La habanera es un género
musical originado como tal en Cuba en la primera mitad del siglo XIX
según está documentado, de ritmo lento: musicalmente, una danza a
tiempo lento, habitualmente cantada, pese a que puede ser puramente
instrumental, por lo que es un género adaptado y usado por
diferentes formaciones musicales, como grupos corales, bandas de
música, tunas y rondallas, etc.
El término habanera se
suele relacionar con la Habana, capital de Cuba, y lo cierto es que
nació en Cuba, con una evolución curiosa ya que, a partir del siglo
XVIII se conocen en España géneros musicales "venidos de
América", y en concreto de La Habana, como la chacona, la
contradanza o la zarabanda. Pues bien, la contradanza se va
ralentizando y va perdiendo elementos que le eran propios adquiriendo
otros que suenan ya a lo que hoy conocemos como habanera y los
continuos viajes de marineros y comerciantes en las tierras
antillanas han hecho que este género se haya convertido en el
primero que ganara, desde Cuba, resonancia internacional, y como en
España se hizo muy popular y desde aquí se extendió por Europa
hasta el punto que los compositores "de música culta" de
la época (particularmente si tenían algún nexo con España),
buscando nuevas ideas, encontraron en este ritmo su fuente de
inspiración; Bizet, Ravel, Chabrier, Debussy, Fauré, Falla,
Granados y tantos otros, mientras que, paralelamente, en la tierra
que la vio nacer, la habanera fue reemplazada por otros géneros
populares como el "danzón".
Calella de Palafrugell "tomada" en su Cantada d'havaneres. |
La danza habanera es
fundamentalmente un canto romántico de amores y desamores, pero la
contemporánea guerra de Independencia de Cuba (a finales del siglo
XIX), le dio un carácter patriótico, reivindicativo por ambos lados
aunque siguiera primando el desamor: los marinos que desde la taberna
ya en tierra española, cantaban llenos de añoranza por la tierra
cubana y por muchos amores dejados allí.
En España, en muchas zonas,
particularmente costeras (con contadas excepciones de poblaciones del
interior), el género sigue vivo, lo han hecho suyo y sigue siendo
fuente de inspiración: Catalunya1,
la Costa Blanca, la costa atlántica andaluza y la costa vasca,
principalmente.
En Catalunya, es digna de
mención la popular Cantada d'havaneres de Calella de Palafrugell
en la Costa Brava (Girona), que se celebra ininterrumpidamente en ese
acogedor pueblo costero desde el año 1966 cada primer sábado de
julio (este fin de semana toca, por eso esta entrada), en lo que suponía en su origen
pasar de la taberna los escenarios, otorgando una nueva magnitud a
esta música ya histórica y popular, y en la que, como señal de
identidad, dos temas son imprescindibles: la composición tradicional
La bella Lola, con los pañuelos de los asistentes al aire, y
El meu avi, composición de José Luís Ortega Monasterio,
coreada por todo el público.
Y ya que hablamos de Ortega
Monasterio, de quien en unas semanas se cumple su centenario, vale la
pena detenerse en él: José Luis Ortega Monasterio (Santoña, 1918 –
Barcelona, 2004) fue un compositor y militar español, uno de los
grandes maestros compositores de habaneras, unas cincuenta, entre las
que está la más conocida, su estandarte, El meu avi. De sus
casi doscientas obras, la mayoría son en catalán, unas pocas en
castellano e incluso alguna en euskera. Además de cantante, también
era instrumentista de guitarra y de acordeón.
Ortega Monasterio es un
personaje que suele dejar descolocados, inermes y confusos a quienes
son incapaces de ver a la persona si no es a través de la
"etiqueta" que la "identifica". Para empezar, su
propio origen ya es motivo de discusión: ¿era un recio castellano
de Castilla la Vieja o un ilustre cántabro? Y eso porque la
localidad donde nació, Santoña, era entonces castellana y hoy
cántabra, Para acabar de fundir los fusibles a esos "sesudos"
analistas, por razones familiares vivió en Mutriku (Gipuzkoa) y
Quart (Girona), en un proceso en el que entra en contacto con la
lengua y la cultura vasca y catalana, lo que pone al borde de la
histeria a quien se mueve por "etiquetas": ¿castellano
viejo? ¿cántabro? ¿vasco? ¿catalán?
