jueves, 31 de agosto de 2023

Ponte de rodillas.



Eduardo Bautista García fue el Presidente del Consejo de Dirección de la Sociedad General de Autores (SGAE) entre 1995 y 2011, cuando tuvo que abandonar el cargo acusado de apropiación indebida y malversación de fondos; seguro que muchos le recordaréis por este hecho y, también, por su polémica gestión de la SGAE, en particular debido a su apoyo en favor del canon digital. Sin embargo, quizá es menos conocida su faceta como músico y creador musical, no en vano Teddy Bautista (con ese nombre) es uno de los nombres propios de la música española, sobre todo como líder del grupo Los Canarios, banda formada a comienzos de los años sesenta inicialmente con el nombre de Los Ídolos; tras darse a conocer son contratados para realizar una gira por los Estados Unidos. donde, bajo la denominación de «The Canaries», se impregnaron de las tendencias musicales imperantes durante aquellos años, especialmente del soul, género que cultivarían tras su regreso a Europa en 1966. Realizaron una gira por los países escandinavos y, ya en España, fueron captados por el omnipresente Alain Milhaud, con el que empiezan a grabar sus primeros singles hasta que a finales de 1967, nuevo single grabado en Londres y a la venta en el mercado español: “Get on Your Knees / Trying so Hard”. Al principio no pasa nada y aún tardará cinco meses en asomarse a las listas de éxitos, pero tras una actuación en El Gran Musical de la Cadena SER, un apoteósico concierto en la Escuela de Arquitectura de Sevilla y patearse capitales de provincia en actuaciones cada fin de semana, se lía la mundial. Seis semanas nº1 de ventas (llegaría a estar más de treinta semanas en el top 20), seis semanas en cabeza de Los 40 Principales, segundo disco (primero de un artista español) más vendido en 1968, apariciones habituales en los musicales de TVE, ventas más que importantes en media Europa, publicación del disco bien recibida en Estados Unidos, titulares de prensa del tipo: “El mejor conjunto de España”, “El grupo español con mayor proyección internacional”, “Europa canta soul con los Canarios”, etc. Esta canción es una de las imprescindibles del pop español, un tema comercial y de calidad al mismo tiempo, en el que destaca la voz de Teddy Bautista, la sección de viento, el bajo y la batería con los que iniciamos el tema, y ese irresistible ritmo funky-soul tan característico. “Get On Your Knees” tuvo que sortear la censura debido a su confusa letra, en la que no se sabe muy bien si la chica se tenía que poner de rodillas para orar o para otra cosa … Como detalle pues, la letra, un tanto críptica, en la que unos quieren ver un sentimiento vagamente religioso y otros otra cosa. Os dejo el estribillo y que cada cual agarre el rábano por la hoja que le convenga: “You’ve been too long away from home and I’ve been crying / You’ve done me wrong so hear my song if you want to save your love / Turn your face to me / Get on your knees baby and pray, pray, pray for your love”. (Has estado demasiado lejos de casa y he estado llorando / Me has hecho mal, así que escucha mi canción si quieres salvar tu amor / Vuelve tu cara hacia mí / Ponte de rodillas y reza, reza, ruega por tu amor). Teddy Bautista aclaró que estaba dedicada a una novia inglesa que conoció en Ibiza y que siempre despotricaba de todo lo español, a la que debió bajar los humos (no sabemos cómo) para que aceptase la importancia y calidad de lo español. A punto estuvo de no publicarse debido a la censura, pero la explicación de Teddy coló y salvó de la lista negra la canción. El disco fue un descomunal éxito en España y en media Europa y quedará para siempre como la bandera del grupo y una de las CANCIONES con mayúsculas de nuestro pop, que de golpe se sacudió el sambenito de la falta de calidad y su complejo de inferioridad respecto a lo que venía de fuera.



 

miércoles, 30 de agosto de 2023

Música galante.



El déspota ilustrado Carlos III de Borbón fue rey de España desde 1759 hasta su muerte, en 1788; durante su mandato reformuló las leyes, creó la Lotería Nacional, realizó importantes cambios en el trazado de las grandes ciudades, y expulsó a los jesuitas. Lamentablemente, y pese a que su reinado revela un importante resurgimiento de la cultura, el rey era sordo, por lo que la celebración de espectáculos musicales en la corte era escasa; el monarca sólo los consentía para actos de gran solemnidad, a los cuales asistía, estoico, haciendo malabares para no quedarse dormido. Resulta entonces sorprendente que el embajador de España en París convenciera al violoncellista italiano Luigi Boccherini para que se trasladara a Madrid, donde lo esperaban, según el intrépido embajador, grandes éxitos y posibilidades. Luigi, de 24 años entonces, originario de la ciudad italiana de Lucca, luego de pasar por Roma y Milán se hallaba ahora instalado en la capital francesa, disfrutando de alguna fama, principalmente como intérprete, junto a su partner, el violinista Filippo Manfredi. Al poco tiempo de llegar ambos a Madrid, el año 1767, Filippo consiguió un puesto en la orquesta privada del Infante Luis de Borbón, hermano del sordo y que a diferencia de éste, cultivaba cierto interés por la música. Luigi no corrió la misma suerte, y tuvo que conformarse con conciertos ocasionales que le reportaban muy poco dinero. Afortunadamente, Filippo movió sus influencias y en noviembre de 1770 Luigi fue aceptado como violoncellista de cámara y compositor de la casa del infante. El salario era bueno y le permitía a Luigi proseguir su actividad de compositor de música de cámara, libre de preocupaciones materiales, aun cuando las composiciones se convertían en propiedad del infante Luis apenas éstas surgían del magín creativo de Boccherini. Pero como no todo dura para siempre, seis años después, en 1776, el infante Luis, de casi 50 años, encontró el amor donde no debía. Se enamoró de una plebeya y se casó, después que el rey autorizara el matrimonio morganático. pero el infante fue separado de la corte y enviado, con su mujercita, a residir en Arenas de San Pedro, pequeño poblado a ciento sesenta kilómetros de Madrid. Pero no abandonó a sus músicos. Luigi y su amigo Filippo partieron con él, participando luego activamente en las veladas musicales del infante y su esposa, en el “exilio”. Luigi pudo seguir componiendo, pero en el más completo aislamiento de los círcuitos musicales de Madrid, si bien el infante le permitía enviar algunas composiciones para su publicación en el resto de Europa. A la muerte de su protector, Boccherini quedó desamparado otra vez pero Carlos III acudió esta vez en su ayuda concediéndole una pensión en señal del afecto que le había unido a su hermano díscolo. Luigi Boccherini escribió ni más ni menos que 124 quintetos para cuerda, en los que, como era natural siendo él cellista, dobló el cello en vez de la viola, es decir, son piezas para dos violines, viola y dos violoncellos. El Quinteto para cuerdas en Mi mayor del opus 11, publicado en París en 1775, es uno de los más aplaudidos porque contiene el minueto que hasta hoy mantiene a Boccherini en escena, el popularmente conocido "
minueto de Boccherini", que hoy recordamos. Cuando Luigi Boccherini compuso la colección de quintetos de cuerda que contiene el minueto, llevaba ya dos años trabajando como compositor de capilla al servicio del Infante Luis Antonio de Borbón. En España, el italiano absorbió elementos de la música local, sin que el retiro de los grandes circuitos musicales europeos le impidiera mantenerse en el mercado editorial internacional, gracias a sus contactos con diversos editores en Londres y en París. A lo largo del siglo XVIII, el minueto acabó integrándose en diversos géneros musicales clásicos, como el cuarteto de cuerda o la sinfonía, convirtiéndose así en la única danza de la suite barroca en sobrevivir hasta las postrimerías del siglo.



 

martes, 29 de agosto de 2023

Un mundo de hombres.



