Coincidiendo
prácticamente con el día en que hace 43 años del
fallecimiento del poeta, que se cumplen justamente mañana, día 23 (murió el 23 de septiembre de 1973 en Santiago de
Chile, doce días después del golpe de Augusto Pinochet contra el
gobierno legítimo de Salvador Allende) se ha presentado en el
Festival Internacional de Cine de San Sebastián la película “Neruda”, del
director chileno Pablo Larrain, en la que, sobre un episodio que tuvo
lugar en la realidad, se intenta reinventar el cosmos, incapturable, según las palabras del propio Larrain, de Pablo Neruda
La
película se basa en los hechos posteriores al triunfo de Alianza
Democrática en
las elecciones presidenciales de 1946
y la subida al poder de González Videla y
la
represión desencadenada por éste
contra los trabajadores en huelga llevará al
senador Neruda
a protestar vehementemente en el Senado. En
1948, González Videla prohibe el Partido Comunista (integrante de la
Alianza en el poder) y Neruda se
transforma entonces en el más fuerte antagonista del presidente,
dictando discursos en el Senado y publicando artículos contra el
Gobierno en el extranjero, ya que el diario comunista El Siglo estaba
bajo censura.
Su artículo La
crisis democrática de Chile es una advertencia dramática para
nuestro continente, que más tarde fue conocido como Carta
íntima para millones de hombres, publicado en Caracas, provocó
el desafuero del senador Neruda por «denigrar a Chile en el exterior
y por calumnias e injurias al Primer Mandatario».y posteriormente se
dictó una orden de detención contra él, forzándolo primero a la
clandestinidad en su propio país, y luego al exilio.
En el filme, que dicho sea de paso, ha sido seleccionado por la Academia de Cine de Chile para representar a su país en los Oscars, el
personaje de Neruda no queda muy bien parado, pasando el protagonismo
de la película al personaje del prefecto
de la policía de investigaciones, Óscar Peluchonneau, que es
el encargado de apresar
al poeta. Esto puede obedecer a la
recreación en el film de la elucubración sobre la "discusión
histórica", que
reconoce
el director Larrain, acerca de la
posibilidad de que el gobierno de
Pinochet no
quisiera realmente
atrapar
al escritor. "¿Qué se habría hecho con él preso? Es un
escándalo internacional, sería algo inmanejable" Y
algo de esto puede haber si se tiene en cuenta que mientras,
en
Europa, la leyenda del poeta famoso
perseguido
crece y los artistas, liderados por Pablo Picasso (que
lo protegerá cuando el poeta puede abandonar su país y se exilia en
París),
claman por su libertad.
No
vamos a desmenuzar la trama y desenlace de la película, pero es
indudable que su filmación y la coincidencia del aniversario de la
muerte de Neruda nos permite reflexionar en la evidencia de lo fácil
que es incomodar al Poder simplemente diciendo la verdad y lo fácil
que le resulta a éste acallar, por los medios que sean al
discrepante. En el caso de Neruda, además, hay conexiones de su obra
y sus actuaciones con España que nos permitiremos recordar
precisamente hoy, la víspera del aniversario de su muerte, en su homenaje.
Primero,
una rápida semblanza. Ricardo Eliécer Neftalí Reyes
Basoalto,mundialmente conocido por su seudónimo de Pablo Neruda1
(Parral, Chile,1904 — Santiago de Chile, 1973), fue un poeta
chileno, Premio Nobel de Literatura en 1971, considerado por Gabriel
García Márquez “el más grande poeta del siglo XX en cualquier
idioma” o por Harold
Bloom2
“uno de los veintiséis autores centrales del canon de la
literatura occidental de todos los tiempos”.
Paralelamente, fue
también un
destacado activista político, senador, miembro del Comité Central
del Partido Comunista, precandidato a la presidencia de su país y
embajador en Francia.
Hacia
1921, con diecisiete años de edad, empieza sus estudios de pedagogía
y comienza también a publicar sus trabajos, ya con el seudónimo de
Pablo Neruda, obteniendo el primer premio de los Juegos Florales de
la Primavera con el poema «La canción de fiesta». En 1923, publicó
Crepusculario y en 1924 su famoso Veinte poemas de amor y
una canción desesperada, donde todavía se nota una influencia
del modernismo. Posteriormente, en 1926, tres libros con un estilo literario similar: El habitante
y su esperanza, Anillos (en colaboración con Tomás Lago) y
Tentativa del hombre infinito.
En
1927, comenzó su larga carrera diplomática y
siendo
cónsul de su país en Buenos Aires conoce
a Federico
García Lorca, y
siéndolo en Barcelona
conoce
a
Rafael Alberti.
La literatura de Neruda
distingue distintos períodos estilísticos, desde un reconocido
modernismo, ya mencionado, en sus primeras obras, hasta lo que él llamó (fiel a sus
ideas) realismo socialista soviético que empieza en su Canto
General, de 1950 y alcanza
su culminación con Las
uvas y el viento,
de 1954, aparte de los
más variados estilos en su obra posterior y en su, curiosamente,
copiosa publicación póstuma.
