Como quiera que un día así es marcado como canónicamente festivo, la gente aprovecha para recordar a sus deudos visitando, con más o menos recogimiento, el lugar donde reposan sus restos mortales, sin prestar demasiada atención a que el día señalado por la Iglesia para honrar a los Fieles Difuntos es el siguiente, el 2 de noviembre, que ya no es festivo, por cierto.
No tiene ninguna importancia esa progresiva suplantación de fechas; lo relevante es que se propone un día, el que sea, para reflexionar sobre aquella verdad incuestionable de “Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris” (Recuerda hombre, que eres polvo, y que al polvo regresarás), con los matices de que la Iglesia sólo dedique el día a recordar a los fieles difuntos, a los miembros del club. ¿Qué pasa? ¿Que los no católicos no merecen ser incluidos en el respeto y el recuerdo? Sin olvidar que, precisamente, el respeto y el recuerdo van íntimamente ligados a cada persona, por lo que, en teoría, es discutible que se englobe en un mismo día "de difuntos" a Hitler y a Juan XXIII, ambos católicos, pongamos por caso, o a un fusilado y a quien se apuntó voluntario al pelotón de ejecución para fusilarlo.
No nos perdamos; decíamos que lo relevante es poder destinar un tiempo a reflexionar sobre el traspaso que a todos llega. Por eso el título de esta entrada el Vida vs. muerte, puntualizando que la utilización del término vs. (versus) se refiere al significado original de la locución latina. En efecto, Versus es una palabra latina que suele abreviarse "vs." y significa «hacia»,y en su origen se refería al movimiento de ida y vuelta ejecutado por el labrador al arar la tierra. Pero esta palabra ha sido introducida por la cultura inglesa dominante con el significado de «contra» (por ejemplo: Occidente versus Oriente como sinónimo de Occidente contra Oriente). Y pese a que este uso de la palabra ha sido, tradicionalmente, impropio del español, ha acabado por imponerse hasta el punto de que ha acabado por ser aceptado por la Real Academia Española en su diccionario.
Nos quedamos con el significado original y hoy (por mañana) es el día de pensar que, necesariamente, todo lo vivo se encamina a la muerte. No pretendemos elucubrar sobre esta evidencia, sobre la que se han vertido (y se siguen vertiendo, y se vertirán) ríos de tinta, pero hemos recordado, a través de la música del cantautor catalán Lluis Llach, lo importante del posicionamento ante la llegada de lo inevitable.
La canción se llama Vida, y hoy es una fecha en que merece la pena escucharla:
El poema en que se basa la música es en catalán, y en 2013 fue versionado por Estrella Morente con motivo de la anual Maratón solidaria de TV3, la cadena pública catalana de televisión, para recaptar fondos, en esa ocasión destinados a la investigación contra las enfermedades neurodegenerativas. La versión, con el característico embrujo de la cantaora, también fue cantada en catalán, por lo que a continuación, para quien lo vea conveniente, se incluye la traducción al castellano:
Tal vez me abandonen las palabras
o tal vez me abandonéis vosotros,
o solo los años me dejen
a merced de alguna ola,
a merced de alguna ola.
Mientras llega todo esto,
que por fuerza ha de llegarme,
tal vez tenga tiempo aún
de robarle a la vida
y así llenar mi bagaje.
Mientras llega todo esto....vida, vida!
Todavía veo, a veces,
a veces veo, todavía,
mis ojos de niño que buscan
más allá del vidrio helado
un color en la tramontana.
Voces sensatas me dijeron
que era inútil cansarme,
pero un sueño nunca me cansa
y a pesar de mi barba
soy un niño en la mirada.
A veces veo, todavía...vida, vida!
Si envejezco en las palabras,
si envejezco en las palabras,
por favor cerrad la puerta
y huid de la añoranza
de una voz que se apaga.
Que no me ha de dar pena,
que no me dará pena alguna
y andaré de rama en rama
para escuchar lo que canten
nuevos pájaros en mi paisaje.
Que no me dará pena alguna....es vida, vida!
Si la muerte viene a buscarme,
si la muerte viene a buscarme
tiene permiso para entrar en casa,
pero sepa, desde ahora,
que nunca podré amarla.
Y si he de partir con ella,
y si he de partir con ella
todo lo que quede de mí,
sean gusanos, ceniza
o un acorde de mi viaje
quiero que canten este signo...vida, vida!
Tal vez me abandonen las palabras
o tal vez me abandonéis vosotros
o solo los años me dejen
a merced de alguna ola,
a merced de alguna ola.
Mientras todo esto llega...vida, vida!
Mientras todo esto llega...vida, vida!
Mientras todo esto llega...vida, vida!
Mientras todo esto llega...vida, vida!
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