sábado, 3 de septiembre de 2016

Algunas cosas de las Redes Sociales


Las Redes Sociales están cobrando una importancia creciente en la sociedad actual, reflejando la necesidad del ser humano de expresión y reconocimiento, respondiendo a lo que ya dijo Aristóteles de que “el hombre es un ser sociable por naturaleza”, y para satisfacer sus exigencias físicas y espirituales necesita vivir en sociedad, ya que al ser una criatura racional e individual, no es autosuficiente y requiere la ayuda y protección de los demás de su especie, por ello forma comunidades. Pero, en este contexto, ¿qué es actualmente una Red Social? Podríamos definirla como una forma de interacción social, en donde se produce un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones que comparten gustos o preferencias entre sí, logrando un sentido de pertenencia y desarrollando un tejido que actúa por el bienestar de toda la comunidad.

En realidad, el fenómeno de las Redes Sociales, como tal, ni es nuevo ni es viejo, pues mucho antes de que existieran las redes creadas y reguladas a través de dispositivos informáticos, ya existían otro tipo de "redes" y modos de comunicarse e interaccionar los individuos entre sí; es mas, bien mirado, siempre han existido redes desde el momento en que un grupo de amigos o conocidos han decidido reunirse para practicar un deporte, ir a una fiesta, estudiar en casa de alguno, escuchar música, o también, relacionarse en el contexto de la familia, ese grupo primigenio con el que, desde tiempos remotos, el ser humano se ha sentado alrededor de una mesa tanto para comer como para ¡ay! conversar, ampliándose el número de participantes en conmemoraciones especiales y fechas señaladas por la tradición de cada grupo según sean sus hábitos culturales.

La diferencia fundamental entre las viejas y las nuevas Redes Sociales (entendiendo como tales los mecanismos de interrelación humana) se encuentra en la inmediatez y la virtualidad que éstas últimas aportan, así como la posibilidad de interaccionar y de convertir a cada miembro del grupo no sólo en receptor de información sino también en generador de la misma.
Resultado de imagen de personal network

En cuanto a la evolución, algunos años atrás, específicamente en el 2000 y 2001 surgieron los primeros sitios dedicados a formar grupos de amigos que llegaron a ser bastante populares: My Space, Friendster, Tribe (el primero surgido en Estados Unidos, que tenía como interés común entre los usuarios la música, convirtiéndose en una gran herramienta para que músicos independientes dieran a conocer sus propuestas) y otros. Más tarde llegó el famoso Facebook que actualmente está en pleno auge siendo la red social número uno y que nació como parte de un proyecto para mantener contacto entre universitarios.

No debemos dejar de lado Twitter que en muy poco tiempo se ha transformando en un factor clave, en principio para hacer negocio y ganar mayor credibilidad las empresas con los consumidores (Hay quien alerta de su creciente uso abusivo para manipular y, básicamente, crear bolsas de crítica/odio/injuria. Habrá que vigilar). Esta red ha crecido mucho en los últimos años, llegando a 100 millones de usuarios en el mundo. Hoy en día formar parte de una Red Social ya no es cuestión de gusto ni de mostrar que se está "in", pues ha empezado a ser parte de la necesidad de estar actualizados y presentes socialmente. Es muy fácil integrarse a una red, únicamente hay que dar de alta nuestro perfil y comenzar a tejerla invitando a algunas de nuestras amistades. Es más, en la actualidad, una simple invitación a través de Facebook o Twitter permite convocar por expansión a cientos o miles de personas sin necesidad de que se hayan visto previamente mas allá de la pantalla de un ordenador o de su smartphone. Pero, como todo, tiene ventajas y desventajas y el uso de estos nuevos canales de comunicación no son la excepción.

