miércoles, 30 de mayo de 2012

El alcance del efecto mariposa

Es conocida la representación del "efecto mariposa" como la de que el aleteo de una mariposa en Canadá puede desencadenar un maremoto en Japón. En la misma línea se sitúa, ya en términos geopolíticos, aquel dicho de que Breznev estornuda y se resfría todo el planeta (se puede cambiar, naturalmente, el nombre del personaje en aras de la actualidad). Ahondando algo más se llega a la teoría del caos, que estudia el impacto de la ocurrencia de factores no previstos en la evolución y resultado del hecho analizado. De esa teoría saben mucho, por ejemplo. los meteorólogos, que sufren como nadie el error de pronóstico cuando el anticiclón de las Azores cambia de rumbo por una corriente imprevista de vientos alisios, pongamos por caso.
Pero una cosa es la teoría matemática del caos y otra muy distinta el caos cotidiano en el que todo indica que no parezca que nos dejen salir. Y, en ese sentido, hay días en los que la sucesión de "perlas" de unos y otros resultan antológicos.
Bankia.
En veinticuatro horas, a la sombra de la mayor debacle de una entidad financiera en nuestro país, se han producidos algunas declaraciones sonadas entre las que es necesario destacar, por la importancia de quien la emite la del presidente del gobierno afirmando que la escalada de la prima de riesgo que hemos de pagar todos es ajena al affaire Bankia. Si nadie se desdice de lo que se nos ha ido diciendo hasta ahora, la prima de riesgo es una cuestión de confianza de los mercados y, como es lógico, si yo fuera un inversor al que se le propone prestar unos miles de milloncejos al país, me merecería plena confianza un gobierno al que le han engañado unos gestores de una entidad que hay que rescatar (se declaraban beneficios cuando una somera auditoría destapó la minucia de 3.000 millones de euros de pérdidas) y a los que, además, nadie pide explicaciones. Yo, como inversor, sí que sé que en otros países ese "irse de rositas" es impensable, pero, claro, Spain is different.
Si yo, como inversor, tengo la manía de analizar el pasado para prever el futuro inmediato, la reciente historia del conglomerado que es Bankia, junto con otras pequeñas historias de otras entidades me deja muy, pero muy tranquilo, sobre todo cuando el gobierno ha dicho hasta la saciedad que no aportará dinero público para rescatar entidades y ahora... ¡Esa memoria....!
Menos mal que, para arreglarlo, el ministro de economía nos ha instruido de que la culpable del incremento de la prima de riesgo no es, como inocentes de nosotros habíamos entendido, esa confianza citada, sino la incertidumbre acerca del resultado en las elecciones griegas. ¡Claro, hombre, cómo no habíamos caído!

Dejémoslo ahí. Nos remitimos al principio: el aluvión de noticias es asfixiante, pero si al menos las declaraciones de quienes manejan el cotarro tienen un mínimo de claridad, transparencia, coherencia y sinceridad, el estado de ánimo sería otro sin duda. No puedo acabar hoy sin traer a colación esa máxima, cuyo autor no recuerdo, que afirma que el dinero no se crea ni se destruye; simplemente cambia de manos. Si eso es así, no estaría de más intentar (solo intentar) saber a qué manos ha ido a parar la millonada que ahora se nos exige a todos.

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