La vida de James Brown (1933-2006) fue todo menos fácil, nace en los campos de algodón de Carolina del Sur y es abandonado por su madre por la violencia de su padre, que le dejará en manos de una tía suya que tenía un prostíbulo, así que lo normal es que terminara siendo detenido por robo a mano armada cumpliendo tres años de cárcel y otros tres de reformatorio donde formó un cuarteto vocal de góspel que logró una cierta reputación, al punto de llegar a presentarse fuera de la institución y lo que le permitió salir en libertad condicional. En la corte, un solemne Brown le prometió al juez “cantar para el Señor” y a renglón seguido armó los Gospel Starlights, que se transformaron en The Famous Flames. El grupo, que cantaba a capella, fue ganando importancia, al punto que Little Richard en 1955 hizo de contacto para sus primeras actuaciones en la radio. Sin esa mano tendida que le sacó del agujero, hoy el soul, el funk, la música disco o el hip hop, habrían sido totalmente diferentes (o ni tan siquiera habrían existido) al faltarles el que fue teórico y estrella de esos estilos. Con éxitos como la revolucionaria Say It Loud – I’m Black And I’m Proud, que han sido imitadas o fusiladas sin piedad, está claro que esta es una de las figuras indiscutibles de la música del siglo pasado. Su éxito se basará en una voz desgarrada y potente, una música donde la orquesta tendrá gran importancia con un sonido muy personal, unas letras en las que tocará todos los temas desde el amor a la lucha contra la segregación racial, y por una puesta en escena donde los bailes y la teatralidad de la estrella serán espectaculares. Y si todo esto no fuera suficiente a él se le puede atribuir la popularización, si no la invención, del funk. Además la música hip hop sampleó sin piedad sus composiciones siendo una de sus principales fuentes de inspiración. La música contemporánea no sería la misma sin este genio. Nadie puede negar la importancia de Brown en la música negra; nombres como Soul Brother, Padre del Funk, Padrino del Soul o Mr. Dynamite están más que bien ganados por este artista de una extensa y productiva carrera musical, con 58 álbumes editados pero también con una fuerte faceta oscura y violenta. Su música viajó del templo a la discoteca y mostró no sólo la creatividad de un músico autodidacta con un espíritu emprendedor envidiable y un especial olfato para el show business, sino también una personalidad abusiva y de una violencia que hasta el final de sus días no controló. Una de las muestras más claras de los claroscuros de este artista la encontramos en su compromiso a lo largo del tiempo con la educación y su lucha contra la deserción escolar, que acompañó con donaciones por las ventas de algunos de sus discos. Incluso en su testamento conformó un fideicomiso para beneficiar a niños desfavorecidos, básicamente, a través de becas escolares. Sin duda, este activismo social nació de su propia experiencia, ya que si bien creció en la calles de Augusta, Georgia, llegó hasta sexto grado, pero no pudo terminar su ciclo primario debido a que la escuela lo expulsó por no tener la ropa adecuada para asistir a clases. Recordamos a esta controvertida figura con la canción It's A Man's Man's Man's World, cuya letra ha sido acusada de machismo al hacer al hombre la única causa de los avances de la humanidad como el automóvil, el tren, la energía eléctrica, los barcos, los juguetes, y de ganar dinero para comprar cosas. Pero curiosamente la letra es de una mujer, Betty Jean Newsome, y ella siempre ha explicado que lo que dice la canción era traslación de lo que ella veía en las parejas, donde él puede hacer muchas cosas, pero que sin una mujer a su lado no es nada ya que está perdido en la soledad y la amargura.




 

sábado, 26 de agosto de 2023

¿Modelo urbanístico novedoso?


Hace mucho tiempo, en mi época estudiantil y a medio camino entre el deber académico, vinculado entonces a los estudios de Arquitectura, y el puro interés/curiosidad personal, cayó en mis manos un librito de pequeño formato escrito por el catedrático de “Historia del Arte en Arquitectura” Fernando Chueca Goitia1, Breve historia del urbanismo. Recuerdo que, al ojearlo, vi que entre sus imágenes, una me resultaba familiar, y es que, entre los diferentes modelos de urbanismo a lo largo de los tiempos, había un plano, hecho a mano, de La Carolina. Eso me produjo un inmediato subidón de adrenalina; o sea, que era verdad eso de “joya urbanística” y modelo de urbanismo que a veces se oía en el pueblo, ¿no?, pero llevado por una mínima prudencia pese a estar convencido de que “lo mío es único y lo mejor”, si no, no estaría en el libro, me puse a buscar antecedentes. La Real Carolina (ciudad nueva, ojo) fue creada por Real Decreto en 1767 bajo el reinado de Carlos III, siendo nombrada capital de las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena (promovidas por el intendente Pablo de Olavide). Para la fundación de la ciudad se aprovechó el primitivo Convento de la Peñuela, hoy desaparecido, erigido por el carmelita descalzo fray Gabriel de la Concepción en 1573, y que había servido como refugio espiritual de San Juan de la Cruz. Ya en 1749, durante el reinado de Fernando VI, hijo de Felipe V, primer monarca de la Casa de Borbón en España tras la Guerra de Sucesión, existieron numerosos proyectos para la colonización de las tierras de Sierra Morena, una zona abandonada y desértica desde hacía siglos que se había convertido en refugio de bandoleros y maleantes. La colonización de Nueva Escocia a partir de 1707 por parte de los británicos en tierras americanas, despertó interés para plantear este tipo de colonizaciones en España y se presentaron varios proyectos insistiendo en la conveniencia de poblar esta zona argumentando los beneficios que ello traería para la Corona y para los propios colonos que buscaban una vida mejor (exactamente como los refugiados de hoy y de siempre, con ese nombre u otro, con cobertura legal o sin ella, ¿o alguien cree que los colonos eran señoritos?),.pero el rey Fernando VI consideraba que al ser un proyecto de envergadura (con cuestiones tales como cómo se desarrollaban las negociaciones, cómo se realizaría el viaje para los colonos, las poblaciones de paso donde se ubicarían, los gastos del viaje y las condiciones en las que comenzarían a trabajar, proporcionándoles instrumentos y herramientas necesarias para construir habitaciones donde vivir e iglesias y la necesidad de un párroco, un médico, un boticario y un cirujano en cada localidad) no podía llevarse a cabo precipitadamente por lo que no dio su aprobación, bien porque no quería embarcarse en empresas muy costosas, bien por evitar problemas internacionales. Sin embargo, ya se habían sentado las bases de lo que más adelante se convertiría en realidad. La creación de las Nuevas Poblaciones en Sierra Morena. A la muerte del rey Fernando, su hermano Carlos III en España, Carlo VII o Carlo de Borbone como es conocido en Italia, ha de abandonar el trono de las Dos Sicilias tras veinticinco años de reinado para ocupar el trono español y, hombre de ideas claras en cuanto a política, el asunto de la colonización de Sierra Morena le interesó e insistió en la elaboración de proyectos más exhaustivos para finalmente poder ejecutarlos..


En los primeros intentos de llevar a cabo la empresa, se plantearon algunas dificultades con
la llegada de los primeros colonos, el plan no contaba con la aprobación de algunos eclesiásticos y se comenzó una campaña contra los recién llegados ya que algunos eran desertores del ejército, no sabían nada de agricultura, estaban enfermos o tenían una edad avanzada (consta documentalmente que, en contra de lo estipulado en el contrato con la corona española, no se pudo reclutar únicamente a «preciados trabajadores católicos», sino en su mayoría solamente a jornaleros pobres, temporeros, campesinos y vagabundos), sin embargo, la fe en los planes proyectados y la insistencia por parte de los ministros, propició que en 1767 comenzara ya a ser realidad este proyecto de colonización que formaba parte de la Reforma Agraria que plantea el gobierno de Carlos III, uno de los proyectos de mayor relevancia en la historia de España. El Rey toma cartas en el asunto ya que su reputación está en juego. Con los estudios precisos de las tierras y de las condiciones económicas, sociales y administrativas se constituye el Fuero de Las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, firmando el Rey una real cédula en 1767, lo que permitió al fin que pudiera ser realidad un proyecto que resultaría provechoso para todos. Se establecieron así tres grandes zonas con ciudades principales como cabezas de partido, La Carolina (Jaén), La Carlota (Córdoba) y La Luisiana (Sevilla), cuyos términos municipales englobarían a su vez varios pueblos. Los colonos debían ser católicos y vivirían bajo las leyes españolas integrándose totalmente en la sociedad. El reclutamiento lo llevó a cabo el aventurero y militar bávaro (alemán) al servicio como espía del ejército francés Johann Kaspar Thürriegel (1722-1800) trayendo a la zona más de seis mil colonos procedentes sobre todo de Alemania y Flandes, aunque también llegaron algunos de Austria, Italia, etc. y, dentro de la península, de Catalunya y Valencia. Aún hoy en día podemos ver habitantes de esta zona con rasgos físicos característicos de Europa del norte y también perduran algunos apellidos con este origen. Los principales propósitos de este plan urbanístico, social, económico y administrativo estaban claros, por un lado, crear una sociedad nueva con una población próspera que generara riqueza cultivando nuevas tierras y por otro lado, que fuera un camino seguro para comunicar el Sur con Madrid, decisivo para el tráfico de mercancías procedentes de América. Así pues, La Carolina se fundó en 1767 con colonos mayoritarimente europeos, estando finalizado el proyecto urbanístico en 1770 y asumiendo la capitalidad de Las Nuevas Poblaciones; constituyó la quinta circunscripción andaluza junto a Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada con un fuero especial para sus habitantes, fuero que sería derogado posteriormente en varias ocasiones, con José I Bonaparte (1810-1811), con las Cortes de Cádiz (1813-1814) y durante el Trienio Liberal (1820-1823). En 1835 se suprimiría definitivamente y las Nuevas Poblaciones entraron a formar parte de otras jurisdicciones, en el caso de La Carolina, de Jaén.


Veamos ahora la ciudad, un lugar privilegiado, “…una ciudad con un elegante urbanismo, limpieza, orden y rectitud …” en palabras de viajeros como el escritor francés Jean Charles Davillier (1823-1883) que dejó sus impresiones en el libro Viaje por España, viaje que hizo acompañado por Gustave Doré (1832-1883) encargándose éste último de las ilustraciones sobre escenas tradicionales de diferentes lugares de España y personajes populares como El Quijote. El lugar elegido para levantar la ciudad fue un antiguo convento de carmelitas, que hoy en día no se conserva, en un lugar llamado La Peñuela, (¿la actual iglesia?) donde pasó varias jornadas San Juan de la Cruz. Para su trazado urbanístico se utilizó el esquema de un campamento romano en el que hay dos ejes de norte a sur y de este a oeste que se cruzan perpendicularmente, siendo el punto central donde se sitúa el centro de la ciudad, en este caso la Plaza del Ayuntamiento. Se divide en cuadrículas con avenidas rectas y amplias. Su trazado urbanístico fue obra de ingenieros militares y la malla octogonal de su trazado, de forma rectangular, se estructura en dos grandes ejes de axialidad perpendicular:


El eje horizontal, de mayor anchura, coincide con el Camino Real de Andalucía, iniciándose en una plaza mixtilínea (la Plaza de la Aduana) enmarcada por dos torres, y adoptando una solución de perspectiva típicamente barroca. En este mismo eje se ubicarían nuevas plazas en paralelo: una circular, otra hexagonal (que funcionó como plaza de toros) y una última rectangular (o plaza mayor, en donde se instala la Cárcel y el Ayuntamiento).