En un vistazo rápido, podemos identificar una serie de ventajas e inconvenientes que proponemos repasar a continuación:
  • Tal vez la primera ventaja atribuible al conjunto de las Redes Sociales, aparte de facilitar el reencuentro con viejos amigos y del disponer de información permanentemente actualizada acerca de temas de interés, sea la ayuda que suponen para acabar con el aislamiento al que se ven abocadas muchas personas y comunidades, bien por sufrir una minusvalía que los mantiene inmovilizados en sus casas o bien por el aislamiento geográfico propio del ámbito rural o de determinadas zonas de difícil acceso. Gracias a estas redes, millones de individuos pueden hoy acceder a servicios y a hobbies así como pertenecer a comunidades hasta hace bien poco impensables para ellos.
  • Facilitar la comunicación y el establecimiento de lazos entre personas con intereses, necesidades y preocupaciones comunes.
  • Mantener un contacto próximo y frecuente con familiares y amigos sin que la distancia sea un impedimento
  • Mejorar el ámbito académico y laboral, como la posibilidad de acudir y participar virtualmente, sin necesidad de desplazamiento físico, en eventos y conferencias (a veces en otros países); conocer y acceder a oportunidades laborales; realizar estudios a distancia, etc.
  • Posibilidad de movilizaciones colectivas solidarias en casos de emergencias por desastres naturales, conflictos bélicos, marginación de colectivos y tantas otras situaciones en las que las redes sociales permiten comunicarse simultáneamente a miles (incluso millones) de personas en muy poco tiempo.
  • ...
En cuanto a los inconvenientes típicos:
  • Peligro de desvirtualización de la calidad de las relaciones humanas al quedar sustituido el contacto físico-real por la relación virtual que supone relacionarse a través de una pantalla. En cualquier caso, este inconveniente podría contemplarse como una ventaja en forma de ajuste creativo en determinadas circunstancias específicas (como soledad, personas con carencias de habilidades sociales para relacionarse) en las que en lugar de verse compelido a quedarse sólo y aislado el individuo, pueda experimentar la positiva sensación de que “siempre existo para alguien” aunque sea sólo a través de una presencia virtual.
  • Dificultad en la capacidad para administrar el tiempo (las horas suelen pasar a mucha mayor velocidad ante la pantalla de un ordenador) y peligro de que el uso de las Redes Sociales se convierta en una adicción.
  • Riesgo de deterioro de las esencias definitorias de las relaciones humanas como consecuencia del cambio cultural impuesto por los avances tecnológicos.
  • Posibilidad de perder la privacidad al manejar inadecuadamente los datos que se introducen en las Redes Sociales; se incluye en este apartado la eventualidad de ser engañado por alguien que crea una falsa identidad o que suplanta la de otra persona o incluso la nuestra.
  • Peligro de caer en manos de redes criminales que, a través de los datos facilitados a una red social, incurran en delitos como por ejemplo la pornografía infantil.
  • ...
Resultado de imagen de personal network

Sin embargo, con todo, el gran riesgo del uso indiscriminado de las Redes Sociales es (digámoslo claramente y sin ambages porque es, realmente, una grave preocupación confesada por la comunidad médica y los agentes sociales) su posible influencia negativa en la salud mental del usuario. Es habitual encontrarse en las terrazas de las cafeterías,en los transportes públicos,... incluso en las reuniones familiares, grupos de personas sentadas compartiendo espacio, sin mirarse entre si y pendientes de la pantalla del dispositivo móvil que cada cual sostiene en sus manos, un comportamiento que,obviamente, desvirtúa lo que debería ser una interrelación humana saludable y que, como ya se  ha apuntado, ha puesto en guardia a sociólogos, psicólogos y psiquiatras por el peligro que entraña tanto para la salud mental individual como colectiva.

Aunque, aparentemente, participar en redes como WhatsApp o Facebook ayude a comunicarse a ciertas personas tímidas o con baja autoestima, no es menos cierto que también puede incentivarlas a rehuir de los contactos reales para concentrarse en y contentarse con el anonimato de la virtualidad, circunstancia más fácil de soportar que el esfuerzo que supone afrontar una relación real.

Por otra parte, la frecuencia con que muchos usuarios consultan las redes sociales (varias veces por minuto en algunos casos) repercute negativamente en la concentración requerida para el trabajo o los estudios propiciando un inadvertido (y en casos, negado) abandono de las responsabilidades.
La consecuencia negativa más frecuente debida a un mal uso de las redes sociales, es la conducta obsesivo-compulsiva que puede generar en quienes viven permanentemente pendientes de los avisos que suenan en sus teléfonos o tablets y sienten la necesidad de responder a los mismos independientemente de que estén solos o acompañados, vayan andando o, lo que puede ser mortalmente peligroso, conduciendo un automóvil.