Su
última aparición en público fue el 5 de diciembre de 1972, cuando
el pueblo chileno le realizó un homenaje en el Estadio Nacional, y
en febrero de 1973, por razones de salud, renuncia a su cargo de
embajador en Francia y regresa definitivamente a Chile.
Después
del golpe militar en Chile del 11 de septiembre de 1973 su salud se agrava y
el 19 es trasladado de urgencia desde su casa de Isla Negra a
Santiago, donde muere "debido a un cáncer de próstata el día
23 a las 22.30 en la Clínica Santa María" aunque, con la
vuelta de la democracia a Chile, aseguran acreditados testigos que ya pueden hablar que
Neruda habría sido asesinado en la clínica tras aplicársele una
inyección letal. La casa de Neruda en Santiago fue saqueada después
del golpe y sus libros, incendiados y hay que decir que muchos de los
asistentes a su funeral que no pudieron huir acabaron engrosando las
listas de desaparecidos por la dictadura.
En
2013 el juez Mario Carroza ordenó la exhumación del cuerpo del
poeta para averiguar la causa real de su muerte y en noviembre de ese
año se dieron a conocer los resultados de los exámenes
toxicológicos realizados en EE.UU. y España, que descartaron que
Neruda hubiera sido envenenado y confirmaron que falleció producto
de un avanzado cáncer de próstata. Sin embargo, en 2015 un informe
realizado a petición de la Corte de Apelaciones de Santiago concluye
que "muy probablemente el poeta muriera como consecuencia de
una inyección que recibió, con origen desconocido".
¿Y
su relación con España?
En 1947 publica Neruda
un libro relativamente breve bajo el título Tercera
Residencia que
contiene una parte llamada
"España en el corazón",
escrita a partir de 1937.
En efecto, en 1936 estalló la Guerra Civil
Española y, conmovido por ella y por el asesinato de su amigo García
Lorca, Neruda se comprometió con el movimiento republicano, primero
en España y luego en Francia, donde comenzó a escribir España
en el corazón (1937),con tal
sentimiento que su poesía durante el período siguiente se
caracterizó por una clara orientación hacia cuestiones políticas y
sociales. El poeta tuvo ya, al componerlo,
plena conciencia de lo que iba a pasar y por eso en seguida se lee:
Os
voy a contar todo lo que me pasa.
O
sea, que ya no se trata de cantar poesía sino de contar. Contar
antes que cantar es la nueva tarea asumida. "Yo estoy aquí para contar
la historia", se podrá leer también al comienzo del posterior
Canto General.
El relato ocurre con fluidez, con normalidad, como en la vida diaria,
sin estridencias ni aspavientos. Empieza la
cotidianeidad, es decir, la instalación en el mundo de lo no
importante con palabras sencillas, nada trascendentales:
Yo
vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes,
con árboles.
Es
el dato espacial del inicio de cualquier cuento. Y la pormenorización
inmediata: la vida en un sector de ambiente propio, el barrio. Vendrá
el nombre de éste ("mi barrio de Argüelles") y su
caracterización como sitio bullicioso, de comercios con sentido
humano y doméstico -pan, aceite, tomates, patatas, pescados-
presididos sin resistencia por la estatua (ironizada en aquello de la
semejanza al tintero) del jurista famoso.
Pero
todo en la evocación hogareña que parecía bucólica empieza a
cambiar. Se llama por sus nombres de pila a poetas amigos que
visitaron esa casa como testigos de esa felicidad pretérita. Raúl
(González Tuñón), Rafael (Alberti) y Federico (García Lorca)
saben -sabían- de convivencia, conversaciones, proyectos, de la vida
en fin que en el barrio y en la casa ocurrían:
Raúl,
¿te acuerdas?
¿Te acuerdas, Rafael?
Federico, ¿te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
¡Hermano, hermano!
¿Te acuerdas, Rafael?
Federico, ¿te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
¡Hermano, hermano!
Mas,
¿qué sentido tiene pedir que recuerde el amigo que se sabe
definitivamente ausente? Es porque va pereciendo incluso el
recuerdo en la medida de la
desaparición
de ese
testigo de la felicidad remota. Y
entonces el
cambio es absoluto. Lo que al comienzo del poema se daba en
contrapunto más o menos sordo, irrumpe abiertamente, como la misma
guerra. Fuego, pólvora, sangre, bandidos de todo tipo que matan
niños (chiquillos, en palabras de Federico) y casas (mi casa), dejan rota a España.
Y
lo que se entendía sólo como una firme toma de partido por la
opción republicana se convierte en un ataque directo a los
protagonistas de la situación que ha originado el asesinato (entre
miles más) de su amigo Federico. Así se encuentran poemas tan
directos como España
pobre por culpa de los ricos, Sanjurjo en los infiernos, Mola en los
infiernos
o el atroz El
general Franco en los infiernos,
una de cuyas estrofas más suaves dice, por ejemplo
Aquí
estás. Triste párpado, estiércol
de siniestras gallinas de sepulcro, pesado esputo, cifra
de traición que la sangre no borra. Quién, quién eres,
oh miserable hoja de sal, oh perro de la tierra,
oh mal nacida palidez de sombra.
de siniestras gallinas de sepulcro, pesado esputo, cifra
de traición que la sangre no borra. Quién, quién eres,
oh miserable hoja de sal, oh perro de la tierra,
oh mal nacida palidez de sombra.