El eje vertical, más estrecho, divide a la población de Norte a Sur, surgiendo en su vértice septentrional de una plaza presidida por el Palacio del Intendente y el edificio adjunto de la iglesia, para proseguir con la plaza mayor o del Ayuntamiento donde ambos ejes se cruzan, y llegando hasta el Paseo del Molino de Viento.


Plano de la Ciudad de México en 1750.


Este modelo de ordenación urbana -siempre animado por ejes jerarquizados y plazas- conforma su planeamiento urbano barroco, creando una escenografía plástica a partir de la búsqueda de efectos visuales; su origen más inmediato estaría en los modelos de nueva planta experimentados en las ciudades hispanas del Nuevo Mundo ensayados por la corona española siguiendo las Leyes de Indias2. Las ciudades se construían y se organizaban según el modelo castellano, se trazaban las calles conforme a un trazado perpendicular y en el centro se situaba la Plaza de Armas donde se encontraban las autoridades locales y religiosas. Es así como se trazaron las ciudades coloniales y los actuales centros históricos de Santo Domingo, La Habana, Veracruz, Campeche, Panamá, Cartagena de Indias (uno de los más visitados), Santa Marta y demás; la similitud de sus trazos puede observarse claramente en mapas continentales y planos urbanos locales. Una vez establecido un control del territorio americano estable por parte española, Felipe II emitió el "Plan de Ordenamiento Urbano para las Indias", en 1573 (dos siglos antes de la fundación de La Carolina), avalado por el Consejo de Indias, que plantea como principio esencial considerar como tarea primordial para construir una ciudad el trazado de la Plaza Mayor o de Armas a eje y cordel, con definición de las calles, solares y cuadras, y con especificación distintiva entre caminos, calles y carreras principales:; así mismo dispone que de la plaza salgan cuatro calles principales destinadas al comercio. Carlos III puso su empeño en modernizar las ciudades del Imperio Español según el modelo europeo basado en la antigua Roma. Una vez empezada esa labor en la propia capital, Madrid, decretó un plan de reformas urbanas en el siglo XVIII para las Indias. Este plan es destinado a asegurar que todo asentamiento quedara instituido conforme a las reglas de la Corona Española, o sea que, a diferencia del plan de Felipe II, el repartimiento de tierras ya no se planteaba por los conquistadores sino por comisionados reales nombrados por el Visitador (si el reparto era para las misiones jesuitas, se haría de acuerdo con los reverendos jesuitas). El modelo urbano para las nuevas ciudades aplicaba las formas de disposición urbana de finales de la reconquista española, que a su vez volvía a los ideales helenísticos. Este modelo básicamente se trata de unos espacios puestos en rejilla, con plazas en el centro y calles perpendiculares y paralelas en las que los habitantes se colocan a mayor o menor distancia del centro, según la relevancia económica y social de las familias. Pero, ante todo, el plano de La Carolina es un hexágono apaisado, simétricamente trazado y dividido en manzanas, que se postula en torno al principio hegemónico de la perspectiva monumental barroca de origen francés. Como decía Chueca Goitia, en esta época se consideraba la ciudad como un hecho secundario, el poder del rey era mucho más perfecto y capaz de profundizar en el cuerpo entero del país y la ciudad se trataba como un medio para consolidar el poder político, en la cual la ley, el orden y la uniformidad son productos esenciales de la capital barroca. Durante esta época había una gran diferencia entre clases, sin grados intermedios. La ciudad barroca se trataba de pura armonía geométrica, con independencia de la percepción visual (se buscaba mucho la perspectiva visual); en ella se intentaba buscar una fuerte impresión estética y a la vez una gran visión focal o centralista. En el siglo de las ilustraciones y de las luces todo se plantea en simetría tridente de avenidas que convergen en la plaza de armas. Sí, modelo, vamos.

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1Fernando Chueca Goitia (1911 – 2004), arquitecto, ensayista, académico, historiador y erudito, es una referencia ineludible en la arquitectura española del siglo XX. Titulado como arquitecto en 1936 por la Escuela de Madrid, al final de la contienda los arquitectos afines a Franco lo consideraron”desafecto al régimen” y se le condenó, por ello, a diez años de suspensión en el ejercicio de la profesión. Lejos de lo que cabía esperar, este largo período lo aprovechó dirigiendo su vocación por la arquitectura hacia otros cauces. Así, estudió teoría e historia de la arquitectura y, sobre todo, viajó por toda España indagando y cartografiando, como nunca antes se había hecho, su innumerable aunque maltrecho patrimonio arquitectónico. Fundó junto a Dionisio Ridruejo la Unión Socialdemócrata Española y fue senador de las Cortes Constituyentes por la Unión de Centro Democrático (UCD).

2Para ser preciso, de novedad, nada de nada: el arquitecto griego Hipodamo de Mileto,(498-408 a.C.), considerado uno de los padres del urbanismo ya tenía planes de organización que se caracterizaban por un diseño de calles rectilíneas que se cruzaban en ángulo recto. Se utiliza un plano urbano llamado plano ortogonal, rectangular, en cuadrícula o en damero. Las ciudades que presentan este tipo de planeamiento urbano tienen una morfología urbana perfectamente distinguible en su trazado viario. Este tipo de planeamiento tiene la ventaja de que su parcelamiento es más fácil por la regularidad de la forma de sus manzanas. Pese a esta simplicidad aparente, este tipo de plan presenta algunos inconvenientes, pues prolonga la longitud de los trayectos. Para evitarlo se puede completar con calles diagonales. Para aumentar la visibilidad en los cruces de las calles estrechas, se pueden diseñar edificaciones con chaflanes. Hay ejemplos de planos ortogonales en el Antiguo Egipto, Babilonia y América. En la Edad Antigua destacan las ciudades helenísticas y las que surgieron de un campamento romano; en la Edad Media las bastidas francesas y las nuevas ciudades como, en concreto, las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena fundadas en tiempos de Carlos III, como La Carolina (Jaén). Las investigaciones sobre el Antiguo Egipto y Babilonia muestran trazados urbanos ortogonales anteriores incluso a la época de Hipodamo.

 

jueves, 24 de agosto de 2023

Música para el abandono.



El rock y el pop en todas sus variantes han dominado la música popular durante los últimos setenta años, y ese predominio ha supuesto que otros estilos se hayan visto arrinconados como son,
entre otros, el blues y el soul. A éste último pertenece esta joya que hoy traemos y que demuestra la elegancia y la fuerza que tiene este sonido. Ahora vemos como el R&B contemporáneo, el reggaeton, el trap y otras formas de hacer música, siendo muy abiertos a la hora de entender lo que es algo musical y lo que no, se están imponiendo en los medios de comunicación y redes sociales, y eso es algo que debemos combatir porque sólo en la variedad vamos a encontrar respuestas a todas las necesidades que nos pueden surgir. Quien sólo se queda en una forma de entender la existencia, sin duda quedará a oscuras de casi todo. Percy Sledge (Percival Tyrone Sledge) nació en Leighton, Alabama (EE.UU.), hijo de aparceros negros de Tennessee y empezó a cantar en la iglesia baptista mientras escuchaba a los artistas de country y cantaba en un grupo de gospel local; se ganaba la vida como celador en el hospital Colbert Country y recogiendo algodón pero, durante los fines de semana y algunas noches, se dedicaba a lo que realmente le gustaba, que era la música. Además, se atrevía con todo: “Cantaba cualquier estilo de música: los Beatles, Elvis Presley, James Brown, Wilson Pickett, Motown, Sam Cooke, los Platters”, según el propio Percy. Una noche, dos músicos, el bajista Calvin Lewis y el tecladista Andrew Wright, improvisan un lento blues a pedido de Sledge, desgarrado por un amor perdido. ¿qué pasaba con el melancólico Percy aquella noche? Estaba pensando en su novia Lizz King, que había decidido dejar la ciudad de Sheffield, en Alabama, para seguir una promisoria carrera como modelo en Los Ángeles; esta decisión rompió el corazón de Percy, quien había sido despedido de su trabajo como obrero del algodón, y su otro trabajo como celador del hospital no le permitía acompañar a Lizz. “No tenía dinero para ir detrás de ella, así que no podía hacer nada para intentar recuperarla”, diría Percy años después, cuando la canción inspirada en aquel sentimiento ya era un éxito. Y lo que surgirá de aquella noche será una canción que dará inicio a lo que, por años, será el momento más esperado, el de los lentos: “When a Man Loves a Woman”. En realidad, la canción nacida de aquella improvisación se llamaba “When did you leave me baby” (Cuando me dejaste nena). pero se cambió por “When a man loves a woman” (Cuando un hombre ama a una mujer). El éxito absoluto de la canción, que aún sigue vigente en sus múltiples versiones, dio ganancias inmediatas a los músicos, pero no a Percy, quien siempre sostuvo que fue lo que fue gracias al trabajo de todos. El 15 de julio de 1966, Percy Sledge obtuvo el disco de oro por el single y ese verano la canción se impuso a tal punto que los medios crearon una nueva categoría, los slows de verano, o, lo que es lo mismo: “los lentos”.“When a Man Loves a Woman” fue la única canción de Percy Sledge en llegar al número 1, a pesar de que el disco The Percy Sledge Way, de un año después, incluye temazos como The Dark End of the Street y Drown in My Own Tears. .Continuó actuando con notable éxito por todo el mundo, destacando en Sudáfrica, donde actuó ante audiencias integradas en desafío al gobierno del apartheid pero problemas fiscales le amargaron la existencia hasta su muerte en 2015. La letra de la canción es la desgarradora muestra de cómo el amor puede anular la voluntad de cualquiera con tal de mantener el favor de la persona amada por mala o negativa que sea. El suave y acompasado arranque de las notas del órgano Hammond con el apoyo de la batería, el bajo y la guitarra de este tema es mítico y precede a la voz desgarrada, sufriente y poderosa del cantante que es apoyada por los coros en los estribillos. Ya cuando entra la sección de viento a todo trapo es el acabóse. Veinticuatro años después, en 1990, Michael Bolton realizó una versión del tema, alcanzando también varios números uno en las listas estadounidenses y obteniendo el Premio Grammy a la Mejor interpretación vocal pop masculina en 1992.


miércoles, 23 de agosto de 2023

Y grillos, y cigarras...