Sin lugar a dudas, nuestra vida es más fácil, y por qué no decirlo, mejor, gracias a las nuevas tecnologías de comunicación (NTC) y a los dispositivos que nos permiten acceder a Internet y a las Redes Sociales, pero, consideremos que estos avances tienen también aspectos perjudiciales que han dado lugar a la aparición de ciertas patologías psíquicas derivadas de un mal uso de estas tecnologías, porque esas nuevas tecnologías han modificado el patrón de las relaciones humanas convirtiéndolas en más impersonales y, en cierto modo, más inadecuadas1.

Reflexionemos sobre el hecho de que si bien las nuevas tecnologías influyen cada vez más en la vida humana, nunca se nos ocurriría pensar que alguien pueda crear y desarrollar un vínculo de apego (existente sólo entre personas) a una red social, ya que a éstas sólo se les reconoce la posibilidad de propiciar una interacción rápida y amplia, aunque superficial en lo afectivo, entre las personas a las que pone en contacto. Así, la interacción virtual que se mantiene a través de las redes informatizadas, aunque causa del nacimiento de afectos sinceros, nunca podrá conllevar el esfuerzo de compromiso y responsabilidad que entraña todo vínculo real en la vida real. 

Esto explica que el abuso de las tecnologías pueda generar una dependencia a las mismas pero nunca un vínculo de apego. Es por ello que, cuando se interrumpe bruscamente el acceso a ellas, se produce un “síndrome de abstinencia” que debe ser tratado como tal (igual que sucede en las adicciones a sustancias), mientras que si lo que se interrumpe es un vínculo de apego personal, las repercusiones no serán las propias de una adicción sino las de un trastorno afectivo que repercutirá en el estado y la maduración emocional del individuo.

Podemos pues concluir que las nuevas tecnologías proporcionan facilidades de comunicación pero al mismo tiempo alteran la naturaleza y la esencia de la misma, ya que una interrelación humana basada únicamente en estas tecnologías ocasionaría déficits sociales, afectivos y emocionales. La causa de ello es que la relaciones interpersonales que se originan a través de las nuevas tecnologías no son útiles para que el individuo sienta seguridad, tampoco para su supervivencia ni para generar el vínculo de apego que directamente se asocia a la necesidad inherente del ser humano a agruparse para sentir bienestar.

Dicho lo cual, no está de más que declaremos nuestro respeto y afecto por esos amigos virtuales, en ocasiones a unos niveles de cordialidad y confianza similares a los de los amigos físicos, que hemos descubierto y cuya relación cuidamos gracias a las Redes Sociales.

--------------------------------------------
1Permitidme relatar una vivencia personal en las Redes demostrativa de lo fácil que es cruzarse con personas inadecuadas (y lo fácil que es también, en el fondo, salir de su influjo porque no afecta a lo que citamos a continuación, al apego). En todas las Redes en las que participo tengo relación con personas que tienen sus particulares preferencias deportivas, afectivas, religiosas, políticas, ... personales, muy respetables y a veces confesadas sin tapujos, sin que ello, desde el respeto, represente el más mínimo inconveniente en la fluidez de la relación: ni pretende nadie convencer a los demás de que su opción política es la adecuada ni discutir acerca de si es verdad o no que el club de fútbol del que es seguidor o su figura más conocida son los mejores del mundo, pongamos por caso. Se respetan los criterios particulares y sanseacabó, sin más. La diferencia enriquece. Pensemos que si estos son aspectos que, ya en una relación personal tradicional, requieren prudencia en su gestión, cuando el conocimiento y el trato son meramente virtuales se ha de extremar la escrupulosidad al toparse con ellos.

Pues bien, hace unas semanas, un día abrí mi página y encontré la desagradable sorpresa de que, a través del comentario de un "Amigo", estaba llena de insultos, injurias y desahogos de bilis de alguien a quien no conozco personalmente contra unos deportistas y políticos que, evidentemente, no eran de su devoción. Hay que decir que la respuesta del "Amigo" común, que era la razón por la que aparecía en mi página, no era precisamente de censura por la actitud y comentarios vertidos, por lo que yo, que respeto el derecho del "Amigo" a depositar sus afectos, si así lo desea, en el autor de las inconveniencias, a quien sé que  conoce, y no debo interferir, "me fuí yendo despacito", en palabras de Yupanqui, e, inmediatamente, dí de baja mi relación con el "Amigo" Y hasta hoy. Por cierto, sin ninguna reacción por su parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario