jueves, 4 de diciembre de 2014

Nuestro dios Jano de cada día

El estudio de la antigua mitología nos ofrece a veces un punto de reflexión sobre personajes y situaciones actuales diferente al que nos vemos obligados a utilizar en la frenética sucesión de noticias sobre ellos que "padecemos" cada día.

En la mitología romana encontramos un dios que, curiosamente, no tiene equivalente en la mitología griega, que se conoce con el nombre de Jano (Ianus en latín) y que se caracteriza por tener dos caras, identificadas como la expresión de Principio y Final (el hecho de ser una de ellas la imagen del principio explica que los romanos le dedicaran el primer mes del año, Ianuarius - Janeiro - Janero . Enero). Esta dualidad explica que se le invocara indistintamente para pedir su intervención favorable tanto al inicio de cosas importantes (una guerra, sin ir más lejos) o a su final.
Es un caso único y no debe confundirse su veneración con la de otras deidades totalmente diferentes con aparente dualidad, como es el caso de las (dos) diosas inspiradoras o "musas" del teatro que, como es sabido, separan el tratamiento  de la comedia (confiada a Talía) del de la tragedia (encomendada a Melpómene). Haciendo un inciso, resulta llamativo que en el imaginario colectivo se haya casi impuesto Talía como musa única del teatro (comedia) y se haya relegado a un segundo plano a su hermana Melpómene (tragedia).
La diferencia entre Jano y estas musas es clara; acudiendo a un símil primario, un bombero quedaría bajo la protección de Talía, un pirómano bajo la de Melpómene y un bombero-pirómano (con perdón) sería representado por Jano.

Y, repasando algunos hechos actuales uno no puede por menos que recordar que Jano se sentiría en su salsa con ellos. Veamos algunos.

Hace pocos días, la empresa Randstad, líder mundial en "soluciones de recursos humanos" (léase en "trabajo temporal", ETT) hizo público un documentado informe con el nombre de Flexibilidad en el trabajo 2014 (que se puede consultar clicando aquí) en el que llega a conclusiones importantes, entre otras, las que se resumen a continuación:
- La economía sumergida y el empleo no declarado en España representan un 18,6% de Producto Interior Bruto (PIB), lo que duplica las tasas de otros países del entorno como Francia o Reino Unido, ambas por debajo del 10%. A nivel nacional, este porcentaje supone más de 190.000 millones de euros.
- En Europa se sitúa en el 18%, con diferencias entre países para obtener esta media (Bulgaria 31%, Rumanía 28% o Hungría 28% frente al 13% de Alemania, el 9% de Países Bajos o 7,5% en Luxemburgo).
- Más allá de Europa, se han analizado los cinco países con rentas más elevadas de la OCDE: Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda, todos ellos  con índices por debajo del 10%, a excepción de Canadá, donde este tipo de actividad alcanza el 10,8%. Estados Unidos es el país con el menor volumen de empleo no declarado, con un 6,6% respecto a su PIB.
- Traducido a personas y en el ámbito internacional, más de 1.800 millones de personas están empleadas en esta situación, lo que supone un 60% del total de trabajadores (3.000 millones), según datos de la OCDE.
- Crece el mercado de trabajo internacional pero disminuye la mano de obra.
- La corrupción en el sector público aumenta el volumen de economía sumergida.

¿Y dónde está aquí Jano? Pues en el uso que se hace de las ETT, ya que, si bien puede admitirse que, como dice el informe, "los países con menores índices de economía sumergida son aquellos donde la utilización de agencias de empleo por parte de las empresas es superior, y se aprecia que países del centro y norte de Europa cuentan con índices de penetración de empleo a través de ETT más elevados y datos de trabajo sumergido más bajos, de forma que mientras en España, con una economía sumergida del 18,6% del PIB, el índice de penetración a través de ETT es del 0,5%, en el Reino Unido es del 3,8%, en Países Bajos el 2,7%, y en Francia el 2%. Todos estos países tienen una economía sumergida por debajo del 10% de su PIB nacional", es palpable que las ETT en general y Randstad en particular no ponen demasiado empeño en que el escenario del empleo vaya adquiriendo el perfil de estabilidad para el trabajador que sería deseable, y de esta manera, conociendo los datos anteriores, choca que se pliegue a los deseos de la empresa a la que prestan servicio de eternizar la temporalidad de los contratos confundiendo al parecer "flexibilidad" por "precariedad" y, por ejemplo, cancele hoy sin pestañear un contrato que corre el "peligro" de tener que pasar a definitivo y haga firmar mañana otro, también temporal, al trabajador, usualmente en un centro de trabajo diferente... y retocando descaradamente a la baja la, ya de por sí ridícula, retribución (Se supone que sin ser este hecho conocido por el Ministerio, si no sería inmoral sostener que los sueldos no bajan, como sostiene el ministro)
El humor de Forges en la descarnada realidad

El problema serio es que esta dualidad se da en más de un agente económico/laboral. Por ejemplo, cuando se repiten situaciones como las descritas, ¿dónde están los sindicatos (cada vez más necesarios, por otra parte)? Aparentemente se ponen bajo la protección de Jano, ya que hacen visible una cara (relacionada con un acusado protagonismo en grandes empresas) y esconden otra (más asociada a su casi total ausencia en la sangría que se observa en pequeñas industrias, que, al final, suman más perjudicados que las grandes empresas) que debería ser más visible al tratarse de oponerse al recorte de derechos (no de privilegios como dice algún irresponsable) que son garantes, al final de la estabilidad económico/social de todo el país y de su crecimiento a futuro.

La advocación a Jano por los poderes públicos en casi cualquier campo social, y particularmente en los aspectos laborales, ocupan sin duda mucho más espacio de lo que cabría en esta entrada, por lo que dejaremos para mejor ocasión la reflexión, recordando sólo que las identificaciones con Jano en estos casos, como las meigas gallegas, "haberlas, haylas". Para muestra de esa dualidad un botón: airear a los cuatro vientos recuperación económica frente a la evidencia de que, no solo no disminuye de forma sostenida y visible la cifra de parados sino que, de acuerdo con  cifras oficiales publicadas por esos mismos que pregonan la recuperación, el 50 % de los parados ya no reciben ninguna ayuda. Sin comentarios. Jano redivivo.





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