la intimidad….

Muy potente y justa ha de ser una ley que permita quebrantar todos esos aspectos, sin duda. El problema es que, analizando desde el punto de vista, tanto jurídico como operativo la ley hipotecaria, todo indica que, cuando menos, nos encontramos ante una ley claramente revisable.

sábado, 24 de enero de 2015

¿Políticos de casta o casta de políticos?

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua contempla las siguientes acepciones en la definición de la palabra "casta":

   - 1. f. Ascendencia o linaje. Se usa también referido a los irracionales.
   - 2. f. En la India, grupo social de una unidad étnica mayor que se diferencia por su rango, que impone la endogamia y donde la pertenencia es un derecho de nacimiento.
   - 3. f. En otras sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc.
   - 4. f. Especie o calidad de algo.

no contando en esta relación, como es natural, una quinta posibilidad, ceñida al ámbito zoológico.
Es imprescindible esta entradilla si lo que se pretende es analizar someramente, desde el punto de vista objetivo del espectador, los dimes y diretes que se observan a todos los niveles, en la política, en los medios, en la redes sociales, acerca de la popularidad (y aceptación) que ha conseguido el señalar a la clase política sin excepción como "casta", tomado esto casi siempre como peyorativo. 

Se ha de advertir, de acuerdo con el diccionario de la RAE que si el término se asume en su primera acepción, con matices, es inocuo y digno de todo respeto, lo que también se podría decir si se asume su utilización con la acepción cuarta, por lo que cabe deducir que si provoca los enojos y enconos que provoca es porque quien lo recibe supone que quien lo esgrime está usando las acepciones segunda o tercera, es decir, está refiriéndose a "casta" como representativa de alguien que se siente parte de  un grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás.

Un inciso interesante en este punto. Los medios, haciéndose eco de las voces autorizadas de los partidos políticos convencionales (o al revés, que nunca se sabe) hacen responsable de la identificación de la clase política en general con la "casta" en sentido peyorativo a los líderes de la nueva formación Podemos. Pues sin entrar al fondo del tema, lo cierto es que esta particularidad en la acusación de autoría no deja muy bien paradas a Sus Señorías, ya que la idea, ampliamente debatida desde legislaturas anteriores, tomó forma de libro cinco años antes de la irrupción de Podemos en el escenario político (Daniel Montero - LA CASTA -El increíble chollo de ser político en España, La esfera de los libros, 2009), lo que podría llevar a pensar en una cierta falta de hábito de lectura de nuestros políticos o en un cierto desdén, por ignorancia, por la crítica.

Hay múltiples indicadores que apuntan, por desgracia, a que sí, a que los políticos (no necesariamente limitado a los que ejercen las prerrogativas del poder) se sienten situados en un nivel diferente y privilegiado que el resto de ciudadanos y casi olvidan, en algún caso, su papel de representante de los intereses e inquietudes de quien lo ha elegido, pero, de todos esos indicadores que podrían enumerarse, sólo analizaremos aquí, y a vuela pluma, una pequeña muestra.


a) Si es necesario que suceda un 15M para que los partidos tradicionales conozcan las demandas populares, y aún así, se produce la eclosión de nuevas formaciones políticas que asuman estas demandas ante la falta de reacción de los partidos al uso, es difícil mantener la idea de que los políticos no son una voluntaria "clase diferente", ajena a la realidad de sus representados.

b) Si en sede parlamentaria se escucha y difunde públicamente un sonoro, educado y elegante "¡Que se jodan!" por parte de una señoría, dedicado a las clases más desfavorecidas, y ese exabrupto da lugar a aplausos en lugar de censura, es evidente que nos encontramos ante perfiles sociales diferentes. Lo llamativo es que en situaciones análogas se permita al protagonista continuar como representante de la ciudadanía, porque, tras esa demostración pública, ¿a quién representa? ¿de verdad puede representar a alguien o se le mantiene para que apriete el botón correspondiente que le indica su partido en las votaciones?


