sábado, 11 de mayo de 2013

Formación de elite en Barcelona

En estos tiempos oscuros y confusos en los que las noticias con las que nos desayunamos cada día son malas o peores, es un soplo de aire fresco leer el resultado de la encuesta que ha realizado la escuela de negocios Esade sobre los programas de MBA (Master of business administratrion) de todo el mundo, por el que se llega a la conclusión de que Barcelona es la quinta ciudad del mundo en atraer estudiantes extranjeros a cursar aquí sus programas de formación en este capítulo, por detrás de Boston, New York, Londres y Chicago.

Si a ello le añadimos que el estudio arroja el dato de que España es el tercer país más atractivo para cursar estos ciclos (por detrás del Reino Unido y de Estados Unidos) y que cuatro de las escuelas de negocio más valoradas son las españolas Esade, IE, Iese y Eada, hay que reconocer que uno encara el día con otro ánimo, teniendo en cuenta el impacto económico que representa para la ciudad la realización de estos estudios de postgrado y la potenciación del talento residente que ello significa, ya que el enfoque de los masters está dirigido a estudiantes y/o profesionales que se forman para ser ejecutivos o empresarios de organizaciones ligadas en general a la banca de inversiones, consultoría, grandes corporaciones, investigación, empresas de tecnología de la información o de comunicación, etc.


Hay que hacer mención de un dato menor pero no por ello menos importante: el idioma vehicular de la formación es el catalán (aunque, naturalmente, el inglés tiene un peso crucial habida cuenta de la procedencia de muchos alumnos, de Arabia, Indonesia, centro y norte de Europa, además de países de Latinoamérica y la propia España) sin que nadie se rasgue las vestiduras, y facilitando la coexistencia en los grupos de trabajo del inglés, el catalán y el castellano en franca armonía (soy testigo).
Lamentablemente, contrasta esta experiencia con la cerril negativa de algunos padres a utilizar el catalán en la formación de sus hijos, pese a saber que, al final del ciclo formativo no solo no ha habido merma de formación del castellano sino que han adquirido el dominio de un idioma más, aparte del inglés, como se evidencia en las escuelas de negocio.

Enhorabuena calurosa a estas escuelas de negocio que, en épocas de crisis, van sembrando en la dirección de futuro correcta y atrayendo el talento de cualquier rincón del mundo donde resida.

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