viernes, 29 de diciembre de 2023

Todo comenzó en l'Avenc.

 


Hace 60 años que tiene 20 años: 80 añitos, pues. 80 jóvenes y fecundos años. Son los que ha cumplido hace unos días ese auténtico referente para muchos que es Joan Manuel Serrat, que no se ha retirado del mundo, sino sólo de los escenarios, del contacto directo con el público, dejando la puerta abierta a nuevas canciones y grabaciones. Pero es cierto que el adiós a ese contacto directo plantea un punto de inflexión en nuestro paisaje, como fue, unos años atrás, el paso dado por Lluís Llach o Raimon; cada uno le hizo rigiéndose por su coherencia íntima, ante la que el intento de entrar en discusiones es una pérdida de tiempo. La carrera de Joan Manuel Serrat como artista de directo ha sido pródiga en momentos memorables y algunos de los conciertos, por una u otra razón, figuran con letras de molde en la historia del cantautor del Poble Sec. Empecemos por el principio revelador: el 4 de mayo de 1965, en el Centre Cultural L’Avenç, de Esplugues de Llobregat (Barcelona), en el actual Teatro Joan Brillas, sala polivalente en las propias instalaciones, y presentado por el radiofonista Salvador Escamilla, que pocas semanas antes le había dado la alternativa en el programa ‘Radioescope’ de Ràdio Barcelona, el joven Joan Manuel Serrat, que iba para perito agrícola, con 21 años, subió por primera vez a un escenario; lo hizo todo elegante con traje y corbata y acompañado de Joan Ramon Bonet (hermano mayor de María del Mar) y Remei Margarit, dos miembros de Els Setze Jutges (Los dieciséis jueces) de la Nova Cançó, grupo al que se acababa de incorporar en calidad de ‘jutge’ número 131. “Subimos juntos al catafalco, cada uno con su silla y sus canciones. Era como cantar en el comedor de casa para una reunión de amigos”, recordaría muchos años después. En ese primer repertorio de Serrat, títulos primigenios como ‘El mocador’, ‘Ella em deixa’, ‘La mort de l’avi’ y ‘Una guitarra’ con la que, por cierto, cerró el recital. Faltaban aún 10 años para que muriera el dictador Francisco Franco pero aquella Nova Cançó que nacía tomaría una proyección popular entonces inimaginable y jugaría un papel destacado en la lucha por las libertades nacionales y democráticas. Y la carrera de Serrat como compositor y cantante, que tuvo ese primer hito en Esplugues, se alargaría casi seis décadas.


Posiblemente, la elección del lugar para la “puesta de largo” no fue casual, ya que l’Avenç, fundado en 1906, no era sólo un referente cultural; una de las actividades más importantes que llevaba a cabo la entidad, casi desde el inicio de la actividad, fue la creación de una caja de ahorros que, además de servir para ahorrar, disponía de una llamada Sección de Quintas que facilitaba históricamente a los impositores el importe de la cuota para evitar realizar el servicio militar en su época y su posterior destino africano (en las llamadas guerras de África, que darían lugar a la Semana Trágica de 1909). También se facilitaban créditos a los agricultores a un interés reducido, por lo que los adheridos debían pagar una cuota mensual. Con motivo de la guerra (in)civil toda la actividad quedó detenida y el edificio fue ocupado por la CNT, que estableció la sede de un comité; una vez terminada la guerra, y con todos los archivos desaparecidos, se intentó reanudar las actividades, pero la entidad vivió un trastorno importante a los pocos años cuando, un domingo de enero de 1969, un incendio producido por la explosión de una caldera destruyó la sala y el escenario (sólo pudo salvarse la zona destinada al café); la reconstrucción del edificio se llevó a cabo con muchos esfuerzos pero dos años después se pudo reinaugurar gracias, sobre todo, a que la sala nueva se destinó durante cinco años a discoteca.


Volvamos a Serrat y podremos también admirarnos de la manera en que, pasados los años, supo combinar varios perfiles, trabajando a la vez la sintonía latinoamericana, cuyo registro conservaba cierto aroma del cantautor, si no protesta, sí políticamente comprometido, y deviniendo un tipo de estrella pop en el Estado. Los ochenta fueron malos tiempos para los cantautores, y Serrat fue de los que supieron adaptarse a ellos. A costa de renovar el lenguaje musical (discutidos sintetizadores) y realizar composiciones un poco más ligeras, aunque al mismo tiempo era capaz de hacer álbumes con grosor poético, nada frívolos y poco posmodernos, como
El sur también existe, con textos de Mario Benedetti. Y todo ello sin descuidar la producción de canciones en catalán. También aquí, combinando las apuestas por autores alejados del mainstream comercial (Salvat-Papasseit a Res no és mesquí, 1977) con obras portadoras de piezas perdurables, como Barcelona i jo. El alma catalana de Serrat ha sobrevivido siempre a sus ilusos enterradores, y fue relevante que, en 1996, se enredara en el doble álbum Banda sonora d’un temps, d’un país, homenaje a Guillermina Motta, a María del Mar Bonet y otros que, en un entorno donde no han faltado las suspicacias, rivalidades y envidias, representó un bonito gesto apaciguador, de reconocimiento y entendimiento, aunque no faltaron las almas ofendidas (de los trovadores ausentes del tracklist, o de aquellos que deberían preferido que eligiera otra canción suya). Unos años más tarde, (2006) refrescó su producción en catalán con un tono introspectivo, en contraste con la fanfarria y el sentido del entertainment de su naciente tándem con Joaquín Sabina, una aventura por la que nadie apostaba al principio, Dos pájaros de un tiro, en que compartían escenario e intercambiaban canciones. En estos años hemos visto a Serrat, por otra parte, disfrutando del contacto con artistas de las sucesivas generaciones, mostrándose accesible, a los escenarios ya los estudios, a cantantes y grupos, ya fuera Silvia Pérez Cruz o el grupo Estopa, Judit Neddermann o la banda Sidonie, o trasladándose a un concierto para acompañar y abrazar a su querido amigo Lluís Miquel, cantautor valenciano casi desconocido en el Principado. Su adiós a los escenarios, ¿incluye a las colaboraciones en calidad de invitado especial? Ya veremos. Por ahora, nos queda disfrutar de Serrat y celebrar la fortuna que hemos tenido de coincidir con su arte en el tiempo y en el espacio.


Pero, si hay una música que no se puede disociar de Serrat, esa es la del disco
Mediterráneo. Antes de él, desde sus primeras canciones, se convierte en un éxito y en 1967 el fenómeno Serrat, cantando en catalán, salta al resto de España. Canciones como Cançó de matinada y Paraules d’amor le convierten en el número uno en ventas de todo el país y a finales de aquel mismo año graba su primer disco en castellano. La dimensión pública de Serrat crece y es seleccionado para participar en el festival de Eurovisión de 1968, pero pocos días antes del concurso, en un confuso episodio, quizá políticamente magnificado, se niega a cantar si no puede hacerlo en catalán, llaman a Massiel para sustituirlo y el resto es conocido. Su primer pulso con el franquismo se cierra con un veto en los medios oficiales, una prohibición que ha de prolongarse por más de cinco años en la televisión pública. En 1971 Joan Manuel Serrat tiene al público dividido. Por un lado, TVE le ha vetado y por otro, tiene a la escena de la Nova Canço desconcertada por su bilingüismo: no se ciñe a cantar en catalán, saca discos en este idioma y en castellano indistintamente. ‘Mediterráneo’, elegida por un par de programas de RTVE y por la revista especializada Rolling Stone la mejor canción en español de todos los tiempos, la escribirá desde esa desazón en un pequeño retiro en México, lejos del mar. «Llevaba semanas en el interior. Soñaba literalmente con él. Agarré el coche y me fui a un lago, aunque sólo fuera por hacerme a la idea del mar que añoraba. Es en esos casos cuando me doy cuenta de que para mí, el mar, y concretamente el Mediterráneo es una identidad: una identidad feliz», recordaba el artista en 2014 en el diario El País. Otras fuentes nos hablan de que Serrat se instaló en el hotel Batlle de Calella de Palafrugell en mayo de 1971. Desde su habitación, en la segunda planta, se veía el mar, los pesqueros y las islas Formigues. Ante aquel paisaje, no tardó mucho en olvidarse de todas las controversias y censuras que le aprisionaban. Así lo expresó poco después: «Decidí retirarme durante un tiempo. Buscaba tranquilidad, trabajar sin presión. Y estar junto a la gente que me quiere y a la que yo quiero. El mundo del espectáculo me había ido distanciando de ella y no podía permitírmelo.». Allí estaba la brisa marina para llevarse las miserias y Calella vería nacer un gran Serrat, resuelto a usar su lengua materna (castellano) o paterna (catalán) según le viniera en gana, sin atender a fascismos ni a falsos nacionalismos. En las notas de la primera edición en CD de Mediterráneo, el propio Serrat escribe: «Surgió cuando forzábamos la noche en el hotel Batlle, cantando con Alberto Puig Palau —el Tío Alberto de la canción— y nos zambullíamos en las últimas copas de la madrugada que nos servían Tomás y Rosa. Era un Mediterráneo con más hormigas que hormigón, en el que tenía más importancia el plan nuestro de cada día que cualquier plan urbanístico».

 


Pero, sea como sea, ahí está ‘Mediterráneo’ inundada de nostalgia («quizás porque mi niñez sigue jugando en tu playa»), lo que no impide que sobre toda la grabación navegue y predomine cierta alma libre «de marinero». A esa sensación contribuyen los maravillosos arreglos de Gian Piero Reverberi y Juan Carlos Calderón, quien, procedente del jazz, básicamente trabajaba en la época con «todo el mundo» según sus propias palabras. Es gracias a ellos que ‘Vagabundear’ suena como una canción envalentonada capaz de echarte al monte, y ‘Lucía’ como el amor más grande y hermoso que pueda existir, el gran clásico del disco, «la más bella historia de amor que tuve y tendré» (mucho se ha escrito sobre su verdadera destinataria, quién sabe si una azafata de la compañía aérea Iberia, quién sabe si una mujer cuya boda, según dicen malas lenguas, trató de impedir Serrat a la desesperada; pero lo que trasciende es su facilidad para atravesar el tiempo, un sentimiento hacia una mujer cuya intimidad nunca se ha vulnerado, pero de la que permanece un recuerdo intenso, calando hasta los huesos: «tu sombra aún se acuesta en mi cama / con la oscuridad, entre mi almohada y mi soledad». Resuena aún en el corazón de las dos Españas aquello de que «no hay nada más bello que lo que nunca he tenido»; ni la censura de la época pudo contener este torrente de canciones excelentes). Se cuenta que Serrat era un donjuán por aquella época, y llamativa es la cubierta del disco en que le vemos inmortalizado como un hippie, transparente delante del mar. Con melena desgarbada y camiseta como recién salida de Carnaby Street, Joan Manuel nos está contando de manera diáfana una serie de historias costumbristas que le atañen a él y a la España que le rodea. En el disco, la mujer que Serrat quiere no puede ser devota («La mujer que yo quiero no necesita bañarse cada noche en agua bendita»), aunque eso implique que será tan libre que finalmente le hará sentir como un esclavo y, de hecho, el amor es secundario para ella. Declaraba Joan Manuel recientemente sobre el papel de la mujer en este disco y en su carrera: “La presencia de la mujer en mis canciones como madre o como compañera o como formadora es tan importante no tanto por una cuestión sexual, sino más bien de admiración por su papel en la formación, no solo la mía sino de toda la sociedad. Hemos vivido en un tiempo en el que la mujer ha tenido una exposición muy marginal, pero en cambio ha tenido una gran presencia en el mundo de la formación más próximo, en casa. Es un tema que me interesa mucho recalcar: el porqué de la presencia de la mujer en mis canciones, ya sea como madre, o como ‘tieta’, o abuela, o de amores, o de suegra… Está allí, en todas sus formas, constantemente». ¿Una voz contra el heteropatriarcado, acaso? ‘Mediterráneo’ se completa con más canciones significativas, como ‘Barquito de papel’ («sin nombre, sin patrón y sin bandera»), esa ‘Vencidos’ que se basa en un poema de León Felipe sobre El Quijote, pero que obviamente está hablando de la guerra (in)civil y del exilio, la delicatessen ‘Aquellas pequeñas cosas’,...

 


A la censura franquista se le atragantó el artista, fue declarado persona non grata y no fue hasta 1976 que recibiría el indulto tras la muerte de Franco. Desde entonces Serrat jamás se cansaría de su hit. Profesional y determinado -y agradecido por haber podido alcanzar semejante estado de gracia-, indica que aún toca ‘Mediterráneo’ «no solo por obligación sino por gusto». Mediterráneo es elegida por votación popular la mejor canción española de los últimos cincuenta años, y anticipándose al 50.º aniversario de la aparición del disco, en el 2018, Serrat se embarca en una gira que titula Mediterráneo da capo, término musical que significa “volver al principio”, gira que se alargará hasta mediados del 2019. Luego vino el Covid...

 



 

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1Serrat es quien más supo rendir justicia a la llamada de Lluís Serrahima, abogado y escritor considerado el padre de la Nova Cançó, en la revista Germinabit, en 1959, cuando escribió que había que hacer “canciones de ahora”; no pedía tanto composiciones de alta cultura, sino tonadas que todo el mundo, y en particular la juventud, pudiera hacerse suyas para que la lengua revivara en medio de la alisada franquista. Quizá Serrahima no podía imaginar entonces que en la figura de Serrat llegarían a converger ambas cosas: canciones cultas y a la vez populares, defendidas por un muchacho de la calle Poeta Cabanyes, en el Poble-sec de Barcelona, que entonaba con pulcritud versos delicadísimos y que se ponía con facilidad el público en el bolsillo (a las chicas en particular, a menudo, aunque sea motivo de debate, capitales en la construcción de los ídolos).

jueves, 28 de diciembre de 2023

Y para acabar con los villancicos...



Para acabar este repaso a galope tendido de algunas músicas de Navidad,
habiendo dejado muchísimas en el tintero, un vistazo a lo que está entre la tradición y el consumismo. Mariah Carey continúa siendo la indiscutible reina de la Navidad: All I Want for Christmas Is You (Todo lo que quiero para Navidad eres tú) ocupa el primer puesto de la lista de sencillos más exitosos en Estados Unidos. Y no es de extrañar. Desde que se publicara en 1994, como parte del LP Merry Christmas, es considerado el villancico pop por antonomasia, aunque, en un primer momento, no todos creyeron que triunfaría, sobre todo, porque apareció justo en el mayor pico de popularidad de la diva. Uno de los que expresó sus reticencias fue el coautor y coproductor del himno, Walter Afanasieff, colaborador habitual de Carey, quien, en una entrevista que concedió en 2014, aseveró: “Por aquel entonces, no había muchos artistas con álbumes navideños. No era una ciencia conocida, en absoluto, y no había nadie que hiciera grandes temas nuevos de ese tipo. Pensar que llegaría al número uno, que impulsaría las ventas de un disco… no teníamos ni idea de eso. Para mí es una especie de acontecimiento cósmico que ocurre una vez cada cinco mil millones de años. En las últimas dos décadas se han escrito miles de canciones navideñas originales. Pero, por alguna razón, All I Want for Christmas Is You se convirtió en esa canción. Nos sentimos afortunados porque fue la última que entró en el canon navideño. Después, la puerta se cerró de golpe. Simplemente, se cerró”. La estrella tiene una versión diferente de cómo se gestó ya que en numerosas ocasiones ha declarado que ella es la autora en exclusiva de la letra, es decir, que la compuso sola y no en compañía de Afanasieff mientras él tocaba el piano. La última vez que lo dijo fue en 'Parade', en diciembre de 2021: “Comencé a escribirla en un teclado DX7 o Casio que tenía en una pequeña habitación de la casa en la que vivía, en el norte del estado de Nueva York. Escribía todo lo que se me ocurría. Todas las cosas que me recordaban a la Navidad, que me hacían sentir festiva y quería que otras personas sintieran". Polémicas aparte, hay algo innegable: All I Want for Christmas Is You sigue siendo una mina de oro. Según estimaciones de 'The Economist', sólo por la canción, Carey ganó 60 millones de dólares entre 1994 y 2016, con una media de 2,6 millones al año. Y, cada vez que es reproducida en una plataforma de streaming, percibe un céntimo de dólar. La lotería le tocó hace mucho tiempo pese a que no podrá presentarse como la "reina de la Navidad" (QOC, siglas para Queen of Christmas, reina de la Navidad, en español), pues la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos ha denegado su solicitud para registrar este apodo después de que su empresa no respondiera a la oposición de otra artista, Elizabeth Chan. Y lo que son las cosas, este año 2023, la canción ha sido desbancada por Last christmas, de hace unos años, cantada por el dúo Wham!, ya sabéis, aquel en el que cantaba el desaparecido (por Navidad) George Michael.

