lunes, 2 de enero de 2012

Feroz año nuevo, y gracias por la cataplasma

No. si al final tendrá razón la profecía maya de que el mundo (este mundo) se acaba en 2012. A juzgar por lo visto estos últimos días, el año nuevo viene cargado de augurios que, como la profecía maya, producen una sensación de intranquilidad creciente; salvo para las autoridades turísticas mexicanas que se frotan las manos ante la previsión de una avalancha de 75 millones de turistas, atraídos por el morbo de vivir en vivo y en directo el fin del mundo en el lugar en que se profetiza, avalancha que, por cierto, algo contribuirá en ingresos a las arcas del país.
Volviendo a nuestra casa, el año se inicia con la tradicional subida del coste de los servicios, fiel a su cita como el encendido de las luces navideñas, el retoque del IRPF, el maquillaje de los impuestos y, sobre todo, la amenaza (perdón, el aviso) de que eso sólo es la avanzadilla de las medidas a adoptar.
Lo curioso es que, aparte del natural cabreo ciudadano, nadie ha puesto el grito en el cielo, lo que se agradece, porque, sean quienes sean los protagonistas, no es de recibo que un partido de oposición se lance al cuello del adversario político ante el anuncio de unas medidas impopulares que se han de tomar gobierne quien gobierne o que los crispadores de turno sólo piensen a llevar el agua a su molino encrespando al personal para conseguir decantar la opinión hacia un color, acción, por otra parte, legítima, aunque no precisamente encomiable. (Una digresión: ¿qué harán ahora los crispadores profesionales sin un mal ZP que echarse a la boca? Si son honestos, su misión debe seguir siendo, como reclamaban, la crítica feroz del gobernante en defensa de los intereses de todos los españoles. Si no lo hacen....)
Y tampoco hemos sufrido estos días el martilleo constante del clan "Merkozy" ni de las todopoderosas agencias, pese a que se hayan descolgado estos días con más amenazas al rating de nuestras instituciones


Por eso se agradece la cataplasma (de la RAE: Tópico de consistencia blanda, que se aplica para varios efectos medicinales, y más particularmente el que es calmante o emoliente.) que nos permite ser conscientes del estado de cosas que nos rodea, pero nos permite también la consciencia imprescindible para tomar la decisión que conviene en el proceso de curación, Y no olvidemos la cualidad de "blanda": la necesitaremos para amortiguar los golpes que aún han de venir.

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