miércoles, 19 de junio de 2013

¡Sólo faltaba eso!

De vez en cuando aparece en la prensa alguna noticia relacionada con el fraude que realizan determinados sujetos u organizaciones avispados aprovechando la buena fe de la gente en actuaciones que se presentan como de inspección de las instalaciones precisas para el suministro de servicios, y muy en particular las del gas, cuyo mantenimiento debe ser correcto, frecuente, y tutelado por la compañia suministradora. De esa manera, falsos inspectores de la compañía del gas acuden a los domicilios particulares y, una de dos, o realizan acciones inútiles a precios desorbitados (a pagar en efectivo inmediato, naturalmente) o directamente aprovechan que se les franquea al paso a la vivienda para "distraer" hacia sus bolsillos todo lo que encuentran a mano.


En general, las víctimas de tales estafas/robos son ciudadanos de buena fe que no suelen disponer de medios para descubrir anticipadamente la estafa. Lo que ya resulta más chocante es que algo similar pueda ocurrir en otros campos, en teoría mucho mejor controlados. Y es que, en el proceso de análisis para este blog de las nuevas recomendaciones de control interno divulgadas por el Sepblac (de próxima publicación), nos hemos encontrado de bruces con un aviso en la página de inicio del Organismo, que se puede leer clicando aquí y sobre cuyo contenido obviamos los comentarios.

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