sábado, 9 de junio de 2018

Azorín, Lone Star y la vida.

Decía Azorín1, de quien precisamente ayer, día 8, se cumplieron los 145 años de su nacimiento en Monòvar (Alacant), que "la vida está hecha de pequeñas cosas". Y algo de razón tenía, ya que los grandes hitos, esos que figuran en el listado de efemérides de cada día, tienen, sin duda, gran relevancia social y pueden tener gran influencia en el devenir colectivo posterior a cuando ocurren, pero son esas otras"pequeñas cosas" las que marcan la vida íntima cotidiana, porque son las que modulan las sensaciones, sentimientos, aspiraciones,... que conforman la vida de cada persona.

Un ejemplo comparativo: quien más, quien menos, seguramente es capaz de decir sin vacilaciones dónde estaba y qué hacía cuando la televisión retransmitió en directo el desastre del atentado y posterior hundimiento de las neoyorkinas Torres Gemelas el famoso 11-S de 2001; nadie cuestiona que estos acontecimientos marcaron un antes y un después en numerosos aspectos, que podían influir en el desarrollo de las actividades cotidianas, no sólo en New York... pero no en la vida íntima de nadie (salvo los afectados directamente, como es natural). Por el contrario, hay "pequeñas cosas",que no constan como hitos, que sí afectan a la vida: a aquel amigo que te trajo de Londres a escondidas el "single" de la canción Je t'aime, moi non plus, de Gainsbourg/Birkin (prohibidísima entonces en España) lo tenemos plenamente identificado,tal vez también representaran, como los atentados de las Torres Gemelas, un antes y un después en un ámbito mucho más reducido, e incluso seríamos capaces de enumerar la influencia que produjo, quizá excediendo el aspecto estrictamente musical, tal regalo en los parámetros de la vida cotidiana.
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Llegados a este punto, no parece descabellado poner en valor la idea de Azorín y admitir que las tendencias y objetivos en el ámbito privado nada tienen que ver con lo que nos comunican las efemérides colectivas. Ya que nos hemos referido a la música, que se confirma como elemento con capacidad para potenciar/modular sensaciones, sentimientos, estados de ánimo, y, en definitiva, todo aquello que condiciona la forma de vivir, sigamos con ella para ver las diferencias: hace 50 años tuvo lugar, básicamente en París, el Mayo-68, sobre el que no nos extenderemos, cuyas consecuencias sociales todos conocemos, y que hoy vemos como algo lejano (en el tiempo y en el espacio), ajeno y en modo alguno personal. El mismo año, el grupo musical Lone Star, dedicado en principio a la música rock, veía reconocida su labor con el éxito popular de su canción Mi calle, convertida en un estándar desde ese momento.

Pero, ¿quienes eran los Lone Star? ¿Quién los recuerda hoy? Pues era un grupo español de rock creado en Barcelona a finales de los años 50 con la pretensión de potenciar aquí todas las manifestaciones musicales (no sólo rock) que venían del mundo anglosajón, así que empezaron tocando (en inglés) temas de blues y de Ray Charles (que eran una auténtica revelación para muchos que lo escuchaban) por bares y locales de Barcelona. En 1964 llega uno de sus grandes éxitos: la grabación de la versión en castellano de La casa del sol naciente, traducción de House of the rising sun de The Animals (en España, la versión de Lone Star llegó a vender más sencillos que la de la propia banda británica y llegó a ser número uno en toda Sudamérica), lo que propició que grabaran otras versiones como, también de The Animals, Comprensión" (Don't let me be misunderstood), o de Rolling Stones, como Satisfacción entre otras.
A partir de 1966 consiguen que la discográfica acepte que la mitad de los temas que graban sean propios y es a partir del citado boom con Mi calle cuando los temas son todos propios.

Lone Star alterna sus actuaciones como grupo de rock y los conciertos como grupo de jazz, algo completamente inaudito por aquel entonces, y en 1976 se convierten en el segundo grupo en hacer rock en catalán (el primero fue Els Corbs que hacían versiones en catalán de temas de Kinks, Rolling Stones, Hollies y Animals).
El grupo tiene como auténtica seña de identidad la inconfundible voz, potente, llena de matices y personalísima de Pere Gené (en activo a sus casi ochenta años), creador, alma y cerebro del grupo, líder indiscutible a lo largo de toda su existencia. Su acusada personalidad y especial carisma se verán reflejados en todos los movimientos ocurridos en su seno. Con una sólida formación musical previa (como concertista de piano actuó en el Liceu y en el Palau de la Música Catalana, ambos en Barcelona, entre otros), es compositor y arreglista de unas 350 canciones. En lo concerniente a las registradas para el grupo, el cantante está considerado como verdadero laboratorio musical en la búsqueda de formas musicales diferentes y profundas, aunque en muchos casos contará con la colaboración de sus "camaradas" a los que luego hará participes, a partes iguales, en los créditos del disco. Por otra parte, es posible que también le condicionara de forma negativa ese espíritu de mejora e investigación a la hora de encontrar la piedra filosofal con la que hacer canciones "light" o meramente comerciales, con las cuales él y su grupo tal vez hubieran conseguido otras metas mucho más fructíferas.

Dejémoslo ahí, aglutinando, para acabar, en una canción el pensamiento de Azorín y la música, indicativa de una vida, de Lone Star.

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1Seudónimo principal de José Martínez Ruiz (1873 - 1967) - también publicó con su propio nombre, así como con los seudónimos Cándido o Ahrimán y alguno más en sus colaboraciones periodísticas-, novelista, ensayista, dramaturgo y crítico literario, miembro "menor" de la llamada generación literaria del 98. Pese a sus inclinaciones anarquistas de juventud, pronto su pensamiento y literatura están ya instalados en el conservadurismo. Es tentado por la política, y durante más de una decena de años ejerce como diputado a la vez que colabora en el periódico barcelonés La Vanguardia como crítico literario (no es de extrañar que un prominente representante de la cultura castellana publicara en las páginas de un diario barcelonés como La Vanguardia, ya que Barcelona fue la capital donde se impulsó y se dio a conocer, según los estudiosos, la generación del 98). Cuando estalló la Guerra Civil huyó del Madrid del Frente Popular y se refugió en Francia, de donde regresó terminada la contienda. Su obra literaria, que se divide fundamentalmente en ensayo y novela aunque también escribió algunas obras teatrales, experimentales y de escaso éxito, tiene gran valor estilístico. Su forma de escribir, muy peculiar, se caracteriza por el meticuloso impresionismo descriptivo, por el característico uso (que "hizo escuela" para la descripción de personas, lugares o situaciones) de una frase corta y de sintaxis simple, por el menudeo de un léxico castizo y por las series de dos adjetivos unidos por una coma. Como ensayista dedicó especial atención a dos temas: el paisaje español y la reinterpretación impresionista de las obras literarias clásicas. Como seña de la generación del 98, también en la obra de Azorín abunda el escepticismo y el pesimismo, les preocupa España (tras la pérdida de las colonias) y sienten un gran amor hacia Castilla.

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