Ortega Monasterio en su casa ante el retrato de su abuelo marino. |
Y si vamos a su trayectoria
vital, la mayoría de "sesudos analistas" entran en la fase
de no entender nada (pero, eso sí, siguen opinando con aplomo),
porque, cuando estalla la guerra (in)civil, Ortega está en Girona;
huye a pie a Francia, la cruza por el sur y vuelve a entrar a España
por Hendaya para incorporarse a las tropas franquistas y hacer
carrera en su ejército. ¿es, entonces, franquista Ortega
Monasterio? Pues según y cómo; aparte de que empezó a componer ¡en
catalán siendo militar! a mediados de los años 60 y de que, en 1968
compuso El meu avi2
con su carga simbólica,
en la que por primera vez se podía gritar en público ¡visca
Catalunya! sin que te aporrearan por ello las Fuerzas de
Seguridad, en los años setenta participó en la fundación de la
Unión Militar Democrática (UMD), organización que abogaba por la
modernización de un Ejército que, en palabras del propio Ortega, se
estaba "pinochetizando" a pasos agigantados con el régimen
de Franco y que había que cambiar mal que supiera. Al ser pillado en
1976 con unas octavillas de propaganda de la formación, un juicio
militar le condenó a cinco meses de prisión militar en Cádiz. Tres
años después, fue expulsado del ejército por una "ofensa al
honor" falsa, consistente en lo que el tribunal tachaba de
asuntos graves por acusarlo de tener en su posesión un piso "con
señoritas" que, como se supo después, se trataba de un piso
propiedad de su mujer que los Ortega Monasterio simplemente habían
alquilado. En 1984, el gobierno revisó el juicio y le restituyó el
honor y el grado de coronel pues la Audiencia Nacional lo exculpó
por los cargos "inexistentes" que el tribunal de honor le
había imputado. Aún así, Ortega no retomó la carrera militar. El
dolor producido no cicatrizó jamás y, a pesar de que con frecuencia
se homenajeaba al compositor, sufrió una decepción de la cual no
retornó. Colgó las botas, el fusil y, sobre todo, sus ideas: que el
auténtico militar tiene que hacer lo que sea por la paz, y que el
Ejército tiene que ser como una ONG, o sea, que tiende a desaparecer
o, al menos, a hacer reinar la paz.
Los que tuvimos la oportunidad y la suerte de
intercambiar unas palabras (seguramente, pocas) con él, hablando de lo divino y lohumano ya en la
época dura de su desengaño con el ejército, podemos dar fe de su
integridad y honestidad personal más allá de las "etiquetas"
que le quisieran poner algunos.
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1Diversos
historiadores han evidenciado que las relaciones entre la colonia y
el territorio catalán eran muy estrechas: principalmente por unas
relaciones comerciales importantes y constantes, pero también por
vínculos familiares y personales y relaciones amorosas. Una muestra
de ello son los apellidos catalanes que aún persisten en la isla.
De hecho, la comunidad catalana más grande del mundo se encontraba
precisamente en Cuba; al mismo tiempo, una cuarta parte de los
soldados españoles que fueron a luchar eran catalanes.Así, la
habanera que se popularizaba en Catalunya alternaba temas amorosos y
de guerra, al tiempo que recordaban aquellos paisajes caribeños que
los marineros habían conocido. Tenían un cierto hilo nostálgico,
pero también podían ser atrevidas y "picantes".,
adquiriendo los textos en Catalunya también un carácter satírico
relevante. Los marineros que las habían conocido en Cuba después
las cantaban aquí, donde eran aprendidas por otros pescadores. En
este proceso de tradición oral las canciones sufrían
modificaciones, que hacen que sea difícil, a veces, saber la
versión original. Como es lógico, en un primer momento la habanera
se cantaba en castellano, y no será hasta más tarde que se
empezarán también a catalanizar los textos, adquiriendo un
carácter propio pero manteniendo los temas y los ritmos originales.
2El
meu avi (literalmente, Mi abuelo) es una de las habaneras
catalanas y en catalán más conocidas y cantadas. La canción fue
compuesta con el fin de homenajear a los soldados muertos en la
Guerra Hispano-Estadounidense. La letra de la canción hace
referencia a un barco de guerra conocido como «El Català», que la
marina norteamericana habría hundido en el año 1898, muriendo «el
nostramo» (contramaestre), el timonel y catorce marineros, todos de
la localidad costera de Calella de Palafrugell (Girona, Catalunya).
Aunque la letra es una creación literaria, el contenido se basa en
los recuerdos reales del abuelo del autor, el capitán Manuel
Deschamps Martínez , que comandaba en la realidad el «Montserrat»
y que forzó varias veces el bloqueo de Cuba; por este hecho, en
1998 el gobierno español hizo depositar sus despojos en el Panteón
de Marinos Ilustres.
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