viernes, 24 de mayo de 2013

Barcelona, 1 - España, 0

Que nadie se altere: ni se trata del resultado de ningún enfrentamiento deportivo ni nada con tintes soberanistas. Es simplemente una de las conclusiones que pueden extraerse de la lectura del último informe de Exceltur (asociación española centrada en la promoción del turismo como motor de recuperación económica) sobre la capacidad de atracción turística de 20 ciudades españolas.
Efectivamente, el documentado informe, Urbantur 2012, Monitor de competitividad turística de los destinos urbanos españoles, que puede consultarse clicando aquí, documenta la finalización del tradicional sol y playa como único polo de atracción y analiza, desde el punto de vista de la puntuación obtenida en las encuestas de usuarios, la potencialidad de las ciudades para cumplir las expectativas, cada vez más sofisticadas, de los viajeros que nos visitan.

Los "pilares" en los que se basa el análisis son:
- Capacidad de atracción de la oferta de productos de ocio
- Capacidad de atracción de la oferta de productos de negocios
- Condicionantes competitivos del entorno urbano y de la vida local
- Accesibilidad y movilidad
- Gobernanza y gestión estratégica
- Desempeño, resultados económicos y sociales

A través de un exhaustivo análisis, el ranking que se ofrece como resultado sitúa en primer lugar a Barcelona como destino predilecto, seguida a corta distancia por Madrid y más lejos por Valencia, Sevilla, San Sebastián,... hasta completar las 20 ciudades objeto de estudio.



Vale la pena destinar un tiempo a la lectura del informe (eso sí, asumiendo que son 168 páginas de apretado contenido), que ofrece claves de mejora para conseguir, no sólo no perder, sino potenciar la importancia del sector turístico en la recuperación, pero quizá la conclusión más evidente es la constatación de que, para atraer turismo, la marca Barcelona (y también la marca Madrid, la marca Valencia, etc.) vende, mientras que la marca España se percibe en franco retroceso.
Sería deseable que los poderes públicos tomaran buena nota de ello. Haciendo un símil, a nadie se la ocurriría en Estados Unidos desaprovechar el enorme magnetismo que ejerce la marca New York o la marca Los Angeles en el diseño de sus campañas turísticas para todo el país. ¿O no?

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