martes, 6 de diciembre de 2022

Italiano/francés que en castellano no lo hace mal.



Un cantante, compositor y pianista nacido en Saigón, la actual Ciudad Ho-Chiminh en el actual Vietnam, de ascendencia italo-francesa. Riccardo Cocciante (en sus primeros discos figuraba como Richard Cocciante, en francés), es uno de los cantautores de la generación italiana de los 70: desgarrados, intensos, grandes melodistas, pelín calentorros... Tuvieron mucho éxito en España casi siempre lastrados por la manía de traducirles al castellano. Riccardo empezó cantando en inglés y se encontró a sí mismo cuando conoció a Marco Luberti, letrista y productor. Su primer éxito fue "Bella senz'anima" (Bella sin alma), también popularísimo en España. A finales de los 90 comenzó a trabajar en su tres operas: "Notre Dame de Paris", "Le Petit Prince" y "Giulietta e Romeo". No es de extrañar porque una canción como "Margherita" (Margarita en su versión en castellano) tiene el mismo lenguaje musical de Giuseppe Verdi. Uno de los logros de la buena canción sentimental consiste en que la gente cante músicas y letras complicadas, profundas y ricas que en otro entorno (los auditorios y teatros de opera) les tirarían para atrás. El empeño de la industria y los medios por vendernos músicas cada vez más simplonas parece una conspiración para embrutecernos. "Margherita" es un "Ne me quitte pas" italiano y setentero, compuesto después de las veleidades del rock progresivo y sinfónico que influyó mucho a Riccardo en sus inicios. La versión original tiene arreglos electrónicos de Vangelis. Desde el punto de vista musical, la canción se caracteriza por un crescendo melódico que realza el talento vocal de Riccardo Cocciante. Se trata de una canción de amor, devoción y entrega. El protagonista se pone al servicio de Margherita y hasta intenta dominar las fuerzas de la naturaleza y de la física para hacerle feliz. Durante el siglo XX, la canción popular melodramática ha sido el único entorno (seguramente con excepción de algunos ejemplos de poesía amorosa) que permitía al hombre librarse de las restricciones y el juego de poder al que obliga el machismo y mostrar debilidad, dependencia, inferioridad, inseguridad, etc. delante de la mujer que ama. “'Margherita' tiene un ritmo extraordinario. La partitura la tengo a la vista, en casa, en el piano: arrugada, garabateada, con todas las correcciones hechas en el transcurso del trabajo. Esa canción sigue siendo un momento extraordinario en mi vida artística. En las canciones está todo mi estado de ánimo, una timidez casi paralizante que inmediatamente siente quien hace un trabajo como el tuyo. Llegó en un momento en que el canto político era preponderante, el contraste con la moda actual era total y me sentía desarmado. Yo mismo estaba perplejo pero luego la canción entró violentamente en un espacio que evidentemente existía. Nunca quise escribir sobre política por dos razones. Primero, porque lo considero transitorio en cuanto a tiempos y métodos; después de cuatro años todo envejece, la gente piensa diferente. Y luego porque creo que la política para nosotros los artistas debe seguir siendo algo que observamos, pero no convertirse en la bandera de una idea, de un partido, aunque tengas tus opiniones. Siempre he tratado de no estar en modas y pensamientos, me gusta estar al margen, marginal o fuera, nunca en una moda. Más bien, trato de convertirme en mi moda, mi planeta».”.”, dice Cocciante. La letra original:

Io non posso stare fermo con le mani nelle mani,

tante cose devo fare

prima che venga dormani.


E se lei sta giá dormendo io non posso riposare,

faró in modo che al risveglio non mi possa piú scordare.

Perché questa lunga notte non sia nera piú del nero,

fatti grande, doce luna, e riempi il cielo intero.


E perché quel suo sorriso possa ritornare ancora,

splendi sole domattina come non hai fatto ancora.

E per poi farle cantare le canzoni che ha imparato,

io le costruiró un silenzio che nessuno ha mai sentito.


Sveglieró tutti gli amanti, parleró per ore e ore,

abbracciamonci piú forte perché lei vuole l´amore.

Poi corriamo per le strade e mettiamoci a ballare,

perché lei vuole la gioia, perché lei odia il rancore.


Poi con secchi di vernice, coloriamo tutti i muri,

case, vicoli e palazzi, perché lei ama i colori.

Raccogliamo tutti i fiori, che puó darci primavera,

costruiamole una culla, per amarci quando e sera.


Poi saliamo su nel cielo e prendiamole una stella,

perché Margherita é buona, perché Margherita é bella.

Perché Margherita é dolce, perché Margherita é vera,

Perché Margherita ama, e lo fa una notte intera.


Perché Margherita é un sogno, perché Margherita é il sale,

perché Margherita é il vento, e non sa che puó far male.


Perché Margherita é tutto, ed é lei la mia pazzia,

Margherita, Margherita, Margherita adesso

é mia....na na na na Margherita é mia




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