lunes, 20 de mayo de 2013

Picaresca + necesidad = timo

Tenía que pasar. Cuando uno creía que las "cortes de los milagros" pertenecían a un pasado meramente literario, resulta que no, que la picaresca dominante en ellas se hace presente como secuela (?) de la crisis y toma formas "civilizadas" y actuales para seguir cazando incautos. 
Viene esto a cuento porque FACUA-Consumidores en Acción ha denunciado el creciente acoso que sufren numerosos consumidores por parte de empresas que los amenazan con incluirlos en registros de morosos y llevarlos a los tribunales por no pagar deudas falsas o fraudulentas.
Uno de los argumentos de fondo para perpetrar este engaño es el miedo del ciudadano a que por aparecer, debida o indebidamente en determinados listados, se le cierren (aún más) las puertas de una hipotética financiación bancaria de forma que muchos usuarios pagan deudas inexistentes porque les hacen creer que si los incluyen en un fichero de morosos ya no podrán contratar ningún servicio ni acceder a préstamos personales o hipotecas. Y sobre todo porque les aseguran que si los llevan a los tribunales, el juez dictaminará que deben pagar no sólo la supuesta deuda sino también todas las costas del proceso.
Y reíos de los conocidos escraches, porque en algunos casos, las empresas incluso facilitan esta información a familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo. También hay empresas que recurren a insultos y amenazas (especialmente a ancianos), de que el impago de la supuesta deuda podría provocarles que el acreedor se quedase con su vivienda o les llevase a la cárcel.
El origen de estas falsas deudas, con gran incidencia en actividades de operadoras telefónicas, suele ser el alta en servicios no solicitados por los usuarios, bajas requeridas por los clientes pero que no son tramitadas por las empresas para seguir cargando recibos o el intento de aplicar penalizaciones desproporcionadas que ni siquiera figuraban en los contratos de permanencia.
 La organización FACUA advierte que los usuarios no deben dejarse atemorizar por estas técnicas. Si la deuda no es real, en primer lugar  conviene aclarar el error por escrito a la empresa que reclama y si sus datos son suministrados (sin su consentimiento, como es el caso) a un tercero, como por ejemplo una empresa de gestión de cobros, deben denunciar el hecho ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) para que imponga las sanciones que fija la ley: decenas de miles de euros.

A stereotypical caricature of a pirate.


Por cierto, la asociación ha puesto en marcha una campaña para llamar a los consumidores a presentar denuncias contra estas prácticas ilegales, bajo el lema Lucha contra las empresas que nos hacen pasar por morosos. En las redes sociales, está difundiéndola con la etiqueta #yonosoymoroso.





No hay comentarios:

Publicar un comentario