 




miércoles, 27 de diciembre de 2023

Música culta y desconocida de Navidad.



El pesebre era el comedero de animales de establo, donde la tradición religiosa cristiana asegura que fue el lugar de nacimiento de Jesús de Nazaret. Con el paso del tiempo fue desarrollándose esta tradición y ya en la época medieval, por Navidad, se instauró una devoción popular que consistía en recrear el ambiente del pueblo en la época de la Natividad de Jesús mediante figuras de barro policromadas, vegetales y de otros materiales. A esto se le llamó “Belén”, en alusión al pueblo donde nació Jesús, y en catalán “pessebre”, por extensión del primitivo establo. El pesebre lo componen el “paisaje”, con sus construcciones, ríos, caminos, cielo, estrellas, animales… y el “paisanaje”, con los personajes representativos de aquella época: pastores, pajes, reyes…. y los tres personajes centrales del pesebre propiamente dicho: José, María y Jesús. «Oratorio» hace referencia a una forma musical de carácter y tema religiosos; en este caso el misterio cristiano de la Encarnación de Dios en su hijo Jesús. Pau Casals (1876-1973) recoge esta tradición pesebrista en su Oratorio cuando conoce a su compañero de exilio y amigo poeta Joan Alavedra, en Pradas de Conflent (Francia, pero Catalunya Norte), el cual había presentado su poema Pessebre en los Juegos Florales de Perpignan, en 1943, ganando el primer premio. La composición de Pau Casals se alarga 18 años, desde 1943 a 1960, y el debut se realiza en Acapulco (México) cuando Casals tiene 84 años (el maestro había soñado, en algún momento, con poderlo escuchar en el Monasterio de Montserrat; inicialmente, se planteaba su estreno para celebrar el fin de la guerra fría y la restauración democrática española y finalmente, México fue la tierra escogida, como gesto de agradecimiento por la acogida de los exiliados catalanes y españoles durante la Guerra (in)Civil y el franquismo ). La composición podría haber sido un ejercicio de nostalgia, desde la tristeza y la resignación del exilio, una especulación interior en tiempos oscuros, pero Casals, sin embargo, no lo enfoca en absoluto de esta manera sino que tras quedar maravillado por la poesía de su amigo se decidió a musicar unas líneas que movilizaban a sus ideales (Alavedra había escrito el poema en Barcelona, pensando en uno de sus hijos, para recitar en Nochebuena, ante el pesebre, y los versos narran como pastores, pescadores, hilanderas o vendimiadores son llamados por los ángeles ante el nacimiento de Jesús, en Belén; algunos pasajes representan la voz de la cometa, de los ángeles, de los camellos, del buey y la mula, de San José, e incluso de la Virgen María) pues, para el músico, era una historia de gente sencilla emocionada por el nacimiento de alguien que debía salvarles, que debía traerles la paz. En términos musicales, El pessebre es una composición viva y profunda, inmaterialmente arraigada en Cataluña y en el Mediterráneo, redonda y medida, desde un punto de vista orquestal aunque algunas opiniones de la época la tratan de romántica y ochocentista. Sin embargo, una audición atenta no deja en absoluto indiferente al público actual; con toda la agudeza musical, Casals ofreció una pieza que emociona y emocionaba, por su forma y su fondo, en todos los países, con plateas de pie a lágrima viva. Querría exponer una breve referencia a los aspectos musicales:

1.- Catalanidad de fragmentos de la obra, como giros melódicos propios de la música popular y tradicional catalanas.

2.- Breves motivos melódicos usados también por los grandes compositores (Bach, Mozart, Haydn) y que recorren todo el Oratorio a modo de leitmotiv.

3.- El estilo musical de composición no es vanguardista. Es música tonal y consonante, con espíritu ecléctico, inspirándose en compositores como Bach, Mozart, Beethoven, Schubert, Mendelssohn y otros del último romanticismo como Mahler, Richard Strauss y Puccini.

El pessebre’ es un tema de paz, de pureza de sentimientos, de fe y de esperanza, pensando que de esa misma pureza surgirá la grandiosidad del espíritu. Nada mejor que este mundo, entre ingenuo y conmovido, de la Navidad cristiana a la que el poeta proporcionaba un doble fervor: el de la Natividad y el de la evocación simultánea de la Pasión; el de la alegría de la estrella anunciadora y la agonía del sacrificio por el propio hombre. Y Casals trabajó con esta doble emoción: el Niño Dios, que llora como si en su llanto pudiera caber todo el sufrimiento del mundo, y la esparce adivinada de un Cristo dolorido, muriendo por amor a la Humanidad y para redimirla de su olvido del espíritu. Pau Casals concentró todo ello en su Oratorio ‘El pessebre’, que se convirtió en un mensaje universal, de la mano de un hombre universal, para tratar de unir a los pueblos, de convencer a todos y de conmover a quienes todavía sean capaces de conmoverse.


martes, 26 de diciembre de 2023

Un villancico que no es... o sí.

 




En los pueblos de mi Andalucía

los campanilleros por la “madrugá»

me despiertan con sus campanillas

y con las guitarras me hacen llorar…

Es el inicio de uno de los villancicos andaluces que más desgarra los sentidos. Cuando la poesía está presente, se tenga espíritu de fe o espíritu laico, no importa. Es una imagen que despierta algo, un foso dormido. Se siente frío de invierno y calor de fuego al mismo tiempo. Los villancicos tienen su origen en la Edad Media. Habían sido una expresión popular nacida de las voces de los jornaleros que en las villas se reunían a cantar. Por eso en Andalucía han sobrevivido con tanta fuerza en zonas como las campiñas jerezana y sevillana. A Felipe II no le hacía ni puñetera gracia que no se cantara en latín en un templo religioso pero a la gente le daba igual que lo prohibiera. Era la expresión del pueblo y eso estaba más allá de lo que decía el Concilio de Trento. En la Subbética cordobesa, en Granada y en Almería los campanilleros eran grupos de personas conocidos como “auroros" que se reunían al alba para cantar en casas en las que había fallecido recientemente algún miembro. Los grupos de campanilleros existían en diversas zonas de Andalucía y también en lugares de Extremadura o Castilla. En el siglo XIX el villancico se aflamenca y en torno a una hoguera la bulería o la soleá navideña suena en las zambombas. Hoy los grupos de campanilleros se reparten por todos los pueblos andaluces y se escuchan aflamencados cantes navideños por cualquier calle andaluza pero nunca falta al son de las campanillas esta canción. «Los campanilleros», un cante de larga y antigua proyección popular, que estuvo asociado a unos hombres, campesinos en su mayoría, que iban tocando unas campanillas con cuyo sonido recordaban a sus vecinos de cada pueblo que debían sumarse en procesión a la Misa del Alba para el rezo del Santo Rosario. Unos coros y acompañamiento de guitarras ponían un fondo de música popular a las canciones que iban desgranando cuantos fieles acudían a esa cita religiosa y el eco de los sonidos de las campanillas o cascabeles procedentes de las caballerías resonaba camino de la iglesia de aquellos Rosarios de la Aurora. Se cree que el primer «cantaor» que popularizó «Los campanilleros» fue Manuel Torre, de Jerez, en 1929 pero unos años más tarde, el villancico fue popularizado por la “cantaora” ciega La Niña de la Puebla, de La Puebla de Cazalla, en la Sierra Norte se Sevilla, aunque con otra letra, poco navideña. Después, se le han adoptado mil letras nuevas, se han hecho muchas versiones de este legendario villancico aunque no es fácil de cantar… En su letra navideña pueden encontrarse presencias que también hablan de otras navidades en otras patrias: A la puerta de un rico avariento / llegó Jesucristo y limosna pidió, / y en lugar de darle una limosna / los perros que había se los azuzó. Y uno piensa en un lugar tan distante como el del viejo avariento Scrooge de la novela Canción de Navidad de Dickens en un paisaje tan diferente pero con un mensaje tan común. Esta copla es, posiblemente, el más hermoso legado andaluz a la navidad, que como en otras navidades en otras lenguas, no habla al fin y al cabo de otra cosa que de “la santa humildad”. Una Navidad muy distinta a la de la adoración de la Visa y la Mastercard.

 





lunes, 25 de diciembre de 2023

...la Nochebuena se vie-ene, la Nochebuena se va-a....

