jueves, 18 de julio de 2024

De centro modélico a...

 

L'Hospital del Tòrax | Les Barraques Digitals 

Hace unos días, en una reunión familiar de esas en las que se habla de todo, salió (y se recordó) el caso de alguien presente que, hace muchos años, con un brote de tuberculosis, fue internado en el Hospital del Tórax en el Bosque de la Pineda, en el llamado Pla del Bon Aire, un hospital en un entorno sin nieblas, protegido de los vientos del noroeste, con clima templado en verano, con trescientos días soleados durante el año, suelo seco y saneado, rodeado de pinos, agua abundante y bien comunicado, muy cerca de Terrassa (Barcelona) del que, tiempo después, salió curado, y esto me sirvió para recordar algo de la rocambolesca historia de estas instalaciones, desde un modélico centro sanitario hasta lo que es hoy. Son muchos los espacios que se dicen que están encantados y en los que suceden cosas de rara explicación, normalmente, abandonados y en un estado de conservación de dudosa fiabilidad; en Barcelona o sus cercanías se pueden encontrar varios lugares que cumplen con estas características, como es el caso de las piscinas malditas de Castellnou en Rubí o el castillo del Infierno o Torre Salvana, en Santa Coloma de Cervelló. Ambos lugares esconden una historia escalofriante que los han convertido en destinos solo aptos para los más valientes. Sin embargo, otros espacios han sido rehabilitados hasta el punto de convertirse en una referencia para el mundo audiovisual. Este es el caso del Hospital del Tórax, el cual es hoy en día un centro importante para el mundo del cine, además de ser el plató de Operación Triunfo.

EL HOSPITAL DEL TÓRAX - Uno de los más terroríficos del mundo 

El Hospital de Tórax fue inaugurado por el dictador Francisco Franco (acompañado en el acto, naturalmente, del capitán general de Catalunya como primera autoridad militar, el gobernador civil, el ministro de gobernación, casualmente el director general de sanidad y el jefe local de sanidad) en el año 1952 dentro del Plan Nacional Antituberculoso con el nombre de Ciudad Sanatorial de Terrassa, uno de los numerosos sanatorios que se construyeron durante los años 50 para combatir la tuberculosis, la fibrosis y el cáncer de pulmón, enfermedades con una mortalidad muy alta durante los primeros años de la posguerra, que se extendieron hasta mediado el siglo XX; con estos hospitales se pretendía aislar a los infectados para evitar que el contagio fuera mayor. El edificio impresionaba, tenía de 40 metros de altura, 227 metros de envergadura y un perímetro de casi un km. Así, el Hospital de Tórax se convirtió en una referencia tanto dentro de Cataluña como en todo el país, era capaz de albergar más de 1.500 camas, a lo que se le sumaba un gran catálogo de servicios, entre los que figuraban, por ejemplo, un teatro, un cine o una biblioteca (esto se debe a que el arquitecto encargado de su construcción se inspiró en los sanatorios alemanes del siglo XIX). Sin embargo, el sanatorio quedó algo obsoleto ya desde su inauguración, pues los tratamientos médicos y la metodología de prevención de la tuberculosis ya habían avanzado antes de su levantamiento. No obstante, durante los primeros años fue un puntal en lo referente a esta enfermedad. Así, llegó a albergar hasta un millar de internos, cuyos tratamientos oscilaban entre los seis meses y los tres años (el hospital acabó estando saturado de enfermos, las habitaciones pasaron de tener dos camas a cuatro y el flujo de entrada de nuevos pacientes era constante, sin que ello supusiera un incremento acorde de personal sanitario, por lo que el índice de mortalidad era muy elevado, se estima que sobre el 10%, cifra que se redujo al 5% con los avances médicos que fueron aconteciendo; a pesar de ello, aproximadamente un 50% de los enfermos concluían el tratamiento y salían curados). En los años sesenta los enfermos solo permanecían en el sanatorio durante dos meses, lo que hizo que se reconsiderara su uso, por lo que en el año 1969 comenzó a aceptar enfermos con otras patologías y ya en el 1975 adoptó el nombre de Hospital de Tórax. Pero esto no fue suficiente, pues dada la poca eficiencia y falta de necesidad, en 1986 se cerró aunque siguieron las consultas externas. La unidad residió en el edificio del sanatorio durante diez años, hasta su cierre definitivo en 1997. Una vez el hospital dejó de funcionar quedó abandonado; su gran extensión y lúgubre apariencia propició visitas de curiosos y a medida que las visitas fueron aumentando surgieron leyendas sobre sucesos paranormales que se produjeron dentro del hospital, que le otorgaron fama de lugar encantado con gran actividad paranormal. El Hospital del Tórax fue durante muchos años el hospital con el índice de suicidios más elevado de todo el país. Se dice que los enfermos se arrojaban desde la novena planta al jardín, apodado la Jungla, donde era habitual escuchar voces como ‘ya ha caído otro’ u ‘otro que se ha tirado’. La estancia media de un paciente entonces era de un año. La lenta y dolorosa muerte de los enfermos provocaba una psicosis general que en muchos casos acababa en suicidio. De hecho, el programa de misterio Cuarto Milenio, de Iker Jiménez, grabó entre sus muros uno donde se podía escuchar psicofonías y algún que otro fenómeno.

