miércoles, 31 de mayo de 2023

El Bolero de Ravel y la ataxia.



Una de las piezas musicales más famosas del compositor vascofrancés Joseph Maurice Ravel o, simplemente, Maurice Ravel (1875-1937) es su Bolero, que por lo visto surgió casi de manera casual y además existe la creencia o la leyenda de que tal vez su composición está relacionada con algunos problemas de lo que se decía demencia que el compositor sufría. Desde su composición ha sido utilizado en infinidad de películas y eventos, aunque tal vez entre los más recordados está cuando suena y es usado como afrodisíaco en la película 10, la Mujer Perfecta mientras el personaje interpretado por una exuberante Bo Derek seduce al personaje atolondrado interpretado por Dudley Moore. La obra fue también utilizada como música de acompañamiento para la actuación ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sarajevo 1984 por los bailarines de hielo británicos Torvill y Dean, pareja de patinadores artísticos con mayor puntuación de todos los tiempos. En el mundo de los videojuegos, la composición también ha sido utilizada y de hecho, fue adaptada para la «intro» del clásico The Legend of Zelda. Cuando se escucha no caben términos medios: o se detesta o se adora. Para muchos es una pieza hipnotizante, para otros es aburrida, para unos, repetitiva. para otros, incluso erótica. Maurice Ravel siempre fue un tipo peculiar. Su amigo Igor Stravinski se refería a él cariñosamente como "el músico relojero", debido a su exagerada pasión por el detalle, la meticulosidad, la limpieza y el orden en sus composiciones musicales. Él mismo se define como "un gran autómata", una persona triste, aletargada, aburrida, aislada. Sin embargo, su fama como compositor no para de crecer a pesar de sus dolencias. A los cincuenta años ya era un reputado artista y siete años más tarde comienza a mostrar evidentes síntomas de afasia y ataxia, es decir, para entendernos con pocas palabras, incapacidad de comprender y producir el lenguaje, e incapacidad para coordinar los movimientos corporales. Es en este momento cuando escribe el Bolero, obra por la que pasaría a la historia cualquiera que lo hubiese compuesto, pero Ravel dejó, además, un inmenso legado (Pavana para una infanta difunta, la valse, sonatina, Gaspard de la nuit,..), y algunos autores expertos afirman que, en esta última etapa de su vida, Ravel había desarrollado ya los efectos del Alzheimer, motivo por el que el compositor había entrado en una fase de deterioro cerebral que le había llevado a repetir dieciocho veces dos conceptos musicales iniciales en el Bolero; otros afirman que la obra es simplemente producto del trastorno obsesivo compulsivo que ya padecía, y que en los últimos años se había agudizado. Lo cierto es que en los últimos años de su vida, Ravel no sólo perdió la capacidad de tocar el piano, sino también la habilidad de transcribir a las partituras la música que tenía en su cerebro. Ravel se quejaba de que tenía "la cabeza llena de música", pero era incapaz de expresarla, pues apenas podía controlar sus movimientos ni articular palabras, mucho menos escribir música. Posiblemente Ravel padecía dos alteraciones, una degeneración corticobasal que le producía la ataxia a la vez que una degeneración en el centro del lenguaje que le producía una afasia primaria progresiva. El avance de estas dos alteraciones llegaron a impedirle tocar el piano y escribir las partituras, de forma que no podía expresar su música pero sí componerla mentalmente. Recordemos el caso de Beethoven, que debido a su sordera, podía escribir sus partituras pero no oírlas. Debió de ser muy penoso. Con independencia de las teorías psiquiátricas y de las opiniones de reputados especialistas médicos, la repetición compulsiva, maníaca, de los dos inolvidables motivos musicales del Bolero, hacen de esta obra un hito en la música, una pieza difícil de comprender si uno no se acerca a ella con curiosidad e interés, pero a la vez es hipnotizadora, cautivadora, extraña y única, que ha quedado como la obra fundamental de su autor - entre un impresionante repertorio. No deja de ser una extraña paradoja que una enfermedad neurodegenerativa trastornase su inspiración, llevándole por caminos sorprendentes y no recorridos antes. Solo una mente así podría hacerlo; un gran autómata, sentado ante su pentagrama.


martes, 30 de mayo de 2023

Tras Tubular...



Cuenta la leyenda que el compositor y multiinstrumentista Mike Oldfield con diecisiete años iba llevando sus maquetas a las distintas discográficas inglesas y todos le decían que eran muy buenas pero imposibles de vender, hasta que entra en contacto con el dueño de la tienda de discos Virgin, Richard Branson, que acepta el reto de publicar ese disco tan raro llamado Tubular Bells, y gracias a esto uno se hizo famoso y el otro rico. Se convierte en uno de los discos más vendidos de 1973 y su éxito crece aún más cuando un fragmento fue usado en la celebérrima película El Exorcista. Es considerado el inicio de lo que será después el New Age. Mike Oldfield era hijo de un militar veterano de guerra que solía tocar siempre a la guitarra cada Nochebuena la única canción que había aprendido en los duros días del frente, titulada «Danny boy»; Mike creció escuchándola y se aficionó a la música y a la guitarra, su instrumento favorito, hasta el punto de que a los 10 años ya componía canciones con su guitarra acústica. En 1983 se cumplían diez años del lanzamiento de Tubular Bells (hace unos días, el 25 de mayo, hizo 50 años) y, teniendo en cuenta lo bien que aún se vendía, la discográfica valoró la posibilidad de realizar una segunda parte del mismo, sin embargo Mike Oldfield prefirió embarcarse en otro proyecto: un álbum de estudio, que tituló “Crises” y que contenía Moonlight shadow (Sombra de luz de luna), interpretada por la cantante escocesa de voz envolvente Maggie Reilly, una de las canciones más reconocibles de los años ochenta y de las más representativas del Mike Oldfield más popular, otro clásico de esos años ochenta que tanto nos gustan, y es que somos hij@s de esos años maravillosos en los que gracias a las emisoras de FM y los programas de TV la música de verdad se popularizó y llegó a todos los segmentos de edad y renta de las poblaciones. Y es dentro de esa inundación de canciones donde algunas quedaron grabadas en nuestra memoria y haciendo que con tan sólo escuchar los segundos iniciales entremos en la máquina del tiempo de nuestra memoria y seamos esos jóvenes que nuestros corazones nunca han olvidado, y que deseamos que sigan llenando de ilusión nuestra vida. Moonlight Shadow es considerada como un tributo a John Lennon, asesinado antes de que Mike Oldfield escribiese la canción; Lennon fue disparado cuatro veces justo antes de las 23:00, mientras que en la canción la hora marcada es de las 4:00 y el número de disparos es de seis. Cuando se le preguntó a Oldfield si es una referencia al asesinato de John Lennon en una entrevista de 1995, éste respondió: “En realidad no… bueno, tal vez, cuando la reviso, quizá lo fuese. Efectivamente llegué a Nueva York aquella terrible noche en la que le dispararon y me había quedado en la sede de Virgin Records en la Calle Perry, que está a unas cuantas manzanas calle abajo del Edificio Dakota donde ocurrió, así que aquello probablemente se hundió en mi subconsciente. Originalmente fue inspirada por una película que me gustaba, `Houdini´, protagonizada por Tony Curtis, que trataba acerca de los intentos por contactar con Houdini después de que hubiera muerto, a través del espiritismo… en su origen fue una canción influida por esto, pero muchas otras cosas debieron de introducirse en ella sin que me diese cuenta


 

sábado, 27 de mayo de 2023

En día de elecciones, pequeñas historias de la Historia.