 


La Navidad, festividad cristiana que conmemora el nacimiento de Jesucristo
(el término “navidad” proviene del latín nativitas, que significa “nacimiento”), se celebra el 25 de diciembre según el calendario gregoriano, pero a pesar de su origen religioso, esta fiesta es comúnmente celebrada incluso por los ateos como una fecha dedicada a reunirse con los más allegados. Un poco de historia; los Evangelios de Mateo y Lucas consideran que Jesús de Nazareth nació en un pesebre de Belén, aldea de Oriente Próximo, en el Israel actual concretamente  en la Cisjordania ocupada, y que su llegada fue anunciada por un ángel. No obstante, los Evangelios no especifican el día exacto del nacimiento, una cuestión que se resolvería más tarde. Eran varias las festividades que tenían lugar a finales de diciembre en territorio romano, coexistiendo durante los inicios del Cristianismo: celebraciones de la antigua religión romana, judías, del mazdeísmo persa y también nórdicas, mayoritariamente vinculadas al solsticio de invierno del hemisferio norte. El emperador Constantino, primero en legalizar el cristianismo en el Imperio Romano, probablemente con la intención de superponer las prácticas cristianas a otras más antiguas, estableció el 25 de diciembre para la conmemoración del nacimiento de Jesús con el objetivo de convertir a los paganos romanos a la religión cristiana estableciendo una tradición fácilmente asimilable para ellos, ya que sería inevitablemente relacionada con algunas de sus fiestas principales celebradas en esas mismas fechas: las Saturnales (fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, y que originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno) y el Sol Invictus (culto a la divinidad solar asociado al nacimiento de Apolo, dios del Sol, celebrado el mismo 25 de diciembre), por lo que se concluye que la tradición cristiana de la Navidad tiene su origen en ciertas fiestas paganas, que influyeron en su creación y con las que guarda algunas similitudes. El Papa Julio I fijó para la Iglesia de Occidente la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, (en vez del 6 de enero, junto con la Epifanía). Y así se fijó la solemnidad en una fecha arbitrariamente escogida por la Iglesia a pesar de la creencia de que Jesucristo nació durante la primavera, lo que sale de interpretaciones de los propios Evangelios, que describen que Jesús nació en un momento en que los pastores tenían rebaños al aire libre, algo imposible en invierno y en una región como Palestina. En todo caso, la elección de esa fecha no fue unánimemente aceptada, como demuestra, por ejemplo, que, en el siglo III, Clemente de Alejandría propusiera el 20 de mayo como día del nacimiento de Cristo y que la Iglesia de Armenia aún sostenga que la fecha correcta es el 6 de enero. Pero, quedémonos con lo que decíamos al principio: una de las señas de estos días (consumismo desbocado aparte) es la de las reuniones con los allegados.


No cabe duda de que la Navidad nos llena de un sinfín de emociones. Comienza la temporada y nos llenamos de alegría, esperanza y expectativas por lo que vendrá, pero también es verdad que es una de las festividades del año en la que los sentimientos están a flor de piel y pueden generarnos emociones completamente opuestas,
y es que la Navidad es sinónimo de unión, de humildad y de reencuentro con nuestros seres queridos, pero… ¿qué pasa cuando alguno de ellos ya no está con nosotros/as? Las reuniones navideñas no son siempre un motivo de júbilo; para muchas personas suponen un recordatorio de que un ser querido ya no puede estar a su lado. Esta clase de situaciones emocionalmente dolorosas dan lugar a lo que se conoce como “síndrome de la silla vacía”, lo cual es una de las consecuencias de no haber superado un duelo psicológico desencadenado, normalmente, por la muerte de un familiar o amigo. El duelo psicológico es un proceso de adaptación a la ausencia de algo o alguien con quien habíamos establecido un vínculo afectivo. Una de las formas más intensas y habituales de duelo tiene lugar cuando muere un ser querido; en estos casos, debemos “aprender” a vivir sin tener a esa persona a nuestro lado, y esto requiere de tiempo y de un trabajo de autorregulación emocional. No es considerado un trastorno psicológico sino una experiencia normal por la que tarde o temprano pasan prácticamente todos los seres humanos; sin embargo, puede llegar a producir mucho malestar. Hay situaciones en las que el duelo puede verse agudizado, afectando con mayor intensidad a la persona que lo sufre; la navidad suele estar entre este tipo de vivencias, sobre todo por dos motivos: 

- Se pone énfasis en la importancia de reunirse físicamente con los seres queridos

- Se crea una expectativa de felicidad y bienestar emocional durante estos días del año.


El hecho de tener estos referentes hace que algunas personas incluso lleguen a sentirse culpables por no poder comportarse de una manera acorde a la navidad por no haber superado un duelo psicológico
y resulta especialmente doloroso afrontar la ausencia de esa persona al ver al resto de amigos o familiares reunidos porque, lamentablemente, sobre la tristeza pesa un estigma que lleva a muchas personas a intentar ocultar cómo se sienten, por lo que conviene poner las cosas fáciles para que las personas más afectadas por esa pérdida de un ser querido puedan expresar sus sentimientos, idealmente antes de la llegada de las reuniones navideñas, de modo que la familia tendrá tiempo para adaptarse a ese tipo de necesidades y dejar un espacio para que cada persona viva estos encuentros a su manera, sin verse obligadas a “amoldarse” psicológicamente a lo que hay. Es importante dejar de poner énfasis en la relación entre la navidad y la felicidad, por un lado, y ponerla más en la relación entre la navidad y el apoyo entre personas que se quieren, algo que sí puede ser aplicado en todos los casos en los que es posible reunirse físicamente en estas fechas especiales. El valor que define a estos encuentros debe ser más el apoyo mutuo y no tanto la diversión o las ganas de pasarlo bien en una “fiesta”. De este modo, la prioridad será mostrar predisposición a ayudar y a buscar la ayuda de los demás si es necesaria. Una buena opción a la hora de pasar unas navidades marcadas por la ausencia de alguien especial es realizar pequeñas acciones conjuntas que sirvan como una especie de homenaje a esa persona; un ritual sencillo en el que se recuerde a ese familiar o amigo y que evite que se forme un tabú alrededor de esa pérdida, y que a la vez no llegue a ser el elemento central de esa reunión y permita hablar y pensar sobre otras cosas.


Estos sentimientos se acrecientan aún mucho más,
pues, en Navidad, una época familiar que tradicionalmente ha sido defendida como una celebración religiosa y espiritual en la que todos debemos ser felices y mantenernos unidos; si bien estas cuestiones se han ido perdiendo poco a poco con el paso de los años y, sobretodo, con la llegada de nuevas generaciones, es normal sentir algo de tristeza en estas fiestas, porque en momentos pasados las vivimos –felices- con aquellos familiares o seres queridos que ya no están. La pérdida de un ser querido puede hacer que estas fechas adopten matices tristes. Esa persona que siempre contaba aquellas historias, o que siempre brindaba con gaseosa en vez de con sidra, cava o champán, o que siempre llegaba tarde a la cena, llega un momento en el que deja vacía tanto su silla como el corazón de los demás comensales. Por lo tanto, es inevitable pensar que una Navidad sin seres queridos sea «menos Navidad». Muchas personas que han perdido a alguien ya no la viven como antes, y pueden transmitir ese espíritu negativo a quienes todavía están ahí, tratando de sobrellevar la pérdida como buenamente pueden. Las familias se juntan, los que están alejados, regresan a casa, hay un esfuerzo de unión, no siempre deseado, aceptado, o con sentido pues, además, en muchas ocasiones las familias están realmente desunidas o algunos de sus miembros enfrentados. Pero este sería otro tema. Si la pérdida del ser querido es reciente, la Navidad ese año pierde su sentido, y no apetece, o no se celebra, o se celebra mecánicamente, sobre todo si hay niños, y si es el primer año sin el ser querido, la tristeza lo invade todo por su ausencia. Y se le echa de menos, y se le llora; sentimos que la Navidad ya no es la misma porque esas personas ya no están, pero la Navidad puede seguir siendo vivida con alegría y con felicidad, si la tomamos como otro momento más en nuestras vidas, como otra época más del año, en la que se reúne la familia y en la que hacemos regalos. Esa persona nos va a faltar siempre, sea una fecha u otra, la vida tiene que continuar, y no es razonable magnificarlo; habrá otras fechas, porque cuando alguien nos falta, hay un primer no cumpleaños, hay un primer no aniversario… porque la vida transcurrirá y seguirá ya sin él/ella, y debemos aceptar que físicamente ya no se encuentra con nosotros, pero no por eso ya no existe. Nada nos impide, incluso en Navidad, y en todas las navidades o nacimientos de un nuevo día, tener a esa persona presente, en nuestro corazón, en nuestros pensamientos, en nuestras conversaciones. Al recordarlo cada día, al ver objetos, cosas, lugares que compartimos con esa persona. Vemos que el duelo se supera, que se puede superar, que podemos resistir mientras la herida va cicatrizando. Que aprenderemos a vivir sin esa persona, a superarlo, sin por ello dejarla en el olvido. Lo vemos en otras personas que ya lo han pasado…


sábado, 23 de diciembre de 2023

Las historietas japonesas.

