miércoles, 4 de abril de 2018

Vigencia de Martin Luther King

Hoy, día 4 de abril de 2018, se cumplen 50 años del asesinato a la salida de un hotel de Memphis (Tennessee - Estados Unidos) del pastor protestante - de la iglesia bautista o baptista -, líder de los movimientos no violentos para reivindicar derechos civiles y Premio Nobel de la Paz de 1964 Martin Luther King a los 39 años de edad y, para recordar ese hecho, desde hace una semana se están vertiendo ríos de tinta en los medios de comunicación escritos y destinando tiempo en algunas emisoras y cadenas de televisión para glosar la figura del asesinado, por desgracia, en general, como quien se refiere a las manifestaciones no violentas en las que participó como un elogio el diseño de un parque temático o, si me apuráis, como quien canta las proezas de Marco Polo, lejanas en el espacio y en el tiempo y absolutamente inconexas de la realidad de hoy.

Y no es así porque, a poco que se rasque la superficie, la labor de Luther King hace más de medio siglo,ceñida a los Estados Unidos, ofrece aún hoy un abultado catálogo de "asignaturas pendientes" en todos los países que suelen demostrar el endémico e interesado divorcio entre "ley" y "justicia".

Sin que estas líneas aspiren a convertirse en biografía, sí que parece oportuno detenerse en algunos aspectos de su personalidad y en algunos hitos de su historia: Martin Luther King, activista de los derechos civiles1 desde muy joven, organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente negra de los Estados Unidos. Entre sus acciones más recordadas están el boicot de autobuses en Montgomery, en 1955; su apoyo a la fundación de la Southern Christian Leadership Conference (SCLC), en 1957 (de la que sería su primer presidente); y el liderazgo de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en agosto de 1963, al final de la cual pronunciaría su famoso discurso "I have a dream" (‘Tengo un sueño’), gracias al cual se extendería por todo el país la conciencia pública sobre el movimiento de los derechos civiles y Luther King se consolidaría como uno de los más grandes oradores de la historia estadounidense. La mayor parte de los derechos reclamados por el movimiento serían aprobados legalmente con la promulgación de la Ley de derechos civiles de 1964 y la Ley de derecho de voto de 1965 pero basta echar una ojeada a los titulares de las noticias para comprobar que la Ley escrita, su interpretación y aplicación y la realidad social van por caminos diferentes. Y no sólo en Estados Unidos.
Resultado de imagen de lorraine motel
King (acompañado de Jesse Jackson) en el balcón del hotel donde sería asesinado.
El asesinato de Martin Luther King se considera hoy uno de los magnicidios del siglo XX por ser el de quien es recordado como uno de los mayores líderes y héroes de la historia de Estados Unidos, y en la moderna historia de la no violencia.

Los motivos últimos de su asesinato también están entroncados con su activismo: a finales de marzo de 1968, Martin Luther King se desplazó a Memphis para apoyar a los basureros negros locales que estaban en huelga desde el 12 de marzo con el objetivo de obtener una mejora salarial y un mejor trato (a los afroamericanos se les pagaba 1 dólar y 70 centavos por hora, pero no se les abonaba cuando no podían trabajar por razones climatológicas, al contrario de lo que se hacía con los trabajadores blancos. ¿os suena que ya esté resuelta la lucha por la igualdad laboral?) Como consecuencia de las protestas pacíficas de los trabajadores, estalló una oleada de violencia, "oficial" o consentida, contra ellas que degeneró en el asesinato de un joven afroamericano y el 4 de abril de 1968, Martin Luther King fue asesinado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel, en Memphis. El asesinato provocó una oleada de motines raciales en 60 ciudades de los Estados Unidos (125 en total), que provocaron numerosas muertes y obligaron a la intervención de la Guardia Nacional. Aunque tarde, cinco días después del asesinato, el presidente Johnson decretó un día de luto nacional (el primero por un afroamericano) en honor de Martin Luther King.
Por cierto, tras el asesinato, la ciudad de Memphis negoció el fin de la huelga de una manera favorable a los basureros.

