jueves, 15 de febrero de 2024

Eurovisión que no es Eurovisión.


No es ninguna novedad decir que las canciones de Eurovision pasan sin pena ni gloria y que nadie suele recordar las ganadoras, con alguna excepción
(hay quien dice que se han ganado la mala fama a pulso), ni es la primera vez que alguna diva entre las divas patrias (Mónica Naranjo) proclama queEl festival es la mentira más grande que existe dentro del mundo de la música. Eurovisión tiene pactado quién va a ganar, el festival es un tongo todoy es que Eurovisión, el festival musical más longevo de la historia no es música, es política, fue concebido como un elemento de unión entre los Estados europeos tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en un gran formato a través del cual analizar la geopolítica de los países participantes mediante un elemento en común: la música. Los años 50 supusieron para Europa la germinación de instituciones que tenían como objetivo unificar y pacificar un continente arrasado por la IIGM. Entre ellos destacan el nacimiento del Consejo de Europa (1949), la CECA – Comunidad Europea del Carbón y del Acero – base en la que se asienta la actual Unión Europea – en 1951 o la European Broadcasting Union (EBU) en 1950, el sistema radiotelevisivo que acoge en su seno actualmente a 69 medios de todo el globo y 31 asociados. Pero siempre hay sorpresas. Si no los puedes vencer, únete a ellos, es lo que debieron pensar los noruegos cuando llegaron con su violín a Dublín. La victoria de Noruega en la 40ª edición del festival de Eurovisión no se puede decir que rompiera con la supremacía de Irlanda en el festival porque Irlanda volvería a ganarlo al año siguiente, porque la canción ganadora (bueno, lo de canción es un decir) era un tema de claras reminiscencias celtas que parecía sacado del más profundo folk irlandés y porque Fionnuala Sherry, la violinista del grupo Secret Garden (el otro componente del dúo es el pianista Rolf Lovland, muy conocido en Noruega) era también de nacionalidad irlandesa. El tema de Secret Garden, titulado Nocturne, hay que decirlo claro, era de una belleza tremenda, pero no era una canción, era una pieza musical, con apenas unos segundos cantados al comienzo y al final. Esto provocó algunas quejas, la UER dijo comprender las protestas pero alegó, con razón, que no existía ninguna norma escrita sobre qué porcentaje de una canción debía ser cantado y que, en todo caso, las protestas debieron haberse hecho antes y no después del festival. De todas formas, oídas las quejas y para evitar futuros problemas, una nueva norma vino a sumarse a las ya muchísimas añadidas a lo largo de la historia del concurso, estableciéndose el porcentaje máximo de música sola que podía llevar una canción. Irlanda, que organizaba el festival por tercera vez consecutiva, quedó en 14ª posición con un tema tan, tan flojo que los propios irlandeses hicieron bromas sobre la deliberada elección de un tema sin ninguna posibilidad de ganar que evitara a la RTE (Radio Televisión Irlandesa) tener que organizar el festival una cuarta vez. Bueno, esta vez se salvaron, pero solo por un año. Fuera como fuese, Noruega, una de las favoritas, se alzó con el triunfo dejando a España en segunda posición, con una buenísima balada "Vuelve Conmigo" y una buenísima intérprete, Anabel Conde, a quién muchos en Dublín apodaron la Mariah Carey española.



1 comentario:

  1. Vaya pues esa cancion no la habia escuchado!!!🤣🤣🤣

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