sábado, 1 de diciembre de 2018

A vuelta con la/s patria/s

Que determinados ritos y costumbres de todas las religiones encubren un poso de fanatismo 
irracional, resulta indiscutible; ahí tenemos, si no, para confirmarlo, algo de lo que se 
relaciona con celebraciones aparentemente anodinas, como, sin ir más lejos, la celebración, 
el pasado día 24 de noviembre, de la festividad católica de San Juan de la Cruz. El santo, 
nacido como Juan de Yepes Álvarez, fue un religioso y poeta místico del renacimiento 
español, cofundador con Santa Teresa de Jesús de la Orden de los Carmelitas Descalzos. 
Como poeta, se considera junto con, precisamente, Santa Teresa, la cumbre de la mística 
experimental cristiana y desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española.

Nada llamativo hasta ahí ¿verdad? ¿Y si se recuerda que se veneran sus reliquias1? Pues 
efectivamente, porque tras una azarosa vida, Juan de Yepes muere en Úbeda (Jaén) cuando 
había sido llamado a Segovia por su Orden para ocupar determinado cargo. Tras su muerte, 
su cuerpo es despojado y se inician los pleitos entre Úbeda y Segovia por la posesión de sus 
restos. Estos, mutilados, se trasladan tres años después clandestinamente a Segovia, en 
cuyo Convento de los Carmelitas Descalzos reposan (?) actualmente, con excepción de 
alguna de sus reliquias, que se reparten por lugares por donde pasó en vida. O sea, una 
inmoral lucha, mutilaciones incluidas, por determinar, en base a vete a saber qué 
motivaciones de poder, prestigio o económicas, de dónde es y dónde corresponde trasladar 
sus restos, prescindiendo de sus propias opiniones o sentimientos en vida. 
 
 
Imagen relacionada
Estatua de San Juan de la Cruz en La Carolina (Jaén), ciudad de la que es patrono y donde se custodia una reliquia suya.
 
Casualmente coincidiendo con la fecha del 24 de noviembre, y en el ámbito familiar nos dejó 
la tía “caraqueña”, como la llamaba alguien que tampoco está ya con nosotros, a una edad 
avanzada pero llena de proyectos. Es de justicia reconocer que con sus defectos, virtudes y 
contradicciones (como todos), se ha ido un ser humano que, parafraseando al gran Antonio 
Machado, era, en el buen sentido de la palabra, bueno. Su biografía es tan anodina (o no) 
como la de millones de personas que conforman eso que llamamos gente corriente, sin 
heroicidades especiales destacables (o sí, pero no se magnifican); sin embargo, aparte de 
los sentimientos que afloran por/tras su pérdida, nos apoyaremos con sumo respeto en 
algunos rasgos de su memoria de vida para seguir reflexionando sobre el tema delicado al 
que dedicamos hace unas semanas una entrada de este blog del patriotismo y las patrias.La caraqueña” nació en tiempos de la República en una ciudad de Catalunya, y ésta fue su 
primera patria, usando en su entorno hasta el final de sus días, pese a la distancia, el idioma 
catalán, con el que se comunicaba, sentía y rezaba. Se casó joven con quien después sería 
“el caraqueño”, de familia inmigrante en Catalunya desde otra zona empobrecida de la 
España de la posguerra, inquieto y ambicioso hasta el punto de proponer marcharse sólo a 
América, sondear las posibilidades de trabajar allí hacia un futuro digno y volver a buscar a 
su joven esposa para llevarla con él. Y así hicieron.   

Ya en Venezuela, no fueron fáciles los inicios, no, estando solos en un país entonces extraño, 
con sólo su cabeza y sus manos para abrirse camino, pero, poco a poco, en un día a día 
plagado de esfuerzos y privaciones no confesadas, añorando una tierra, una familia, unas 
costumbres que quedaron lejos, van creando un trabajo que dé estabilidad, un círculo de 
personas con algunos intereses comunes en quienes confiar mutuamente y con quienes 
relacionarse, y… una familia propia, con la llegada de unos hijos sobre los que expresan la 
voluntad de que también sean españoles, pese a que paralelamente van descubriendo e 
integrándose en la nueva tierra de acogida.