Hoy es día de votaciones/elecciones en nuestro país y, sin cuestionar nada
en cuanto a formas de gobierno (no es el foro), sí que es el día oportuno para recordar a algunas personas que no se votan/eligen y que tienen una actitud, cuando menos, criticable, cuando deberían ser ejemplo de conducta ética pero, que aún así, tienen legión de seguidores/defensores. Y hay/han habido muchos. Tomemos, por ejemplo, uno. Dicen que Dios nos castiga concediéndonos nuestros deseos, algo que se cumple a rajatabla en el caso de Fernando VII, nuestro “ejemplo”, probablemente el soberano más nefasto de nuestra historia, puesto que el pueblo le apodó inicialmente "El Deseado" por considerarle el paladín de las libertades contra la opresión e invasión francesa, pero tras el reinado de José Bonaparte, monarca odiado al haber sido impuesto por su hermano Napoleón, los españoles no imaginaban que Fernando VII, al que también llamarían después "El Rey felón", ayudado por el enemigo galo, segaría sus esperanzas de libertad que, tras la guerra de la Independencia, plasmaba la Constitución de Cádiz de 1812. El 7 de abril de 1823, ha hecho ahora dos siglos, Francia mandó un ejercito de 95.062 soldados, llamado los Cien Mil hijos de San Luis (apodados así en memoria del rey Luis IX, que fue canonizado y hecho santo) que, al mando del duque de Angulema, tenían como misión apoyar a Fernando VII contra los liberales y restaurar el régimen absolutista en virtud de los acuerdos europeos de la Santa Alianza. Hijo de rey Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma y nacido en 1784 en El Escorial, las crónicas de la época definen a Fernando VII como un ser cobarde, vago, antipático, nada agraciado físicamente, fumador empedernido y habitual de los burdeles. "Solía salir disfrazado por las noches en compañía del duque de Alagón para entregarse fuera de palacio a deportes que los musulmanes practican dentro del harén". Mal hijo también, mantuvo nefastas relaciones con su padre, el rey Carlos IV, contra quien conspiró siendo príncipe de Asturias en 1807. Efectivamente, el 5 de noviembre de 1807, el rey Carlos IV perdona la traición de su hijo Fernando VII, implicado en la Conspiración de El Escorial. El complot o conspiración de El Escorial fue una conspiración fallida encabezada por el entonces heredero de la corona y príncipe de Asturias Fernando de Borbón para provocar la caída del ‘’favorito’’ del rey, Manuel Godoy, y poner bajo control a la reina María Luisa de Parma, su principal apoyo. La suerte que correría en esta conspiración el rey Carlos IV nunca estuvo clara (la conspiración fue descubierta el 27 de octubre de 1807 durante una estancia de la familia real en el Monasterio de El Escorial, de ahí su nombre). Paradójicamente de la "conjura de El Escorial" salió fortalecido el príncipe Fernando —considerado víctima de la ambición de su madre y de su perverso favorito—, y los desprestigiados fueron Godoy, la reina y el "débil" Carlos IV. Manuel Godoy era un Guardia de Corps -Guardia Real- venido a más gracias a que, según las tonadillas populares, solía dar « ajipedobes » a la reina María Luisa de Parma (« sebo de pija » leído al revés -los españoles nunca nos henos destacado por la sutilidad-). Fuera por lo que fuese (por su valía o por bajarle las enaguas a la, según se dice en las crónicas de la época, feísima reina consorte ) lo cierto es que por aquellos años este militar andaba «sisando» el trono al torpe de Carlos. Este, por su parte, andaba más preocupado por cazar en su coto que por los asuntos de gobierno. De hecho, solo metía su morro real de por medio cuando podía sacar algún rédito para su familia. Un monarca bastante corto de entendederas, vaya.


El Príncipe de Asturias no desaprovecharía la segunda oportunidad que tuvo para hacerse con el trono en marzo del año siguiente,
en el motín de Aranjuez. El mismo día 27 de octubre de 1807 se firmaba el Tratado de Fontainebleau1 por el que la Monarquía española permitía la entrada en su territorio de las tropas de Napoleón para atacar conjuntamente al Reino de Portugal, aunque los ejércitos franceses ya habían comenzado a cruzar la frontera española desde el día 18 de octubre. A raíz de la invasión francesa, Carlos IV se exilió y también Fernando VII perdió el trono, que recuperó por el tratado de Valençay en 1813. Pero, hay más, y se cumple aquello de “de tal palo, tal astilla”:«Su Majestad el rey Carlos […] ha resuelto ceder, como cede por el presente, todos sus derechos sobre el trono de España y de las Indias a Su Majestad el emperador». Con estas palabras fue con las que, en 1808, Carlos IV (rey hasta entonces de una buena parte de la Península Ibérica y aún una considerable extensión de América) otorgó a Napoleón el trono de España, decisión a la que posteriormente se unió también su hijo Fernando, un «lamebotas» destacado de Bonaparte que ya había demostrado sobradamente su sumisión a él en otras tantas ocasiones. Padre y retoño hicieron entonces posible que el gabacho fuese dueño y señor de este país y de sus gentes. Un suceso más conocido históricamente hoy como las «Abdicaciones de Bayona» y que supuso la venta (con escasas condiciones) de los restos del imperio. La decisión, posteriormente, no resultaría rara porque, tanto Carlos como Fernando se destacaron como unos adoradores del gabacho: el primero2, tratándole como a un Dios en la Tierra cuando el pueblo se alzó en su contra y, el segundo, solicitando ser hijo adoptivo suyo, como veremos más adelante. Para hallar la primera traición de estos líderes a España es necesario retroceder en el tiempo hasta el final del siglo XVIII. Por entonces dominaba nuestro país Carlos IV ... o más bien su valido, O eso opinan algunos historiadores.


La historia de estos dos monarcas podría haber quedado olvidada en los más profundo de cajón de las infamias de nuestro país. Sin embargo,
siempre está de actualidad debido a que Napoleón Bonaparte -experto en lograr por las malas (y en muy pocas ocasiones por las buenas) todo aquello que deseaba- tuvo que tragarse su orgullo entre baguette y baguette y devolver el trono de España a Fernando VII. Todo ello, después de haber sido expulsado a base de fusil, bayoneta, cañón y sangre de estos lares. Aquel día, con todo, volvió a la Península un monarca que -aunque deseado, como bien decía su apodo- no había tenido reparo ninguno en plegarse a los deseos del francés unos años atrás y cederle por las buenas el territorio español. De hecho, lo que él no fomentó en ningún caso por su poder (la resistencia contra los franceses) lo tuvieron que hacer las gentes de este país mediante narices. Así pues, fue el pueblo el que se enfrentó a la «Grande Armée» del «Pequeño corso» y lo devolvió de una patada a París.


Todavía le quedaban por pasar todo tipo de vergüenzas a la monarquía española. Por entonces, la tensión generada por la mala situación económica y la pésima política exterior de «Manolito» Godoy. Hartos de aguantar, y encorajinados por el príncipe Fernando lograron que el monarca cediese la poltrona a su hijo (que pasó a ser denominado Fernando VII).
Posteriormente, Bonaparte ofreció cobijo en Francia al viejo rey, a su mujer y a Godoy. También se comprometió a regar su cuenta corriente con una pensión de entre 30 y 40 millones de reales anuales. Sin embargo, el culmen de este «lamebotas» se sucedió cuando dio la enhorabuena al galo por sus victorias contra los españoles y, finalmente, cuando solicitó ser hijo adoptivo suyo mediante la siguiente carta : «Mi mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida, tanto por mi amor y afecto a la sagrada persona de S. M., como por mi sumisión y entera obediencia a sus intenciones y deseos». Napoleón obligó al rey Carlos y a su hijo Fernando a entregarle la corona para imponerla a su hermano José Bonaparte, quien se convirtió en el nuevo rey de España. Fernando VII, legítimo heredero al trono, fue llevado prisionero a Francia. El pueblo español rechazó al rey francés y formó juntas en todas las ciudades para luchar contra los invasores y cuidar el reino hasta el regreso de Fernando. En la ausencia del rey, las juntas se hicieron cargo de la totalidad de las funciones de gobierno y de la resistencia a la invasión napoleónica. En 1812 se redactó y aprobó una Constitución liberal para España. A su vez, en las colonias americanas dependientes de la Corona española, que repentinamente habían quedado sin autoridad, las medidas iniciales fueron parecidas a las de España: en las principales ciudades americanas también se crearon juntas que se mostraron fieles al rey Fernando VII y rechazaron la invasión francesa en España y que tenían por misión administrar y resguardar el poder real hasta el restablecimiento del rey español en el trono, pero pronto las juntas de varias ciudades comenzaron a pensar en independizarse de la Corona española, mientras otras decidieron seguir fieles al rey, lo que provocó disputas armadas entre independentistas y realistas. En 1815, los ingleses derrotaron a Napoleón en la batalla de Waterloo y el rey Fernando VII volvió a España y retomó su poder absolutoolvidando” la flamante Constitución de 1812 . Al ver que gran parte de las colonias americanas habían proclamado la independencia, decidió enviar miles de soldados a recuperarlas y después de varios años de lucha, los independentistas derrotaron a las fuerzas de la Corona española. En 1830 la mayoría de los pueblos de América Latina eran Estados independientes.