 


Japón está de moda y miles de jóvenes y no tan jóvenes miran a Japón como referente cultural. El turismo que llega a Japón se ha incrementado muy notablemente en los últimos años, impulsado no sólo por su patrimonio monumental, paisajístico y tecnológico, sino también por el turismo cultural. Gran parte de culpa de este incremento lo tiene el manga y el anime. Muchos de los turistas que visitan Japón suelen estar influenciados por la cultura audiovisual japonesa. Ven al país del sol naciente como un destino soñado, motivados en muchas de las ocasiones, por sus preferencias en el mundo del entretenimiento audiovisual. La historia del manga y el anime, por eso, está siempre en constante proceso de desarrollo y evolución técnica, respaldada siempre por la demanda de los consumidores en todo el mundo. Desde pequeños, hemos crecido sin saberlo poniendo la mirada en la cultura japonesa con producciones como Mazinger Z, Bola de Dragón, Ultraman, Gundam, Transformers, Pokemon, Doraemon, Akira o Totoro entre muchos más; casi se podría decir, que una parte de nuestro cerebro está condicionado por la estética japonesa, lo que hace pensar, que tal vez por este motivo, pudiera ser que nos despierte tanto apego esta cultura. El manga es uno de los símbolos nacionales más importantes de Japón, el cual es enormemente reconocido a nivel internacional, una popular manera de mostrar el arte de los autores, presentado a través de libros tipo cómic, en donde se cuentan historias ilustradas y narradas de una manera única. Podríamos pensar que este tipo de relatos tienen un corto periodo de historia, pero es todo lo contrario. Hokusai Katsushika es el creador del término, el cual es una combinación de la palabra “informal” (
) man y “dibujo” () ga; al juntar ambos kanjis (ideogramas proveniente de la escritura china, importados a Japón a partir del siglo IV para transcribir el japonés hablado) la traducción literal es “dibujos informales” (aunque en realidad se traduce por dibujos caprichosos o garabatos; se acuñó este término para definir el arte surgido por la unión del estilo gráfico de la pintura tradicional japonesa y las historietas de estilo occidental) y, dentro del mundo occidental, la palabra se utiliza para referirse de una manera muy específica al estilo japonés de ilustración e historietas concretamente japonesas. Hablemos de historia, entre otras cosas para desmontar la creencia extendida de que el manga nació tras la Segunda Guerra Mundial: los primeros grabados, atribuidos al monje budista Toba no Sōjō, personaje que vivió en los siglos XI-XII, que muestran un atisbo de estética manga lo encontramos en la obra Chōjugiga, realizada a mediados del siglo XIII; son una serie de dibujos con carga satírica representando animales (las ilustraciones, conocidas como “Pergaminos de animales y humanos jugueteando”, considerados como la fundación, son hoy propiedad del templo Kosanji en Kioto y muestran escenas de monos bañándose en un río, ranas y conejos luchando, además de otras protagonizadas por animales comportándose como humanos), de los que sólo se conservan algunos ejemplares en blanco y negro, sin embargo, en ellos se ve una primitiva línea representativa que posteriormente iría evolucionando al manga. En el período Edo (1603-1868) se desarrolló el movimiento artístico ukiyo-e (grabados de estampas tradicionales japonesas); estas representaciones gráficas incluían narraciones describiendo lo que en ellas se mostraba y se pueden comparar remotamente a lo que después sería el género manga.


A finales del siglo XIX, el dibujo japonés recibe las influencias del cómic americano y europeo en cuanto a la forma de narrar las historias
aunque el nacimiento del manga tal como lo conocemos se sitúa en 1814. Fue en esta época cuando Hokusai Katsushika (creador, como se ha dicho, del vocablo) realizó sus series de croquis de escenas de vida diaria, unos "dibujos irrisorios": "manga" en japonés. El dibujante Rakuten Kitazawa, fue el autor de una historieta llamada Tagosaku to Mokube no Tokyo Kenbutsu (Tagosaku y Mokube visitan Tokio) en la que se narra la historia de dos campesinos que realizan un viaje para hacer turismo en Tokio; como son personajes rurales con poco conocimiento de la vida moderna y la gran ciudad, al llegar se comportan de forma tonta y cateta. La obra de ese dibujante, de 1902, está considerada oficialmente como el primer manga de la historia en forma y características similares a las actuales. El diferenciador de este autor es el diseño de cuatro viñetas por página, textos mecanografiados y caricaturas feroces. Más tarde, los editores japoneses se inspiraron en las publicaciones periódicas anglosajonas y sacaron, en los años 1920, revistas mensuales que ponían de relieve los mangas, destinados en un principio a los chicos, a las chicas y luego a los jóvenes adultos. Durante los años cuarenta del siglo pasado, el manga era utilizado como un medio de propaganda del gobierno japonés, incluso se llegó a prohibir el género bélico cuando los estadounidenses ocuparon Japón en 1945, con el fin de censurar cualquier material que glorificara la guerra y el militarismo japonés (este hecho es muy importante para el desarrollo posterior del manga); después de la segunda guerra mundial, la popularidad del manga se incrementó gracias a la influencia que tenían los cómics estadounidenses en el país; a lo largo de esas épocas, fue un medio de escape para la población, ya que les ayudaba a enfrentar las dificultades que conlleva la recuperación de una nación posterior a una guerra, pero la Segunda Guerra Mundial realmente interrumpió la progresión del fenómeno manga. En esta época, Japón demandaba la necesidad psicológica de mirar hacia otro lado por el sufrimiento padecido años atrás. En 1947, cuando la producción de mangas se empezaba a recuperar, Tezuka Osamu (referido como “el dios del manga” y también como el “padrino” del anime, pues es reconocido como el pionero en el desarrollo tanto los cómics como de la animación), un apasionado del dibujo y fan del cine hollywoodiense (en particular de los dibujos animados de Walt Disney), reinventa el género con la publicación de Shin Takarajima (La nueva isla del tesoro). Una nueva estética, un grafismo redondeado, movimiento y acción: ¡el éxito fue inmediato! Las décadas 1950 y 1960 son las del auge del manga en Japón. Antes mensual, la frecuencia de publicación de las revistas de recopilación de mangas se vuelven semanales. Toda una generación se lanza al manga de aventuras inspirado en el de Tezuka. Dibujan y escriben a un ritmo frenético para satisfacer a un público cada vez más deseoso. Actualmente, el manga es una de las industrias más importantes de Japón, aunque en los últimos años se ha notado una notable disminución en venta de ejemplares a favor del anime (dibujos animados), que está sufriendo un incremento considerable. Culpa de este cambio tiene que ver con el cambio en los hábitos de la sociedad de consumo, ya que se persigue la inmediatez y facilidad de internet para ver y consumir entretenimiento. Los beneficios económicos y culturales que suponen la gran propaganda del manga y el anime para Japón y su cultura, hacen de esta industria una cuestión de vital importancia para el país.