Con el paso del tiempo, y una vez conseguida una razonable estabilidad socio-económica, 
deciden volver con frecuencia a España, con el fin de ver y vivir lo que en su juventud no 
pudieron hacer y mantener los lazos de afecto y cariño con los que habían dejado aquí al 
marchar y es entonces cuando empieza a observarse a través de ellos que eso del 
patriotismo, del amor y respeto por una tierra, sus gentes y sus costumbres es un sentimiento 
personal adquirido y que evoluciona, nunca algo que se pueda imponer, pues en su caso 
conviven espontáneamente su deseo de recuperar el pasado con el ofrecimiento a su entorno 
cercano de conocer la que ahora es su tierra, con la que se sienten identificados: el turismo 
de Isla Margarita, los Andes, Colonia Tovar, Canaima,.. la cocina de las hallacas o las arepas, 
la música popular de José Luis Rodríguez o Mirla Castellanos, todo lo que presentaba y 
sentía como suyo ahora . 
 
 
Resultado de imagen de canaima
Canaima. Al fondo, el Salto del Ángel, cascada de mayor altura del mundo.
 
Fue por aquel tiempo cuando yo oí del “caraqueño” una de las más sensatas definiciones de 
“patria” que he conocido. Resulta que alguien le hizo esa estúpida pregunta que sólo cabe 
que la haga quien no tiene dos dedos de frente y necesita poner etiquetas a los demás para 
aplicarles en el trato el cliché que le han dicho que corresponde: “ Y tú ¿qué te sientes? 
¿más venezolano que español o al revés? ¿cuál es tu patria?” A lo que la respuesta 
(antológica y contundente) fue “La patria es donde crecen los hijos”. Más certero, 
imposible, para quien conserve la facultad de pensar. El pasado merece respeto, quizá 
nostalgia, pero es eso, pasado, y el futuro es otra cosa que no debe anclarse al pasado. Si 
uno ha vivido/conocido en un determinado entorno, diferente del que viven sus hijos, debe 
educar a éstos, por supuesto y siempre, en el respeto a lo antiguo pero, recíprocamente, él 
debe respetar lo nuevo y no despotricar contra él salvo que busque sembrar odios.

Pero llegan tiempos convulsos para el país de acogida, y, con excepción de quien se queda a 
afrontar con determinación los problemas in situ, los jóvenes, que ya son dos generaciones, 
buscan fuera un futuro mejor, básicamente en España (en lo que podría interpretarse como 
una operación de regreso a los orígenes) y Estados Unidos. Para colmo de males, coincidiendo 
en el tiempo, “el caraqueño” sufre un accidente médico cerebral, a consecuencia del cual 
acaban sus días con nosotros y es enterrado en Caracas. Y pensando en todo ello se confirma 
que el patriotismo es un sentimiento en el que pueden confluir razones muy diversas en su 
mayoría ligadas al concepto de futuro.
Por un lado, los que han venido a España para mejorar su futuro reivindican su símbolo que es 
su españolidad, aunque añoren las hallacas o las playas de Margarita, que son el pasado. Y los 
que buscan el futuro en Estados Unidos da la impresión de que no hubieran tenido un pasado 
fuera de allí, a juzgar por su entusiasta proselitismo de los tópicos estadounidenses como St. 
Valentine’s day, Halloween, Giving day,...que, no nos engañemos, diseñan su futuro buscado. 
No es una crítica sino la evidencia de algo común a todos los lugares, tiempos y personas, 
que el futuro NUNCA se articula sobre el pasado, genere éste nostalgia o ganas de olvido.

¿Y “la caraqueña”? Realmente, los suyos indagan sobre si saldrá del país atormentado en el 
que ahora vive, pero ella manifiesta su voluntad de que se queda en el que, dice, es su tierra, 
y que, cuando llegue su hora, sea puesta junto al “caraqueño” para estar unidos el futuro de 
eternidad, dando sin darse cuenta una sublime razón de en qué puede basarse el concepto 
“patria” y el sentimiento vinculado, nunca en el pasado. Descanse en paz en la patria por ella 
elegida. 
 
 
 
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1Una reliquia es una parte del cuerpo de una persona, o todo él, venerado por algún motivo. En general, en el catolicismo, se refiere a cuerpos de santos; o, en sentido más amplio, a objetos que tienen un gran valor sentimental para alguien.

1 comentario:

  1. Buen dia Miguel! Recien estoy enterandome y leyendo esta publicacion en tu blog... con lagrimas en los ojos y el corazon lleno de agradecimiento y tantisimas cosas que agregar en estas ideas. Voy a tomarme un momento para digerir tanto y poder comentar con la sensatez que merece! Gracias, muchas gracias por el homenaje y recordatorio a mis Padres...

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