Pero la
s razones últimas de la independencia de los países americanos o no se nos han explicado o sí pero desligadas de la actuación de un no votado/elegido (aunque “deseado” en este caso), como tampoco la ocupación de España por las tropas francesas y el nombramiento de un rey francés, atribuida sólo a los delirios de Napoleón. Y de los que disponen de un país (y de sus habitantes, vendidos como mercancía o enviados a luchar y dar la vida por no sé qué) o de sus finanzas a su antojo, como si fuera un cortijo de su propiedad, sin dar cuentas a nadie, y aún así tienen multitud de seguidores/defensores, mejor no hablar: eso forma parte de un debate imprescindible pero que excede las reflexiones de estas líneas y, por tanto, ahora no es el momento.

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1El Tratado de Fontainebleau de 1807 fue un acuerdo entre la España del rey Carlos IV de Borbón y la Francia imperial de Napoleón Bonaparte, firmado en las cercanías de París, por el general francés Gérard Duroc y por Eugenio Izquierdo, representante plenipotenciario de Manuel Godoy, primer ministro del monarca español. El acuerdo establecía la invasión militar de Portugal por fuerzas conjuntas franco españolas y el reparto del territorio lusitano entre España y Francia. Para posibilitar la invasión, la Corona hispana autorizaba el paso de las tropas francesas por territorio español. El Tratado fue el antecedente directo de la invasión francesa de la península ibérica y de la crisis de la monarquía española, que derivó a su vez en el inicio de los procesos independentistas en Hispanoamérica.

Las principales consecuencias del Tratado fueron:

- El paso por el norte del territorio español de un ejército expedicionario francés comandando por el general Jean-Andoche Junot.

- La ocupación de Portugal por tropas francesas y españolas. Estas últimas ocuparon Oporto y Setúbal.

- El inicio de la invasión francesa de España, que fue cobrando forma a partir de la ocupación sin respaldo legal alguno de las ciudades de Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián y Barcelona. El total de soldados franceses destinados en España ascendía a unos 65.000, que controlaban las comunicaciones con Portugal, Francia y Madrid.

- El traslado de la familia real española a la localidad de Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia Cádiz y allí embarcarse para América, como ya lo había hecho la corte portuguesa.

- La crisis de la monarquía española, que se inició con el Motín de Aranjuez, que provocó la caída del ministro Godoy, la abdicación de Carlos IV y la subida al trono de Fernando VII.

- El levantamiento popular contra los franceses que se produjo el 2 de mayo de 1808 y que dio comienzo a la guerra de la Independencia española.

- El inicio de los movimientos autonomistas protagonizados por los criollos hispanoamericanos, que aprovecharon el vacío de poder generado por la ocupación francesa de la península ibérica para formar juntas de gobiernos locales. La reacción de las autoridades coloniales españolas hizo que estos movimientos autonomistas derivaran en guerras por la independencia.

2«Señor mi hermano: V.M. sabrá sin duda con pena los sucesos de Aranjuez y sus resultados, y no verá con indiferencia a un Rey que, forzado a renunciar a la Corona , acude a ponerse en los brazos de un grande monarca , aliado suyo, subordinándose totalmente a disposición del único que puede darle su felicidad, la de toda familia y la de sus vasallos. No he renunciado a favor de mi hijo sino por la fuerza de las circunstancias , cuando el estruendo de las armas y los clamores de una guardia sublevada me hacían conocer bastante la necesidad de escoger la vida o la muerte, pues ésta última seguido después de la de la reina. Yo fui forzado a renunciar; pero asegurado ahora con plena confianza en la magnanimidad y el genio del gran hombre que siempre ha mostrado ser amigo mío, yo he tomado la resolución de conformarme con todo lo que este mismo grande hombre quiera disponer de nosotros y de mi suerte. Dirijo a V.M.I. una protesta contra los sucesos de Aranjuez y contra mi abdicación . Me entrego y enteramente confío en el corazón y amistad de V.M. con lo cual ruego a Dios que os conserve en su santa y digna guardia. De V.M.I. su rey afecto hermano y amigo. Carlos».

 

jueves, 25 de mayo de 2023

A vueltas con la melancolía.



Estoy firmemente convencido de que si existe algo mágico de verdad en este mundo es la música. No hay nada con la capacidad de modificar el ánimo y la visión de la realidad como una canción en un momento determinado. En mi opinión, todos deberíamos contar con unas cuentas de estas píldoras para ser usadas en caso de vernos asaltados por alguna de las patologías que la vida moderna nos fuerza a padecer. Apatía, tristeza, desesperación, furia, desengaño, pérdida, desilusión, pueden ser tratadas con melodías y letras que te levantan el ánimo, que te hacen reír, que te muestran nuevas metas, que atemperan tu genio, que te permiten recuperar esa esperanza que tenías hasta ayer, que sacan de ti lo que quieres ser y no a lo que te ves empujado. Y si no lo consiguen pues usa otras que hagan que tus sentimientos se desencadenen en una explosión catártica que te limpie y libere, que eso también es sano. Frank Sinatra tuvo una infancia feliz en la taberna que poseían sus padres, pero durante la juventud alternó con los pandilleros de la zona que le llevaron a dar con sus huesos en el calabozo en un par de ocasiones. Aunque había cantado de forma amateur antes, no fue hasta que asistió a un concierto de Bing Crosby que decide hacerse profesional. Su potencia vocal no era suficiente para llenar aforos grandes pero, afortunadamente para todos, el micrófono radiofónico se perfecciona y se popularizan los programas de radio musicales siendo él uno de los primeros en aceptar cantar en directo en ése medio, lo que le convierte en un ídolo principalmente entre las jóvenes americanas. La Voz, como se le ha conocido, seguro que no ha sido la mejor que ha existido en el panorama musical, pero es que nadie ha fraseado como él (impagable como “profesor” de inglés), ni ha interiorizado las composiciones de otros con tal pasión que ha conseguido que todo el mundo se las atribuya a él. Siendo un actor de nivel medio, a pesar de ser ganador de un Oscar al mejor actor secundario, en el escenario se convertía en una personificación de lo que la canción requería y hacía que cualquiera se sintiera parte de ella. Su carrera empieza a mediados de los treinta como solista de varias bandas y después continúa en solitario como gran estrella en los cuarenta, pasando un bache en los cincuenta y repuntando con la película De Aquí a la Eternidad. Musicalmente supo adaptarse a los estilos del momento y su aportación a la transición del jazz al pop fue muy importante. Pero ya en los 60 su estilo está consolidado y es claramente el crooner de América, por lo que se dedica a grabar discos maravillosos como September of my Years del que destacó It Was A Very Good Year que le valió el Grammy de ese año. La canción se grabó por primera vez en 1961 por un grupo folk del momento llamado The Kingston Trio, pero su paso a canción mítica lo consigue Sinatra en 1965. Musicalmente es todo un placer ver todo lo que una orquesta es capaz de hacerte escuchar y toda la potencia y suavidad que son capaces de desarrollar. La letra es una evocación de una vida de alguien, que no es demasiado diferente a la suya, en la que recuerda sus diferentes momentos y los asocia a las mujeres que ha conocido, y como los convirtieron en buenos años. Seguro que ha tenido malos momentos, pero él quiere quedarse con aquellos aspectos que le procuraron placer y alegría, y que le definieron en lo que hoy es. Mirar así al pasado es la mejor forma de que no sea la losa de nuestro presente ni el freno al futuro. Bueno aquí queda la canción, también en la versión de The Kingston Trío, contra el sentimiento de fracaso, y que cada uno escoja los años y las personas que los hicieron buenos, versiones aparte.



miércoles, 24 de mayo de 2023

Castrati.