El asesinato de Luther King, como el del presidente John Fitzgerald Kennedy unos años antes en Dallas (Texas) es una nebulosa llena de incógnitas: tras algunas investigaciones, dos meses después del asesinato, James Earl Ray, un evadido, fue capturado en el aeropuerto Heathrow de Londres cuando intentaba salir del Reino Unido camino de la actual Zimbabue (entonces la Rodesia segregacionista) con un falso pasaporte canadiense a nombre de Ramón George Sneyd. Ray fue extraditado rápidamente a Tennessee y acusado de la muerte de Martin Luther King; reconoció el asesinato diez meses más tarde y se retractó tres días después aunque se declaró culpable con el fin de evitar la pena de muerte. Fue condenado a 99 años de prisión y murió en ella en 1998.

No son pocas las voces (entre ellas la del propio hijo de King, que apoyó a Ray en si petición, desatendida, de revisión del juicio) que discrepan de la versión oficial de la muerte, tanto por las incoherencias detectadas en la investigación y en el proceso2, sino por la evidencia de que la actividad de King resultaba tan incómoda para las autoridades que el propio FBI no tuvo reparos en declarar públicamente a Martin Luther King como "el líder negro más peligroso y efectivo del país" tras su famoso discurso "I have a dream" en Washington en 1963.
Resultado de imagen de lincoln monument washington dc
Lincoln, que, "legalmente" habia abolido la esclavitud en 1863.
Este discurso, que ha pasado a la Historia (con mayúsculas) y que está considerado frecuentemente como uno de los mejores discursos de ella, fue pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, y se convirtió en un momento definitorio en el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Por hacer un recordatorio, King comienza hablando de la Proclamación de Emancipación que había sido firmada hacía cien años (1863), y de cómo todavía existía la segregación a pesar de lo que ese y otros documentos históricos de su país prometían. Hace hincapié en que ese era el momento para hacer el cambio, y si bien aclara que la violencia no es el camino, su mensaje es poderoso y persuasivo. Pide justicia y cambio, y afirma que es el comienzo de la lucha, aunque descarta la violencia como medio (dedica dos estrofas a prevenir esto). Describe el padecimiento de la raza negra en ese momento con ejemplo contundentes de la vida cotidiana (no poder parar en moteles, no poder votar, etc.), y les pide que sigan luchando por sus ideales. El momento más emotivo es cuando describe -con el famoso "Tengo un sueño"- el país que imagina para sus hijos con su mujer: uno en el que los chicos blancos y negros convivan sin ningún tipo de prejuicio. Despide a los asistentes diciéndoles que vuelvan tranquilos a sus lugares, que de algún modo el cambio iba a llegar. Y termina ampliando la visión de una sociedad unida al hablar no sólo de razas que dejen de lado sus diferencias, sino también de religiones.
Buceando en lo que dicen sus biógrafos, curiosamente, la víspera de aquel 28 de agosto de 1963, su asesor Wyatt Walker le dio un único consejo: "No uses la parte de 'tengo un sueño'. Está trillado, es un cliché". Pero al día siguiente, a espaldas del icónico monumento a Lincoln y ante decenas de miles de personas, King comenzó a leer su "meditado y enérgico" trabajo, pero pronto comprendió "que necesitaba algo más para una ocasión tan extraordinaria", y, dicen, la insistencia de la cantante de gospel Mahalia Jackson, que, sentada cerca del orador en el podio, le instaba constantemente a "hablar del sueño" ayudó a que, en último término, King "decidió usar esa parte porque realmente le llegó la inspiración y sintió que quería compartir una visión de un Estados Unidos mejor con la audiencia". La referencia al sueño no sólo cambió el discurso, sino también la forma de pronunciarlo de King, que dejó de lado el borrador preparado y no volvió a recurrir a él. "Cuando leía el texto, parecía un ponente", recuerda uno de los asesores de King, en el libro sobre el discurso The Speech, del periodista británico Gary Younge. "Pero en cuanto dejó el texto de lado, volvió a convertirse en alguien que pone al descubierto su alma y conecta con los sentimientos del auditorio".
Fuera o no gracias a la mención del sueño, el discurso de King sirvió para dar un impulso definitivo al movimiento por los derechos civiles y conseguir, como se ha apuntado más arriba, que el FBI, que ya le investigaba por los supuestos lazos comunistas de dos de sus ayudantes, le definiera como "el líder negro más peligroso y efectivo del país".