Hay una pieza musical que estoy seguro que todos han escuchado, pero cuya historia es desconocida. Se trata del Vuelo del moscardón, una pequeña pieza muy rápida que está transcrita para muchísimos instrumentos y se utiliza incluso como prueba de velocidad en el récord Guinness de violín por ejemplo. "El vuelo del moscardón" (literalmente en ruso "El vuelo del abejorro") es un interludio orquestal escrito por Nikolái Rimski-Kórsakov (1844-1908) para su ópera El cuento del zar Saltán, (ojo, el nombre completo del poema de Aleksandr Pushkin, padre de la literatura fantástica rusa, en que se basa la obra, y también de la ópera, es El cuento del zar Saltán, de su hijo y el célebre y poderoso príncipe bogatyr Gvidón Saltánovich y de la bella Princesa-cisne), compuesto entre 1899 y 1900 para conmemorar el centenario del poeta. Originalmente fue compuesta para una voz cantando al mismo tiempo una letra referida al hijo del Zar, que era convertido en un moscardón por un cisne mágico. La pieza cierra el Acto III, Cuadro I, (aunque se repite en forma modificada en el cuadro subsiguiente, Acto III, Cuadro 2) justo después de que el Ave-Cisne mágico le da al príncipe Gvidón Saltánovich (el hijo del Zar) instrucciones de cómo transformarse en un insecto, entonces puede volar para visitar a su padre (quien no sabe que él sigue vivo). música descriptiva que manifiesta el vuelo del príncipe Gvidón convertido en abejorro. Aunque en la ópera el Ave-Cisne canta durante la primera parte del "Vuelo", su línea vocal es melódicamente desenvuelta y fácilmente omitida; este hecho, combinado con el hecho de que el número decisivamente cierra la escena, crea una fácil extracción que hace posible a la pieza orquestal. Por cierto, esta pieza no constituye uno de los movimientos de la suite para orquesta que el compositor derivó de la ópera para los conciertos. "El vuelo del moscardón" es reconocible por el frenético ritmo al que es tocado hasta el tempo, con casi ininterrumpidas carreras, de forma que no es tanto la altura o el rango de las notas que se tocan el problema del músico, sino simplemente la habilidad de moverse con suficiente rapidez. Aunque la versión original para orquesta misericordiosamente asigna en parte la nota dirigiendo a diversos instrumentos en tándem, en el tiempo transcurrido desde la composición de la pieza se ha convertido en un escaparate de virtuosismo instrumental en solitario, ya sea en el original o con violín y en prácticamente cualquier otro instrumento melódico. La música, por cierto, apareció en una escena clave en la película de 2003 de Quentin Tarantino, Kill Bill parte 1.


martes, 22 de agosto de 2023

Hoy no sería posible.



Gary Puckett And The Union Gap fueron un grupo de rock melódico de cortísima vida. Habiendo comenzado su actividad en 1967, aprovecharon el éxito que estaba teniendo el álbum “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” de The Beatles para tomar una estética militar, inspirada en el ejército del sur estadounidense. De poco le valieron estas estrategias comerciales. Sólo eran una banda de pop, potente pero meloso, y tres años después desaparecieron; dejándonos unos pocos éxitos como "Woman, Woman"; "Over You"; "Young Girl"; y "Lady Willpower”, entre otros. Precisamente sobre Young girl, hoy impensable, hablaremos. Es un tema de mas de un millón de copias vendidas en el mundo y que ha ganado un disco de oro, escrito por Jerry Fuller e interpretado por esta buena banda Gary Puckett & The Union Gap. La canción, como toda obra artística, tiene un contenido que puede ser malinterpretado o llevado a la polémica o provocación. En el tema se habla de una persona que se da cuenta que una chica es menor de edad y muy por debajo de la edad legal de consentimiento y le pide que se vaya antes de cometer una locura o ir demasiado lejos. Es cosa, en último extremo, de cada quien interpretar este hecho según su criterio. Luego Jerry Fuller explicó la inspiración del tema que no era más que una reflexión sobre el hecho de que los artistas se encuentran frente a grupos de adolescentes y muchas veces los jóvenes 14 años se parecen a los de 20 años y es muy difícil saber la edad exacta. Es importante el dato de que la canción es de finales de los 60, concretamente del 68, porque en 1965 se había estrenado la película Lolita basada en el libro del mismo nombre de Vladimir Nabokov y que creó todo un mito contemporáneo, el del hombre obsesionado por una adolescente de inocencia cuestionable según a quién se le pregunte y que, sin ir más lejos, en España triunfaba Quince años tiene mi amor, del Dúo Dinámico. Musicalmente hablando, este tema representa un producto más comercial que artístico; esta es una banda que parecía que se negaba a progresar cuando todo el mundo lo hacía, era como si nos dijeran: “el rock es esto que estás escuchando”, cuando en realidad el movimiento musical estaba experimentando ese avance astronómico que lo impulsó en la segunda mitad de los ‘60s y la primera mitad de los 70’s. Mientras aún brillaba el rock psicodélico, nacía el heavy metal, daba sus primeros pasos el rock progresivo y se vislumbraba en el horizonte el rock sinfónico, aún había antiguallas como este tema melódico, completamente recargado de vientos y de cuerdas. Era obvio que si no cambiaban –y no lo hicieron- Gary Puckett y su grupo tenían las horas contadas. Y así, en los inicios de 1969, el éxito del grupo comenzó a decaer; su ritmo meloso no encajaba en la corriente que nacía ese año con la guerra de Vietnam, etc., así en 1971, el grupo se disuelve y Gary Puckett se lanza como solista con poco éxito.

Young girl, get out of my mind.

My love for you is way out of line.

Better run, girl,

you're much too young, girl.

With all the charms of a woman

you've kept the secret of your youth.

You led me to believe,

you're old enough to give me love

and now it hurts to know the truth.

Whaoo-oh-oh.


Young girl, get out of my mind.

My love for you is way out of line.

Better run, girl,

you're much too young, girl.

Beneath your perfume and make-up,

you're just a baby in disguise

and though you know

that it's wrong to be alone with me,

that come on look is in your eyes.

Whaoo-oh-oh.


Young girl, get out of my mind.

My love for you is way out of line.

Better run, girl

You're much too young, girl,

so hurry home to your Mama.

I'm sure she wonders where you are.

Get out of here before I have the time

to change my mind.

'Cause I'm afraid we'll go too far.

Whaoo-oh-oh.


Young girl, get out of my mind.

My love for you is way out of line,

Better run, girl,

you're much too young, girl.

Young girl, get out of my mind.

My love for you is way out of line.

Better run, girl.

You're much too young, girl


 

domingo, 20 de agosto de 2023

El huevo de la serpiente.

 


En una de las películas más infravaloradas del gran director de cine sueco Ingmar Bergman, El huevo de la serpiente, originalmente Das Schlangenei/ Ormens ägg, de 1977, con David Carradine, Liv Ullman, Gert Frobe y Heinz Bennet en los principales papeles, se emplea una poderosa imagen para explicar cómo en 1923, hace ahora justamente cien años, (en la película, la noche del tres de noviembre, para ser exactos) ya se podía vislumbrar la toma del poder por los nazis en una Alemania que estaba en el caos a causa de la guerra perdida (la primera guerra mundial), las luchas políticas y la inflación, y donde Adolf Hitler está preparando el golpe de Estado: a través de la cáscara traslúcida de un huevo de serpiente se distingue durante la etapa de gestación a la serpiente plenamente formada en su interior. En la película, el protagonista, Abel Roseberg, se queda en Berlín a su pesar tras el suicidio de su hermano Max y asiste a la desolación, a la miseria económica y moral, a la contradicción entre las fiestas despreocupadas para unos pocos de los aún locos años veinte y la pobreza causada en la mayoría por la inflación y las consecuencias del desastre bélico. Pero todo eso no va con él; aunque es judío, no se siente involucrado, ni siquiera cuando es testigo de la brutal paliza que pega una cuadrilla nazi al dueño de un cabaret. Incluso, en una escena muy significativa, él mismo arroja un adoquín contra un comercio regentado por judíos, como acusando a las víctimas de lo que les sucede y podría alcanzarlo a él. Pero quizá lo más interesante no es lo que predice, sino aquello en lo que se equivoca: según él, Hitler, ese hombrecillo vulgar, no será la cabeza del cataclismo que asolará Alemania primero y después Europa y el mundo. Y también se equivoca el policía, inspector Bauer, que investiga la serie de crímenes provocados por el doctor Vergerus, un psicópata que se dedica a experimentar con seres humanos hasta causarles la muerte o la locura (y que muestra unas fotos a Abel de un grupo de gente caminando por la calle: los padres, y le dice, no tienen fuerzas ni energía; por humillados y maltratados que se sientan, no se rebelarán. Pero mira a los hijos, esos chicos que en diez o quince años serán la generación joven: ellos –no lo dice así, pero es lo que se infiere- vengarán a sus padres y se vengarán de la miseria soportada. Ellos son quienes tomarán el poder y arrasarán con todo. Es entonces cuando usa la metáfora del huevo de la serpiente: “Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado", profetiza Vergérus.. En la última conversación con Abel, ese inspector que intenta mantener un orden cada vez más amenazado, le informa de que el intento de golpe de estado de Hitler ha fracasado; la República, dice, es demasiado sólida. El reptil,sí, fracasa esta vez, pero la semilla ya estaba sembrada y resurgirá 10 años después. El final de la historia real es más que conocido.