Los castrati —en singular, «castrato»,
castrado— eran hombres capaces de cantar con una tonalidad de voz muy aguda. Tanta, que causaron furor durante el Barroco, época en la que llegaron a convertirse en el equivalente a las actuales estrellas musicales. A diferencia de lo que ocurre con los contratenores actuales, que consiguen su tono de voz de forma natural, ejercitando sólo una parte de sus cuerdas vocales, los castrati, alcanzaban su tesitura mediante una intervención quirúrgica. Como el propio nombre de estos cantantes indica , esa operación consistía en la amputación de los testículos, con el fin de que no pudiesen producir hormonas sexuales masculinas, responsables de la muda vocal que se opera en la adolescencia, por lo que la intervención solía realizarse entre los 8 y los 12 años de edad. Hay que señalar que, en sentido estricto, no era una castración de todo el aparato genital. Así, había quienes aseguraban que aquellos castrati que conseguían desarrollar un pene adulto eran los mejores amantes del mundo .El resultado de esa poco ética intervención quirúrgica era una espectacular voz que mezclaba el colorido tímbrico masculino y femenino, que poseía la potencia propia de un hombre y, a la vez, tenía una gran ligereza y capacidad para hacer agudos portentosos como una mujer; esta voz híbrida era considerada celestial por el público de la época, entre el que causaba furor. Yendo al fondo, el fanático puritanismo de los cristianos de siglos atrás hacía que, al exigir los cantos religiosos la belleza de la tesitura femenina, castrasen a los adolescentes cantores de las iglesias, ya que estaba prohibido por la jerarquía eclesiástica que este arte fuera realizado por mujeres. Todavía a comienzos del siglo XX se practicaba este procedimiento para mantener la riqueza de voces del coro de la Capilla Sixtina de Roma pese a que, a finales del siglo XIX, el papa León XIII prohibió la castración con el objetivo de producir sopranos o contraltos masculinos, poniendo fin así a una práctica que acaso embellecía el bello canto, pero a costa de envilecer la condición humana. Este mismo procedimiento de la castración fue seguido también por los amantes de la ópera, que preferían más que ninguna otra las voces de los castrati, es decir, muchachos emasculados en su adolescencia para conservar su voz de soprano o mezzosoprano. La castración de seres humanos nunca estuvo formalmente permitida, pero se toleraba y generalmente era enmascarada con supuestos accidentes o enfermedades que la justificaban. Con el fin del Barroco y la incorporación de las mujeres a la escena musical, las voces de los castrati desaparecieron de los escenarios, aunque siguieron vivos en los coros eclesiásticos hasta bien entrado el siglo XIX. En España fue famoso el italiano Carlo Maria Michelangelo Nicola Broschi, conocido como Farinelli (de quien, a finales del siglo XX se hizo una película llena, todo hay que decirlo, de incorrecciones acerca de los personajes), que vino por unos meses y se quedó más de veinte años, gozando de los favores reales de Felipe V primero y de Fernando VI después, y llegando a dirigir el Teatro del Buen Retiro, de Madrid. Visto su origen noble, en su caso debió ser cierta la versión oficial (común en estos casos) de su castración, como consecuencia de una caída de caballo. En la actualidad, como ya se menciona, el papel de los castrati es asumido por los contratenores, que logran agudizar su voz con una técnica depurada, en lugar de recurrir a prácticas aberrantes



 

martes, 23 de mayo de 2023

La melancolía...



La melancolía es una de las mayores “enfermedades” de nuestros tiempos, todos tenemos añoranza de tiempos pasados en los que el filtro, siempre distorsionado, de la memoria ha teñido de grandeza y felicidad, mientras que oscurece lo que no queremos ver. Y que conste que el pasado es una muy buena base sobre la que construir una vida, pero no podemos dejar que sea un freno, que el no poder igualar los logros pasados, el temor a volver a sufrir los males padecidos, sea la excusa para no seguir soñando. La madurez es poder contemplar tu pasado con la suficiente ecuanimidad para poder evaluar lo bueno y lo malo que has hecho y los sucesos que has vivido. Madurar es poder aceptar que no has sido todo lo que soñabas aceptando tus logros y asumiendo tus fallos. Una persona adulta es quien es capaz de aprender de lo que le ha sucedido sin dejar que los recuerdos le impidan avanzar. Los treintanteros, cuarentañeros, cincuentistas,... somos muy dados a encontrar excusas en los años vividos para dejar de ser valientes en el presente, para cortar las alas a las ilusiones, para no volver a soñar, pero desde aquí pedimos, ¡qué puñetas! exigimos, que siga la lucha por ir tachando deseos/planes/sueños de esa lista que confeccionamos cuando teníamos veinte años, y que se quiten las entradas que ya no tienen sentido, añadiendo nuevas que hagan vibrar de emoción, porque entonces seguiremos vivos y no seremos como al amargado protagonista de esta canción que hoy recordamos. Charles Aznavour nace en París dentro de una familia de refugiados que habían escapado del genocidio armenio. Debuta en los teatros a los 11 años, y en 1941 conoce a Pierre Roche con el que compondrá alguno de sus mejores temas y formará un dúo. Seis años más tarde pasan a ser teloneros de la gran Edith Piaf pero el éxito tarda en llegar y las dudas y la desesperación harán mella en él mientras que su compañero se marcha a Canadá. Mas todo cambia en 1955 cuando su Sur Ma Vie se convierte en todo un éxito y empieza a componer para las grandes divas del momento y va colando temas en listas como la tremenda La Mamma, esta Hier Encore, Emmenz-moi, Et Pourtant, la espectacular La Bohème o Que C'est Triste Venise. Además él contará con un gran punto a su favor como es la facilidad de idiomas que tiene y así hacer versiones de sus temas al inglés, español, italiano, alemán, etc. que harán que rebase enseguida el mercado galo para convertirse en toda una estrella en Occidente como con She que será número uno en Reino Unido en 1974. Aznavour paseó su talento por el mundo entero, interpretó duetos inolvidables junto a Sting, Plácido Domingo, Liza Minelli y Laura Pausini, entre otros como el gran Frank Sinatra. Hablar de sus composiciones musicales, decantarse por una de ellas es cuanto menos improbable. Al mismo tiempo tendrá una interesante carrera como actor trabajando con directores de la talla de François Truffaut. La letra de la canción que hoy recordamos (de la que hay decenas de versiones en inglés con el título de Yesterday, when I was young de las que quizá la más conocida sea la de Roy Clark, y en otros idiomas) nos habla del abatimiento de una persona que siente que ha derrochado su vida al alejar de sí el amor y la amistad por la soberbia de creerse el más listo, y no saber apreciar todo lo bueno que a su alrededor tenía.



Hier encore j’avais vingt ans

Je caressais le temps

Et jouais de la vie

Comme on joue de l’amour

Et je vivais la nuit

Sans compter sur mes jours

Qui fuyaient dans le temps

J’ai fait tant de projets qui sont restés en l’air

J’ai fondé tant d’espoirs qui se sont envolés


Que je reste perdu ne sachant où aller

Les yeux cherchant le ciel, mais le cœur mis en terre


Hier encore j’avais vingt ans

Je gaspillais le temps

En croyant l’arrêter

Et pour le retenir même le devancer

Je n’ai fait que courir

Et me suis essoufflé

Ignorant le passé conjuguant au futur

Je précédais de moi, toutes conversations

Et donnais mon avis que je voulais le bon

Pour critiquer le monde avec désinvolture


Hier encore j’avais vingt ans

Mais j’ai perdu mon temps

A faire des folies

Qui ne me laissent au fond

Rien de vraiment précis

Que quelques rides au front

Et la peur de l’ennui

Car mes amours sont mortes avant que d’exister

Mes amis sont partis et ne reviendront pas

Par ma faute j’ai fait le vide autour de moi

Et j’ai gâché ma vie et mes jeunes années

Du meilleur et du pire

En jetant le meilleur

J’ai figé mes sourires

E t j’ai glacé mes pleurs


Où sont-ils à présent

A présent mes vingt ans ?



Ayer aún tenía veinte años,

yo acariciaba el tiempo

y jugué con la vida

cómo se juega con el amor

y viví toda la noche

sin contar mis días

que solían huir en el tiempo

He hecho tantos proyectos que se han quedado en el aire.

He construido tantas esperanzas que se han ido volando

que estoy perdido, no sé adónde más ir.

Ojos que buscan el cielo, pero el corazón puesto en la tierra


Ayer aún tenía veinte años

yo perdía el tiempo

creyendo detenerlo

y para mantenerlo justo delante de él.

todo lo que hice fue correr

y me quedé sin aliento

Ignorar el pasado y combinarlo con el futuro

Venía el “yo” antes, en todas las conversaciones

y di mi opinión de que quería lo correcto,

para criticar al mundo con descuido


Ayer aún tenía veinte años,

mas perdí el tiempo

haciendo locuras

que no me dejaron en el fondo

nada realmente concreto

sólo unas pocas arrugas en la frente

y el miedo al aburrimiento

porque mis amores están muertos antes de que existan.

