Tras el episodio representativo de la nefasta influencia de una cierta forma de entender la política en la economía, y nos referimos a la debacle anunciada de Bankia, uno no sabe si creer la afirmación de que no se destinará dinero público como cataplasma para la herida, no ya por el hiriente agravio comparativo con la dimensión de los recortes del presupuesto en políticas sociales sino por la confirmación de que la Administración ofrecería la imagen de que está dominada por la confusión y desconoce, más alá de discursos grandilocuentes, la magnitud real de la situación,
Las tantas veces denostadas (y, a veces, con razón) agencias de calificación nos permiten verificar en este caso cómo se ve el problema desde su punto de vista. En ese sentido, en el número del día 14 pasado del Boletín semanal de crédito que publica Moody's (Weekly credit outlook) se dedican unas líneas al tema, de las que nos permitimos extractar algunos párrafos relevantes:
"El
gobierno reconoce que serán necesarias inyecciones adicionales de fondos públicos
para proporcionar una solución creíble a los problemas
del sector bancario.
Hasta
ahora, el gobierno confiaba que el propio sector bancario podría asumir el
coste de la limpieza pero esto está cambiando con el requerimiento de provisión de capital adicional
que algunos bancos serán incapaces de alcanzar. Según
el gobierno, la cantidad requerida será de unos 30 mil
millones de euros, manejable por no alcanzar ni el 0,3% del PIB.
Nuestro análisis de la deuda soberana ha asumido hace tiempo que será necesario capital público en una cifra superior a los 50 mil millones de euros para la solución del problema. Según nuestros cálculos, existe el riesgo de que la ratio de deuda pública supere el 90 % del PIB en 2014, casi el triple de la cifra del 2007, del 36 % del PIB.Hasta
ahora, el gobierno sostiene que no buscará el apoyo de los planes de
asistencia que se le ofrecen como el Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera y su sucesor, el Mecanismo Europeo de
Estabilidad.El
uso de estos esquemas para financiar específicamente un programa de
recapitalización de los bancos es una opción abierta a España y a
cualquier otro país miembro. Sin
embargo, para ser una opción realista, las condiciones de acceso a estos esquemas, estrictamente relacionadas con la banca, probablemente tendrían que diferir significativamente de los programas concedidos a Grecia,
Irlanda y Portugal, con el fin de asegurar la continuidad de acceso a los
mercados de capital privado."
Es decir, la posición de la agencia es nítida referida a los datos analíticos que maneja; otra cosa es que convenga informar, o esté mal gestionada la información, por parte de los poderes públicos a la ciudadanía
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