No podemos hablar de la historia del manga sin referirnos al anime ni al contrario, ya que siempre van de la mano. Un alto porcentaje de publicaciones manga terminan llevadas a la pantalla en formato anime
y si bien el anime y el manga se representan en formatos diferentes, tienen un origen estético común y están ligados como expresión artística: el anime es una proyección, evolución o derivación técnica del tradicional manga japonés, una forma de representar la adaptación en pantalla del estilo manga de contar historias. La palabra anime es simplemente una adaptación japonesa de la palabra «animación» y puede decirse que el anime es el cómic japonés animado para el cine o la televisión; a principios del siglo XX se crearon en Japón una serie de cortometrajes de animación influenciados en su origen por la estética de la factoría Disney, pero fue más tarde, a mediados del siglo XX, cuando surgió el anime como estilo con sello propio de la cultura japonesa. Haciendo un alto en el recorrido del anime, hay que tener en consideración el surgimiento de productoras cinematográficas que no hacían anime, pero sí películas inspiradas en la forma de contar historias del manga; uno de sus primeros personajes fue Godzilla y su famosa película (Godzilla, Japón bajo el terror del monstruo). Se dice que crearon al personaje después del lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki como representación del miedo que la sociedad Japonesa sufrió después de la Segunda Guerra Mundial. Así, los personajes viajaron hasta Europa, las cadenas de televisión se amparan en ellos, seducen a los niños, adolescentes y jóvenes adultos… quienes se van orientando progresivamente hacia el manga en papel, cuyo potencial ha sido olfateado por los grandes editores de cómics y algunos aficionados deciden incluso tomar la pluma: ¡ha nacido el manga europeo! A finales del siglo pasado, el manga y el anime como industria, sufrieron una explosión internacional precedida de numerosos éxitos comerciales, los cuales impulsaron enérgicamente esta industria hasta la actualidad. Japón como potencia del entretenimiento audiovisual desde hace años, ha sabido influir en la sociedad al igual que EEUU lo ha hecho durante años mediante el escaparate de Hollywood, transmitiendo su cultura y abriéndose más si cabe al mundo. Japón es un país donde se lee muchísimo, y no solo manga; llama la atención el número de librerías existentes en las ciudades japonesas. Sólo el manga representa más del 23% de toda la facturación de la industria editorial japonesa. En proporción, más de un tercio de todo lo que se publica en el país es manga (el 60% de los japoneses leen como mínimo un manga por semana y en Europa, según datos editoriales, los mangas representan el 40 % de las ventas de cómics; en Barcelona, el Salón del Manga desborda año tras año todas las expectativas de asistencia y comerciales). Al cabo del año se editan una media de 11.000 novedades aproximadamente. Una ingente producción que se va sumando año tras año al mercado internacional.


Por cierto, los aficionados al manga y al anime están de enhorabuena porque el recientemente pasado 15 de diciembre, como cada año, se ha celebrado el Día Mundial del Otaku, una celebración que, aunque no es oficial, está muy extendida en redes sociales, en la que los aficionados del manga y el anime esperan para conocer las novedades de sus cómics y personajes favoritos (no está del todo claro su origen, pero se cree que el 15 de diciembre de 1983, el periodista japonés especializado en manga y anime, Akio Nakamori, utilizó por primera vez en un artículo en la revista Burikko el termino “otaku”, por lo que se decidió de una manera no oficial que el 15 de diciembre fuera la fecha fundacional del fenómeno y acabo convirtiéndose en su “día mundial”; en el artículo "La Ciudad está llena de Otakus", el periodista afirmaba que los jóvenes fanáticos del anime "son como esos chicos -en cada clase hay uno- que nunca hicieron suficiente ejercicio, que pasaban los recreos dentro de las aulas, ocultos en la oscuridad frente a un tablero de shogi (ajedrez japonés) o haciendo cualquier cosa. Eso son".Si bien la redacción no parecía ser benévola con la comunidad, la fecha fue adoptada por postular el nombre con el que hoy en día se conoce a esas personas.. El término "otaku" en ocasiones se utiliza, pues, en su original japonés, de forma peyorativa para nombrar a una persona fanática con aficiones obsesivas aunque en la actualidad es utilizado para identificar a las personas que son aficionadas al manga o el anime. También se emplea para describir a una persona a la que le gusta el cosplay (del inglés costume play o sinónimo de disfrazarse), haciendo referencia a alguien a quien le gusta disfrazarse, sobre todo de personajes relacionados con el mundo de los videojuegos, o personajes de manga o anime. Son muchos los perfiles que rinden homenaje a los apasionados a la cultura japonesa. Y la celebración se está universalizando cada vez más.



jueves, 21 de diciembre de 2023

Esos padres ausentes...



En mi lejana época de estudiante solía escuchar la radio en un transistor a pilas y, si podía, no me perdía, no recuerdo en qué emisora, el programa “Trotadiscos”, con el gran y añorado Constantino Romero (ya sabéis, la voz de Arnold Schwarzenneger, la de Clint Eastwood, la de algún James Bond, la de los juegos olímpicos de Barcelona, y un largo etcétera) y Rafael Turia (hoy actor de doblaje, en el programa que yo escuchaba, con su inolvidable personaje inocente a la vez que muy mordaz “Paracucita”); en ese magnífico programa descubrí, entre otros, a The Temptations y su Papa was a rolling stone (Papá fue un bala perdida, en traducción de Constantino). Todos sabemos de casos de personas malvadas a quienes sus familiares han defendido a capa y espada frente a los demás por muchas pruebas que tuvieran en su contra. Es normal que siempre creas a los tuyos en primera instancia y que sea muy complicado que les consideres capaces de lo que se les acusa, pero por mucha vergüenza que esto suponga y mucho dolor que conlleve, al final uno ha de ser consecuente con las convicciones y fieles a la verdad. Es posible que a l@s hij@s se les hurte de lo peor de la vida todo el tiempo que se pueda, pero en un momento dado es necesario para su crecimiento que entiendan quienes se han sacrificado por ell@s y les han educado y quienes les han dejado a un lado y sólo se han centrado en ell@s tal y como nos narra esta sensacional canción. The Temptations son uno de los grupos más famosos de la discográfica Motown y de los más longevos, ya que llevan en activo desde 1959, aunque actualmente sólo queda uno de los integrantes originales. Surgen en Detroit y desde el principio asombraron al mundo con sus canciones melodiosas, sus armonías vocales y sus elegantes coreografías. Fueron los grandes popularizadores del soul, aunque supieron ir adaptando su sonido a las tendencias del momento como el funk, la música disco o el R&B. Lograron cuatro números uno en lista, entre los que se encuentra esta Papa Was A Rolling Stone, escrita más corta, en principio para otro grupo, y ampliada en tiempo para ellos, que fue además el primer Grammy para un grupo de su sello discográfico, el mejor soul, un clásico entre los clásicos; estrenada un año después de la BSO de la película Shaft, es cierto que hay cierto parecido con el tema central de la película, en música compuesta por Isaac Hayes. Fue el single más largo de la historia de la música en llegar al n.º 1 en los EEUU, incluso en su versión reducida (que hoy recordamos). Han vendido más de 40 millones de discos y sus recopilatorios siguen siendo ampliamente demandados. La letra de la canción es es una exploración de una figura paterna en la que no se podía confiar, que nunca estaba presente y era incapaz de mantener a su familia. La letra cuenta la desgarradora petición de un hijo a su madre para que le confirme o no si su padre que murió antes de que le conociera era o no un bala perdida, y esta no le queda más remedio que afirmarlo y decir que les dejó solos mucho antes de que se muriera. El narrador expresa su propia frustración por la falta de conocimiento que tiene sobre su padre y la ausencia de una despedida adecuada. Además, el coro sirve como un recordatorio de que el legado del padre es de desconexión y abandono, dejando solos al narrador y al resto de su familia. En esencia, la canción reflexiona sobre la idea de una familia rota y el trauma que puede surgir con un padre poco confiable o ausente.



miércoles, 20 de diciembre de 2023

Más música para aprender.



