domingo, 8 de julio de 2018

Va de habaneras.

La habanera es un género musical originado como tal en Cuba en la primera mitad del siglo XIX según está documentado, de ritmo lento: musicalmente, una danza a tiempo lento, habitualmente cantada, pese a que puede ser puramente instrumental, por lo que es un género adaptado y usado por diferentes formaciones musicales, como grupos corales, bandas de música, tunas y rondallas, etc.

El término habanera se suele relacionar con la Habana, capital de Cuba, y lo cierto es que nació en Cuba, con una evolución curiosa ya que, a partir del siglo XVIII se conocen en España géneros musicales "venidos de América", y en concreto de La Habana, como la chacona, la contradanza o la zarabanda. Pues bien, la contradanza se va ralentizando y va perdiendo elementos que le eran propios adquiriendo otros que suenan ya a lo que hoy conocemos como habanera y los continuos viajes de marineros y comerciantes en las tierras antillanas han hecho que este género se haya convertido en el primero que ganara, desde Cuba, resonancia internacional, y como en España se hizo muy popular y desde aquí se extendió por Europa hasta el punto que los compositores "de música culta" de la época (particularmente si tenían algún nexo con España), buscando nuevas ideas, encontraron en este ritmo su fuente de inspiración; Bizet, Ravel, Chabrier, Debussy, Fauré, Falla, Granados y tantos otros, mientras que, paralelamente, en la tierra que la vio nacer, la habanera fue reemplazada por otros géneros populares como el "danzón".
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Calella de Palafrugell "tomada" en su Cantada d'havaneres.
La danza habanera es fundamentalmente un canto romántico de amores y desamores, pero la contemporánea guerra de Independencia de Cuba (a finales del siglo XIX), le dio un carácter patriótico, reivindicativo por ambos lados aunque siguiera primando el desamor: los marinos que desde la taberna ya en tierra española, cantaban llenos de añoranza por la tierra cubana y por muchos amores dejados allí.

En España, en muchas zonas, particularmente costeras (con contadas excepciones de poblaciones del interior), el género sigue vivo, lo han hecho suyo y sigue siendo fuente de inspiración: Catalunya1, la Costa Blanca, la costa atlántica andaluza y la costa vasca, principalmente.

En Catalunya, es digna de mención la popular Cantada d'havaneres de Calella de Palafrugell en la Costa Brava (Girona), que se celebra ininterrumpidamente en ese acogedor pueblo costero desde el año 1966 cada primer sábado de julio (este fin de semana toca, por eso esta entrada), en lo que suponía en su origen pasar de la taberna los escenarios, otorgando una nueva magnitud a esta música ya histórica y popular, y en la que, como señal de identidad, dos temas son imprescindibles: la composición tradicional La bella Lola, con los pañuelos de los asistentes al aire, y El meu avi, composición de José Luís Ortega Monasterio, coreada por todo el público. 



Y ya que hablamos de Ortega Monasterio, de quien en unas semanas se cumple su centenario, vale la pena detenerse en él: José Luis Ortega Monasterio (Santoña, 1918 – Barcelona, 2004) fue un compositor y militar español, uno de los grandes maestros compositores de habaneras, unas cincuenta, entre las que está la más conocida, su estandarte, El meu avi. De sus casi doscientas obras, la mayoría son en catalán, unas pocas en castellano e incluso alguna en euskera. Además de cantante, también era instrumentista de guitarra y de acordeón.

Ortega Monasterio es un personaje que suele dejar descolocados, inermes y confusos a quienes son incapaces de ver a la persona si no es a través de la "etiqueta" que la "identifica". Para empezar, su propio origen ya es motivo de discusión: ¿era un recio castellano de Castilla la Vieja o un ilustre cántabro? Y eso porque la localidad donde nació, Santoña, era entonces castellana y hoy cántabra, Para acabar de fundir los fusibles a esos "sesudos" analistas, por razones familiares vivió en Mutriku (Gipuzkoa) y Quart (Girona), en un proceso en el que entra en contacto con la lengua y la cultura vasca y catalana, lo que pone al borde de la histeria a quien se mueve por "etiquetas": ¿castellano viejo? ¿cántabro? ¿vasco? ¿catalán?
Ortega Monasterio, creador de la famosa habanera  El meu avi .
Ortega Monasterio en su casa ante el retrato de su abuelo marino.
Y si vamos a su trayectoria vital, la mayoría de "sesudos analistas" entran en la fase de no entender nada (pero, eso sí, siguen opinando con aplomo), porque, cuando estalla la guerra (in)civil, Ortega está en Girona; huye a pie a Francia, la cruza por el sur y vuelve a entrar a España por Hendaya para incorporarse a las tropas franquistas y hacer carrera en su ejército. ¿es, entonces, franquista Ortega Monasterio? Pues según y cómo; aparte de que empezó a componer ¡en catalán siendo militar! a mediados de los años 60 y de que, en 1968 compuso El meu avi2 con su carga simbólica, en la que por primera vez se podía gritar en público ¡visca Catalunya! sin que te aporrearan por ello las Fuerzas de Seguridad, en los años setenta participó en la fundación de la Unión Militar Democrática (UMD), organización que abogaba por la modernización de un Ejército que, en palabras del propio Ortega, se estaba "pinochetizando" a pasos agigantados con el régimen de Franco y que había que cambiar mal que supiera. Al ser pillado en 1976 con unas octavillas de propaganda de la formación, un juicio militar le condenó a cinco meses de prisión militar en Cádiz. Tres años después, fue expulsado del ejército por una "ofensa al honor" falsa, consistente en lo que el tribunal tachaba de asuntos graves por acusarlo de tener en su posesión un piso "con señoritas" que, como se supo después, se trataba de un piso propiedad de su mujer que los Ortega Monasterio simplemente habían alquilado. En 1984, el gobierno revisó el juicio y le restituyó el honor y el grado de coronel pues la Audiencia Nacional lo exculpó por los cargos "inexistentes" que el tribunal de honor le había imputado. Aún así, Ortega no retomó la carrera militar. El dolor producido no cicatrizó jamás y, a pesar de que con frecuencia se homenajeaba al compositor, sufrió una decepción de la cual no retornó. Colgó las botas, el fusil y, sobre todo, sus ideas: que el auténtico militar tiene que hacer lo que sea por la paz, y que el Ejército tiene que ser como una ONG, o sea, que tiende a desaparecer o, al menos, a hacer reinar la paz.

Los que tuvimos la oportunidad y la suerte de intercambiar unas palabras (seguramente, pocas) con él, hablando de lo divino y lohumano ya en la época dura de su desengaño con el ejército, podemos dar fe de su integridad y honestidad personal más allá de las "etiquetas" que le quisieran poner algunos.

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1Diversos historiadores han evidenciado que las relaciones entre la colonia y el territorio catalán eran muy estrechas: principalmente por unas relaciones comerciales importantes y constantes, pero también por vínculos familiares y personales y relaciones amorosas. Una muestra de ello son los apellidos catalanes que aún persisten en la isla. De hecho, la comunidad catalana más grande del mundo se encontraba precisamente en Cuba; al mismo tiempo, una cuarta parte de los soldados españoles que fueron a luchar eran catalanes.Así, la habanera que se popularizaba en Catalunya alternaba temas amorosos y de guerra, al tiempo que recordaban aquellos paisajes caribeños que los marineros habían conocido. Tenían un cierto hilo nostálgico, pero también podían ser atrevidas y "picantes"., adquiriendo los textos en Catalunya también un carácter satírico relevante. Los marineros que las habían conocido en Cuba después las cantaban aquí, donde eran aprendidas por otros pescadores. En este proceso de tradición oral las canciones sufrían modificaciones, que hacen que sea difícil, a veces, saber la versión original. Como es lógico, en un primer momento la habanera se cantaba en castellano, y no será hasta más tarde que se empezarán también a catalanizar los textos, adquiriendo un carácter propio pero manteniendo los temas y los ritmos originales.

2El meu avi (literalmente, Mi abuelo) es una de las habaneras catalanas y en catalán más conocidas y cantadas. La canción fue compuesta con el fin de homenajear a los soldados muertos en la Guerra Hispano-Estadounidense. La letra de la canción hace referencia a un barco de guerra conocido como «El Català», que la marina norteamericana habría hundido en el año 1898, muriendo «el nostramo» (contramaestre), el timonel y catorce marineros, todos de la localidad costera de Calella de Palafrugell (Girona, Catalunya). Aunque la letra es una creación literaria, el contenido se basa en los recuerdos reales del abuelo del autor, el capitán Manuel Deschamps Martínez , que comandaba en la realidad el «Montserrat» y que forzó varias veces el bloqueo de Cuba; por este hecho, en 1998 el gobierno español hizo depositar sus despojos en el Panteón de Marinos Ilustres.

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