domingo, 31 de agosto de 2014

Cuidado con los adelantos técnicos

Ayer recibió un amigo un ataque personal intentando desacreditarlo vía twitter. Nada del otro mundo porque están a la orden del día esos ataques, protagonizados en general por personas que se sirven del anonimato para dar salida a su rencor descargando adrenalina a la vez que exhiben ignorancia. En este caso se acusaba a mi amigo de nazi (en demostración palpable de que la Regla o Ley de Godwin se traslada inexorablemente a las redes sociales) en un ejercicio de pura elucubración ruin, ya que, ni por perfil ni por comentarios podría tener cabida tal acusación.
No hay que darle a este hecho más importancia de la que tiene (ni menos, evidentemente), pero cavilando sobre él es inevitable recordar el alto grado de vulnerabilidad que tenemos ante lo que consideramos agradables adelantos técnicos que mejoran la comunicación y la relación entre personas.

Recientemente, México ha empezado a liderar un movimiento que llama la atención y lucha contra un problema que se ha manifestado con fuerza en América Latina pero que en absoluto puede desdeñarse ni creer que no pueda expandirse.Nos referimos a la criminalidad (no sólo estafas) surgidas alrededor de la informática y, en especial, las redes sociales.

Un inciso: acostumbrados a mirarse el ombligo de la pertenencia a la vieja Europa (en el sentido, incluso, literal de la palabra), nuestros dirigentes parecen haber perdido el sentido de la realidad, y no ven el cambio geoestratégico que se está produciendo. México, según muchos analistas, está llamada a ser potencia global al final de la próxima década, y ya se incluye liderando la nueva clasificación de países MINT (México, Indonesia, Nigeria y Turquía) junto a los conocidos BRIC, identificados como "las nuevas promesas de la economía mundial".

Bien, pues decíamos que México está embarcada en la lucha contra la nueva ciberdelincuencia, basada en la evidencia de que muchos usuarios de redes sociales comparten en sus perfiles información personal, laboral, escolar y familiar, así como fotografías en las que hacen público saber donde viven, qué sitios frecuentan e incluso sus posesiones (casas. barcos, coches,...), exponiéndose a extorsiones y a delitos más graves como secuestros, según advierten autoridades mexicanas que estudian el impacto de este problema.

En México y en toda América Latina se ha detectado un creciente número de casos de extorsión a través del servicio de mensajería para smartphones WhatsApp, perpetrados por delincuentes que a través de las redes sociales obtienen información de sus víctimas a quienes infunden miedo con el amago de tenerlas vigiladas, conocer sus pasos, a su familia y los bienes que poseen.
“Estos datos pueden ser utilizados para amedrentarnos, para decirnos que nos van a hacer un daño, que tienen identificados a nuestros hijos, nuestra casa, nuestro vehículo… Pero es una información que nosotros mismos generamos en nuestra red social”.
Las autoridades no cuentan todavía con una estadística del total de extorsiones consumadas vía WhatsApp y con este modus operandi, pero ya puede decirse que el perfil de la víctima es el de una persona de entre 25 y 40 años, pues “son los más suben las fotografías de eventos y a los que les gusta mostrar algún poder económico”.



El procedimiento más habitual es que los delincuentes primero ubican a sus potenciales víctimas y luego utilizan la información que las propias personas suben a redes sociales sobre ellas mismas, su vida cotidiana y familia. “Ven sus datos personales, las fotografías, empiezan a vincular a los familiares, y por la misma red social los contactan (generalmente con supuestos motivos profesionales, apelando a cualquier cuestión relacionada con las actividades e intereses de la potencial víctima, como puede ser la prestación de un servicio) y les piden, en general, su teléfono móvil para utilizarlo con la víctima utilizando la información, asociándola con datos y fotografías, generan la amenaza: ‘Yo sé que tienes un hijo’… Y empieza la parte de la extorsión. 
Es mucha información la que está circulando en redes, y está al minuto: ‘Estoy en tal lugar’, sabes en qué lugar y en qué momento pudieras extorsionar a la persona o hasta secuestrarla”, advierten las autoridades cuya recomendación es elevar la privacidad de los perfiles en las redes sociales para restringir el acceso y proteger la información personal sólo a personas a quienes se ha aceptado por existir una confianza previa.

Como siempre, la prudencia  debe guiarnos y debe impedirnos hacer en la Red nada que no haríamos en una relación personal cara a cara.

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