Mis amigos se han ido y no volverán.

por mi culpa, he hecho el vacío a mi alrededor.

y desperdicié mi vida y mis años de juventud.


Entre lo mejor y lo peor

he tirado lo mejor

Congelé mis sonrisas.

y congelé mi llanto.


¿Dónde están ahora

mis veinte años?



 

domingo, 21 de mayo de 2023

La Historia, sí... ¿y la gente?



¿Quién extrae el cobre, el zinc, el cobalto, el oro y el carbón? ¿Quién hace crecer los granos de soja y cacao? ¿Quién hace el silicio? ¿Quién cocina la cena? ¿Cuáles son sus relaciones y fuerzas de producción? (Peter Linebaugh,1)


Con esto de la pandemia de nunca acabar por el Covid-19 es inevitable pensar en cómo será escrita su evolución dentro de unos años; lo que es seguro es que, en el mejor de los casos, será mera estadística, sin mencionar para nada las historias de la gente, que es quien ha sufrido directamente y que realmente ha sido la protagonista y héroe en algunos casos. Es más, precisamente en la pandemia, no se puede olvidar el espectáculo bochornoso, rayano en el ridículo, de las comparecencias diarias de los responsables del gobierno ante esta grave situación, arropados, no por expertos científicos o médicos sino por altos mandos del ejército, la policía y la Guardia Civil, debidamente uniformados y circunspectos,… como si los virus se combatieran a cañonazos. De hecho, esto es algo a lo que nos tiene acostumbrados la historia oficial, alimentada habitualmente y encarnada por victoriosos hechos de armas sin acordarse “de los de abajo”. La «historia desde abajo», promovida por intelectuales como E.P. Thompson y Christopher Hill2, modificó el modo de entender la historia (siempre desde una perspectiva de izquierda, claro; la historia para la derecha es otra cosa). La historiografía, con ella, asumió rigor y compromiso político, a la vez que evidenció que ciertas visiones «desde arriba» omitían a actores populares trascendentales para comprender el pasado y el presente. La mirada desde abajo muestra, como ninguna otra, que la historia académica no puede, ni debe, escribirse desde la neutralidad; quizás por eso, como enfoque, la historia desde abajo ha logrado sobrevivir al ocaso de su tradición teórica, fuertemente ligada a las disputas político-intelectuales de la Guerra Fría que enmarcaron su surgimiento, y aún es capaz, con una vitalidad que trasciende la melancolía de los anaqueles, de dar cuenta de los proyectos políticos emancipadores que se alzaron en los últimos siglos. Los cambios globales en el mundo del trabajo y los desplazamientos ideológicos podrían haber horadado este modo de pensar la historia. Sin embargo, sus actualizaciones han mantenido viva a esta corriente que hace historia «al ras del suelo».



Para echarle un vistazo nos apoyaremos, no en historiadores, sino en en el libro Los de abajo, del médico y escritor (la política vino después) mejicano Mariano Azuela González (1873-1952). El libro es una suerte de etnografía literaria de las huestes revolucionarias en la Revolución Mejicana, pero es también la parábola de una desesperanza; la representación de «los de abajo» era casi tan rupturista como su contexto de producción (relatos de su experiencia como médico de campaña). La casta indómita, generosa e incomprendida que evoca el autor bien podría estar integrada por los muertos cuyo recuerdo demandó Walter Benjamin3 en sus Tesis sobre el concepto de Historia o por los constructores invisibles a los ojos de aquel obrero de los versos de Bertolt Brecht4 que solo encontraba césares y reyes en su libro de historia. También podría estar conformada por el campesino ludita que rescató Edward.Palmer Thompson de la «prepotencia de la posteridad» o por los levellers y los diggers sobre los que escribió Christopher Hill en El mundo trastornado. El ideario popular extremista de la Revolución inglesa del siglo XVII . Ya como enfoque, detrás de las inconformidades de Benjamin o Brecht, ya como tradición teórica, en las plumas de alto vuelo de Thompson y Hill, la mirada desde abajo expresó, desde sus comienzos, una disconformidad con la forma de narrar y de pensar el devenir histórico. Thompson lo planteó contundentemente en su ensayo History from below [Historia desde abajo] que, según el historiador y profesor emérito de la Universidad de York Jim Sharpe, puso la historia desde abajo en la «jerga común de todos los historiadores»: allí criticaba el lugar que la historiografía británica había deparado a la «gente común», solamente «presentada como uno de los problemas que el gobierno ha tenido que manejar». En este punto, el compromiso político de Thompson no distaba mucho de las intenciones que habían animado las intervenciones de Benjamin o Brecht en el período de entreguerras: la disciplina histórica, antes que compendiar la historia de los grandes hombres y sucesos, debía procurar la redención de los oprimidos, de los invisibles, de los muertos.


Ese compromiso político convertido en tradición teórica, al decir de Harvey Kaye, a través de la pluma de los historiadores marxistas británicos incumbía directamente al oficio del historiador, que debía prescindir de la derivada política como premisa explicativa del proceso histórico y abstraerse de los modelos que consideraban el devenir histórico sólo como un desarrollo de modos de producción. En su lugar, la investigación debía ir en busca de la cotidianeidad, los hábitos e imaginarios de la «gente común»: anteponer la explicación histórica a los modelos prescriptivos, saludar sus actos resistentes pero sin silenciar los momentos de conformismo. En resumen, la investigación debía iluminar el rol de «los de abajo» como actores y ese conocimiento de «los de abajo», entonces, posibilitaba la transformación de las víctimas vencidas en actores conscientes de la historia. La disciplina histórica transmutaba y se convertía en una herramienta política indispensable, ofreciendo una mirada emancipadora alternativa en tiempos en que la bipolaridad de la Guerra Fría era presentada como única posibilidad explicativa. La prescripción revolucionaria se volvía, en los renglones escritos por los marxistas británicos, investigación empírica, conocimiento situado y explicación histórica. Estos planteamientos prefijaron buena parte del sentido de los desarrollos posteriores de la historia social durante las décadas de 1970 y 1980, y despertaron ecos cada vez más críticos en la de 1990, a medida que comenzaban a leerse intensivamente en las universidades. Ahora bien, si los escritos «clásicos» sobre historia desde abajo tenían interlocutores claros en el contexto de la Guerra Fría, más trabajoso resulta dilucidar qué herramientas aporta hoy este modo de interpretar, y escribir, la historia.


En los últimos años, los debates sobre la historia desde abajo se concentran en dos puntos centrales de su desarrollo previo: los actores estudiados y la escala propicia para hacerlo. En cuanto a lo primero, los análisis se dirigen a problematizar aspectos centrales de este modo de entender la historia y detrás de la pregunta ¿quién está abajo?, este (re)enfoque de la historia desde abajo complejiza la imagen del todo social, más allá de la dicotomía entre patricios y plebeyos, o entre burguesía y proletariado. Además, otras intervenciones de la última década se preguntan por la posibilidad (y deseabilidad) de transcender la demarcación socioeconómica en favor de incluir a las mujeres en el «abajo» de la sociedad patriarcal. El giro espacial, que suplantó en algunos casos la lucha de clases por la lucha de los lugares lleva, por ejemplo, a que se desatienda la lucha de clases como motor de la historia y se discuta la misma noción de «cultura popular»: ¿se precisa una derrota previa para la reconstrucción desde abajo? ¿Debe esta cultura, para ser considerada popular, haber sido invisibilizada?. Ciertamente, estas preguntas marchan en sintonía con la advertencia premonitoria que oportunamente había lanzado el extinto historiador británico de origen judío Tony Judt a fines de la década de 1970, sobre los riesgos de una historia desde abajo despolitizada, que llevara a la fragmentación de la comprensión histórica y transformara una mirada de la acción (acción política de sus escritores) en una suerte de antropología cultural retrospectiva y nostálgica.