c) Nadie piense que la impresión de que los políticos se sienten una clase aparte es exclusiva de nuestro país. Impresentables hay en todos lados. Como muestra, un botón reciente: en el Reino Unido, la baronesa Anne Caroline Jenkin, amiga cercana de la difunta primera ministra Margaret Thatcher, que reside en una casa en Kennington, al sur de Londres, valorada en unos 2 millones de euros, y que es miembro de la Cámara de los Lores (la Cámara Alta del Parlamento) desde 2011, donde representa al gobernante Partido Conservador, lanzó una peculiar propuesta para solucionar el problema de hambre en su país remedando la famosa frase atribuída a María Antonieta: "Hemos perdido nuestras destrezas para cocinar. Los pobres no saben cocinar y la comida hecha en casa sale más barata que la comprada hecha". Ante la tormenta provocada por sus palabras ,la baronesa intentó disculparse, pero se reafirmó echando aún más leña al fuego: "He cometido un error. Dije estupideces sin guión pero si hoy en día la gente tuviera las mismas habilidades a la hora de cocinar que las generaciones anteriores, ninguno de nosotros comería tanta cosa precocinada. (…) La vida es considerablemente mucho más barata si se sabe cocinar". Y eso, dicho así en un país en el que la demanda de asistencia alimentaria de emergencia ha crecido de forma acusada pasando de las 128.697 personas en 2011 al prácticamente millón de personas a inicios del 2014, lo que parece confirmar, aquí también, que el mundo en el que viven representantes y representados no es el mismo.

d) Mención aparte, ya que salimos fuera de las fronteras, merece la vida-muelle en la que están instalados nuestros representantes europeos. Hace un tiempo circuló profusamente por las redes una grabación (cuyo visionado puede recuperarse clicando  aquí) cuyo contenido no ha sido desmentido y que ahorra cualquier comentario adicional.



 Está claro que cualquier generalización, máxime en temas tan delicados como este, no es conveniente, y se entienden las quejas, cuando se les incluye en el mismo saco que a la "casta", de aquellas personas dedicadas a la política que ejercen su labor con total dedicación e identificación con sus representados. Por eso llama la atención de que aquellos que deben de dar ejemplo se escuden en el argumento estúpido y manipulador de que "la gran mayoría no es casta", lo cual es rigurosamente cierto, pero eso es igual que si se dijera (en el bien entendido de que se compara únicamente validez o no de argumentos y en modo alguno situaciones) que la gran mayoría de alumnos de este país son ajenos al bullying para justificar que a los que no lo son no se les expulse y apliquen las medidas correspondientes.

Sólo cabe esperar que en próximas legislaturas, en nuestro país y en todos, podamos estar orgullosos de que la palabra "casta" se aplique en todo su valor cuando se afirme que  tenemos representantes "de casta" y no dé lugar a la acepción de que pertenecen a una "casta" privilegiada.


miércoles, 21 de enero de 2015

... más largo que un día sin pan …




Al final resultará que es verdad eso de que la ley del mínimo esfuerzo tiene aplicaciones a todos los ámbitos de nuestra vida, incluido el lingüístico en su vertiente de herramienta de comunicación.

Ciertamente es mucho más cómodo hacerse entender refiriéndose a un concepto para el que se emplea un monosílabo que para otro en el que es necesaria una elaborada teoría explicativa. No debe ser casual que, en la mayoría de los idiomas, la afirmación, la negación, los posesivos, la pertenencia, … suelen ser monosílabos mientras que los verbos que expresan emociones suelen ser más elaborados, y cuanto más compleja la emoción, más enrevesado el vocablo que la define.

Por eso llama la atención (una atención casi hipnótica, todo sea dicho) esos nombres de lugares impronunciables en un primer intento (ni en un segundo, ni en un tercero...). Siempre recordaré un viaje de juventud a Gales, en el que, en el frontis de una gasolinera en la que paramos a repostar, estaba rotulado el nombre completo del pueblo, que en el mapa aparecía simplemente como Llanfair. Pues resulta que el palabrejo es, nada más y nada menos que Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch que, desde luego, ni me ha quedado con exactitud en la memoria ni soy capaz de pronunciarlo. El aburrido empleado del surtidor (debería estar hastiado de contestar siempre la misma pregunta) explicó que el nombre provenía del gaélico antiguo y que viene a decir “La iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de los árboles del rápido remolino por San Tysilio en la cueva roja”. Y se quedó tan ancho.
Gales es así. Después supimos que cerca de allí también hay una vieja estación de ferrocarril, con un servicio turístico prestado en un lozano convoy por el que parece no haber pasado el tiempo desde que se inventó la máquina de vapor, que se llama Gorsafawddachaidraigodanheddogleddollonpenrhynareurdraethceredigion (según las malas lenguas, el lugar y el nombre en gaélico nacieron para hacer la competencia en la captación de visitantes al citado Llanfair...) cuyo significado renuncio a conocer.