Ni
que decir tiene que Tercera
residencia
estuvo prohibidísimo en España3
y, con muchas y auténticas dificultades
(y paciencia) no exentas, a veces, de peligro físico real, se podía conseguir, a
través del
amigo de
un amigo de otro amigo, la edición de la argentina Editorial Losada…
disimulada con una cubierta de los Evangelios católicos
de
Bover-Cantera (aún hoy se encuentra en las Redes la versión del
libro censurada por el expeditivo sistema de páginas en negro).
Al fin, poeta total
Pero hoy, víspera del día del recuerdo de su muerte, quedémonos con el poeta y no con el activista y, por elegir algo de su vasta obra, fijémonos en los Veinte poemas de amor y una canción desesperada que, como da a entender por ahí el propio autor, es la culminación de su producción poética. Lo anterior a ella ha sido necesariamente tanteo orientador, ascensión trabajosa; lo posterior, dispersión de lo logrado, tentativa de hombre que se siente infinito porque no alcanzó aún a determinar sus propios límites.
Pero hoy, víspera del día del recuerdo de su muerte, quedémonos con el poeta y no con el activista y, por elegir algo de su vasta obra, fijémonos en los Veinte poemas de amor y una canción desesperada que, como da a entender por ahí el propio autor, es la culminación de su producción poética. Lo anterior a ella ha sido necesariamente tanteo orientador, ascensión trabajosa; lo posterior, dispersión de lo logrado, tentativa de hombre que se siente infinito porque no alcanzó aún a determinar sus propios límites.
En
este libro no se puede andar leyendo/viviendo
a
corazón lento. Sus senderos imponen un ritmo propio, que va de lo
heroico a lo sumiso, en bruscos saltos a veces. A través de la
milenaria senda del patetismo amoroso, Neruda ha encontrado un atajo
suyo; y esa es la gloria que le conquista este libro.
En
el poema número 1, el sentimiento nace con
ímpetu, y abre ante sí el ancho espacio indispensable para la
grandeza de su emoción. Su expresión elige el camino de las cosas;
y, apenas ha entrado en el verso, ya se aprietan en su derredor las
fuerzas y las manifestaciones del mundo:
Cuerpo
de mujer, blancas colinas, muslos blancos
te pareces al mundo
en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te
socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
A
partir de aquí, la evolución del sentimiento con versos
grandisugerentes, y no grandilocuentes, porque es precisamente un
mérito muy encomiable de este poeta la justeza de la expresión,
nada de adjetivos estrepitosos ni de metáforas dislocadas, nos
conduce al poema veinte en el que, después de agitar, en complicidad
con grandes símbolos, la total tragedia de su ambición de amor, el
hombre y el poeta se aquietan en dulzura de tristeza última. Para
exponerlo, el lenguaje que usa es sencillo. Es un estilo directo,
humano. El mensaje del poema se transmite con facilidad y claridad.
Pensar
que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír
la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué
importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Cualquier
lector comprende lo que siente el poeta. Esta poesía nos transmite
sus sentimientos sin
metáforas artificiosas:
se
siente triste, dolido, solo y añora los tiempos en los que no lo estaba. Por la forma en la que está escrito, sencilla pero directa e
intensa, despierta sentimientos que los lectores tenemos dentro.
Oigamos
el sentido recitado del poema número 20 en la voz del recientemente
desaparecido Gian
Franco Pagliaro y leamos, leamos
(hoy al menos) a Neruda.
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1Aún
hoy, los estudiosos de su obra no se ponen de acuerdo acerca de si el
seudónimo (que adoptó para ocultar a su padre, obrero ferroviario,
que publicaba poesías y que después transformó en su nombre oficial) se refiere al autor checo Jan Neruda o a un
personaje de una novela de Arthur Conan Doyle. El autor nunca lo aclaró.
2Harold
Bloom es un crítico y teórico literario estadounidense autor,
entre otros, de The Western Canon: The Books and School of the
Ages - New York: Harcourt Brace, 1994. (En castellano: El
canon occidental: La escuela y los libros de todas las épocas.
Ed. Anagrama, Barcelona, 2005)
3Hay
quien asegura que le ha resultado imposible encontrarla en las
librerías. De acuerdo que no es precisamente un panegírico de quienes se
sublevaron, pero si esas dificultades por encontrar hoy el libro traspasan el ámbito comercial, las conclusiones son inquietantes y preocupantes, ya que, pongamos por caso, la figura de Adolfo Suárez (1970/1985) es ya Historia y se puede analizar con objetividad, por lo que sería
difícil justificar razonablemente que el franquismo, en la forma que narra el poeta, de 40 años antes, no lo fuera... salvo que
realmente no lo sea, y siga teniendo la facultad de prohibir o censurar lo que le es incómodo.