La oposición “arriba–abajo” constituye un criterio de orientación social que, en último extremo, se origina en el ámbito religioso y escolar. La traducción de dicha oposición a la lógica política se basa en tres factores: por un lado, los paralelismos estructurales entre la cultura religiosa y ciertos elementos característicos de la militancia política; en segundo lugar, por el contexto político que permitió la identificación de "los de abajo" con el pueblo; y finalmente, la particular oferta en el mercado de las juventudes de izquierdas, al permitir la mayor eficacia militante sin menoscabo de las expectativas depositadas en la consagración intelectual a la que estaban llamados. Cuando le preguntaron a Azuela para quién había escrito Los de abajo, el escritor no dudó: «Salíamos con los jirones del alma que nos dejaron los asesinos. ¿Y cómo habríamos de curar nuestro gran desencanto, ya viejos y mutilados de espíritu? Fuimos muchos millares y para estos millares “Los de abajo” (…) será obra de verdad, puesto que ésta fue nuestra verdad». Justamente hoy, en un presente en el que es menos imaginativo pensar el fin del mundo resulta aún más apropiado sumergirse en la reconstrucción histórica de las luchas de nuestro pasado y arrebatar, desde el suelo, las verdades humanas del fresco catastrófico que paralizó al ángel de la historia.

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1Historiador estadounidense especializado en la historia británica, la historia irlandesa, la historia del trabajo y la historia del Atlántico colonial. Es miembro del Midnight Notes Collective, con la escritora feminista Silvia Federici y el filósofo marxista Georges Caffentzis.

2Edward Palmer Thompson es, quizás, uno de los historiadores que más aportó al estudio de los movimientos sociales de fines del siglo XVIII y de principios del XIX con su obra La formación de la clase obrera en Inglaterra [The Making of the English Working Class], ejemplo de lo que la historiografía ha denominado “historia desde abajo”. Influyó decisivamente en el pensamiento marxista británico, separándolo del europeo y dándole carácter propio, dentro de lo que se conoce como socialismo humanista.

John Edward Christopher Hill fue un prominente historiador británico, de tendencia marxista. Junto con muchos otros historiadores marxistas formaron el Grupo de historiadores del Partido Comunista., pero pronto quedó descontento con la carencia de democracia interna del Partido Comunista, dejándolo en 1956 (año de la invasión soviética de Hungría), después del rechazo de uno de sus informes.

3Walter Bendix Schönflies Benjamin fue un filósofo, crítico literario, traductor y ensayista alemán de origen judío que se suicidó en Portbou (España) donde había llegado huyendo de los nazis. Criticó sin piedad a Hitler, a la teoría fascista, a la hipocresía de la democracia burguesa y al capital financiero e industrial alemán que apoyó al nazismo como forma de contrarrevolución preventiva contra los socialistas. Intentó conciliar el marxismo con su herencia cultural judía y con las tendencias artísticas vanguardistas.

4Eugen Berthold Friedrich Brecht, conocido como Bertolt Brecht fue un dramaturgo y poeta alemán, uno de los más influyentes del siglo XX. Un día después del incendio del Reichstag por parte de los nazis, Brecht con su familia y amigos abandonan Berlín y huyen a través de Praga, Viena y Zúrich a Skovsbostrand, cerca de Svendborg, en Dinamarca, donde el autor pasó cinco años. Libros suyos fueron quemados por los nacionalsocialistas. Todas las obras de Brecht están absolutamente ligadas a razones políticas e históricas y tienen un sobresaliente desarrollo estético. Brecht desarrolló una nueva forma de teatro que se prestaba a representar la realidad de los tiempos modernos, y se encargó de llevar a escena todas las fuerzas que condicionan la vida humana.

 

miércoles, 17 de mayo de 2023

Música parece que de vampiros.



El pasado mes de diciembre de 2022, con motivo de la celebración de la Marató solidaria de TV3 para recaudar fondos destinados a financiar proyectos de investigación de las enfermedades cardíacas trajimos a este blog la versión que, con el título “Corazón eclipsado”, hicieron Antonio Banderas y Marta Ribera de la incombustible Total eclipse of the heart, de Bonnie Tyler, y no tendría justificación olvidarse de la original ahora que, además, se han cumplido 40 años de su lanzamiento. En ella, un piano comienza a sonar y una voz masculina susurra "turn around" mientras la cámara se acerca a una mansión en medio de la noche, con una única luz prendida. Bonnie Tyler comienza a relatar que se siente sola, vestida de blanco, en un cuarto lleno de joyas y abanicos. Una paloma entra por la puerta y da inicio a uno de los hits de los años ochenta. La galesa Tyler ya había alcanzado el puesto número uno de varias listas con el hit de la balada "It's a heartache" pero el tiempo pasó y el nombre de la artista comenzaba a desaparecer de la escena pública. Por eso, a comienzos de los 80, Tyler decidió dar un giro para revivir su carrera y graba Total eclipse of the heart .Lo cierto es que Jim Steinman escribió originalmente la canción para una versión musical de la película de vampiros Nosferatu, cuyo título original era Vampires in Love. Él mismo habló de esto: "Con Total Eclipse of the Heart, estaba tratando de pensar en una canción de amor y recordé que en realidad la escribí para que fuera una canción de amor de vampiros. Su título original era Vampiros enamorados porque estaba trabajando en un musical de Nosferatu. Si alguien escucha las letras, son realmente como líneas de vampiros. Se trata de la oscuridad, el poder de la oscuridad y el lugar del amor en la oscuridad". Si atendemos a la letra de la canción, está relacionada con el amor romántico, pero hay matices oscuros que tienen mucho más sentido en el contexto de los vampiros enamorados, se juega con la idea de la oscuridad como una constante, porque se cree que los vampiros son quemados por la luz solar pero también viven para siempre, por lo que las líneas que mencionan esa eternidad a partir de esta noche pueden verse como una referencia a estos seres. ¿Por qué la canción tuvo tanto éxito? No sólo fue la voz rasposa de Bonnie Tyler ni la letra de Jim Steinman ni la calidad de los músicos. A decir de la propia cantante, "Dios sabe por qué, porque no es fácil de cantar. Es una hermosa canción, que no perece, y que escuchas en la radio todo el tiempo, haya un eclipse o no", Aunque la canción versa sobre aquella sensación de estar abrumado por el amor y perder la imposibilidad de ver la luz, "Total eclipse of the heart" es recordada cada vez que se anuncia un eclipse. De hecho, Spotify registró un incremento del 75% en las reproducciones de la canción para el eclipse solar de marzo de 2016.¿Y el videoclip? Es casi ininteligible lo que sucede en el videoclip. Bonnie Tyler está en una especie de instituto donde se abren puertas con luces y aparecen alumnos. Ella mira para todos lados y genera vientos que impresionan a los absortos estudiantes. Después aparecen nadadores, ninjas, jóvenes trajeados, etc. en pleno baile, jugadores de fútbol americano chocando entre sí, gimnastas, esgrimistas. Un sinfín de hombres en distintas disciplinas y situaciones le cantan a la siempre impoluta Bonnie, que grita desesperada por esa persona que necesita. Y en el final, Bonnie se viste de traje para acompañar a universitarios en el día de su graduación, solo para estrecharse la mano con uno de ojos brillantes/blancos y poseídos que ejerce de corista, sin quedar claro si se trata de una alucinación de ella o si continúa soñando.
 “Total Eclipse of the Heart” dejó una huella imborrable en la cultura popular, fue muy utilizada en películas, series de televisión, comerciales y en todo tipo de eventos y es reconocida en todo el mundo como un hit de alta gama y como una de las canciones más representativas de la década de los 80.




 

martes, 16 de mayo de 2023

¿Oxímoron musical?



