viernes, 3 de agosto de 2012

"Cerrado por descanso del personal"

Recuerdo una viñeta que ví en la prensa a primeros de agosto en un tiempo cercano (es decir, como aquel que dice, anteayer, hace una eternidad) en la que se veía la silueta de la península ibérica cerrada a cal y canto con una persiana metálica de visible candado y con el letrero de "cerrado por vacaciones".
Los tiempos han cambiado, y ya es difícil encontrar esa imagen, ni siquiera en negocios reales: el mes de agosto ni vacía las ciudades ni provoca ese desconsuelo que representaba recorrer kilómetros para encontrar, pongamos, un restaurante abierto. Pero es evidente que el cuerpo (y el espíritu) necesita descansar aún pensando en la incógnita que se encontrará al acabar ese descanso.
Quizá podamos, simplemente pensar más claramente desde la sordina del necesario e impuesto relax. Quizá en estas semanas ya sepamos si estamos rescatados o ayudados, cuánto será el rescate o ayuda, qué nos exigirá a los ciudadanos esa ayuda, qué han aprendido nuestros próceres (todos se jactan de lecturas veraniegas) sobre la diferencia entre país y partido, entre mayoría social y mayoría parlamentaria, y esas cosas. Porque si o, uno puede pensar que le están tomando el pelo y timando. ¿Excesivo? Vosotros veréis...
Cuando un gobernante elegido por mayoría dice que "gobernará para todos", se espera que cumpla su palabra. Si resulta que después su gobierno lo desarrolla a base de decretos que se refrendan sólo con los votos de SU partido porque son mayoritarios (se admiten los juegos de palabras: partido que apoya al gobierno o gobierno que se apoya en un partido), no parece que cumpla eso de "para todos" ¿O no?
Por eso parece necesario que los políticos aprendan política, para evitar imágenes sonrojantes de declaraciones de capitostes del partido diciendo aquello tan bonito de que las "leyes están para cumplirlas". Naturalmente. Y para consensuarlas antes. Y para revisarlas, Y para que sean justas. Y para, tal como nos juraron, eran para todos y no sólo para beneficiar al partido de la mayoría,

Con el permiso de Quino, como homenaje a Mafalda


Pero toca descansar. Aunque cueste, y aunque uno esté con un ojo cerrado y el otro siempre abierto.
Os deseo a tod@s unos días de merecido sosiego, y hasta la vuelta.

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