Y el ciudadano medio, al que le encantaría estar orgulloso de su gobierno y creer a pie juntillas su mensaje, mira a su alrededor, hace cábalas y concluye que la realidad que palpa en la calle dista mucho de esa euforia oficial.
¿El paro? Si nos fijamos en las cifras, sí, realmente el número oficial de demandantes de empleo ha disminuido, pero también el número total de personas trabajando; hay un indicador que certifica que los números absolutos tienen trampa y es, simplemente, que si realmente aumentara el número de trabajadores, aumentarían las cotizaciones, y no es así, ergo lo que aumenta es el número de contratos, lo que maquilla de forma inmoral la interpretación oficial de la estadística. Pero, además, ¿cómo casa la presunta disminución del paro y el aumento del porcentaje de personas/familias pobres, en riesgo de exclusión social? Es cierto que el PIB crece, pero es tomarnos por ignorantes afirmar que porque la banca y las empresas del IBEX vuelven a los beneficios, eso ya es síntoma de que para el ciudadano se han acabado los problemas y el futuro se presenta envidiable.
Y ya que hablamos del crecimiento, se podría preguntar al ministro de economía qué ha tenido mayor peso en esa tendencia de crecimiento, si los factores externos, léase las decisiones del Banco Central Europeo o la bajada de precio del crudo, o las nefastas reformas laborales y fiscales internas.
Pero, claro, todo esto y otras muchas incoherencias son elucubraciones del descreído españolito de a pie, ingrato con los que lo han llevado a la salvación, aunque en el trayecto seguido por los salvadores puedan haber habido pecadillos tales como la corrupción que ha pasado a ser seña de identidad del partido que sustenta al gobierno, la creación de una justicia (?) a medida, el gobernar a base de decretos no sólo impopulares sino atentatorios a la dignidad y derechos ciudadanos, y cosillas así, que ahora resulta que no tienen importancia.
¿O no son elucubraciones? Pues parece que más de uno tiene ideas similares. Y si no, una muestra. El pasado día 20, el rotativo británico The Telegraph (el de mayor tirada del país y que, para evitar suspicacias de "radicalidad izquierdosa" en sus opiniones conviene recordar que es afín al Partido Conservador -Tories-, por lo que es conocido popularmente como "The Torygraph") publicó un artículo titulado Why there's no easy way out of Spain's insurmountable economic mess (¿Por qué no hay una forma fácil de salir del desastre económico insuperable de España?) en el que expone que, pese a la existencia de algunos indicadores favorables de la economía de España, vinculados a las políticas de ajuste y reestructuración (?), las condiciones generales auguran que la crisis no podrá ser superada y generará más problemas.
Procedemos a hacer un resumen del contenido del artículo, del que recomendamos su lectura íntegra.
Tras sufrir los efectos de la crisis bancaria e hipotecaria, España es presentada ahora como una de las economías que más crece en la Unión Europea, por encima de Alemania, Francia e Italia.
Sin embargo, aunque haya quienes sostienen que esta evolución deriva de los recortes y de las reformas impuestas por la eurozona, algunas voces se levantan para expresar una opinión totalmente contraria. Por ejemplo, Simon Tilford, subdirector del Centro de Reforma Europea, asegura que "no hay evidencia de que el crecimiento sea resultado de la austeridad, y menos aún de que sea producto de reformas estructurales". Antes al contrario, el especialista asegura que la economía española aún es vulnerable a otra crisis global, lo que sitúa al Gobierno ante varios desafíos:
Exportaciones
Aunque las exportaciones fueron clave en el crecimiento, favorecidas en concreto por un euro barato, para volverse competitivas requirieron de un importante proceso de ajuste que incluso afectó a los salarios. Además, "se registró una caída de las importaciones, con la consiguiente caída en la calidad de vida y el aumento del desempleo", recuerda Tilford. Sin embargo, las exportaciones todavía generan preocupación, ya que, según el especialista, las reformas no estarían yendo acompañadas del desarrollo de productos para exportar con mayor valor añadido.
Deflación
La caída de los precios, de un 0,9 por ciento en septiembre, representa un peligro para el crecimiento de la economía de países con importantes deudas, como es ahora España, ya que el proceso de pago se vuelve aún más complicado debido a que aumenta su valor empírico y somete a más presión a las finanzas públicas. Por ello, pese a todos los ajustes aplicados en los últimos años, la deuda total de España es mayor a la que tenía en 2008.
Una nueva recesión
Los índices de desempleo, productividad y deuda muestran que la economía española aún es vulnerable ante una eventual nueva crisis externa. "Los ciclos económicos parecen ser más cortos y las crisis más profundas", asegura Tilford, que advirtió que ante una nueva caída España contaría "con menos herramientas políticas a su disposición para hacer frente a un nuevo debilitamiento de la demanda interna".
A esto hay que sumar el riesgo político que podría representar el ascenso en las próximas elecciones de nuevas formaciones políticas como Ciudadanos y Podemos en un momento en que la Comisión Europea impone a Madrid nuevas exigencias, que incluyen más recortes y el aumento de los ingresos fiscales, y que las autoridades locales están dispuestas a aplicar, ya que, como expresó el gobernador del Banco de España, José María Linde, " no se debería correr el riesgo de salir del camino de la consolidación fiscal". Por todo ello, concluye Tilford, "España tendrá que afrontar mucho más sufrimiento".
Sin comentarios. Será interesante comprobar si los mensajes oficiales recogen estas preocupaciones que, mra por donde, coinciden en gran parte con el sentir de la ciudadanía o siguen exhibiendo su insensata euforia triunfalista centrados siempre en los resultados de las próximas elecciones y nunca en el interés del ciudadano y, con él, en el futuro auténtico del país.
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