La obra que hemos elegido esta
vez fue compuesta en 1946 por el compositor inglés Benjamin Britten (1913-1976) y, si bien en muchas ocasiones la encontramos nombrada como Variaciones y Fuga sobre un tema de Purcell (opus 34), su título original era The Young Person´s Guide to Orchestra (Guía de orquesta para jóvenes); con este título parece claro que nació con un propósito pedagógico y que este tenía algo que ver con la orquesta. Cada uno tendrá sus gustos y sus preferencias, pero es indiscutible el lugar que ocupa Benjamin Britten en el canon de la música occidental. Además de un gran legado didáctico, Britten dejó su propia huella con una fusión de estos lineamientos estéticos con otros elementos más “familiares” para las concepciones ortodoxas de este período: melodías folclóricas, baladas, pastorales y music hall (a lo Stravinsky). La sexualidad de Britten siempre fue un secreto a voces, se ha escrito largo y tendido sobre su relación con el poeta W.H. Auden. La verdadera cuestión del asunto es cómo y por qué se ha escrito y debatido al respecto. Otra postura muy particular, e incluso más hipócrita, es la que tiende a separar la vida personal de la obra. Un caso más que peculiar, donde la audiencia resulta más conservadora que el artista al que escuchan; la frase más común es “lo que importa es la música, todo lo demás no es relevante”, como si los músicos hubiesen salido de un repollo marciano y de repente caen en la Tierra para regalarle al mundo su arte. Es importante entender que para el Estado británico, hasta 1967, Britten era un delincuente puesto que la homosexualidad era un crimen, por lo tanto, es un tanto ingenuo no pretender que este hecho no haya tenido impacto en su corpus de trabajo. Entonces, cuando se refieren a la figura de Britten como “genio”, más allá de ser un halago común, lo que se está invisibilizando es la complejidad de una persona que ha brindado un aporte para una sociedad que lo odia. Para pesadilla del ala conservadora de su público, Britten no solo era homosexual, sino que era pacifista y de izquierdas, lo que da como resultado un ensañamiento con su figura. Hasta se lo ha acusado de cobarde por mudarse a Estados Unidos al inicio de la Segunda Guerra Mundial, un “antipatria estalinista” para algunos macartistas de la época (y que aún deben seguir merodeando por algún reducto actual). En fin… Diez años posterior en el tiempo a Pedro y el Lobo de Sergei Prokofiev, que ya oímos en este blog, las analogías que se suelen establecer entre las dos composiciones son muchas. Ambas tienen como objetivo primordial mostrar los diferentes instrumentos de los que está compuesta la orquesta occidental y ambas nacen de un encargo, en el caso de la Guía de orquesta para jóvenes, del Ministerio de Cultura de Inglaterra que pidió a Benjamin Britten componer la música para la película documental Los instrumentos de la orquesta, en la que debía intervenir, al igual que ocurría en Pedro y el Lobo, un narrador para contar el argumento, y aunque hoy en día, se interpreta normalmente en la versión simplificada de concierto propuesta por el propio Britten y en ella se omite la parte del narrador, sigue siendo una de las obras más utilizadas a la hora de presentar las cuatro familias instrumentales de la orquesta occidental: cuerda, viento madera, viento metal y percusión. Son importantísimos los dos primeros minutos, pues este es el tiempo que Benjamin Britten necesita para presentarnos las cuatro familias. Y diréis, todo suena bastante parecido ¿no? y yo contestaré, sí todas las familias instrumentales tocan la misma melodía, una música «prestada» del compositor preferido de Britten y al que rendirá culto durante toda su vida: Henry Purcell, concretamente un tema extraído de un rondó que este maestro del Barroco inglés compuso para la música incidental de la obra teatral Adbelazar or the Moor´s Revenge (Adbelazar o la venganza del moro). La obra que recordamos normalmente se suele dividir en tres secciones diferentes: la primera de ellas es la presentación del tema por cada una de las familias de la orquesta, la segunda sección, la más larga, va a consistir en trece variaciones en las que Britten nos presenta individualmente el timbre de cada instrumento modificando ese tema de Purcell, para así poder mostrarnos las capacidades y el «sentimiento» de cada instrumento.



 

martes, 19 de diciembre de 2023

Idiomas ¿minoritarios?



Tan cerca y tan lejos… En España, todo lo que
se exprese en lenguas hermanas latinas que no sea castellano, o directamente no existe o es menospreciado. Somos así… y así nos va… Como ejemplo tomemos el portugués (lengua y país hermanos aunque el personaje de hoy sea brasileño, eso sí, con la misma lengua). Roberto Carlos Braga Moreira (del estado brasileño de Espírito Santo), más conocido artísticamente sólo como Roberto Carlos, es uno de los artistas latinos que más discos ha vendido en todo el mundo, con más de 150 millones de copias, y un icono de la música brasileña en el mundo, nombrado en su país y en el resto de América Latina como El rey de la música latina. A los seis años de edad, el día de la fiestas patronales de su pueblo, fue atropellado por una locomotora de vapor y la pierna derecha le tuvo que ser amputada un poco debajo de la rodilla y desde entonces usa una prótesis. Roberto formó cuando tenía 16 años el grupo "Os Sputniks" con sus amigos Tim Maia y Erasmo Carlos, que participó en el programa Clube do Rock, donde se vieron las condiciones de sus integrantes para lanzarlos como solistas. En 1966, en pleno reinado de la Jovem Guarda (movimiento cultural brasileño surgido a mediados de la década de 1960, que mezcló música, comportamiento y moda, traduciéndose, por tanto, en un estilo o género musical, una forma de comportarse y una forma de vestir, además de un programa de televisión), Roberto Carlos expuso un dilema emocional cuando reveló que estaba "locamente enamorado" de la novia de un amigo. “Namoradinha de um amigo meu”, composición escrita exclusivamente por Roberto Carlos sin la firma de su habitual compañero Erasmo Carlos, se convirtió en uno de los mayores éxitos y su significado original fue subvertido cuando fue versionada en espectáculos por varios cantantes como Adriana Calcanhotto en 1990 y Ana Carolina actualmente; se especuló en los medios que Roberto se refiere a su relación con la modelo María Stella Spledore, esposa del famoso diseñador de moda Dener Pamplona. Entrada la década de 1970, con el final de la «Jovem Guarda», Roberto Carlos se vuelve un cantante más romántico gracias al poeta portugués Manuel Morais. Sus éxitos comienzan uno tras otro a inundar las emisoras de radio no sólo de Brasil sino de todo el continente y de Europa con especial éxito en España. Fue por muchos años el único cantante latinoamericano que había ganado el Festival de la Canción de San Remo en Italia ya que su creciente prestigio hizo que fuera invitado al Festival de San Remo 1968, donde compartió "Canzone per Te" con Sergio Endrigo (autor de la canción) obteniendo el primer puesto, y siendo el artista brasileño que vendía más discos en el país. En 2004 reconoció públicamente que sufría de trastorno obsesivo-compulsivo, síndrome que le causó un comportamiento excesivamente supersticioso y le hizo retirar del repertorio canciones famosas. Más tarde, en una conferencia de prensa, admitió que podría volver a cantar, y mostró los resultados del tratamiento. Destacar aquí alguna canción de Roberto Carlos es muy arriesgado por lo extensa que es su discografía. Es considerado uno de los más grandes cantautores de la historia en colaboración con sus amigos Manuel Morais y Erasmo Carlos. Cada disco suyo contaba con más de un éxito, y según registros, es el artista latinoamericano que más ha sonado en la historia radial del continente. Todo esto, volviendo al principio, sin contar la cantidad de éxitos que no entraron al mercado hispano por no ser traducidos al español, que suman más de 250.

viernes, 15 de diciembre de 2023

Educación y pandemias.


Ahora que p
arece haber pasado lo más grave de la pandemia que nos ha quitado, cuando 
menos, el sueño, puede ser el momento de echar la vista atrás, centrándonos en la educación, 
que nos ha dejado más incógnitas que certezas, todas ellas provocadas por unas siglas que no 
conocíamos: coronavirus Covid-19. La educación es un derecho fundamental de los niños, niñas 
y adolescentes. Los derechos de la infancia recogidos en la Convención sobre los Derechos 
del Niño deben estar protegidos en todo momento, en cualquier lugar, siempre. Para lograrlo 
en el centro educativo, se necesita establecer medidas encaminadas a garantizar el 
funcionamiento seguro del centro educativo, la continuidad del aprendizaje, la inclusión de las 
personas y colectivos más vulnerables y el bienestar y la protección de la infancia. Cuando 
comenzaron las clases ese año, como siempre en septiembre, nadie hubiera podido imaginar 
un final de curso como lo tuvimos y, sin embargo, pasados los meses, nos hemos rendido a la 
evidencia y hemos aceptado la situación. Esto es lógico y hasta positivo, pero tiene un riesgo:
que nos acostumbremos a la incertidumbre hasta un punto en el que no percibamos la 
necesidad de retomar el control.  No podemos ignorar la posibilidad de que esta crisis se 
prolongue en el tiempo y que pueda agudizarse, pero tenemos que estar preparados, n
tenemos excusa para no estarlo. El mundo ha vivido una situación de emergencia inaudita en 
su historia reciente. No será posible recuperar la normalidad si no asumimos las consecuencias 
de la emergencia en nuestras vidas. Para aprovechar los aprendizajes de esta experiencia es 
imprescindible adoptar un nuevo marco conceptual: el enfoque de emergencias. Cuando una 
emergencia ocurre, todo cambia. Los procesos, las herramientas, las estrategias y las 
metodologías que aplicamos con normalidad no siempre son eficaces en momentos de crisis. 
La mayoría de los centros educativos no tenían un plan sobre cómo abordar o reaccionar ante 
una emergencia de salud pública y el 16 de marzo (todos recordamos el  día exacto) todos los 
centros educativos amanecieron cerrados por el estado de alarma, aunque en algunas 
comunidades lo habían hecho unos días antes, algunos colegios se adelantaron y la semana 
anterior ya habían pedido que todos los estudiantes se llevaran los materiales a sus casas; 
más 8,2 de millones de estudiantes no universitarios tuvieron que continuar desde ese día la 
educación a distancia, sin saber muy bien si iban a regresar a las aulas. Las instrucciones y 
las órdenes de las consejerías de Educación se iban sucediendo y el personal docente pasó 
de la tiza a la tableta con la incertidumbre de no saber muy bien qué hacer ya que no había 
un plan sobre la educación en situaciones de emergencia. ¿Cuál sería el plan? Es necesario 
establecer unas medidas para el funcionamiento seguro de los centros, como revisar la 
infraestructura escolar y extremar las medidas de higiene, limpieza y desinfección de todas 
las áreas, prestando especial atención a aquellas con mayor uso. Establecer los canales de 
información de emergencia y crear las listas de distribución: actualizar los datos. Nombre, 
teléfono y correo electrónico de madres y padres. Todo ello para asegurar la distribución de la 
información de emergencia a toda la comunidad escolar de manera urgente. Al establecer 
alianzas con medios de comunicación locales, será más fácil dar a conocer cualquier decisión 
de manera masiva e inmediata. Además, el plan de emergencia debe ser conocido por toda la 
comunidad educativa: estudiantes, profesorado, PAS, familias y administraciones deben saber 
cómo actuar, dónde ir y a quién acudir para reducir los riesgos y asegurar la protección de las 
niñas, niños y adolescentes. Para ello, es importante realizar simulacros de manera periódica, 
hay que estar preparados. Es, asimismo, importante que el plan de emergencia escolar esté 
alineado con los planes de emergencia. Otros países, como Nueva Zelanda, sí tenían un plan  
y allí se contaba con una guía que ayudaba a desarrollar un plan de emergencia ante una 
pandemia a través de estrategias para la prevención del contagio y la reorganización de la 
actividad escolar. En España no existía un plan de respuesta educativa ante esta emergencia;  
quizás ahora es el momento de establecerlo teniendo en cuenta lo que hemos aprendido 
durante los últimos meses para estar preparados. El ciclo de la emergencia abarca desde la 
prevención a la recuperación.

 

En España, como en otros 183 países de todo el mundo, la emergencia sanitaria
obligó
cerrar los centros escolares, pero la educación no se detuvo; el gasto educativo tampoco se 
ha paralizado durante este tiempo, es más, las administraciones públicas han tenido que 
aumentar determinadas partidas presupuestarias para hacer frente al impacto de la pandemia 
en la educación, como la compra de equipos informáticos, la desinfección o la reforma de los 
espacios. Esta pandemia ha evidenciado lo importante de estar preparados ante cualquier 
emergencia. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, por cada euro invertido en la 
reducción del riesgo de desastre, se pueden evitar pérdidas por hasta siete euros. Durante los 
meses de confinamiento hemos asistido a un cambio de paradigma del sistema educativo: d
un día para otro, los colegios cerraron sus puertas y tuvieron que recurrir a la tecnología para 
poder continuar con sus actividades. Profesores, alumnos y familias se vieron abocados a 
adaptarse rápidamente a una nueva forma de comunicación, interacción y aprendizaje, e
proceso educativo pasó de ser presencial a desarrollarse a distancia. La generación nativa 
digital se convirtió en su totalidad en estudiantes online, lo que no significa que hayan 
adquirido automáticamente las competencias digitales pues la acumulación de conocimientos 
apenas tiene impacto sobre las habilidades tecnológicas. La sociedad del conocimiento crea 
la paradoja de eruditos convertidos en analfabetos digitales. El desarrollo de competencias d
digitales requiere de acompañamiento y práctica; supone introducirse en la cultura que 
sostiene esa tecnología. Y lamentablemente no todos han podido conectarse o aprovechar la 
oportunidad de aprendizaje en remoto: en España, en el tramo de ingresos más bajos, el 9,2% 
de los hogares con niños carecen de acceso a Internet, lo que representa que cerca de 
100.000 hogares no pueden conectar a la Red; la brecha digital es también educativa. Pero, 
paralelamente, con el acceso masivo a Internet también aumentan los riesgos online, por lo 
que es importante promover desde los centros educativos un uso responsable de la tecnología, 
posibilitando el derecho a la protección y privacidad de los niños, niñas y adolescentes al 
ejercer su derecho a la información y comunicación. Nuestra huella digital se queda grabada 
en cada paso que damos en Internet, por lo que es importante revisar las políticas de 
seguridad y privacidad de las plataformas educativas que se utilizan, en las que se deben 
establecer códigos de conducta entre sus usuarios, asegurar las comunicaciones y la 
privacidad de todas las actividades que se desarrollan online. Durante estos meses ha 
aumentado el uso de las pantallas de móviles y tabletas, tanto para fines académicos como 
para momentos de ocio. Es importante promover el uso saludable de las tecnologías, fomentar 
un uso seguro y responsable y desarrollar una actitud crítica ante la información. Las 
actividades formativas online forman ya parte de la metodología de enseñanza y aprendizaje, 
por lo que es importante incorporar ésta de manera adecuada, por lo que es fundamental 
eliminar la brecha digital existente en los alumnos, el profesorado y en las familias, poniendo 
en marcha mecanismos de detección de necesidades y formación para ello.

 

Durante el confinamiento, además, muchos hogares tuvieron que combinar el teletrabajo con 
el cuidado y atención de los hijos durante la duración de la jornada escolar, causando una 
sobrecarga a las familias, y la situación actual ha agudizado la necesidad de contemplar 
 medidas de conciliación que permitan compaginar la vida personal, familiar y profesional. 
Actualmente, para asegurar el derecho a la educación en situaciones de emergencia que no 
permitan la presencialidad en las aulas, es necesario que contar con medidas de conciliación: 
 • Desde el sistema educativo, en el caso de un acceso más restringido a la presencialidad, 
se debe tener en cuenta a la hora de establecer las prioridades de acceso a los centros las 
dificultades para la conciliación laboral de las familias y las situaciones de vulnerabilidad. En 
el caso de enseñanza a distancia, no emplear metodologías de enseñanza abierta si los niños 
no están preparados para ello, dejar claro el rol de las familias y brindar apoyo para que 
 puedan realizar el seguimiento educativo. 
 • Más allá del sistema educativo, en el ámbito laboral también es necesario tomar medidas, 
como flexibilizar y reducir la jornada laboral, permisos retribuidos en los casos necesarios, 
fomentar el teletrabajo en las profesiones que sean posibles.  
 • El sistema educativo debe fortalecer los mecanismos de coordinación interinstitucional para 
que, en caso de que un centro no pueda acoger a todos sus estudiantes presencialmente 
durante toda la jornada escolar, pueda apoyarse en los municipios, diputaciones o cabildos 
para la cesión de espacios de escolarización extraordinaria. También pueden desarrollar 
servicios de apoyo escolar donde los niños puedan permanecer realizando las tareas escolares, 
que cumplan con las normas de funcionamiento seguro, mientras sus familias tengan 
dificultades para conciliar o dificultades para el seguimiento y apoyo escolar de sus hijos. 
 

La conciliación resulta imprescindible para garantizar los derechos de la infancia, posibilitando 
la necesaria orientación familiar en el ejercicio del derecho a la educación, es fundamental 
para promover la parentalidad positiva, que ha demostrado ser uno de los factores de éxito en 
la mejora del rendimiento académico y en la lucha contra el fracaso escolar. La participación 
de las familias en la escuela ya encontraba dificultades por la difícil conciliación familiar antes 
de la pandemia pero la auténtica conciliación es necesaria para la cohesión de la familia, 
favoreciendo además el desarrollo y protección de las niñas, niños y adolescentes. En este 
sentido, el Comité de los Derechos del Niño, de la Organización de las Naciones Unidas, en 
sus observaciones a España recomendaba prestar apoyo adicional, en particular, a las 
familias en situación de riesgo debido a la pobreza, familias monoparentales, las familias 
numerosas y aquellas cuyos padres o madres están en situación de desempleo.