viernes, 13 de julio de 2012

¿Qué es credibilidad para los mercados?

Hoy se celebra el consejo de ministros que ha de aprobar las medidas económicas que anteayer desgranó Mariano Rajoy en sede parlamentaria. Y es llamativo comprobar que, pese a que las medidas siguen las directrices que han marcado las autoridades de la UE, los mercados siguen castigando a nuestra economía sin dar respiro a la escalada alcista de la prima de riesgo ni al tipo de interés que hemos de pagar por nuestra deuda. Hay muchas preguntas, pero todas rondan alrededor de la evidencia de que este gobierno no inspira ni la más mínima credibilidad entre ocultación de programas, proclamas y desmentidos perpetuos, diferentes versiones del mismo hecho para diferentes ministros, arrogancia ante Europa, ....
Lo digo con pesar porque, con independencia del color político de un gobierno, a uno le satisface que sea respetado fuera de sus fronteras y que sus decisiones estén extraídas de ponderar diversas alternativas eligiendo la mejor para el bien común, de España y de Europa, en lo que a ella toca. No es el caso: de entrada, este gobierno no promulga leyes, sino reales decretos que después son simplemente corroborados por la mayoría absoluta de que dispone en las Cámaras y el problema de fondo es que estos reglamentos obedecen a intereses de partido o seguidistas simplemente de dictados de Europa.
Un ejemplo: nadie discute que las actuales medidas se emiten siguiendo órdenes de fuera (un inciso: sería saludable que la prensa, libre para decantarse por el color político que considere conveniente, sea minimamente coherente; si la subida del IVA del anterior gobierno mereció feroces ataques, no se entiende que el actual se contemporice y se justifique porque la situación ha cambiado. Aparte de que nadie se lo cree, ese argumento deja sin munición a los que sostienen que las actuales medidas lo son por la herencia recibida. ¿En qué quedamos: herencia recibida o situación diferente?) pero está claro que se han de adaptar a la realidad del país, y, en ese sentido, una de las medidas chirría, y es la de disminuir las prestaciones por desempleo con el falaz argumento de que así se alienta el encontrar trabajo antes. Es triste, pero quien afirma eso (que, casualmente, es el mismo que se muestra reacio a tomar medidas para reactivar la economía) no tiene ni idea del calvario que sufren millones de compatriotas, incluso algunos votantes suyos, llamando a puertas que no se aben. Un ejercicio positivo sería que los futuros exministros se vieran obligados a apuntarse en las listas del paro cuando cesen en su cartera hasta que encontraran un trabajo equivalente.




Y se asombran de la reacción de los mercados.... ¿Cómo se va a confiar en quien sigue sin más las medidas que le dictan sin preocuparse realmente si afectan al futuro del país?

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