Nosotros también tenemos ahora, quizá, nuestro particular huevo de la serpiente viéndola incubar sin reaccionar. Muchos de los males que anunciaban en Berlín el ascenso de un totalitarismo brutal se están revelando en nuestra sociedad, hemos visto marchas de neofascistas entonando el himno del partido fascista Falange; señoras empingorotadas en el Valle de los Caídos honrando la memoria del dictador, y haciendo el saludo fascista envueltas en la bandera preconstitucional. Pero esta especie de nostalgia de un estado violento no se limita a lo simbólico; hay decenas de agresiones cometidas por grupúsculos ultras de estética neonazi y también se han encontrado alijos de armas en manos de estos grupos. Aunque hay grandes diferencias entre la España actual y la Alemania de los años veinte y treinta del siglo XX, así como también entre la violencia asesina nazi y la, por ahora, mucho más moderada de nuestros extremistas de derecha, no dejan de preocupar los numerosos paralelismos existentes, no sólo en los objetivos, también en los métodos. Si en la Alemania nazi la radio fue usada para intoxicar, inventando noticias falsas –antes de que existiese el concepto de fake new- sobre los crímenes de los judíos, que luego justificarían su persecución y en última instancia el intento de exterminio, en España, una formación que se llama a sí misma partido político (?), bien asesorada, utiliza con la misma habilidad las redes sociales actuales para crear un estado de antagonismo particularmente hacia los inmigrantes, sobre los que inventan estadísticas de crímenes y violaciones, y para desacreditar a cualquier enemigo político y exacerbar el victimismo y el miedo de sus posibles votantes (el discurso de estas formaciones en Alemania, Suecia, Francia, etc, es calcado del español). No parece casual que otra formación pseudorreligiosa utilice la excusa del feminismo (¡vade retro!) para exhibir la efigie del genocida austríaco. Añadamos otros parecidos, como el discurso “hacia adentro” propio de todas las dictaduras, la creación de un enemigo común como aglutinante, el presunto recorte de los derechos existentes oculto tras un discurso moral; pensemos también en ese rasgo tan nazi como es el miedo a la contaminación cultural proveniente del otro, que ya no es el judío, sino el africano, el musulmán, el latinoamericano, que legitima a los miembros más exaltados para agredir a inmigrantes, también a gais, porque la masculinidad sin tacha es otro de los rasgos del discurso dictatorial. La limpieza racial, cultural y social –no olvidemos los ataques a mendigos- siempre han acompañado a todas las variantes de fascismo. Como lo han hecho el acoso a los periodistas (valoremos el nombre de periodistas para los que de verdad lo son) y las amenazas físicas e insultos a los, y sobre todo a las, que se atrevan a criticarlos. Es verdad que la violencia de los movimientos de extrema derecha actuales en España no es comparable a la de los fascismos que asolaron Europa hace décadas, pero la admiración por ellos está ahí, también por el militarismo que desplegaban; y ese discurso que mezcla miedo, odio (consecuencia frecuente del miedo) y la promesa de orden, estabilidad y fuerza suena demasiado conocido. Y también hemos visto, y se repite ahora, que lo que en un momento pareció extremo, poco a poco se va normalizando, asumiéndose como una respuesta dura, sí, pero necesaria; la intoxicación mediante noticias falsas ayuda a crear una sensación de emergencia y la percepción de que precisamente aquellos que más mienten, son los únicos que se atreven a decir la verdad y pueden sacarnos de la crisis, ellos, no los políticos tradicionales, que solo nos engañan. El desprecio a la política es otra de las constantes de los fascismos, lo que no impide que partidos supuestamente moderados se acerquen a los extremistas para utilizarlos, en un juego de aprendiz de brujo que siempre acaba mal. En lo que respecta a España, es un hecho más que documentado que el fascismo aquí no acabó con la muerte del dictador; entonces el poder siguió en manos de los fascistas que, en vez de reimplantar la república derrumbada a cañonazos, aceptaron la monarquía borbónica cumpliendo así el último decreto del golpista Franco. Aquello que llamaron Transición, cuyas pretendidas bondades ellos mismos han repetido como un mantra, en realidad fue una estafa democrática. Muchos años después, incluso el sacar la momia del dictador fascista del monumental templo construido ad hoc y donde se le adora sigue siendo una misión heroica.


Es cierto que no podemos comparar la miseria en la Alemania de entreguerras con nuestra situación actual, aunque sea de crisis económica permanente; la amenaza no es la misma, pero el deterioro de las condiciones de vida en la clase media –que tiende a dejarse seducir por los fascismos en tiempos de crisis profundas- es evidente, también la falta de perspectivas de muchos jóvenes, la sensación de desamparo por parte de una clase política complaciente con la corrupción, cuando no cómplice de ella. Y es posible que muchos no nos sintamos amenazados todavía y sigamos bailando en los salones mientras revientan los primeros escaparates, acosan a los primeros periodistas, atacan las primeras librerías. Y puede que no veamos en los actuales líderes nostálgicos del franquismo (abuelitos apacibles que en su día fueron entusiastas voluntarios en los pelotones de fusilamiento) a gente capaz de poner patas arriba el orden social. Pero, mirando hacia afuera, políticos mediocres han llevado a sus partidos ultras a posiciones de gobierno en varios países vecinos. Y recordemos al comisario y al científico de El huevo de la serpiente: uno sobrevaloraba la fortaleza de la República, el otro minusvaloraba la del líder nazi. El huevo está ahí: si miramos bien, vemos la serpiente moverse en su interior, posiblemente aún difuminada, poco clara, pero ya venenosa. En nuestras manos está que no rompa el cascarón, no sólo mediante medidas policiales y de información veraz, también atacando el origen del mal, muy vinculado, aunque parezca sólo algo político: la falta de confianza, la falta de ilusión, la falta de recursos, esto es, un sistema que acepta la precariedad como algo normal.

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viernes, 18 de agosto de 2023

Ya somos olvido...


Sería inexacto y, posiblemente, presuntuoso afirmar que he leído toda la obra de Jorge Luis Borges (1899-1986) pero sí que es cierto que, en cada lectura, siempre se descubre algo. Hoy, 18 de agosto, día de huella marcada en el recuerdo, cumpleaños que ya no es de una persona que fue muy querida, le estaba dando vueltas a la idea de que la muerte realmente es el olvido y ha caído en mis manos un soneto que empieza así

Ya somos el olvido que seremos,

el polvo elemental que nos ignora

y que fue el rojo Adán y que es ahora

todos los hombres, y que no veremos...

En honor a la verdad es un verso sólo atribuido a Borges y abre un soneto titulado Aquí. Hoy (que, como título, desmejora), no incluido en las Poesías Completas y considerado apócrifo por María Kodama, viuda del escritor. Una frase profética que es sentencia literaria del autor, hace más de tres décadas: “Ya somos el olvido que seremos”. Y somos el olvido, que no es sólo de personas. Como sociedad, nos importa poco quiénes fueron los que estuvieron antes de nosotros, qué hicieron, cómo se formó este legado en que vivimos. Ahora somos un pastiche amorfo, sin sentido, pero lleno de colores y adornos. ¿Para qué queremos historiadores, maestros, literatos, poetas, si tenemos “youtubers” e influencers? Somos el olvido, en la medida en que dejamos que la solidaridad haga aguas frente al témpano de la posmodernidad, la egolatría, el desencanto, el consumo desmesurado y la tecnocracia. Somos olvido, cuando en lugar de mirar a los ojos del otro, nos quedamos extasiados con nuestras “selfies”. Según cifras de antes de la pandemia, cada día en el mundo, se tomaban 93 millones de auto fotografías que, a raíz de los confinamientos, crecieron en forma exponencial. Somos el olvido y lo ejercemos, cuando votamos por compromiso, simpatía o necesidad, por candidatos cuestionados, con nexos oscuros, a quienes con nuestro respaldo les lavamos, jabonamos y lustramos los antecedentes. Somos el olvido, cada vez que, por ser “innovadores y creativos”, copiamos para nuestro entorno nombres foráneos, mientras desechamos palabras aborígenes, quizás con mayor profundidad y significado. Somos el olvido que seremos, porque pareciera que en un país de violencias recicladas, miedos repotenciados y dolores heredados de abuelos a nietos, convertimos la desmemoria en un mecanismo de defensa, para evitar que el recuerdo nos arañe las entrañas. En palabras de Borges, “el olvido es la única venganza y el único perdón”.