Antiguo Hospital del Tórax | Film Office 

Para los enfermos de tuberculosis allí ingresados, el goteo constante de muertes por suicidio afectaba a su estabilidad emocional, ya que las largas épocas de aislamiento generaba fuertes relaciones personales entre los enfermos, pero no sólo suicidios ya que, debido a la falta de personal sanitario en el hospital, a veces ocurría que algún enfermo moría en su cama y se tardaban algunos días en ser recogido por las enfermeras; durante esos días, el cuerpo del fallecido entraba en rigor mortis y podía tener convulsiones y rigidez que los compañeros de habitación veían sin saber a qué se debía. La falta de supervisión de los pacientes también provocaba errores en la medicación y desequilibrios serios en tratamientos psiquiátricos con graves consecuencias. Se fue convirtiendo en habitual un ambiente de terror en el que habían alucinaciones, se veían a muertos moverse y se escuchaban toda clase de extraños sonidos y presencias. Otra de las leyendas que se crearon en torno a este lugar hablaban de un área en el que se realizaban experimentos humanos para acabar con la tuberculosis; el origen de esta historia es la detención de un joven que sustrajo un feto en formol del hospital. Incluso hay voces que hablan de una enfermera de la muerte, una mujer de mediana edad que mataba a los enfermos terminales con una inyección. Cuentan que tras su muerte, su espíritu seguía vagando por los pasillos del hospital. En el año 2004, la Generalitat de Catalunya y el Ajuntament de Terrassa acordaron transformar el recinto en un complejo audiovisual. Finalmente, en 2014, el Parque Audiovisual de Catalunya, llegó a un acuerdo con el Ajuntament, propietario del hospital, para usar las instalaciones como plató de televisión y localización para la producción audiovisual. La industria del cine se ha fijado en sus pabellones para la recreación de escenarios tétricos y escalofriantes y así, entre muchas otras, producciones como la terrorífica REC 4, de Jaume Balagueró; El fotógrafo de Mauthausen, de Mar Targarona; o Un monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona, han elegido este espacio. Esto sin olvidar, que el Hospital de Tórax es actualmente el hogar de Operación Triunfo, pues en su interior se ubica el plató y la academia del concurso; muchos llegan a aplaudir a los concursantes de Operación Triunfo por haber dormido allí. ¿Ha pasado ya el tiempo de los fantasmas o es que todo era parte de una leyenda urbana? ¿La ficción ha podido con lo espiritual o ha sido la realidad económica? Desde hace algunos años, se puede realizar una visita guiada por las instalaciones del hospital donde se pueden ver algunas de las nuevas instalaciones dedicadas al cine, con algunos objetos de películas. En todo caso, sí se ven las instalaciones del antiguo hospital abandonado del Tórax que es una verdadera maravilla de ver. Historia viva. Ahora ese edificio también es el escenario del cómic Tórax 1975, de Pablo Lara y Jaime Martínez, una terrorífica historia ambientada en los años de mayor actividad del Hospital. Pese a todo, el Parc Audiovisual de Catalunya es un centro audiovisual de primer orden tanto para producciones nacionales como internacionales.

El Llac Petit: flora, fauna i destí diari d'excursionistes - Diari de  Terrassa 

Muy cerca de allí se encuentra un pantano con una historia plagada también de fenómenos extraños e inexplicables muertes. Se conoce como Llac Petit o Pantano de Can Bogunya localizado a unos seiscientos metros del Hospital del Tórax. Se desconoce la fecha exacta de la construcción del embalse, situándola entre los años 1.875 y 1.910; también su utilidad ha sido una incógnita, aunque se han valoran dos posibilidades: la primera y la más probable es que el propietario de Can Bogunyá construyera este pequeño lago de 10.000 m3 para abastecer su gran masía, sin embargo también se comenta que sus aguas llegaban hasta la cercana ciudad de Sabadell, lo cual deja en entredicho que sea un espacio cerrado y construido de forma artificial. Este pantano se ha cobrado la vida de decenas de personas ahogadas y ha presenciado también numerosas muertes en extrañas circunstancias, algunas de ellas tan evidentes que la policía Nacional y la Guardia Civil clasificaron de asesinato desde el primer momento. Los lugareños poco a poco han dejado de acudir al lugar al considerarlo un enclave maldito. La leyenda que cuentan sobre este lugar habla de un pantano maldito donde los fenómenos paranormales están presentes desde hace años, y son muchos los amantes del misterio y grupos esotéricos los que se reúnen en el lugar. Varios grupos esotéricos y de corte espiritual acuden a su orilla, como lugar de culto, a realizar meditaciones e invocaciones espirituales ya que, según manifiestan, el lugar está cargado de energías que favorecen a este tipo de oraciones. Según las propias experiencias de algunos testigos, en Llac Petit se producen extrañas apariciones de sombras y seres fantasmales durante la noche, se escuchan voces, se perciben extraños olores desagradables y existen alteraciones del campo electromagnético que incluso llegan ha provocar mareos y nauseas a las personas más sensibles.



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