Como estamos acostumbrados a ver (la icónica foto del revolucionario Ernesto "Che" Guevara es un ejemplo paradigmático, adorada estéticamente por gentes que ni siquiera conocen la obra del famoso revolucionario como para decir que estén a favor o en contra de ella), la manipulación adopta formas sutiles y pronto se intentó convertir el discurso en producto de gran consumo, haciendo de algunas de sus frases "carne de poster" para decorar las paredes de la habitación de ciertos pseudorevolucionarios de salón, hasta el punto de que hay varias versiones impresas del discurso en inglés que presentan algunas diferencias entre sí. Por esta razón, preferimos adjuntar en esta ocasión como documento (aunque no sea una maravilla de la técnica audio-visual) la grabación magnetofónica del discurso subtitulada en castellano, para que cada quien saque sus conclusiones. 

Haciendo un ejercicio de abstracción, podemos sustituir las menciones a las personas negras en el contexto estadounidense del discurso por otras referidas a los desfavorecidos, las mujeres, los homosexuales y, en general, las minorías (étnicas, religiosas, lingüísticas,... incluso las de ideas políticas) en otros contextos para confirmar (sin sorpresa, no nos engañemos) que hoy, más de cincuenta años después de pronunciarlo, el discurso de King es de plena actualidad.

Pero es que es más; incluso las formas se repiten. Veamos.

En 1960, la población de Birmingham (Alabama, 350.000 habitantes, 35 % de color) mantenía y aseguraba por medio de la ley local el mayor grado de segregación racial, solo el 10 % de la población negra estaba inscrita en las listas electorales, su nivel de vida medio era menos de la mitad que el de los blancos, el desempleo entre los negros era dos veces y medio más elevado que el de los blancos, y los salarios para un mismo puesto eran, por lo general, muy inferiores en empleos limitados a los trabajos manuales en las acerías. Cincuenta atentados racistas no aclarados, de los que las iglesias negras donde se discutía sobre los derechos civiles fueron objetivos preferentes, entre 1945 y 1962 dieron a la ciudad el sobrenombre de «Bombingham».

Un responsable local de los derechos civiles, que fue detenido por haber violado las leyes segregacionistas pidió la ayuda de Martin Luther King que organizó unas protestas que comenzaron por un boicot comercial en la Pascua de 1963; dado que los dirigentes económicos locales resistieron al boicot, empezaron una serie de manifestaciones no violentas, como las sentadas en restaurantes y bibliotecas, el arrodillamiento de personas negras en las iglesias reservadas a los blancos, marchas de protesta pacíficas, etc.; todo ello con la finalidad de provocar arrestos.
Resultado de imagen de birmingham alabama martin luther king
Martin Luther King resumió la filosofía de la campaña de la siguiente manera: El objetivo de […] la acción directa es crear una situación de crisis generalizada que abra inevitablemente la puerta a las negociaciones. Él mismo fue arrestado el 13 de abril. Durante su estancia en la cárcel, escribió la famosa Carta desde la cárcel de Birmingham (Letter from Birmingham Jail), un ensayo al que nos referiremos más adelante y donde define su lucha contra la segregación y que constituye una apasionada declaración de su cruzada por la justicia y la vida. En tales circunstancias, recibió el apoyo directo del presidente John Fitzgerald Kennedy3, y su mujer, Coretta, el de Jacqueline Kennedy; fue liberado una semana después.

Las autoridades siguieron reprimiendo duramente las manifestaciones pacíficas, provocando reacciones de los manifestantes que le sirvieran como excusa para la represión, pero las escenas de violencia policial, reproducidas ampliamente por los medios, provocaron la reacción internacional y sacaron a la luz la segregación racial existente "legalmente" en el sur de los Estados Unidos. El 21 de mayo dimitió el alcalde por las presiones internacionales recibidas, el jefe de policía fue relevado y en junio todos los carteles segregacionistas fueron eliminados y los lugares públicos abiertos a las negros. Al final de la campaña, la reputación de Martin Luther King se había reforzado considerablemente y Birmingham se convirtió en un elemento importante para el éxito de la futura marcha sobre Washington.