O como afirma el escritor Héctor Abad Faciolince en su libro El olvido que seremos: “La memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está lleno de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre una playa de olvidos”. Y tomamos prestadas las reflexiones de Abad en el libro: «Todos estamos condenados al polvo y al olvido. Sobrevivimos por unos frágiles años, todavía, después de muertos, en la memoria de otros, pero también esa memoria personal, con cada instante que pasa, está siempre más cerca de desaparecer. Los libros son un simulacro de recuerdo, una prótesis para recordar, un intento desesperado por hacer un poco más perdurable lo que es irremediablemente finito. Todas esas personas con las que está tejida la trama más entrañable de mi memoria, todas esas presencias que fueron mi infancia y mi juventud, o ya desaparecieron y son solo fantasmas, o vamos camino de desaparecer, y somos proyectos de espectros que todavía se mueven por el mundo. En breve todas estas personas de carne y hueso, todos estos amigos y parientes a quienes tanto quiero, todos esos enemigos que devotamente me odian, no serán más reales que cualquier personaje de ficción, y tendrán su misma consistencia fantasmal de evocaciones y espectros, y eso en el mejor de los casos, pues de la mayoría de ellos no quedará sino un puñado de polvo y la inscripción de una lápida cuyas letras se irán borrando en el cementerio. Visto en perspectiva, como el tiempo del recuerdo vivido es tan corto, si juzgamos sabiamente, ya somos el olvido que seremos, como decía Borges. Para él este olvido y ese polvo elemental en el que nos convertiremos eran un consuelo bajo el indiferente azul del cielo. Si el cielo, como parece, es indiferente a todas nuestras alegrías y a todas nuestras desgracias, si al universo le tiene sin cuidado que existan hombres o no, volver a integrarnos a la nada de la que vinimos es, sí, la peor desgracia, pero al mismo tiempo, también, el mayor alivio y el único descanso, pues ya no sufriremos con la tragedia, que es la conciencia del dolor y de la muerte de las personas que amamos.»

 

jueves, 17 de agosto de 2023

Aporafobia y música.



Ayer, 16 de agosto, hizo años (46 ya) de la muerte, dicen que víctima de una sobredosis de barbitúricos, de Elvis Presley, cantante y actor estadounidense, considerado como uno de los iconos culturales más populares del siglo XX. Elvis
Aaron Presley, El Rey, nace dentro de una familia tan humilde que no tardó en tener que vivir en los barrios marginales de mayoría negra lo cual en el Sur de Estados Unidos era lo peor. En el Instituto empieza su gusto por la estética rockabilly y empieza a experimentar con la música negra que escuchaba en el vecindario. Tras fichar por una discográfica y tras la espera para encontrar la canción adecuada, cuando estaban a punto de abandonar, empieza a improvisar al final de una sesión de grabación con el tema That’s All Right, el resultado es tan salvaje y nuevo que todos tienen claro que han hecho historia y empieza a convertirse en objeto de controversia con los sectores más conservadores norteamericanos que le ven como un peligro moral para la juventud. Se suceden los números uno (Jailhouse rock, King creole, Love me tender, Are you lonesome tonight,… ) hasta que, tras una relación de amor-odio con la industria de Hollywood, marcha a Memphis para grabar el mítico From Elvis To Memphis en el que está una de las mejores canciones de todos los tiempos que es ésta In The Ghetto, que le permite volver a los primeros puestos en las listas, retoma el gusto por las actuaciones en vivo siendo un asiduo de los grandes hoteles de Las Vegas y culminando en 1.973 con el concierto Aloha In Hawaii que fue el primero en ser emitido vía satélite y grabado en sonido cuadrafónico. El estrés le empieza a pasar factura y recurre a los tranquilizantes de los que se vuelve adicto, muriendo de sobredosis en 1.977. Cuando la vida se escribe en letras de canciones y se han escuchado tantas, lo más normal es que uno tenga muchas favoritas, y que de estas se tengan unas para emocionarse, otras para motivarse, estén las que hacen feliz y las que acompañan cuando se está triste, y está “la canción”, esa que cuando se escuchó por primera vez sobrecogió; sin duda se podrían aducir en este caso razones desde la entidad de su intérprete, la profundidad de su mensaje, la producción espectacular, pero todos ellas serían verdades falsas, porque esto es un sentimiento que brota más allá de lo físico y que profundiza casi en lo cuántico, es porque es y ya está. La canción nos narra la historia de rabia y de desesperación que viven los jóvenes en el gueto, donde casi la única salida es la furia, el crimen y la muerte. En un primer momento, “In the ghetto” no iba a llamarse así, lo que resulta curioso, tratándose de la expresión que más repite el estribillo de esta composición. El primer título destinado para este clásico fue “The Vicious Circle”, el círculo vicioso. El tema aborda el ambiente de los barrios bajos, de la decadencia y de la pobreza, narrando la historia de un niño que pierde la vida tras recibir un disparo; un niño de una madre que ya tiene más hijos que no puede alimentar en el gueto de Chicago y el niño crece hambriento, aprende a robar y pelear, compra un arma y roba un auto, trata de correr, pero es asesinado. La canción termina con otro niño que nace en el gueto, e implica que el recién nacido podría enfrentar el mismo destino, continuando el ciclo de pobreza y violencia. La sensación de un círculo ineludible es creada por la estructura de la canción, con su fraseo simple y marcado; por la repetición de la frase «en el gueto» como el cierre de cada cuarta línea; y finalmente por la repetición del primer verso «y su mamá llora» justo antes del comienzo y al final del último verso. La música arranca con unos unas notas de guitarra que dan paso a la voz contenida de El Rey al que se le unen primero los coros melodiosos y después el bajo, la percusión y las secciones de cuerda y viento que van subiendo poderosos para terminar anticlimáticamente en los estribillos. La canción alcanzó popularidad casi inmediata aunque los autores no llegaron a especificar nunca fue el color de piel de su protagonista; esta desracialización del gueto, voluntaria o no, escondía una realidad mucho más rotunda y es que a finales de los años cuarenta del siglo XX, más de la mitad de la población afroamericana de Chicago residía en zonas deprimidas, y los guetos eran zonas eminentemente negras.



 

miércoles, 16 de agosto de 2023

Días de verano.



La duda me invade:
Summertime, de Gershwin, ¿es una pieza de música clásica, un aria, o un standard de jazz de sólo música?. Y no soy el único; George Gershwin (en realidad Jacob Gershovitz; hijo de inmigrantes rusos judíos, 1898-1937) fue un músico, compositor y pianista estadounidense, reconocido popularmente por haber logrado hacer una amalgama perfecta entre la música clásica y el jazz, lo que se llega a evidenciar en sus obras, entre las que figuran Rapshody en blue y Un americano en París junto con los estándares de jazz "Embraceable You" y "I Got Rhythm" y la ópera Porgy and Bess (siguen las dudas), que incluía el éxito del aria "Summertime". Tras estudiar piano pronto empezó a componer obras teatrales para Broadway con su hermano Ira. Se trasladó a París y Maurice Ravel lo rechazó, regresó a Nueva York y escribió Porgy and Bess, que pese a ser inicialmente un fracaso comercial, llegó a ser considerada una de las óperas americanas más importantes del siglo XX y un clásico cultural estadounidense pues la música es específicamente americana y el lenguaje musical es propio de Estados Unidos, además de encarnar la personalidad estadounidense. Con al menos 25.000 versiones, el aria de apertura de Porgy and Bess, 'Summertime', es la canción más versionada del mundo. La canción inspirada en la música afroamericana de la época es una canción de cuna para que el personaje de Clara le cante a su hijo, y se repite varias veces más a lo largo de la ópera. El éxito versátil pasó a ser versionado por miles de artistas, en todos los géneros, desde disco hasta reggae. Desafortunadamente, Gershwin no viviría para ver su canción convertirse en la mundialmente famosa que es hoy. La canción se convirtió en un clásico en el mundo del jazz y rápidamente comenzaron a sucederse las versiones y adaptaciones, de las que la primera llegaría solo un año después de su lanzamiento en ópera y sería la que más trascendencia tuvo puesto que fue interpretada por Billie Holiday, consiguiendo que ‘Summertime’ se incluyera en las listas de éxitos de Estados Unidos. En 1958, el director de cine Otto Preminger realizó una adaptación de la ópera Porgy y Bess para la gran pantalla con Sidney Poitier y Dorothy Dandridge entre otros; obviamente la canción pudo ser entonces disfrutada en el cine y esta nueva versión fue muy bien recibida, llevándose a incluir en algunas listas como una de las mejores canciones del cine americano y obteniendo el Oscar a la mejor banda sonora del año entre otros premios. Después de esto, ‘Summertime’ ha sido versionada por cientos de voces tan diferentes como estilos y registros musicales hay, desde la delicadeza de Sarah Brightman hasta la fuerza de James Brown, desde lo clásico de Kenny G hasta lo rockero de Paul McCartney. Basta con escuchar la adaptación de Janis Joplin y compararla con la de Maria Callas para darse cuenta de lo versátil de esta canción, que suena igual de bien en ambos estilos. Como resumen, y para terminar por todo lo alto, si hay una versión que llega especialmente es la del dúo que hicieron los siempre fabulosos Ella Fitzgerald y Louis Amstrong en 1958, ambos artistas portadores de dos de las voces que integran la historia de la música. La base instrumental es sencillamente preciosa, con el saxofón haciendo de voz principal, que se convierte luego en la voz de Ella, y pasar a terminar siendo la de Louis. ¡Toda una joya para los sentidos! Hasta el lanzamiento del álbum de jazz de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, Porgy and Bess, 'Summertime' todavía era relativamente desconocido, pero la versión de Fitzgerald rápidamente impulsó la canción al centro de atención, no solo consolidándola como un elemento básico del jazz, sino también como un éxito mundialmente reconocible. El éxito de 'Summertime' no se detuvo en Estados Unidos. En los años 70, la canción había viajado a Jamaica y pronto se lanzó la versión reggae; a medida que la canción se difundió por todo el mundo, también lo hicieron varias interpretaciones. Desde la versión de jazz latino en la década de 1980 hasta la versión de la cantante beninesa Angelique Kidjo en 2012 (cantada en su lengua materna), ‘Summertime’ fue adaptada una y otra vez. Pero sigue la duda...


