miércoles, 31 de agosto de 2016

Apple y las manzanas podridas

Es noticia estos días la decisión (recurrible) de la Unión Eurpea de que la conocidísima compañía americana Apple debe pagar la friolera de 13.000.000.000 (trece mil millones) de euros que corresponden a la cantidad de impuestos "distraidos" del pago en Irlanda, donde se ubica la empresa en Europa. Al parecer, según los datos que se han hecho públicos, Irlanda, en donde rige un tipo de impuesto de sociedades del 12,5 % sobre los beneficios, mucho más favorable para la empresas que en todos los demás países de la UE, había llegado a acuerdos (hoy en proceso de investigación desde la UE en cuanto a su legalidad dentro de la propia UE) con Apple, y parece que también con otras corporaciones, por lo que el impuesto a pagar pasaba de un favorable 12,5 % teórico a un irrisorio y sangrante 0,005 % real y eso,claro, hizo disparar todas las alarmas hasta llegar a la decisión actual.
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Si embargo, lo que no suela concitar tanto titular periodístico en este caso, y otros similares, son las reacciones de los agentes afectados. Y a fe que merecen análisis concienzudo. Veamos.

- Apple. Ya se entiende que la empresa no esté precisamente eufórica ante la situación y que ya haya anunciado que recurrirá la sanción; lo que ya no queda tan estético es que haya dicho públicamente que, de consolidarse la multa, automáticamente se replantearía sus inversiones (¿y las ventas no?) en toda Europa con su negativa repercusión en los puestos de trabajo hoy previstos. Eso suena a chantaje, ¿no?

- Estados Unidos, Apple, empresa radicada en Cupertino, California, está sometida al fisco estadounidense y el gobierno americano ya ha puesto el grito en el cielo en el sentido de que controlarán que el posible pago de la multa europea no repercuta en el pago de sus obligaciones fiscales en California. Bueno, el Departamento de Comercio también ha soltado un par de joyas sin desperdicio: en primer lugar cuestionan la actuación de la UE por considerarla unilateral (sin embargo, no consta que, por ejemplo, en el affaire de la Banca Privada d'Andorra, el Departamento del Tesoro americano consensuara con nadie su acusación) y en segundo lugar porque, dicen, la sanción perjudica los intereses de una empresa americana (¿aunque la forma de conseguir esos intereses sea fraudulenta o ilegal?)

- Irlanda. Su ministro de finanzas ha hecho saber que también recurrirá la sanción porque, si se hace firme, se le acaba el chollo, aunque él no lo haya dicho así, claro. O sea, que Irlanda sabe que capta la ubicación de grandes empresas en su territorio gracias a que aplica una fiscalidad que hace competencia desleal al resto de países y no está dispuesta a renunciar a ello. Y prevé la reacción de las multinacionales ante acciones que reequilibren su esfuerzo fiscal en todos los países. Sin comentarios. ¿Donde queda su adhesión al convenio de la lucha para acabar con los paraísos fiscales?

Vuelve a manifestarse la validez de nuestro refranero: una cosa es predicar, y otra, dar trigo.

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