martes, 31 de mayo de 2011

Cómo acometer los cambios

Parece fuera de discusión que se están larvando cambios en las estructuras y relaciones sociales de una profundidad que hoy no puede preverse.
Desde el punto de vista de la economía (tomado desde los standards de la sociedad occidental), la aparición y desarrollo de la crisis económico-social ha supuesto un vuelco necesario, aunque aún no esté consolidado, en los enfoques antiguos. Muchas voces se han alzado en todos los ámbitos que alientan analizar serenamente la cruda realidad actual: la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más grande; si se fija la atención en el mercado laboral, es perceptible el temor de que en un futuro cercano no habrá trabajo para todos, lo que implica una redistribución de trabajo y riqueza que evite un crack social de alcance imprevisible; el medio ambiente requiere una mayor atención que la derivada de campañas de oportunidad política de uno u otro partido o de uno u otro país; las tensiones generads alrededor de la percepción de que las fuentes tradicionales de energía se agotan, las diferencias entre países no auguran una deseada estabilidad permanente; el reciente movimiento 15-M o de "los indignados" (del que sería un gravísimo error no darle la importancia que tiene como germen de algo que aún no se colige con exactitud) que reclaman un cambio real en los sistemas políticos,...
En el fondo todos somos conscientes de que se avecinan cambios, pero ¿cómo hacerlos? Es algo así como la plasmación actual del "Congreso de Ratones" que narraba Lope de Vega, y que vale la pena recordar en este punto:
"Juntáronse los ratones / para librarse del gato / y después de largo rato / de disputas y opiniones / dijeron que acertarían / en ponerle un cascabel, / que andando el gato con él / librarse mejor podían. / Salió un ratón barbicano, / colilargo, hociquirromo / y, encrespando el grueso lomo, / dijo al senado romano / después de hablar culto un rato: / -¿Quién de todos ha de ser / el que se atreva a poner / ese cascabel al gato?"
El problema, además, es que estamos rodeados de gatos.

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