jueves, 11 de abril de 2024

El arcoiris.



Más de ochenta años después
de su composición, Over the Rainbow es la canción más
versionada de la historia, parte de la banda sonora de la humanidad. Su melodía y su letra suenan trágicas a la vez que optimistas y pueden acompañar momentos tristes o momentos alegres; su metáfora sencilla e inmediata, fantasear con lo que hay más allá del arcoíris (un fenómeno atmosférico científico que parece mágico, tan innegable como inalcanzable), conecta con cualquier ser humano; por eso lleva décadas ocupando un espacio a medio camino entre lo mitológico y lo visceral en la cultura pop. Y, además, Over the Rainbow condensa la existencia de su intérprete: Judy Garland la cantó por primera vez a los 17 años en la película El mago de Oz y vería su vida marcada por esa canción; nadie ha escrito jamás sobre Garland sin recurrir a alguna estrofa de la canción, la propia Garland exclamó en una ocasión: "Si soy una leyenda, ¿por qué estoy tan sola?". En los años 30, cuando una adolescente Frances Ethel Gumm salió del capullo para mutar en Judy Garland, las divas del Hollywood clásico eran idolatradas y ridiculizadas como extravagantes criaturas consumidas por su arrogancia, déspotas con todos los que las rodeaban y obsesionadas con una fama que solo les daba disgustos y Judy Garland murió sin comprender del todo por qué Hollywood (y, por extensión, su público) la había abandonado. Judy Garland fue moldeada como "la chica de al lado", convertida en la compañera asexuada de Mickey Rooney. Desde los 13 años Garland sufrió una dieta impuesta por la Metro basada en sopa, lechuga, 80 cigarrillos diarios para reprimir su apetito, anfetaminas para trabajar y barbitúricos para dormir. A los 14 años un ejecutivo la definió (con ella delante) como "una pequeña cerda con coletas"; mientras estudiaba cómo pulir su imagen, el presidente del estudio, Louis B. Meyer, la llamaba cariñosamente "mi pequeña jorobada"; y a los 15 años el productor de La melodía de Broadway 1938 le recriminó que parecía un monstruo bailando. Por eso cuando cantó Over the Rainbow conectó con el sistema nervioso central de todos los espectadores. Porque su voz amarga y visceral sonaba más a Edith Piaf que a la perfección técnica y lírica de las actrices de la época, pero Hollywood se aseguró de que Frances Ethel Gumm nunca fuera consciente del talento sobrenatural que Judy Garland tenía, porque la necesitaban insegura y dependiente. A los 19 años se casó con David Rose, a los 20 se sometió a un aborto y a los 21 se divorciaron. Dos años después se casó con Vicente Minelli, su director en Cita en Saint Louis, con quien tuvo una hija (Liza) . En 1947, con 25 años, sufrió una crisis nerviosa y fue internada en un psiquiátrico, donde intentó suicidarse rajándose las muñecas. Enferma por una adicción a los somníferos, al alcohol y a la morfina y sometida a tratamientos de electroshock para superar la depresión, Garland dio tumbos profesionales al llegar tarde o no llegar nunca a los rodajes y finalmente fue despedida por la Metro-Goldwyn-Meyer mientras se recuperaba de su segundo intento de suicidio. Sin trabajo y arruinada, Judy Garland recurrió a las giras de conciertos y los especiales radiofónicos: no había cumplido 30 años y ya era una vieja gloria. En 47 años a Judy Garland le dio tiempo a ser una mujer, una actriz, una estrella y un icono. Y cada vez que se transformaba en su siguiente rol, se veía obligada a dejar atrás a los anteriores. El 27 de junio de 1969 Judy Garland falleció por una sobredosis accidental de barbitúricos. Como sucede con todos los mitos, diversas teorías rodearon su muerte. La cultura pop, experta en convertir las casualidades en canon histórico, relacionó directamente su muerte con el nacimiento del Orgullo Gay (el 28 de junio) y ese arcoíris se convertiría en el símbolo de la lucha por la igualdad. La existencia de aquellas mujeres quedará dignificada al devolverlas a su condición de seres humanos, tras décadas de ser solo mitos analizados en tercera persona. "Odio el sol", confesó Garland poco antes de morir, "Quería creer, e hice todo lo que pude por creer en ese arcoíris que soñaba con recorrer. Pero no pude. Qué se le va a hacer".

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