 

martes, 15 de agosto de 2023

Roy Clark.



¡Cinco años ya y sin enterarnos! Buscando otras cosas en la Red,
conocíamos la noticia de la muerte en 2018 de Roy Clark (poco conocido entre nosotros por su nombre) en Tulsa, Oklahoma, a los 85 años de edad, víctima de las complicaciones de una neumonía. Miembro del Salón de la Fama de la Música Country desde 2009, destacó sobre todo como estrella televisiva merced a su programa Hee-Haw, que mantuvo en pantalla treinta años. Su carrera se inició a los 17 años, cuando apareció por primera vez en el Opry y tocó con Hank Willams. Aunque también tocaba el banjo la armónica y la mandolina, fue la guitarra el instrumento con el que se sintió más cómodo siendo conocido por sus versiones instrumentales de "Malagueña", en guitarra de 12 cuerdas, y "Ghost Riders in the Sky".(Jinetes en el cielo). Sus habilidades le permitieron dar conciertos como artista invitado en muchas orquestas importantes y en 1976 encabezó una gira por la Unión Soviética, rompiendo fronteras que generalmente estaban cerradas a los estadounidenses. Al saber su muerte decimos adiós a uno de los más afables embajadores de la música country, cuya sonrisa era irresistible: «Creo firmemente en el poder de la sonrisa. Es muy poderosa», dijo en una ocasión. Fue jugador de béisbol y boxeador antes que cantante y pasó penurias económicas; en I Never Picked Cotton habla de la inutilidad de ganarse la vida con el trabajo físico en el campo, ya que hay otras oportunidades en la ciudad. En el estribillo se dice: «Nunca recogí algodón, pero mi madre, mi hermana y mi hermano sí, y mi padre murió joven en la mina». Más allá de la música country, el nombre de Roy Clark está asociado al de Charles Aznavour, autor de la canción de 1967 volcada en todos los idiomas Hier encore cuya versión en inglés, con letra de Herbert Kretzmer, Yesterday When I was Young, Clark incluyó en su álbum homónimo de 1969, convirtiéndose en la versión más conocida (más que la original francesa) y se convirtió en su mayor éxito, alcanzando el puesto número 9 en las listas. Como curiosidad, Clark interpretó la canción en el funeral del jugador de béisbol Mickey Mantle en 1995, a pedido personal de Mantle. En esta magnífica balada, el narrador recuerda con nostalgia sus años jóvenes; la letra habla de un hombre que reflexiona sobre su vida. 

 




sábado, 12 de agosto de 2023

La(s) Historia(s) que nos cuentan (y 4)


¿Dijiste media verdad?. Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad”

(Antonio Machado)

Hacer uso de las verdades incompletas, verdades a medias o de falsedades con muchas patas cortas (para poder alcanzarlas), ofrece a quien las utiliza la sensación de que no está haciendo nada malo, De que sale indemne de la responsabilidad que tiene con el otro, parece que la piedad por omisión descarga de responsabilidades. Es como quien nos dice aquello de “te quiero muchísimo, pero necesito un tiempo”. O “apreciamos mucho cómo trabajas y valoramos todo tu esfuerzo, pero tenemos que prescindir de tu contrato”. La verdad, aunque duela, es algo que todos preferimos y que a la vez necesitamos. Es el único modo con el que podemos avanzar y aunar fuerzas para desplegar las estrategias psicológicas adecuadas con las que pasar página. Necesitamos dejar a un lado la falta de certeza, y ante todo, esa inestabilidad emocional que supone no saber. Y, finalmente, ir desenmascarando a las falsas ilusiones. Por curioso que parezca, el tema de las medias verdades y su análisis psicológico es algo bastante reciente; Freud apenas tocó el tema pues era un aspecto que quedaba en manos de la ética e incluso la teología y su relación con la moral. Sin embargo, a partir de los años 80 del siglo XX, los psicólogos sociales empezaron a interesarse y a estudiar en profundidad el tema de la media verdad y el engaño, y también toda la interesante fenomenología asociada al respecto. Todo para confirmar algo que el propio Nietzsche ya dijo en su momento: “la mentira es una condición de vida” y decía Unamuno que no hay tonto bueno, que todos, a su manera, saben conspirar y desplegar eficaces artimañas para cogernos desprevenidos. Ahora bien, si hay algo que abunda en exceso en nuestra sociedad no son precisamente los tontos ni los ingenuos. La mentira incompleta o la verdad a medias es la estrategia más familiar que vemos en casi todos nuestros contextos, en especial en las esferas de la política. Puede que nos hayan alimentado con esas verdades a medias que a fin de cuentas, son mentiras completas, puede que nos hayan regalado también falsedades piadosas o que incluso nos hayan repetido una y otra vez una misma mentira con la esperanza de que la asumiéramos como una verdad. Sin embargo, tarde o temprano esa verdad acaba ascendiendo como un corcho que se sumerge en el agua. Explicaciones hay varias: que todo es relativo o que “nadie puede ir por ahí diciendo siempre la verdad”. Sin embargo, más allá de todo esto, lo que es aconsejable practicar y a la vez exigir en los demás es la honestidad. Mientras que la sinceridad y la franqueza se asocian con la obligación absoluta de no caer en la mentira, la honestidad tiene una relación mucho más íntima, útil y efectiva con el propio ser y con los demás. Hablamos ante todo de respeto, de integridad, de ser genuinos, coherentes y de no recurrir nunca a esas artimañas donde se destila la cobardía con la agresión encubierta, como en algunas Redes Sociales. Entendamos por tanto que no hay mentira más perjudicial que la verdad camuflada o la media verdad y que para convivir en armonía y respeto, no hay nada mejor que la honestidad. Una dimensión que a su vez, necesita de otro pilar indiscutible: la responsabilidad.


