jueves, 26 de enero de 2023

De los sesenta.



A mediados de los sesenta Los Brincos eran los reyes de la escena pop española. Con el fin de contrarrestar o nivelar esta supremacía, el productor francés Alain Milhaud trató de crear un supergrupo con músicos procedentes de otras formaciones; esta nueva banda inició los ensayos en 1966, con un tema escrito por Manolo Díaz que llevaba por título “La Moto”. Sin embargo, en algún momento, Alain Milhaud les debió retirar su apoyo por un nuevo grupo, el que finalmente estaba llamado a competir con Los Brincos, que acabaría siendo conocido como Los Bravos, mientras que los músicos que constituyeron el primer embrión anti-Brincos encontraron acomodo, ya bajo la denominación de Los Pasos y solían actuar con regularidad en una cadena de clubs y en los festivales matinales que organizaba El Corte Inglés en el Palacio de los Deportes de Madrid. Publicaron un buen número de singles y dos Lps: “Los Pasos” (1967) y “Los Pasos y Los Albas” (1972), éste último de manera conjunta con Los Albas. Se separaron en 1972, aunque posteriormente tuvieron algunas reuniones esporádicas, como la que tuvo lugar con motivo del programa de televisión de Miguel Ríos “¡Qué Noche la de aquel Año!”, a finales de los ochenta, o el concierto ofrecido en el año 1990. Aquí podéis escuchar el tema “Anouschtka”, uno de los más conocidos (pero no la mejor de sus composiciones, entre las que hay temas muy recomendables, como “No Me Gusta Decir Sí”, “Quiero Volver”, “Ojo Por Ojo”, “Ayer Tuve Un Sueño”, “El Pobre (Yo Soy Así)”, “Yo Fui El Mejor” o “Primavera En La Ciudad”), en el que se puede apreciar bien la calidad instrumental y los característicos juegos vocales de esta banda. “Anouschtka” es una de las canciones más populares de Los Pasos, que ejemplifica los grandes logros del combo: una letra sencilla que sirve de excusa para desarrollar sus característicos juegos de voces. La letra plantea una curiosa anécdota enfrentada al “Moscovit“, de Los No: mientras ésta critica la sociedad de la URSS y la belleza de sus mujeres, la de los madrileños habla de una rusa, amor abandonado en tan lejana tierra, pasaje del “Kalinka” al final incluido. Sin embargo, el tema de Los No fue censurado. Con respecto a la canción de Los Pasos, se cuenta que en una ocasión, Antonio Resines, compositor y componente de Almas Humildes (no confundir con el actor del mismo nombre), le muestra esta composición, que él había hecho con letra en inglés para su propio grupo, a Martin Careaga bajista de Los Pasos. Este, con algún cambio, se la lleva a Los Pasos, que le harán una letra en español y, al final, sería un éxito. Los Pasos fue una de las bandas más subestimadas de las surgidas en los años sesenta en España con una escritura desigual, pero que en sus mejores momentos ofertaba clase, estilo y personalidad, hecho bastante poco usual dentro de la morralla derivativa y sin originalidad, sin talla compositiva, sentido melódico ni inspiración instrumental que suele darse por tierras peninsulares, en especial la promocional de modos formulistas. Entre las características básicas de este grupo se aprecian aires claramente californianos, armonías vocales propias de la etapa psicodélica de la Costa Oeste, arreglos muy interesantes que enriquecen las piezas, folk rock/jangle pop con un buen pulso rítmico, una voz solista con personalidad, empleo intenso de los teclados, pop psicodélico, cortes garajeros de buen nivel, o pinceladas barrocas. El estilo del grupo, pues, era distinto al que habitualmente se escuchaba en esa época, había un desarrollo musical muy elaborado en todas sus interpretaciones y un componente vocal muy personal y en ocasiones bastante complejo, lo que les llevó a ser uno de los grupos más respetados en el entorno musical. Se podrían discutir sus canciones pero nunca se discutía su elaboración. Todo esto les llevó a ser muy populares y a sembrar canciones que todo el mundo reconocería y guardaría en su memoria musical.

 

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