martes, 26 de mayo de 2020

"Cuando era feliz e indocumentado."

La noticia no es actual, pero a mí me ha llegado ahora: resulta que en una actuación en Linares 
(Jaén) hace algún tiempo, en un concierto en homenaje a Facundo Cabral, protagonizó, 
seguramente, su canto del cisne el grupo musical argentino Gauchos-4.

Automáticamente, al leer la noticia y sus protagonistas, se agolparon recuerdos de los años 
jóvenes, de esos días, parafraseando el título de una obra del Nobel de Literatura colombiano 
Gabriel García Márquez (ya sabéis, aquella en la que relata pequeñas historias/vivencias de su 
estancia como periodista en Caracas, Venezuela) cuando era feliz e indocumentado, y es que 
relacionar (entre otros, todo sea dicho) a Gauchos-4 con una época ya casi en la bruma del 
recuerdo y lejana para su inopinada recuperación es un ejercicio encomiable para el espíritu. Y 
han venido de golpe con ello sensaciones, imágenes, casi olores, de locales pequeños, oscuros 
y llenos de humo pero de un recuerdo entrañable en una Barcelona que ya no existe como La 
Gàbia de Vidre (La jaula de cristal), en la calle Marià Cubí, el Pub KM, creo recordar que en la 
calle Alcolea, en el barrio de Sants, y muchos otros, que se convirtieron en aquellos años en 
vivero de intérpretes sudamericanos que huían de sus convulsos países (basta pensar en que 
si elegían como destino una España de dictadura, ¿cómo estarían en su tierra?).

Gauchos-4 son unos representantes más de esta diáspora; eran un grupo ya conocido con el 
nombre de Los Arribeños en su Santa Fe, Argentina y como Gauchos-4 cuando se 
trasladaron a España, que mantuvieron en principio su repertorio, marcado por su sonoridad 
y su sello personal de interpretación en piezas conocidas. Ya en España, a sus canciones 
clásicas (bäsicamente folclore de Atahualpa Yupanqui, Los Chalchaleros, Eduardo Falú, 
Horacio Guaraní,...).  se van incorporando nuevos títulos con otro tipo de música como La 
bicicleta blanca de Astor Piazzola, Pequeñas cosas, de Joan Manel Serrat, o el Tango de las 
madres locas, de Carlos Cano. En resumen, en 1961 vinieron de Argentina a Madrid con la 
excusa de unas jornadas culturales y, ya en España, se fueron a vivir a Barcelona. Tras 
varios años residiendo en Barcelona y Bilbao y cinco años de giras en Estados Unidos y en 
toda Europa, se afincaron en Zaragoza, de donde vienen sus últimas noticias.

Por cierto, Gauchos-4 pasaron a ser tres después del fallecimiento, hace mas de veinte años, 
de uno de sus componentes, no querer reemplazarlo y decidir mantener el numeral del 
nombre. ¿Canción del adios también para Gauchos-4? Tempus fugit... 
 
 
 

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