La Carta desde la cárcel de Birmingham, citada anteriormente, fue una carta abierta escrita el 16 de abril de 1963 (y publicada dos meses después en lo que pudiéramos llamar "Hoja parroquial" de su iglesia) por King, que se encontraba detenido, como hemos dicho, después de una protesta no violenta en contra de la segregación racial. La carta es respuesta a una declaración emitida por ocho miembros (blancos) del clero de Alabama cuatro días antes titulada "Una llamada a la unidad" (A Call For Unity) en la que, si bien declaraban la existencia de las injusticias sociales, expresaban la creencia de que la batalla contra la segregación racial se debía realizar solamente en las cortes por medios judiciales y no llevarlas a las calles. King respondió que sin la decidida y firme acción directa, como la suya, nunca se podrían alcanzar los verdaderos derechos civiles. Como él dijo "Este 'Esperar' casi siempre ha querido decir 'Nunca'" y establecía no solo que la desobediencia civil era justificada de cara a las leyes injustas, sino que "uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas." La carta incluye una cita que se utiliza frecuentemente: "La injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes," así como las palabras citadas por Luther King de Thurgood Marshall (primer juez afroamericano en la Corte Suprema estadounidense): "[La] justicia demasiado demorada es justicia denegada."

No es cuestión de buscar paralelismos, que no conducirían a ningún sitio, pero sí que resulta evidente que si hoy se reproducen por cualquier causa situaciones político-judiciales-legales similares a las que requiriesen acciones como las descritas, Martin Luther King sigue plenamente vigente y, lo que es peor, queda mucho por hacer. Quedémonos, en homenaje a su obra, con las imágenes en la grabación adjunta previas al inicio del discurso de Washington, por su alta carga emocional: blancos y negros enlazados, avanzando unidos, pacíficamente pero con determinación, acompañados por la canción We shall overcome (Venceremos), hoy convertida en himno de protesta en todo el mundo, compuesta a principios del siglo XX como un gospel (negro) de iglesia, y popularizada por el cantante (blanco) de folk Pete Seeger.

Y es que, cuando se trata de conquistar Derechos Humanos bajo la forma legal de Derechos Civiles, costará más o menos, requerirá más o menos tiempo, conducirá a sacrificios más o menos duros individuales y colectivos, pero, pese a gobernantes miopes e ineptos, a partidos "demócratas" incapaces de trabajar por la convivencia de las generaciones futuras obcecados como están en conseguir votos como sea (y contra quien sea) para las próximas elecciones, a incomprensión agresiva de una parte de la sociedad (habitualmente manipulada como engañosa supremacía visceral teñida de ignorancia), we shall overcome.
Resultado de imagen de human rights


------------------------------------------
 
1Pese a lo que estamos acostumbrados a oír de "fuentes autorizadas oficiales", el tener ideas discrepantes implica (sobre todo si la democracia es algo más que una palabra bonita) el derecho a manifestarlas y a luchar por ellas, a ser activista, en definitiva. Negar, prohibir o acallar este principio, además de ser indicativo de grave miopía y de arrogancia ignorante, puede ser peligrosísimo para la convivencia futura.

2Se ha especulado con que Ray no era más que un peón en una trama conspirativa. Algunas pruebas que aducen los partidarios de esta teoría son:
- La confesión de Ray fue obtenida bajo presión, amenazado con la pena de muerte.
- Ray era un pequeño atracador y ladrón pero sin ningún antecedente judicial en el que hubiese sido acusado de crimen violento causado con arma.
- Dos exámenes balísticos realizados sobre el arma del crimen, una Remington Gamemaster, nunca llegaron a probar que Ray hubiese sido el asesino o que esta arma hubiese sido realmente el arma del crimen.
- Los testigos de la muerte de King dicen que el disparo no provenía de los apartamentos mencionados en la investigación sino de un matorral próximo a ella. Un matorral inexplicablemente cortado días después del asesinato.

3Algo impensable en nuestras latitudes, especialmente si el presidente no se ha cansado de pregonar que alguien ha sido arrestado por saltarse SU ley.

No hay comentarios:

Publicar un comentario