Hace un tiempo tuve la oportunidad de asistir a un concierto en un auditorio de música clásica protagonizado por una banda municipal las que, ya se sabe, están formadas por tres grandes grupos de instrumentos: de viento madera, de viento metal y de percusión
mientras que, en el programa de mano facilitado, figuraba, sobre todo, una composición difícil de imaginar sin los violines. Picado por la curiosidad, fue inevitable que apareciera en la mente el concepto “música militar” como oxímoron clásico. El oxímoron puede parecer un recurso retórico inofensivo, ya sabéis, "nieve ardiente", "instante eterno" y cosas así: la yuxtaposición de dos conceptos antitéticos, por cierto, hay gente que utiliza con tal frecuencia que ya no percibimos el oxímoron. No es broma eso de que o es militar o es música; si hacemos un poco de historia, las primeras manifestaciones que tenemos sobre las bandas de música fueron bajo el reinado de Servio Tulio (578-534 a. c.) y su principal finalidad era conseguir acompasar la marcha (inolvidable la película Ben-Hur y el ritmo a golpes de mazo para los remeros encadenados). Estas primitivas agrupaciones tenían una escasa variedad de instrumentos musicales, solamente estaban constituidas por litus, tubas o trompetas rectas y buccinas romanas; durante la Edad Media se usaban tambores y trompetas para las batallas. Las Cruzadas tuvieron un impacto particular en la música occidental a través de la introducción de una amplia gama de instrumentos en los ejércitos sarracenos: los metales, maderas, tambores y timbales. Es conocido que el ejército sarraceno hacía formar delante de sus combatientes a nutridas filas de tambores, cuyas sonoridades atemorizaban tanto a los cristianos, que creían ver con la llegada de estos adversarios el fin del mundo. El ejército empezó a usar las marchas para la disciplina castrense, por lo que las bandas se hicieron imprescindibles. Inicialmente fueron los tambores y luego se agregaron los pífanos (flautas traveseras de madera, de una sola pieza; acompañaban al tambor señalando los tres eventos principales de cada día en los soldados: el toque de diana, tropa y retirada, y en cada una de estas tres ocasiones, los tambores y pífanos tocaban una sucesión prescrita de melodías alrededor del campamento); el concepto de tambores y pífanos fue heredado de los turcos, primero los adoptaron en Francia y posteriormente en Inglaterra. El desarrollo de las bandas como las conocemos hoy en día estuvo muy influenciado por la Revolución Francesa, durante la cual, las bandas fueron ocupando poco a poco un lugar importante en las celebraciones patrióticas y en las fiestas al aire libre. Lo que es evidente, es que las agrupaciones formadas exclusivamente por instrumentos de viento y percusión, se utilizaban para las interpretaciones al aire libre; como ejemplo de ello, Purcell empleó un conjunto de trompetas y timbales para los funerales de la Reina Mary II de Inglaterra. También Haendel compuso música para banda, concretamente la música para los Reales Fuegos Artificiales. Poco a poco, las bandas llevaron a cabo la respuesta a una necesidad social a lo largo de toda Europa, donde muchos pueblos llegaron a tener un grupo de estos ministriles. Su estructura era un pequeño conjunto de músicos profesionales que tenía como misión formar parte del séquito ciudadano, amenizando los actos públicos y, al mismo tiempo, resaltando la brillantez de las procesiones, visitas reales y todas los actos en los que la música instrumental sirviese para realzar su carácter festivo y solemne. Volviendo al principio, el arreglo de una partitura conocida para instrumentos de cuerda en para instrumentos de viento, y que no se note, es una hazaña. Chapeau.



 

domingo, 14 de mayo de 2023

Desaparecido antes de su desaparición.



Deja de llorar”, uno de los grandes temas de Manolo Galván, aunque, seguramente, no el mejor (cuestión de gustos, claro), un cantante español olvidado en España y que se refugió en Argentina, donde sí era una estrella. “Deja de llorar” es una balada romántica que hoy traigo aquí para reivindicar un poco la figura de Manolo Galván, un cantante que llegó a ganar el Festival de Benidorm en 1968 (como vocalista de Los Gritos, interpretando la segunda versión de “La vida sigue igual”, el tema que catapultó a Julio Iglesias), y que tuvo muchos éxitos en España, temas como «Poema del alma», el citado «Deja de llorar», «Te quise, te quiero y te querré»,», «¿Por qué te marchas, abuelo?», «Sólo pienso en ti», «Suspiros de amante»,… pero no fue considerado nunca una estrella. Se fue a Argentina y allí falleció tal día como hoy, hace 10 años, a los 66 años, víctima de un enfisema pulmonar fruto de su fuerte adicción al tabaco. De nombre completo Manuel José Galván, cantautor de baladas románticas, había nacido en Crevillente, Alicante, desde los 15 años ya comienza a cantar en contra de la voluntad de su familia, abandonó sus estudios y se trasladó a Madrid, donde se integró en un grupo llamado Los Sonors, uno de los grupos iniciadores de lo que se comenzó a denominar música moderna en España, que más tarde dejaría para iniciar una carrera solista, pero al no lograrlo se trasladó a Málaga para formar parte del mencionado grupo Los Gritos, donde finalmente se convirtió en el motor del grupo, pues además de cantar, componía y tocaba la guitarra, formación a la que perteneció durante tres años (este grupo se hizo famoso y llego a participar en varias películas de la época). En 1970 logró comenzar su carrera como solista; la gran mayoría de las letras de sus canciones, muchísimas de ellas con gran éxito en solitario, eran de autoría de uno de sus hermanos mayores, Juan Ignacio Galván. Como solista comenzó una carrera en la que su voz pasa a tomar gran valor, pues resultaba única y agradable y logra cobrar mucha fama en España y viajar por Hispanoamérica, Estados Unidos e incluso llegar a Canadá. Precisamente en 1972 realizó una gira por Latinoamérica, teniendo gran repercusión en Argentina su tema «¿Por qué te quiero tantopor lo que se instala en Buenos Aires, radicándose definitivamente en la Argentina en 1981. Realizó varias presentaciones con la conocida cantante argentina Tormenta, grabando un par de sencillos a dúo con ella. Manolo Galván grabó una cuarentena de discos y triunfó en diversos festivales en España y participó varias veces en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, lo que hizo que gozara de gran popularidad también en Chile, inclusive grabando una canción dedicada a esta ciudad-balneario, lugar donde aún se realiza este certamen artístico.




jueves, 11 de mayo de 2023

La Juana de Arco mapuche y el cómic.


En una búsqueda para el estudio de la evolución de la mujer en el cómic descubrimos (sin sorpresa) que, más allá del concreto mundo de la ”literatura dibujada”, la figura de la heroína, o conservaba y aumentaba sus rasgos eróticos al gusto del varón o, para darle un mayor relieve y protagonismo, se había masculinizado. ·En ese punto, incluso en la Historia oficial y sus registros, la mujer que es recordada lo es porque, o está relacionada con un hombre, o actúa como se cataloga que lo hace únicamente el hombre (otro día hablaremos de lo que se cataloga que ha de hacer la mujer en la práctica totalidad de culturas). Este hecho no se circunscribe a nuestras fronteras, sino que es generalizado en todas las latitudes; como ejemplo, en 2019 se lanzó en el evento de la Comicon Chile, un cómic que homenajea al personaje de Janequeo contando su historia en formato de superheroína al estilo de Marvel o DC. Este cómic se enmarcó dentro de una línea de cómics llamado Los guardianes del sur con historias que homenajean también a otras grandes figuras mapuche y, ha sido un éxito que ha llevado a tener su propia serie animada. Un poco de historia: ¿qué es mapuche? ¿quién era Janequeo?


