miércoles, 10 de mayo de 2023

Un cúmulo de buenos deseos.


A medio camino entre la música y la literatura pura está el recitado del poema Desiderata, que hicieron suyo los hippies, abanderados de la cultura de “la paz y el amor”, convirtiéndolo en algo así como en su declaración de principios. Desiderata es una palabra que proviene del latín, significa “cosas que se desean”, y el texto del poema es un compendio de sabios consejos que ha dado la vuelta al mundo entero, por la precisión de las ideas y la profundidad del contenido. En un momento dado se produjo todo un debate sobre el origen de este poema. Alrededor del texto se tejió la leyenda de que había sido escrito por un monje anónimo y que había sido encontrado en un banco de la iglesia de San Pablo de Baltimore, hace doscientos años. Según esta versión, el poema habría sido escrito en el año 1692. En realidad, todo se trató de un error ya que el autor fue el filósofo y abogado Max Ehrmann aunque el texto nunca se publicó mientras él estuvo vivo y solo vio la luz hacia 1948, cuando su esposa publicó sus poemas de manera póstuma. El error se originó porque Max Ehrmann dio permiso para la reproducción sin Copyright en varias ocasiones y este corrió de mano en mano hasta perderse la pista de su autor original (se cree que su primer momento de popularidad fue durante la II Guerra Mundial y que llegó incluso a los soldados del conflicto). Se convirtió en algo así como una proclama, se buscaba que quien lo recibiera practicara todo lo que estaba consignado allí; muchos omitieron escribir el nombre del autor, y fue así como llegó a manos de un pastor de Maryland, quien estaba recopilando textos para hacer una edición especial de Navidad, y dentro de ellos estaba Desiderata y, al lado del nombre, el presbítero anotó una leyenda: “Iglesia de San Pablo, 1692”. solamente para identificar su templo y el año de fundación del mismo, pero uno de los feligreses quedó encantado con el poema y le pidió a un diario que lo publicara. Así se hizo y entonces se popularizó el error de que databa de 1692 y había sido encontrado en la Iglesia de San Pablo. Tanto fue el éxito que Les Crane, locutor de radio y televisión, grabó un single recitando el poema sobre un ambiente musical de psicodelia. No solo llegó a los Top 100 en 1971, sino que Les Crane se alzó con un Grammy en la categoría Best Spoken Word. Con los años, se consiguió aclarar la autoría de la obra y los descendientes de Ehrmann recibieron parte de los beneficios generados, pero también se decidió que pasara a ser considerada de dominio público. Actores como Morgan Freeman y Leonard Nimoy, así como políticos como Adlai Stevenson II (candidato a la presidencia de EE.UU. en dos ocasiones) y el Primer Ministro canadiense Pierre Trudeau, padre del actual dirigente, son algunas de las personas inspiradas por Desiderata. Sea como fuere, lo cierto es que se trata de un hermoso texto que ha sido traducido a más de 70 idiomas. Se popularizó en español gracias a la versión del actor mexicano José Arturo Benavides (de quien traemos este recuerdo, pese a que la versión más popular en castellano sea la del italo-argetino Gian Franco Pagliaro), quien declamó el poema musicalizado. Con Desiderata, queremos transmitir que siempre hay motivos para seguir adelante y sonreir. A pesar de los momentos complicados que hemos vivido estos últimos años, debemos centrarnos en las cosas buenas que sí tenemos y en todas las que están aún por llegar. ¡Creemos que el poema lo expresa muy bien!


 

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