domingo, 4 de agosto de 2019

TÚ, lo único importante.

En la década de los años cuarenta del pasado siglo, al inicio del período de posguerra que, 
por otra parte, y en algunos aspectos, parece que esté de plena actualidad aún hoy ochenta 
años después de darse por acabada nuestra guerra (in)civil, hubo la eclosión de dos 
empresas comerciales, físicamente vecinas de una misma calle (Preciados) del centro de 
Madrid, y ambas encuadradas en el sector de lo que se conocería como grandes almacenes.

Las dos empresas, con posterior suerte dispar, eran El Corte Inglés y Galerías Preciados
La primera, constituida casi en un símbolo, y de sobras conocida hoy día, queda realmente 
al margen de estas reflexiones. Es la segunda, aunque realmente unida por una suerte de 
cordón umbilical a la primera, la que ofrece la anécdota que las motiva. 
 
 
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Galerías Preciados fue quien introdujo en la clientela en época de penurias económicas la necesidad de practicar "la elegancia social del regalo".
 
Galerías Preciados, posiblemente por una estrategia empresarial enfocada a la competencia 
casi única con El Corte Inglés, acometió un ambicioso plan de crecimiento… que se le fue de 
las manos, y que dio lugar a que, desde 1979 en que afloraron sus graves problemas 
financieros, hasta 1995 en que, tras suspender pagos, fue absorbida por su eterno rival, 
fuera controlada sucesivamente por el Banco Urquijo (en principio, como principal acreedor), 
Rumasa, el grupo venezolano Cisneros (que obtuvo con la compra-venta un “pelotazo” 
importante), el grupo inglés Mountleigh y otros sin salir en ningún momento de los números 
rojos, lo que al final desembocó en el cierre de la empresa, según su último presidente, “por 
motivos políticos en los que tuvieron mucho que ver las presiones políticas de la Comunidad 
de Madrid, en un caso más de corrupción”, meses antes de ser absorbida, 

Cuando el grupo Mountleigh se hizo cargo de la empresa en 1987, renovaron tanto las 
tiendas como la imagen corporativa de la empresa y, dentro de sus planes de cambio, 
inundaron el país de vallas publicitarias (que, naturalmente, nadie sabía que eran de ellos) 
con un lacónico y enorme , sin logos, letra pequeña ni otra información. Sólo cuando 
semanas después cambiaron las vallas por otras que decían “Tú, lo único importante” se 
añadió el logo de la empresa y se deshizo el misterio.
 
 
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Es ese “Tú, lo único importante” lo que me ha venido a la cabeza por razones que nada 
tienen que ver con las empresas o con el comercio, sino con las actitudes y sentimientos 
personales en momentos difíciles. Veréis, tengo una amiga de hace muchos años con la que 
la relación, no siempre por sendas vitales convergentes o paralelas, ha sido un auténtico 
Guadiana en el que, si hiciéramos un cómputo temporal, ganaría por goleada el tiempo de 
alejamiento, aunque eso sí, cerca o lejos, la relación ha estado siempre dominada por el 
aprecio y el respeto. Pues bien, la madre de esta amiga (una persona que siempre ha sido 
vital, dinámica, activa,…) ha entrado recientemente en un proceso regresivo de aquellos que 
hacen perder facultades físicas y mentales a ojos vista y a pasos agigantados en poco tiempo. 
Ante tan penosa situación personal, más frecuente, por desgracia, de lo que pueda parecer, 
y que hace que, casi de manera instintiva, se incremente la dedicación personal y los medios 
y esfuerzos empleados, focalizado todo ello en procurar atender las necesidades de la 
enferma, me decía mi amiga “Es que ahora no vivo CON ella, vivo POR ella”. Y nada que 
objetar, como es natural. 
 
La digresión surge cuando, siguiendo en la línea confidencial de confesiones, admite que 
Bien mirado, si echamos la vista atrás, debido a su fuerza y vitalidad, siempre ha sido, de 
una manera u otra, el centro de mi vida. Y no sé si ahora me arrepiento, pero la verdad es 
que no he vivido MI vida, y sólo pensarlo que haya podido ser así me cansa y altera”. Un 
tema complejo, delicado y espinoso, que se ha de abordar con suma prudencia y exquisita 
escrupulosidad partiendo, eso sí, de la premisa de que el ser humano es un ser, básicamente, 
un ser social, lo que se traduce en que la mayoría de personas crece pensando que hay que 
ser aceptados por los demás, que tenemos que hacer lo que los demás nos pidan, aunque no 
queramos hacerlo. Ante esto, anteponemos las necesidades y los deseos de los demás a 
nuestras propias necesidades sin pensar en que nos pueda llegar a afectar pero lo cierto es 
que la persona mas importante de la vida de uno es uno mismo, por lo que se debe tomar 
conciencia del valor que de la propia vida, y de que no hay nada más importante que uno 
mismo. Y aunque esta idea inicialmente pueda sonar algo egoísta, uno debe saber que solo 
hay una persona capaz de hacerlo feliz o desdichado para toda la vida con sus decisiones, y 
esa persona es uno mismo pues nadie te acompañará tan constantemente y sin descanso en 
el camino de la vida como tú mismo lo haces. Conviene tener claro que cuando se trate de ti 
todo tiene que ser más importante sin importar la situación que estés pasando o cualquier 
cosa que te haya ocurrido. Tú eres lo más relevante y lo único que debería de importarte al 
final de todo. Pero no por egoísmo. ¿Por qué, si no?