Ante semejantes alardes, el nombre que ya nos parecía largo, el de la ciudad mexicana de Paranganciricutirimícuaro, en el estado de Michoacan, se queda en pañales, y ante semejantes trabalenguas solo cabe "contraatacar", en el ámbito lingüístico anglosajón, con el lago Chargoggagoggmanchauggagoggchaubunagungamaugg, lago Webster para los amigos, que ya da indicaciones acerca del exceso que representa el nombrecito al haber dos "traducciones" válidas del mismo, la oficial de "Ingleses en el territorio de los Manchaug, en el sitio de pesca de la frontera" y la popular de "Tú pesca en tu lado, que yo pescaré en el mío y nadie pescará en el centro". 



Picados por la curiosidad y puestos a buscar, encontramos una encantadora colina en Nueva Zelanda, con el sugestivo nombre de Taumatawhakatangihangakoauauo-tamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu (en maorí "La cima donde Tamatea, el hombre de grandes rodillas, el escalador de montañas, el devorador de tierra, el viajero incansable, tocó la flauta a un ser querido", toma ya) y que tiene la particularidad de que se usa en las escuelas de Auckland, junto con sus variantes lingüísticas, para que los sufridos niños neozelandeses estudien el maorí antes de ser autorizados a llamarla simplemente Taumata Hill, como todo el mundo.


Y, para acabar con estos ejercicios de anudar y desanudar la lengua y hacer ver que el sentido común acaba por imponerse, sólo recordar que hay una conocida ciudad del lejano oriente afectada por esta fiebre. En efecto,KrungthepmahanakhonAmonrattanakosin- MahintharayutthayaMahadilokphopNoppharatratchathaniburiromUdomratchaniwetma-hasathanAmonphimanawatansathitSakkathattiyawitsanukamprasit, que significa "Ciudad de ángeles, la gran ciudad, la ciudad de joya eterna, la ciudad impenetrable del dios Indra, la magnífica capital del mundo dotada con nueve gemas preciosas, la ciudad feliz, que abunda en un colosal Palacio Real que se asemeja al domicilio divino donde reinan los dioses reencarnados, una ciudad brindada por Indra y construida por Vishnukam" es el nombre ceremonial completo de una ciudad conocida por sus habitantes como Krung Thep Maha Nakhono,para la gran mayoría del resto de mortales, como.... Bangkok, desde luego algo más pronunciable que su nombre oficial.  

Para aquellos/as interesados/as en destrozarse a la vez la lengua y las cuerdas vocales, he de decir que estos "palabros" son juegos de niños al lado de la que se considera la palabra más larga del mundo, y que no es un topónimo, sino el nombre químico de la Titina, la proteína más grande descubierta, que en inglés tiene la friolera de 189.819 letras (habéis leído bien, ciento ochenta y nueve mil ochocientas diecinueve letras) y que se tarda en leer más de tres horas, como puede comprobarse, con paciencia, clicando aquí.

Es natural y obvio: la gente se entiende y se hace entender hablando de Llanfair, Taumata, Bangkok o titina, sin necesidad de recurrir a la explicación exacta de su significado. Es como cuando se identifica a alguien como corrupto/a con pruebas; basta este vocablo de corrupto/a para entenderse y convenir en despreciarlo/a, y serán otros ámbitos los que determinen el alcance, el tipo de engaño, el objetivo, el uso del poder, los perjudicados, los encubridores, los auxiliadores, etc. para llegar al "palabro" que lo defina con precisión. Pero corrupto/a ya vale para referirse a él/ella.