Casi
coincidiendo con la conmemoración del 14 de abril, día de la
República, un día antes, nos ha dejado Neus Català, una figura
señera en la lucha y la resistencia ante los regímenes
totalitarios, desde el fraquismo, que la hizo huir de España cuando
ya la ocupaban las tropas que ella siempre llamó rebeldes y
nunca nacionales hasta el nazismo, que la hizo prisionera de
sus campos de exterminio, de donde fue liberada al final de la
Segunda Guerra Mundial para seguir luchando desde Francia contra el
franquismo.
Se pueden
extraer a vuela pluma algunas conclusiones de su muerte, además de
lamentarla: por razones que serían muy complejas de analizar pero
que, cuando menos, hacen pensar, su figura fue sólo reconocida en
Catalunya, no en el Estado Español: la Generalitat la galardonó con
la Cruz de San Jordi en el año 2005 y, posteriormente, fue escogida
Catalana del Año en el 2006 por su defensa de la memoria de las más
de 92.000 mujeres que fallecieron en campo de concentración de
Ravensbrück. En 2014, el Ayuntamiento de Barcelona le otorgó la
Medalla de Oro al Mérito Cívico como reconocimiento por su tarea de
preservación de la memoria histórica, la lucha antifascista y la
defensa de los derechos de las mujeres. En el año 2015 recibió la
Medalla de Oro de la Generalitat por su lucha por la justicia y las
libertades democráticas, la memoria de los deportados y deportadas a
los campos de exterminio nazi, y la defensa de los derechos humanos.
A raíz de esta
diferencia en el ámbito de los reconocimientos (he oído a algún
analista decir que eso "es comprensible porque el nazismo fue
derrotado en Alemania, el fascismo lo fue en Italia pero el
franquismo no sólo ganó en España sino que tejió los mimbres del
actual Estado Español"), una anécdota: sólo la Televisión pública de
Catalunya, TV3, abrió los informativos con la noticia de su traspaso
mientras que para otros medios fue una noticia "de relleno"
y otros, simplemente la ignoraron. Y, como quiera que Neus Català,
el 1 de octubre de 2017, participó en el referéndum de
independencia de Cataluña, no ha faltado algún descerebrado (siendo
benévolo en el calificativo) que ha reaccionado en las Redes (sin
que la Fiscalía, por cierto, aprecie delito de odio ni que se
"rasguen las vestiduras" quienes, por mucho menos de otro
signo, arman una escandalera mediática) con un miserable (siendo
también benévolo) "Una independentista menos"
Para finalizar
esta brevísima semblanza, reproducimos a continuación, sin ningún
comentario adicional, el artículo que el periodista Domingo Marchena
ha publicado sobre el tema en el diario La Vanguardia, de Barcelona:
Neus
Català: la presa que ganó a Hitler
Muere a
los 103 años la última superviviente del campo nazi de Ravensbrück
La memoria de Neus Català
, que ha fallecido a los 103 años, es hoy desgraciadamente más
necesaria que nunca. Superviviente del horror nazi, la llama de esta
luchadora antifascista se apagó ayer para siempre en el geriátrico
de Guiamets, el pueblo de la comarca tarraconense de El Priorat donde
nació en 1915. Su adiós se produce cuando aún resuenan los ecos
por la burla que unos descerebrados realizaron de la imagen de Ana
Frank en un campo de fútbol.
Hay cosas con las que no
se puede bromear, decía siempre Neus Català. Quienes quieran
acercarse a su legado tienen a su alcance libros como Testimoni d’una
supervivent, coeditado por la Generalitat, o Cenizas en el cielo: una
historia de solidaridad, coraje y supervivencia (Roca editorial), de
Carme Martín, que noveló los recuerdos de esta figura
inquebrantable. Sin quitarle ni un ápice de mérito a la escritora,
el lector coincidirá en que debe haber muy pocas vidas más
novelescas y épicas que esta.
Hija de campesinos,
vinculada desde muy joven a las Joventuts Socialistes Unificades de
Catalunya, tuvo que huir a Francia como tantas otras republicanas en
1939. Ella no lo hizo sola, sino con 180 huérfanos que estaban a su
cuidado en una casa de colonias, Las Acacias, de Premià de Dalt. Ese
detalle refleja la generosidad que marcó toda su existencia. Al otro
lado de la frontera, conoció a su futura pareja, Albert Roger, con
quien pudo convivir muy poco. Ambos se unieron al maquis y fueron
detenidos por la Gestapo.
Ella acabó, entre otros
campos nazis, en el de Ravensbrück; él, en el de Bergen-Belsen. En
1945 los dos fueron liberados en estado crítico: Neus Català pudo
recuperarse, él no: fue uno de los miles y miles de prisioneros que
murieron días después de que los aliados descubrieran el horror de
las fábricas de la muerte.
En Ravensbrück, Neus
coincidió con Mercè Núñez Targa (1911-1986), que también nos ha
legado un testimonio conmovedor sobre Ravensbrück, El carretó dels
gossos (Edicions 62). Quizá esta obra no tenga la fuerza literaria
de Si esto es un hombre, del italiano Primo Levi (1919-1987). O de
cualquiera de los títulos del húngaro Imre Kertész (1929-2016) o
del español Jorge Semprún (1923-2011), entre otros supervivientes
de la barbarie, pero gracias a mujeres como ella o como la propia
Neus Català sabemos que hay seres humanos que jamás renuncian a sus
ideales.
Tratada como mano de obra
esclava, Neus fue la presa 27.534 en Ravensbrück y la 50.446 en
Holleischen. Obligada a trabajar en la industria de guerra
hitleriana, formó un comando clandestino que boicoteaba la
fabricación de armas. Cada bomba que no explotaba, cada bala que se
encasquillaba, era una victoria. Todas sabían que se jugaban la
vida. Si las hubieran pillado, las hubieran matado en el acto o algo
todavía peor. Pero pese a ello, nunca cejaron en su empeño y se
convirtieron en una pesadilla para la Wehrmacht justo cuando más
necesitada estaba de refuerzos.
Presidenta de la Amical
de Ravensbrück, recibió numerosos premios y reconocimientos a lo
largo de su vida. Creu de Sant Jordi, medalla de oro del Ayuntamiento
de Barcelona y de la Generalitat, los homenajes que más le gustaban
eran el silencio y la atención con que los escolares la escuchaban
cuando acudía a explicar su historia en alguno de los muchos
colegios que visitó. Una vez explicó que, cuando se marchaba de una
de estas conferencias, una niña se refirió a ella como “la mujer
que derrotó a Hitler”.
Que la tierra te sea leve,
Neus.
Lamentablemente y como has oído a algún analista decir solo se comprenden ciertos hechos porque efectivamente "el nazismo fue derrotado en Alemania, el fascismo lo fue en Italia pero el franquismo no sólo ganó en España sino que tejió los mimbres del actual Estado Español".
ResponderEliminarY sonará mal, pero como si no, se explica que no sea posible para el poderoso Reino de las Españas quitarle las medallas y el dinero que conllevan al nuevamente tapado Billy el Niño.
Como es posible tal diferencia de trato entre vencedores y vencidos.
Efectivamente te confirmo que para los que habitamos allende Cataluña la muerte de Neus fue solo una noticia en el mejor de los casos "de relleno" cuando no ignorada.
Debe ser que la Memoria Hiastorica esa es selectiva ¿no?.