miércoles, 20 de marzo de 2024

Los vaivenes de la fortuna.



Carl Orff
(1895-1982) fue un compositor alemán que desde muy joven compuso obras inspiradas en la poesía popular alemana. Tras salir vivo de milagro de la Primera Guerra Mundial se decantará por hacer obras totales en las que se mezclen música, canto, danza, diseño inspirado en las primeras óperas de Monteverdi. Los Carmina Burana son un caso excepcional en la historia de la música; se trata de 22 poesías líricas en latín familiar, salvo dos y media en alto alemán, y otra en latín entreverado de provenzal, muchas de ellas anónimas, de los goliardos (frailes retirados), encontradas durante el siglo XIX en el monasterio de Benediktbeuern. Contaban ya incluso con algunas melodías gregorianizantes que casi a nadie interesaban, cuando se apoderó de ellas el ingenio de Carl Orff, que decidió seleccionarlas y ponerles una música que cantaran masas de estudiantes y obreros y centenares de grupos infantiles (Carl Orff eligió 24 textos de los más de trescientos que tiene el Codex original, con los que creó una pieza musical y escénica que consta de cinco partes: Introducción con Fortuna Imperatrix Mundi, A la primavera, En la taberna, Cortejo de amor y Final con Blanziflor y Helena). Para ello creó la partitura profana más rítmica y pegajosa que pueda imaginarse, pues llega a lo primitivo y salvaje, basada más en el ritmo y en la recitación que en la melodía, y construida a base de cuartas y quintas robustamente medievales. Usó también los modos eclesiales, pero sólo a causa de la distensión lírica inherente a las modalidades gregorianas; y las situó después de cada uno de los doce grandes coros que han inmortalizado a su cantata, que será continuada posteriormente con el Catulli Carmina y Trionfo De Afrodite, convirtiéndole en una figura mundial de la música clásica. Su música fue utilizada por el régimen nazi, aunque su no pertenencia al partido hará que no sea acusado en la posguerra y pueda continuar creando impresionantes piezas musicales hasta su muerte. Efectivamente, el terrible Führer Adolf Hitler adoptó algunos de esos coros como himnos del nazismo, si bien otros opinan que los propios coros de la "Fortuna" (Fortunae rota volvitur, "la rueda de la Fortuna da vueltas") ya pronosticaban la derrota del líder. Al caer Hitler, la gloria musical de Carl Orff quedó en entredicho pero un cuarto de siglo después de aquel 1945 en que Europa fue liberada, la memoria histórica comenzó a rescatar la belleza pura de los soberbios coros de Orff. La cantata nos habla de los giros de la vida que tan pronto te encumbran como te arrojan a las alcantarillas haciendo que al final la Suerte derribe hasta el más fuerte. La música del fragmento que recordamos es impresionante, arrancando con el coro a todo trapo con el fondo de los timbales y toda la sección de viento. El silencio lo inunda todo siendo roto por el susurro del coro, apoyado por la orquesta que van poco a poco subiendo de tono hasta que en la tercera estrofa vuelven con toda la fuerza que termina en un clímax musical. Carmina Burana es una de las composiciones clásicas más populares y reconocibles del siglo XX porque es muy pegadiza la melodía, la música es formidable, evoca todo ese medievo de los goliardos, verdaderamente geniales que Orff rescata del anonimato y los torna como materia musical de una manera extraordinaria. A la difusión de la obra ha contribuido mucho la cultura popular al incluirse en películas como Excálibur, El exorcista, Asesinos natos, La caza del Octubre rojo, La hija del general o Tiempos de gloria. En el campo de la música contemporánea, grandes estrellas como Michael Jackson, The Doors y Nana Mouskouri han incluido en sus producciones, fragmentos, sobre todo sus dos grandes pórticos, el inicial y el final, protagonizados por el coro de la Fortuna. El secreto es la fogosa orquestación arriba anotada. Más aún, esos espléndidos coros orgiásticos son favoritos para anuncios comerciales que exaltan la "fortuna" que hace falta para poder comprar ciertos artículos de lujo. Hagamos nuestra esa fortuna musical: es un triunfo del ritmo, pero también de la lengua latina, que han corrido parejas durante siglos en la historia de la música.


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