De pompas.

La melodía de hoy era la parte central de una marcha compuesta por Edward Elgar, compositor inglés nacido en 1857 que solo había obtenido fama y reconocimiento a los 42 años, luego de la publicación de su obra maestra, las Variaciones Enigma. Superado un largo periodo de baja autoestima, compuso un par de marchas; la parte central de la Marcha N° 1, el trio, será incluida en la Oda sobre un texto del poeta Benson, «Land of hope and Glory», compuesta por Elgar para la coronación del rey Eduardo VII. El entusiasmo prendió y Elgar escribirá una tercera marcha, una cuarta y, finalmente, una quinta algo más tarde. La serie se tituló Pompa y Circunstancia, palabras tomadas de unos versos del acto III, escena III del drama Otelo de William Shakespeare («Adiós al relincho del corcel de batalla, al tambor que conmueve el espíritu, al pífano que perfora los oídos, a la bandera real y todas sus cualidades, orgullo, pompa y circunstancia de la gloriosa guerra»), aunque con ese nombre ha terminado por ser conocida sólo la primera marcha. La música, sin dejar de ser inconfundiblemente británica, refleja una clara influencia del sinfonismo germánico, de Wagner y Brahms, inscribiéndose de lleno en el posromanticismo vigente en la Europa continental de finales del siglo XIX y principios del XX. En Estados Unidos, la Marcha n.º 1 es conocida simplemente como «Himno de graduación» y está directamente asociada con las ceremonias de colación de grados, porque en una visita del compositor a la Universidad de Harvard se le recibió con su música… y hasta hoy. Esa misma Marcha también se interpreta en otros países, no solo como graduación en colegios, sino para titulación en institutos de educación superior, para recibir diplomas y acompañar la procesión inicial de dichas ceremonias. Es considerada un segundo himno británico y su sección central, el mentado trio, es una de las melodías más populares en la historia de la música. Hoy, pues, Pompa y Circunstancia se asocia irremediablemente a los actos de graduación de las universidades y colegios mayores. En cualquier centro educativo del mundo la marcha tiene un lugar especial en tan singulares momentos, cuando los estudiantes finalizan sus estancias y reciben con honores sus merecidos títulos académicos.