    - Porque cuando sientas el mundo caer a tu alrededor, la única persona que te hará sentir 
que no debes rendir cuentas a otros por ello eres tú mismo.
    - Porque al final todos se irán por uno u otro motivo y la única persona que estará allí 
siempre para aferrarte, sin importar nada, serás tú.
    - Porque cuando tus sueños y metas se vean lejos de ti, tú debes ser el único que pondrá 
o quitará los obstáculos que se presenten.
    - Porque no importa cuántas veces falles, tú serás el único que podrá juzgarte.
 
 
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Muchas prioridades las establecemos desde nuestro inconsciente, porque nos dejamos llevar 
por el día a día, actuando sin darnos cuenta de qué es lo que estamos haciendo y en qué 
estamos invirtiendo nuestro tiempo. Y es que uno no debe ser amigo de todo el mundo, 
simplemente hay personas tóxicas (incluso en nuestro entorno inmediato) que nos drenan la 
energía y es bien importante identificarlos, hacer un esfuerzo por cambiarlos, y si no se logra, 
eliminarlos por completo de nuestras vidas, si es posible, para que no sigan drenando nuestra 
energía. Son personas que permanecen en el mismo estancamiento (no quiere decir que 
todas sean “malas personas”) y que harán mucho mas lento el camino hacia el logro de 
nuestros sueños. Su energía negativa, o mas bien, tóxica, causa a la larga ansiedad y/o 
estrés casi permanentes..Si éste es el caso, es bueno hacer un alto en el camino, evaluar en 
qué lugar te has puesto en tu lista de prioridades y revisar qué cosas en este momento 
ocupan el lugar que deberías estar ocupando  en tu vida. Sólo dedicándote a ti mismo 
tiempo de calidad, energía suficiente y dándote el amor que te mereces, puedes construir un 
ser valioso que tenga la capacidad de darse y ayudar a los otros pues si tienes carencias, 
difícilmente podrás ofrecerle a otros lo que aún no tienes y en el peor de los casos estarás 
proyectando tu amargura y frustración a aquellos que te rodean. Es por esto que tener 
momentos y pensamientos exclusivos para uno mismo no es ser egoísta, por el contrario, es 
exactamente lo que debe hacerse, pues con ello se cultiva el ser, precisamente, para poder 
servir a los demás, propósito que solo se alcanza si se pone a uno como prioridad y se 
entiende objetivamente que la persona más importante de la vida de uno es uno mismo, 
nadie más pero, cuidado, sin caer en el error de tener un inmoderado y excesivo amor por 
uno sin que te importen los demás sino, simplemente, entender la importancia de ese amor 
propio, y trabajar siempre por ello, paradójicamente, en beneficio de los demás, del entorno.

En un tema tan complejo y resbaladizo como éste hay que huir de emitir opiniones que 
alguien pudiera tomar como “recetas infalibles”, porque no las hay, y todo depende de cada 
caso y persona/s para llegar a las conclusiones y decisiones más adecuadas, pero, a título 
estadístico, cabe recordar y tener muy presente que los intereses de otros no tienen por qué 
ser los tuyos; valora tu individualidad en cada área de la vida, de forma que tu autoestima 
(fundamental siempre) no dependa de situaciones o personas externas a ti. No construyas tu 
vida sólo en torno a la felicidad de otros, reconoce y dale valor a tus propios intereses, 
recuerda que solo estás a cargo de una persona en el mundo y esa persona eres tú, a ti te 
debes hacer libre y feliz, recuerda, para poder ayudar a otros. Establece tus límites (nadie 
dice, por cierto, que sea fácil hacerlo) con tu entorno cercano, tus padres, tu pareja, tus hijos, 
tus amigos, tu trabajo y las demás relaciones que se hacen presentes en tu día a día, de esta 
forma podrás tener control sobre tu tiempo y las situaciones en las que inviertes tu energía. 
Sé TÚ quién administra tu vida y no simplemente un espectador de ella.

Incluye en tu vida el tiempo de ocio pese a que “ocio” una palabra a la que a veces solemos 
atribuirle una connotación negativa pero no debería ser así, es necesario que incluyas en tu 
vida momentos para desarrollar tus pasiones y hobbies, las actividades que te gustan y te 
relajan, pues son precisamente estas las que te recargan de energía positiva, te generan la 
sensación de descanso y te permiten llevar una vida plena y feliz. 
 
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Como decía el anuncio de Galerías Preciados, no existe otro ser más importante que tú, por 
lo tanto tienes que tomar todas las precauciones de tomar las decisiones en la dirección 
correcta, pero éstas deben de ser diseñadas a cubrir las necesidades del crecimiento de tu 
persona como persona en todos los sentidos. En el fondo, la vida es un constante 
reciclamiento y todo lo que nace muere. Somos Alfa y Omega ( principio y fin) en nuestros 
actos. La armonía está muy cerca de ti; acostúmbrate a ella, abrázate a ella como una hiedra, 
para que puedas saborear la razón de tu Propia existencia diseñada por ti, no la que te 
imponen. Y nunca es tarde.

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