Todos los seres humanos necesitan (necesitamos) una cierta dosis de credulidad para poder
vivir sin problemas añadidos a los propios de la existencia; sin ir más lejos, absolutamente
nadie recuerda la fecha de cuando vino a este mundo, lo que no impide aplomo y seguridad
en ella cuando sale el tema. ¿Por qué? Evidentemente porque quien desde siempre nos ha
transmitido ese dato goza, para nosotros, de total credibilidad y ni se nos ocurre cuestionar o
poner en duda lo que nos dice. Amén. Y algo similar pasa cuando se nos afirma y se nos
enseña, por ejemplo, que el 16 de julio de 1212 tuvo lugar la Batalla de las Navas de Tolosa,
que el 18 de julio de 1936 se produjo la sublevación armada que condujo a nuestra guerra
(in)civil, o que el 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón descubrió América. Incuestionable.
¿O no?
El próximo día 12 de este mes de octubre se celebra el Día de la Fiesta Nacional de España,
declarada por la Ley 8/87, también conocido como Día de la Hispanidad o Día de la Raza,
el avistamiento de tierra (por el marinero sevillano Rodrigo de Triana) en el primer viaje de
exploración y descubrimiento de Cristóbal Colón de lo que luego se denominaría América,
según el Boletín Oficial del Estado en su promulgación porque la fecha “simboliza la
efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del
Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de
España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más
allá de los límites europeos”. Cada vez hay más voces, sin embargo, que sostienen que el 12
de octubre constituye simbólicamente el inicio de una ocupación político militar que tuvo como
resultado el exterminio de más de 80 millones de personas y la esclavitud. La colonización
supuso para los pueblos ocupados la destrucción de su sistema político, la represión de su
espiritualidad y sus sistemas culturales, que devino en pérdida de diversidad para el conjunto
de la humanidad. La colonización, significó un sometimiento aún mayor de las mujeres
indígenas, que sufrieron violaciones masivas como parte de la estrategia de dominación. La
colonización instauró estructuras político-sociales profundamente racistas y discriminadoras
que se mantienen hasta hoy y que son la base de las principales desigualdades, conflictos
armados, violaciones de derechos humanos y de la situación de vulnerabilidad de las
poblaciones indígenas, por lo que cada vez se oye más el “nada que celebrar”.
¿Y si a todo ello se le añade la duda razonable, avalada por multitud de investigaciones
científicas (que no han hecho variar ni un ápice las doctrinas oficiales), de que el 12 de octubre
de 1492 no se descubrió nada, que lo que hoy identificamos como América ya hacía tiempo
que era conocida por los europeos1? Empecemos por el enigmático personaje del Almirante:
se acostumbra a otorgar a Cristóbal Colón el papel de un explorador con suerte que se topó,
por pura casualidad, con unas tierras en medio del océano y que nunca fue realmente
consciente de lo que había descubierto. Se suelen señalar como definitivos una serie de
errores de cálculo en la medida de la circunferencia terrestre. Sin embargo, cada vez son más
los que sostienen que en aquella época ya se sabía mucho sobre el mundo y sus medidas. La
propia firma de Cristóbal Colón (en la que aparece ·S··S· A ·S·X M Y y ni rastro de su nombre
o apellidos) es uno de los muchos asuntos oscuros que generan controversia; muchos autores
han orientado sus teorías sobre la interpretación de esa firma bajo una perspectiva de un
Colón religioso, evangelizador, portador de Cristo, etc., pero si se es fiel a la visión del Colón
eminentemente marino y cartógrafo, cabe descifrar la firma de Colón descifrando a la vez un
mapa sorprendentemente preciso que oculta la ruta entre las Islas Canarias y unas pequeñas
islas del Caribe.
Cuentan las crónicas que cuando Cristóbal Colón regresa de América, tras su primer viaje, es
recibido por los Reyes Católicos en la ciudad de Barcelona. Colón ve entonces culminada su
empresa y necesita recuperarse físicamente pero, mucho más, mentalmente, pues los años
previos al viaje fueron tiempos de indagaciones y hallazgos sorprendentes en libros y mapas
que no podía explicar a nadie y ahora, por fin, una vez confirmados sus aciertos, ya podía
revelar todos sus secretos de antes de iniciar su viaje, que sólo los dijo a la Reina Isabel, los
mapas, las técnicas de navegación y lo más relevante, la posición exacta, con sus rumbos y
distancias, de las tierras que se iba a “descubrir”. Cristóbal Colón fue, ante todo, un gran piloto
de la marina mercante y un extraordinario cartógrafo y sus descubrimientos no fueron casuales
ni fruto del azar o de la temeridad aunque no podía explicar todos sus descubrimientos por
temor a que se apropiasen de su ciencia. Finalmente, tras muchos años de insistencia y
cuando estaba ya a punto de abandonar, consigue su anhelado encuentro con la Reina Isabel,
un encuentro tranquilo y con tiempo para poder explicarle a ella todos los detalles de lo que
había descubierto. La Reina, convencida, decide apoyar el viaje de Colón y, tras ese encuentro
se firman en abril de 1492 las conocidas Capitulaciones de Santa Fe, previas al viaje y que
concretan los términos y condiciones de los acuerdos entre los Reyes y Colón en lo referente
al viaje que planteaba Colón. Sin embargo, a pesar de que el descubrimiento era todavía solo
una posibilidad, las Capitulaciones, firmadas meses antes de iniciarse el primer viaje,
empiezan así:"Las cosas suplicadas y que vuestras altezas dan y otorgan a don Cristóbal de
Colón en alguna satisfacción de lo que ha descubierto2 en los mares océanos y del viaje que
ahora con la ayuda de Dios ha de hacer....", escrito así en un documento sustancial, firmado
por los Reyes y formalizado meses antes al inicio del viaje. La ruta y la posición de las tierras
al otro lado del océano había sido descubierta por Colón es lo que se interpreta oficialmente,
no el continente, hasta el punto de que éste, el 11 de mayo de 1499 pasó a llamarse “América”
en honor al funcionario italiano Amerigo Vespucci, quien se percató de que las tierras
“descubiertas” por Colón no pertenecían a las Indias.
Existen dos grandes ejemplos incuestionables sobre estos hechos: dos magníficos mapas,
uno realizado en el año 1375 por el cartógrafo judío mallorquín Abraham Cresques o su hijo
Jehudá y que se conoce como el Atlas Catalán y otro del año 1424 del veneciano Zuane
Pizzigano3. Ambos mapas, muy anteriores al viaje de Colón, evidencian un excelente y preciso
conocimiento de las distancias y posiciones de las tierras del mundo conocido que no podía
hacerse por casualidad; los cartógrafos tuvieron que disponer de esas medidas y posiciones
tomadas por los marinos en sus viajes y para ello, se precisaban instrumentos como los
cuadrantes, astrolabios, brújulas, tablas astronómicas, etc., y sobre todo era necesaria la
comprensión del mundo y del movimiento de sus cielos. ¿Quienes fueron estos marinos?
Llegamos así a las diversas teorías que circulan sobre el tema. La primera es la de los
vikingos, originarios del norte de Europa, que durante siglos saquearon barcos y poblaciones
enteras, aterrorizando a todos aquellos que se encontraban a su paso. Tras sus incursiones
por el mundo han quedado leyendas que describen sus viajes a través del Atlántico y el
desembarco en tierras que, 500 años después, fueron llamadas americanas. Por cierto, un
equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español
ha comprobado que este dato histórico, al que no se daba crédito, puede ser real. La historia
de que los vikingos habían cruzado el Atlántico, era vieja, de hecho muy antigua, aparece en
las páginas de las Sagas nórdicas, la antigua colección escandinava de mitos y leyendas, que
relata el apogeo de la conquista y exploración vikinga hace 1.000 años. Según ellas, un
vikingo llamado Leif Erikson (hijo del legendario Erik el Rojo) había liderado una expedición
desde la nueva colonia nórdica en Groenlandia, y fue incluso más al oeste, navegando hacia
el mundo desconocido, en busca de tierras y recursos para suplir las carencias de la colonia
de Groenlandia, y encontró: una tierra de bosques y prados, con arroyos llenos de salmón, y
crucialmente encontró vides de uvas silvestres y dice, por eso llamó al nuevo territorio,
Vinlandia. Hay un mapa muy antiguo, que se debate si es auténtico, llamado el mapa de
Skálholt, que muestra el Promontorium Winlandiae ("promontorio o cabo de Vinlandia") y se
pensaba que eso localizaba la península nórdica de la isla de Terranova (en la costa noreste
de Norteamérica). Esta y otras evidencias son las pruebas de que efectivamente los
escandinavos arribaron antes que Colón, pero no se les puede adjudicar el título de
descubridores del Nuevo Mundo, porque al regresar nunca dieron a conocer el importante
hallazgo, no se conectaron con Europa ni mandaron nuevas expediciones al continente.
La teoría china afirma que los chinos llegaron al nuevo continente 70 años antes que Colón,
en 1421. El 8 de marzo de aquel año una flota de 800 juncos, de mayor tamaño que las
carabelas de Colón y con una tripulación de un millar de hombres cada uno, se hizo a la mar
bajo el mando de almirantes eunucos, entre ellos Zheng He, militar, marino y explorador chino,
conocido por sus grandes expediciones navales realizadas entre 1405 y 1433, leales al
emperador Zhu Di, con la misión de "llegar hasta los confines de la tierra para recabar tributo
de los bárbaros más allá de los mares" y unir al mundo en la armonía que predicaba Confucio.
Durante su travesía de más de dos años, la flota habría explorado partes de Africa, del norte y
sur de América, Australia y Nueva Zelanda e incluso la Antártida, y crearon asentamientos.
Las investigaciones que afirman que exploradores europeos, incluido Colón, realizaron sus
travesías con ayuda de mapas realizados sobre las experiencias chinas, no satisfacen a todos
los historiadores, pero han fomentado el interés de editoriales y televisiones de todo el mundo,
ávidos de hacerse con una buena historia. Aún así, lo primero que establecen estos estudios
es que, debido a las “corrientes marinas negras” que van desde Asia a América y luego
retornan, navegantes chinos habrían colonizado esas tierras. Pero a estos hombres de
ninguna manera se les puede dar el crédito de descubridores, pero sí de pobladores. Además,
dicen, se han descubierto astilleros cantoneses que datan del 200 a. C., donde ya se
construían carabelas similares a las que usó Colón.
También se habla de Abubakari II, del imperio de Malí, del que se dice que en 1311 llegó
hasta centroamérica, de ahí que existan de rastros de civilización africana en Brasil, previos a
la deportación de los esclavos. O la llegada de Madog ab Owain Gwynedd, que fue, según la
tradición, un príncipe galés que se embarcó en 1170 y llegó al continente americano. También
hay leyendas hindúes que hablan de navegantes de la India. Y una última teoría que afirma
que los Templarios también estuvieron en América. Los buques de la Orden del Temple
cruzaron el Atlántico y llegaron hasta las costas americanas casi 100 años antes que Colón.
De hecho los mayas adoraban a Kukulkán, un dios blanco y con barba poblada, algo insólito
porque esta cultura la formaban hombres lampiños por genética. La Orden de los Pobres
Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, conocidos popularmente como Templarios, fue
durante la Edad Media una poderosa orden militar afiliada a la Iglesia Católica. Dedicados
originalmente a defender a los peregrinos cristianos en Tierra Santa, no tardaron en acumular
impresionantes riquezas y grandes dosis de poder que les valieron el odio de muchos
poderosos de la época. Uno de los mayores misterios históricos en los que han estado
envueltos comenzó en el año 1307, cuando una flota compuesta por docenas de barcos, en la
que los templarios escaparon de la persecución del rey francés Felipe IV, salió del puerto
francés de La Rochelle y desapareció sin dejar rastro, y se afirma que es posible que los
barcos llegaran a América casi 200 años antes que Cristóbal Colón. Por lo tanto, se dice que
estuvieron en esas tierras y hasta pudieron trazar un mapa, el cual llegó a Colón, quien
contrariamente, pues, a lo que relata la historia, sabía perfectamente que llegaría a un nuevo
mundo y no a las Indias. La leyenda dice que cuando los conquistadores españoles llegaron a
la Península del Yucatán, escucharon decir que unos hombres blancos ya habían estado allí y
que habían entregado su conocimiento a los nativos. Otra hipótesis afirma que, de acuerdo al
testimonio de religiosos que acompañaron a Colón, los nativos no se extrañaron al divisar las
cruces de los guerreros porque ya las conocían.
Todas esas teorías, repasadas a vuela pluma, ponen en entredicho que fuera Colón el primer
hombre en llegar a tierras americanas y, si la cartografía de su época daba por seguro que la
Tierra era plana, los vikingos cinco siglos antes habían cruzado sin temor un océano que
parecía no tener fin. Entonces, ¿qué es el 12 de octubre?
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1Inevitable recordar el episodio “Lisa, la iconoclasta”, emitido en la séptima temporada de la corrosiva serie televisiva estadounidense de dibujos y ficción Los Simpson en el que el personaje de Lisa descubre que el legendario y respetado fundador de la ciudad, Jebediah Springfied, era en realidad un vicioso impostor presunto asesino y un fiasco, pero no lo hace público en atención al arraigado valor social del falso mito.
2Más misterios en este punto: el Papa Inocencio VIII muere en Roma el 25 de Julio de 1492, exactamente ocho días antes de la partida de Colón desde Palos de la Frontera al amanecer del viernes 3 de agosto. El monumento funerario de este Papa alberga un misterio, y es que aún hoy en día existe el gran reto por desvelar una inscripción con un texto inquietante que no ha sido decodificada con claridad y que dice: "Novi orbis suo aevo inventi gloria". ("Suya es la gloria del descubrimiento del nuevo mundo"). Todo parece indicar que este texto en su lápida de mármol negro hace referencia a una hipótesis según la cual el Nuevo Mundo ya había sido descubierto por Colón o por algún otro navegante designado por él en el año 1485, es decir, siete años antes de la fecha oficial de octubre de 1492. ¿Ese viaje fue organizado por el romano pontífice que, al parecer, conocía de cerca a Colón (hay quien sostiene que el marino era hijo ilegítimo del Papa), con la colaboración y el apoyo de los genoveses y los florentinos? ¿Cómo es posible que se anuncie el descubrimiento de un Nuevo Mundo con ocho meses de anticipación al descubrimiento de ese Nuevo Mundo? ¿Cuál fue la participación real que tuvo Inocencio VIII en el Descubrimiento de América? Hay tantas preguntas sin respuestas con infinidad de detalles por aclarar, pero esto sólo se podrá esclarecer cuando sea posible acceder al Archivo Secreto de los papas, una sección hasta hoy intocable de la Biblioteca Apostólica Vaticana. Solo el papa puede autorizar que un documento archivado en esa sección sea desclasificado y su contenido sea dado a conocer al resto de la humanidad así que la relación entre Colón y el papa Inocencio VIII seguirá siendo un misterio.
3La Carta o Mapa de Pizzigano es un mapa cartográfico donde se pueden apreciar islas del Océano Atlántico Norte al oeste de España y Portugal incluyendo los descubrimientos portugueses e islas legendarias como Antillia. En este mapa aparecen cuatro islas al oeste de Europa, mucho antes de que ningún europeo se adentrara tanto en el Atlántico. Y algunos autores afirman que fue una expedición en 1421 la que cartografió estas islas y a la que los italianos tuvieron acceso
Buenas tardes Miguel,
ResponderEliminarBuena reflexión que comparto. Cuando una palabra pierde su prestigio se sustituye sin más por otra que lo aporte aunque con ello faltemos a la realidad, pero, se trata de engordar nuestro ego nacionalista aunque vaya en detrimento de la propia información que el hecho lleva consigo.
Ciertamente hablar de la "colonización de América" sería como hablar de la "colonización de África" y supondría poner a los hispanoamericanos al mismo nivel que los afroamericanos y por otro lado nos rebajaría de ser baluartes de la cristiandad a ser meros colonizadores como los protestantes de la vecina pérfida Albión. Pero en realidad fue eso, una colonización, todo lo grandiosa que se quiera pero una colonización al fin y al cabo.
De otro lado el uso del término "descubrimiento" poco menos que deja a nivel infrahumano a los sapiens que allí habitaban mucho antes de que llegáramos los hispanos.
Pero es que además y para algo ha de servir viajar, cada Nación tiene su propia versión de los hechos. Reforzando tu proposición vikinga, te comento que en Islandia son muy de tener cuenta las sagas y hay dos en particular especialmente consideradas la de Eirikr el Rojo y de los Guđríđurla.Todo islandés que se precie viene de una u otra.
Te comento, resulta que Guđríđur fue además la madre del primer hombre blanco nacido en el Nuevo Mundo. Parecería que casi todos los islandeses pueden trazar su genealogía a través de ella, vamos la madre original de todos los islandeses.
Ella nació en Laugarbrekka a finales del siglo 10 y alrededor del año 1000 viajo con sus padres a Groenlandia. Guđríđur se casó en primeras nupcias con Þorsteinn, el hijo de Eirikr el Rojo, el primer islandés que se asentó en Groenlandia. Ellos trataron de llegar navegando a Vinland, como llamaban ellos al Nuevo Mundo, pero el viaje fracasó y Þorsteinn murió durante el viaje. Guđríđur entonces fue a establecerse en Brattahliđ con su cuñado Leifr el Afortunado que fue el primero en descubrir Vinland, el Nuevo Mundo. Allí ella se casó con el comerciante Þorfinnur Karlsefni, cuya familia formaba parte de la nobleza islandesa de aquel tiempo. El bajó por el Nuevo Mundo al parecer impulsado por Guđríđur. Ellos se establecieron allí y entre tanto ella tuvo un hijo que llamaron Snorri y que fue el primer hombre blanco nacido en Vinland, nombre vikingo de la hoy reconocida por Norteamérica. Los asentamientos no fueron adelante por problemas con la población indígena y finalmente ellos decidieron volver a Groenlandia y desde allí a Islandia nuevamente vía Noruega.
Además, algunos islandeses se lo toman muy en serio, como algunos hispanos lo de Colón.
Un abrazo.
Gracias por la información. Si no estoy errado, Vinland (al parecer "tierra de pastoreo"), documentada hacia el año 1000, corresponde con el actual Canadá, desde luego en el Nuevo Mundo "descubierto" en 1492.
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