La Historia oficial está llena de medias verdades que pasan a la categoría de verdades absolutas por el sencillo método de “ocultar la otra mitad”, método del que son alumnos aventajados algunos usuarios, ignorantes y/o manipuladores, que, sin rubor, presentan como contundentes “zascas” lo que no son a la postre sino ridículas peroratas de las que, en su presentación, hurtan la respuesta; eso sí, tienen numerosos seguidores (¿también ignorantes?) consumidores sólo de titulares. Un ejemplo historiográfico de media verdad es presentar sólo como héroes a los personajes históricos; a finales del mes de junio se pudo conmemorar el aniversario del episodio conocido como La Noche Triste, plasmada como una gran victoria azteca sin más. Un vistazo al pasado: el significado de la frase La Noche Triste remite aquel lúgubre episodio donde, por primera vez, el altanero Hernán Cortés se vio humillado, a la par por sus huestes y sus aliados. El conquistador español había llegado a Tenochtitlán el 8 de noviembre de 1519, donde el emperador Moctezuma lo había recibido como huésped de honor. Poco tiempo pasó antes de que Cortés mostrara sus verdaderas intenciones: usando como pretexto la muerte de unos soldados españoles, hizo prisionero al emperador azteca y lo trasladó al Palacio donde se le había dado alojamiento con sus tropas. El 20 de mayo de 1520, Hernán Cortés se vio obligado a dejar la ciudad a las órdenes de su capitán Pedro de Alvarado para ir a Cuba a enfrentarse al díscolo Pánfilo de Narváez1. Durante su ausencia, la nobleza azteca solicitó a Alvarado permiso para realizar una fiesta cuyo ritual asustó al soldado castellano, quien decidió terminar el festejo a golpe de espada y lanza. Esa acción desencadenó la cólera de los aztecas y la crueldad de Alvarado levantó la rebelión: a los españoles sólo les quedó refugiarse en el palacio donde se hospedaban. Cuando Hernán Cortés regresó triunfante al haber derrotado a Narváez, el 24 de junio, la sublevación lo sorprendió y, desesperado ante el ataque de los indígenas decidió, primero, liberar al joven príncipe hijo de Moctezuma bajo la condición de que frenara el levantamiento; el príncipe se unió a su gente. Entonces, Cortés intentó que Moctezuma calmara a su pueblo. Muchas historias giran en torno a esto, pero el hecho es que ese día el emperador fue asesinado. Se dice que al subir a la azotea resultó herido de una pedrada por sus propios súbditos, ya que lo consideraron traidor. Lo mejor era, pues, abandonar la ciudad, y los españoles planearon su retirada. Hernán Cortés supuso que los aztecas darían más importancia a los funerales de su emperador que a la huida de las huestes invasoras, y entregó el cuerpo de Moctezuma a su pueblo. Ya el 30 de junio, mientras los aztecas sepultaban a Moctezuma y designaban al príncipe como sucesor, Cortés preparó su salida; sin embargo, esta no fue inmediata, y los aztecas lanzaran un nuevo ataque. Los españoles volvieron a iniciar su retirad, pero no pudieron burlar la vigilancia: los aztecas se apoderaron del puente y de la calzada de salida, provocando alarma y confusión en las filas españolas: en medio de la lluvia y la oscuridad de la noche, éstas se hallaban prácticamente indefensas. No podían usar sus armas de fuego. Además, muchos soldados murieron ahogados al caer al lago, arrastrados por el peso de sus propias armaduras y de los cargamentos de oro y plata que transportaban .Hernán Cortés fue derrotado en esa noche y, por ende, perdió a la mayor parte de su ejército, hombres, caballos y armamento. Se dice que al ver pasar los restos de sus tropas, vencido lloró de dolor al pie de un viejo árbol al saberse vencido. En una plaza de Ciudad de México se encuentran hoy los restos de un viejo árbol rodeado de una cerca de hierro; según la tradición, bajo sus ramas ya desaparecidas se detuvo Cortés a llorar en la llamada «Noche Triste», aquella en la que tuvo que abandonar la ciudad dejando atrás a cientos de compañeros. Pero la «Noche Triste» no fue la pretendida huida desesperada que se ha presentado, un «sálvese quien pueda» en el que con maligno interés se ha recalcado como el oro ralentizó la marcha y fue la perdición de muchos. No se ha querido mencionar que también ralentizaban los civiles que los aztecas asesinaban sin compasión, ni que además de por salvar el oro, muchos soldados murieron por retroceder para proteger a las mujeres y los sacerdotes. No se ha mencionado como Alvarado dirigió la retaguardia y resistió para dar tiempo a los demás, salvándose in extremis y solo cuando nadie quedaba detrás de él. No se ha mencionado como Cortés, una vez a salvo en la orilla, espada en mano volvió al infierno para seguir luchando. No se quiere mencionar que la mayoría de víctimas que se cobraron los guerreros aztecas no fueron soldados españoles, sino indios tlaxcaltecas, que con valor soportaron la peor parte del combate. La «Noche Triste» fue triste por la de vidas que se perdieron, pero por mucho que se renombre, nunca fue la humillante derrota que a muchos les hubiera gustado.


Hasta aquí la historia oficial ¿y la otra mitad de la verdad? Pues que Cortés salió de la ciudad hacia el rumbo de Totoltepec (actualmente Naucalpan) donde encontró refugio en un sitio fortificado (en las cercanías del actual Cerro de Moctezuma) adonde habría llegado una delegación de indígenas provenientes de Teocalhueyacan (actualmente San Andrés Atenco), quienes entregaron comida y provisiones a les españoles al tiempo que mostraron quejas sobre sus vecinos de Calacoayan, aliados de Tenochtitlan, la ciudad de la que venían los españoles; luego de esto, Cortés en actitud de venganza, se puso en marcha y al llegar a orillas del pueblo de Calacoayan, el 2 de julio de 1520, se dio un ataque sorpresivo y cruel que culminó con la vida de cientos de calacoayenses y el saqueo e incendio del poblado cuyos restos forman ahora la zona arqueológica de Calacoaya: Y esto no lo recoge la historiografía oficial aunque sí quedó registrado en la época por Bernardino de Sahagún2 en su Historia general de las cosas de la Nueva España: ”Y cuando hubieron llegado a un sitio que se llama Calacoayan, en una cañada, un poco arriba, allí donde hay cercas de piedra, mataron y apuñalaron los españoles a la gente… No les habían salido al frente las gentes de allí, los habitantes de Calacoayan: sin culpa suya fueron matados. En ellos desquitaron su ira, en ellos vaciaron su venganza”. Pero esto afectaba negativamente a la imagen del héroe3


Esto de la manipulación de los hechos reales es sólo lo que se ve (quien quiere verlo) del iceberg. En muchos casos se gobierna haciéndole creer a la ciudadanía que se está haciendo una cosa cuando se está haciendo justamente la contraria y los gobiernos terminan siendo generadores de desigualdades cuando el Estado deja de brindar las funciones básicas que tiene que proporcionar, como la educación, la sanidad, la seguridad o la infraestructura, obligando a los ciudadanos a obtenerlas por su cuenta. En un mundo equitativo, algunas desigualdades económicas deberían ser naturales y legítimas. Por ejemplo, las personas que decidan ser austeras y postergar consumo presente para ahorrar para el futuro, es lógico que posean mayores patrimonios, y no habría que castigarlos por ello. Y es muy injusto cuando la desigualdad en las reglas del juego condiciona el progreso social futuro: si hacemos competir a un mono, a una hormiga, a un elefante y a una jirafa para ver quien trepa más rápido un árbol, por más que les demos las mismas reglas, herramientas o incentivos, esa competencia es injusta; el libre acceso a la educación es la mejor inversión para amortiguar el impacto de esas desigualdades. Pero el problema es mucho más serio cuando las desigualdades son fruto de privilegios otorgados por los administradores del Estado a algunas personas o grupos determinados, extrayendo recursos al que se esfuerza y produce, para dárselos al que solo es portador de los buenos contactos de turno. Y existe un gran poder de daño cuando se coartan libertades ajenas. Progresan las sociedades en las que se permite que cada ciudadano desarrolle su potencial del modo más confortable, respetuoso y libre posible, con reglas de juego claras y estables en el tiempo, y sin privilegios para algunos ante la ley. Y se empieza engañando con la Historia...

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1A mediados de mayo Cortés fue informado de que un contingente español había desembarcado con órdenes de apresarle. Diego Velázquez, el gobernador de Cuba, no quería saber nada de Imperios y conquistas y encomendó al capitán Pánfilo de Narváez capturar al loco de Cortés y llevarlo a Cuba. Cortés sabía que su única oportunidad de derrotar a Narváez era atacándole rápido y por sorpresa, por lo que salió en busca del enviado del gobernador con gran parte de su ejército.

2 Bernardo de Rivera, Ribera o Ribeira, más conocido como Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590), fue un misionero franciscano, autor de varias obras en náhuatl y en castellano, consideradas hoy entre los documentos más valiosos para la reconstrucción de la historia del México antiguo antes de la llegada de los españoles. De entre sus escritos destaca la Historia general de las cosas de la Nueva España, verdadero monumento etnográfico, compuesto de doce libros, que apenas tiene precedentes comparables en ninguna lengua. En su día, la Iglesia confiscó la obra al considerar que se oponía a la labor misionera. La obra, cuya redacción le llevó cuarenta años y no se publicó en vida del autor, es un texto capital de la historiografía mexicana contemporánea. Concebida a la manera de un tratado moderno (uso de documentos, cotejo de diversas fuentes, apartados clasificados de forma científica), consta de doce libros. Los nueve primeros tratan de los dioses y diosas, de las fiestas en su honor, de las creencias sobre la inmortalidad del alma y de las ceremonias fúnebres, así como de la astrología judicial, los augures y adivinos, y de la vida intelectual y política, entre otros temas. Los libros X y XI contienen un diccionario, y el XII expone la conquista de México en su versión indígena. Obra metódica y de importancia excepcional, representa un tesoro de conocimientos etnográficos, arqueológicos e históricos que constituye una contribución fundamental al conocimiento de los indígenas en su primitivo tipo de vida. Lo más destacable de este tratado es el método de investigación empleado, precursor del que aun hoy aplican los etnólogos, ya que confeccionó un cuestionario previo, seleccionó a los informadores y recurrió a intérpretes nativos que escribían al dictado náhuatl. Las excavaciones arqueológicas realizadas desde el siglo XX han corroborado muchos aspectos de la obra de Sahagún.

322 de abril de 1577. Cédula Real prohibiendo su obra y cualquier otra que se escribiera respecto a las creencias indias: “El Rey. Don Martín Enríquez, nuestro Visorrey Gobernador y Capitán General de la Nueva España, y Presidente de la nuestra Audiencia Real de ella. Por algunas cartas que nos han escripto de esas provincias, habemos entendido que Fray Bernardino de Sahagún, de la Orden de San Francisco, ha compuesto una historia Universal de las cosas más señaladas de esa Nueva España, la cual es una computación muy copiosa de todos los ritos, cerimonias e idolatrías que los indios usaban en su infidelidad, repartida en doce libros y en lengua mexicana; y aunque se entiende que el celo del dicho Fr. Bernardino había sido bueno, y con deseo que su trabajo sea de fruto, ha parecido que no conviene que este libro se imprima ni ande de ninguna manera en esas partes, por algunas causas de consideración; y así os mandamos que luego que recibáis esta nuestra Cédula, con mucho cuidado y diligencia procuréis haber estos libros, y sin que de ellos quede original ni traslado alguno, los enviéis a buen recaudo en la primera ocasión a nuestro Consejo de las Indias, para que en él se vean; y estaréis advertido de no consentir que por ninguna manera, persona alguna escriba cosas que toquen a supersticiones y manera de vivir que estos indios tenían, en ninguna lengua, porque así conviene al servicio de Dios nuestro Señor”.