El pueblo mapuche (mapu= tierra, che=gente) es uno de los tantos grupos aborígenes americanos, desconocidos para nosotros, que han conservado, aún hasta hoy, más fuertemente sus creencias, costumbres e identidad y que durante toda La Colonia opusieron una prolongada resistencia a la corona española, lo que obligó a la administración a reconocerles cierta autonomía, estableciendo fortificaciones a lo largo de la frontera y manteniendo un ejército profesional, caso único en la historia de las colonias. Son los llamados araucanos, pueblo originario del territorio chileno, con amplísima difusión en la Argentina, donde llegaron a ocupar en tiempos de la colonia todo el territorio pampeano y el norte de la Patagonia hasta parte de Santa Cruz. La Guerra de Arauco1, termina con el proceso denominado de «pacificación» de la Araucanía que concluye en 1891. El largo período de la Guerra de Arauco significó, además de un conflicto bélico, un intenso intercambio cultural económico y un proceso de mestizaje y, en estos contactos, es importante la adopción, por parte de los mapuches, del caballo y las técnicas de la platería. A partir de la «pacificación» los grupos que habían sido de gran movilidad durante el siglo XIX, se asientan, adoptando una economía agraria, disminuye la antigua actividad ganadera de intercambio con los mapuches de la zona oriental (Argentina) y comienza el establecimiento de las comunidades en reducciones. El núcleo fundamental de esta sociedad es la familia, que tiene por habitación la ruka. El jefe del hogar es el hombre (sociedad patriarcal con matices, como lo acredita la intervención obligada en las fiestas de la machi, shaman, médica o hechicera, encargada de curar, mediante hierbas y otros procedimientos como, ensalmos, sacrificios de animales y bocanadas de humo), quien trabaja fuera de la casa en la agricultura y en el cuidado del ganado, especialmente ovino mientras la mujer se preocupa de las tareas domésticas, el cuidado de los hijos, pero también es la que conserva y crea los contenidos y valores de su cultura, transmitiéndolos a su grupo familiar. Al casarse vivirá en la casa de sus suegros hasta la construcción de la nueva ruka; la poligamia era una forma de matrimonio en la antigua sociedad mapuche y se consideraba símbolo de riqueza y poder (hoy esta costumbre ha desaparecido debido a razones económicas y a la influencia del cristianismo). Una comunidad es la agrupación de varias familias, a las cuales une el parentesco patrilineal y un territorio de propiedad común; esta proximidad origina vínculos económicos, como la realización de trabajos agrícolas, construcción de casas o diferentes eventos como el juego de la chueca2 o palin. También se deben destacar las instituciones religiosas y los valores morales como elementos unificadores de la sociedad y que mantienen la cohesión de la cultura. En épocas pasadas, la base de la autoridad en la familia extensa era el Ionko y la unidad social giraba en torno a este jefe, que era generalmente el miembro de mayor prestigio y riqueza (ulmen). Durante la conquista española, se introducen diversas modificaciones a la organización social, llegando a nombrar la propia corona a los caciques. En el período que se extiende la larga Guerra de Arauco, los indígenas establecen un jefe militar: el toqui, que sólo gobierna durante el conflicto bélico. Tras la "pacificación de la Araucanía" (fines del siglo XIX), se reservó al cacique (nombrado por la corona, no se olvide) o toqui el derecho a repartir las tierras en las reducciones. En la actualidad la división de tierras entre las familias ha contribuido a una desintegración social, política y la consiguiente migración a las ciudades con todo el proceso de transculturación que esto involucra.


Janequeo, Anuqueupu o Yanequén, conocida como la “Juana de Arco de la Araucanía”, la primera mujer que derrotó numerosas tropas españolas por la libertad del pueblo mapuche. Hoy en día, poco se habla de las mujeres mapuche que lucharon para defender sus tierras de la amenazadora presencia de los españoles. En algunas ocasiones, las historias de las guerreras indígenas han sido calificadas como mitos por el poco respaldo histórico a través de la escritura3. Sin embargo, dentro de la comunidad, la historia de la guerrera Janequeo es una de las más honradas y respetadas por su heroica labor en la lucha contra la colonización española. La historia de esta líder militar mapuche tiene sus orígenes en el siglo XVI, cuando decidió vengar la muerte de su esposo Huepotaen, un reconocido líder del pueblo que, tras haber resistido innumerables batallas en contra la invasión hispana, fue capturado bajo el mandato del gobernador Alonso de Sotomayor y sometido a todo tipo de torturas que finalmente le dieron la muerte. Tras este evento, la viuda logró obtener el respaldo de la comunidad y fue nombrada para liderar las tropas donde se dice que llegó a reunir a más de 4 mil guerreros o “puelches”. Así, Janequeo se convirtió en la primer mujer mapuche de la historia. En 1587, la guerrera y su ejército batalló contra las columnas de soldados españoles logrando grandes triunfos para su pueblo. De acuerdo con los registros existentes, ganó dos batallas importantes de las que participó como líder militar y en la segunda dio muerte al comandante Cristóbal de Aranda, a quien decapitó de la misma forma en la que se solía hacer con todos los oficiales enemigos de su pueblo. Finalmente se retiró tras la guerra de Arauco, de la cual se dice que quedó tan agotada que tuvo que retirarse definitivamente del campo de batalla.


Es la pluma española, masculina y cristiana, la que narra la guerra de Arauco. No hay registro mapuche, y a Janequeo se la presenta como "digna de contarse entre las bravas y varoniles matronas" y que nunca mostró sentimiento "de mujer blanda, sino de hombre duro como pedernal". Desde la cosmovisión española de la conquista es impensable que una mujer maneje armas, a menos que abandone su condición mujeril, como Juana de Arco, pero tal vez para la cultura mapuche de ese entonces no era extraño; lo que pasa es que no tenemos fuentes directas que nos pudieran contar. Nunca las mujeres fueron un asunto de atención en esa época, aparecen en escasas ocasiones para dar algo de amor y emoción al relato bélico y político, de forma que en la historia de las guerras hay dos modelos de mujer: la doncella en peligro que no entiende la guerra y la sufre, porque sabe que le va a arrebatar al marido o la mujer guerrera, que adopta atributos propios de los hombres. Por eso los cronistas describen a Janequeo como una mujer varonil, una amazona. "Yo seré la primera en los peligros y la última que de ellos me retire, iré siempre delante para que las balas den en mi pecho antes que lleguen al tuyo…", dijo Janequeo, que pasa de un estereotipo al otro. Primero es la que sufre la muerte de su esposo, pero al revés de las doncellas dolientes, "asume las riendas de su propio destino y para eso se pasa al bando de los hombres y los empieza a comandar." Algunas crónicas relatan que las mujeres mapuches iban al lado de sus hombres a pelear. El historiador francés del siglo XIX, Claudio Gay, habla en sus crónicas de esta visión de la mujer mapuche virilizada desde el punto de vista occidental, una mujer que sabe más de lo que debiera saber. Lo dice textualmente y leerlo es increíble. Van a las batallas, andan a caballo al lado del hombre, hay una visión que oscila entre la mujer virilizada y la sensualizada, que es lo otro que se le critica a la mapuche, que es muy coqueta, que no se contiene, que se va a acostar con cualquier soldado, lo cual era muy mal visto desde la cultura europea. Quizás Janequeo ya era soldado, quizás iba con su hombre a la línea de fuego, pero esto no es posible saberlo, porque ella aparece en los libros en un momento determinado y nada conocemos de su vida anterior, y por eso hay quienes se preguntan si la guerrera existió. La figura de Janequeo es importante, para las niñas, sobre todo porque la mujer sigue siendo exotizada, folclorizada y minimizada. Por eso, el rol de heroína de alguna manera va sanando dos heridas al mismo tiempo: la del patriarcado y la del racismo. El impacto de eso lo veremos en el futuro. La pregunta es si Janequeo fue/es una excepción.

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1La Guerra de Arauco fue un prolongado conflicto que enfrentó a los españoles, y también criollos a partir del siglo XVII, contra los mapuche, huilliche, pehuenche, cunco, entre otros. El conflicto se libró principalmente en la Araucanía, y hay divergencia respecto a su duración según la historiografía, siendo ubicado su inicio a mediados del siglo XVI y su final a mediados o finales del siglo XVII, o incluso en el siglo XVIII. Debido a lo dilatado que fue para los españoles este conflicto en el Nuevo Mundo, los cronistas de la época lo calificaron como el «Flandes indiano», en referencia a la Guerra de los Ochenta Años.

2La chueca es un juego popular de origen castellano que consiste en dos equipos participantes: uno tratando de lanzar la chueca (palo corto con las dos puntas afiladas) lo más lejos posible de la base y el otro tratando de evitarlo. Similar es el palín, antecesor del deporte internacional hockey sobre césped, creado en el siglo XIX, que está reconocido como el principal deporte indígena de Sudamérica.

3Nada nuevo en la historiografía oficial. En el caso concreto de Janequeo, el historiador chileno Diego Barros Arana (1830-1907) dice: Esta es la época en que se hace figurar a Janequeo, heroína araucana que por vengar a su marido toma las armas y ejecuta proezas que le han dado un nombre legendario en nuestras tradiciones. El examen de todos los antecedentes, nos autoriza a creer que Janequeo así como los sucesos en que se la hace intervenir, son una creación del capitán poeta Fernando Álvarez de Toledo en su Araucana, y que de allí los tomaron los padres Ovalle y Rosales. Los historiadores posteriores han repetido sin crítica ni examen lo que cuenta el padre Ovalle y han dado cierto cuerpo a sucesos que son absolutamente fabulosos, y acerca de los cuales no se halla la menor noticia en los cronistas contemporáneos Mariño de Lobera y Caro de Torres, ni tampoco en los documentos de ese tiempo.