Es época de reflexión sobre el año que ya se va. Y uno se hace muchas preguntas. Incluso algunas de las que siguen, para encontrar. asombrado, que siguen sin respuesta en su gran mayoría. Y seguimos haciéndolas...
¿Por
qué son siete los enanitos del cuento de Blancanieves?
¿Por
qué no hay padrastros malos y sí madrastras atroces?
¿Por
qué las cabritillas de los cuentos son todas blancas?
¿Por
qué no se le reconoce la autoría del invento de la anestesia al autor de La
Bella Durmiente?
¿Por
qué todos los personajes que vienen “de un país lejano” hablan siempre el mismo
idioma del país del cuento?
¿Por
qué es de cristal el zapatito de la Cenicienta?
¿Por
qué las magas siempre visten traje de noche?
¿Por
qué se leen los cuentos “al amor de la lumbre” y no a la sombra de un pino?
¿Por
qué Robin Hood viste leotardos?
¿Por
qué la película se llama “Al Este de Java” si el Krakatoa está al oeste de
Java?
¿Cómo
llegó a la isla desierta la cabra de Robinson Crusoe?
¿Por
qué no hay feroces piratas rubios?
¿Por
qué los angelotes de Murillo sólo tienen cabeza?
¿Por
qué los pieles rojas no tienen la piel roja?
¿Por qué se presionan más fuerte los botones del mando a distancia cuando tiene pocas pilas?
¿Por qué las huchas tienen forma de cerdito?
¿Dónde llevan a quienes sacan de sus casillas?
¿Por qué, cuando alguien deja el alcohol, después no recuerda dónde lo dejó?
....
Claro que, si hablamos de preguntas trampa, hay muchas más, y de preguntas sobre cuestiones importantes de las que no obtenemos respuesta, aún más. Pero eso es otra historia que trasciende esta entrada. Quizá otra más seria... cuando acabe el relax de las fiestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario