domingo, 23 de enero de 2022

Recuerdos y "recuerdos".


Cuando se oye la palabra “recuerdos” se suele asociar a la rememoranza de hechos agradables (prescindiendo, en general y de forma subconsciente, de los desagradables) en el ámbito personal que causan una cierta añoranza de tiempos pasados que son eso, pasados, asumiendo inteligente y conscientemente que, por definición, jamás podrán volver. Ya se ha repetido suficientemente, también en este blog, que la nostalgia del ayer es comúnmente un error que nos puede quitar fuerzas para el hoy. Otra cosa son los llamados también recuerdos, pero colectivos, esos retazos de historia que en el fondo nos han marcado como sociedad y que se magnifican, menosprecian u olvidan según sea la dirección del viento político de turno, como se puede observar mirando simplemente las efemérides que se conmemoran en cada fecha. Hace pocos días nos hacíamos eco, en estas líneas, del período histórico en que la parafernalia nazi se enseñoreaba de la ciudad de Barcelona y se comentaba de pasada de que eso fue consecuencia de la entrada en ella de las tropas franquistas en enero de 1939, al final de la guerra (in)civil, hace ahora, este mes, 83 años.



Pero si hay una (triste) efemérides para recordar de ese enero de 1939 es la orgía de operaciones de bombardeo/castigo sobre la población civil cuando ya se sabia ganada la guerra por los que resultaron vencedores.
Hay que empezar admitiendo la principal novedad en este aspecto de la contienda española de 1936 a 1939: «por primera vez en la historia la aviación fue utilizada intensamente en misiones de bombardeo sobre la retaguardia1». A decir de numerosos historiadores, “hasta entonces, la guerra quedaba circunscrita a campos de batalla de pocos kilómetros y las víctimas eran exclusivamente hombres y en edad militar [...] A partir de la guerra española las víctimas podían estar a centenares de kilómetros de los lugares del enfrentamiento bélico y ser sencillamente población civil indefensa2ya que el bando sublevado utilizó en repetidas ocasiones el "bombardeo de terror", como lo llaman algunos estudiosos, cuyo único objetivo era la población civil para desmoralizarla y empujarla a la rendición. Esta estrategia se inició en Madrid cuando en noviembre de 1936 fracasó el ataque frontal franquista contra la ciudad y continuó con el bombardeo de Durango, el bombardeo de Gernika, el bombardeo de Lleida, los bombardeos aéreos de Barcelona en enero y en marzo de 1938, el bombardeo del mercado central de Alicante, el bombardeo de Granollers y los bombardeos sobre diversas poblaciones catalanas en los meses finales de la guerra, especialmente los de Figueres, y cuyas víctimas principales fueron mujeres y niños en un momento en el que ya se sabía que el ejército republicano ya no existía en Catalunya. El único posible caso censado de "bombardeo de terror" por parte del bando republicano fue el de Cabra (Córdoba) en noviembre de 1938, pero todo parece indicar que se trató de un terrible error cometido por los pilotos que confundieron el mercadillo de la ciudad con un campamento de tiendas de campaña de una unidad italiana que, según la orden que habían recibido, había que buscar y destruir. Los conflictos armados tienen esos “riesgos colaterales”.



En el caso de Catalunya, a
l convertirse en un punto estratégico de recepción de material bélico, con gran actividad de la industria de guerra, centrales energéticas, importantes puertos y nudos de comunicación, fue un objetivo prioritario de los bombardeos aéreos y navales. Además, en 1938, Barcelona era la capital de los tres gobiernos republicanos: el central, el vasco y el catalán. Más de 140 poblaciones catalanas fueron bombardeadas a lo largo del conflicto. Aparte de Barcelona —la ciudad más castigada—, fueron especialmente sangrientos los ataques que padecieron ciudades como Lleida, Les Borges Blanques, Granollers, Badalona, Manresa, Girona, Figueres3, Reus o Tarragona. Sólo entre el 25 de diciembre de 1938 y el 15 de enero de 1939 serían bombardeadas, al menos, 36 localidades catalanas. El primer bombardeo conocido sobre Catalunya se produjo por mar contra la ciudad de Roses (Girona) el 30 de octubre de 1936 ya que, durante los últimos meses de ese año, los ataques contra la costa catalana fueron navales hasta que, a principios de 1937, la aviación italiana establecida en Mallorca (que se había convertido en el portaaviones de Mussolini) inició su campaña de bombardeos sobre el litoral catalán y valenciano. La mayoría de los ataques aéreos que afectaron los núcleos urbanos y que, en consecuencia, causaron más víctimas mortales, fueron obra de la aviación italiana. Esto no siempre ni en todos los lugares fue así.



El 26 de abril de 1937 la
alemana Legión Condor, al servicio de Franco, arrasó Gernika, en el primer bombardeo masivo de la historia de una población civil; primero los aviones bombarderos arrojaron toneladas de bombas explosivas e incendiarias, luego los cazas se dedicaron a ametrallar a la población fugitiva. El fuego provocado por el bombardeo se extendió a toda la localidad, que entre las bombas y el incendio quedó reducida a escombros. El ataque, iniciado por la mañana, duró todo el día. La prensa y el Cuartel General de los sublevados (de los nacionales o franquistas) atribuyo la destrucción de Gernika a los mismos republicanos ("los rojos", tal como los llamaban los sublevados). Durante años Franco mantuvo esta versión de los hechos pese a la documentación que salió a la luz de la propia Legión Condor. "Guernica fue violada e incendiada por los marxistas antes de su huida." (Francisco Franco, 19-6-1950). Sin embargo, Gernika no fue la primera: el 1 de abril de 1937, un mes antes, la aviación republicana y la nacional se enzarzaron en dos de los peores bombardeos de toda la guerra, en una matanza ocurrida en Andalucía y menos conocida, un acontecimiento que quedó en el olvido en una secuencia de terror contra la población civil desde ambos bandos que se saldó con muchos más muertos que en la localidad vasca. Los bombarderos republicanos sobre Córdoba (ciudad controlada por el bando nacional bajo el mando del general Queipo de Llano), donde no causaron daños, tuvieron su respuesta, con orden firmada por el propio Queipo, sobre Jaén, donde una sola pasada letal de seis bombarderos Junckers pilotados por españoles, y no alemanes, dejó 158 víctimas, especialmente ancianos, mujeres y niños, más que en Gernika, aunque el bombardeo de Jaén, y otros, se considera “acción de guerra”, pese a que realmente fuera una operación de castigo y terror sobre la población civil, ya que no existía un frente en ese momento en Jaén, ni objetivos militares.



Pero volvamos a Catalunya y a enero de 1939, en el que f
ueron bombardeadas casi todas las localidades situadas entre Barcelona y Tarragona; entre los días 18 y 21 de enero Sitges, Vilanova i la Geltrú y Vilafranca del Penedés fueron bombardeadas desencadenando el pánico entre la población y numerosas víctimas, el 19 de enero fue atacada Manresa y al día siguiente Vic y Manlleu, produciéndose numerosísimas víctimas; el 23 Martorell y el 25 Monistrol de Montserrat (que quedó prácticamente en ruinas). Más hacia el norte, la ciudad de Girona, que no había sufrido prácticamente ningún bombardeo importante, fue atacada prácticamente a diario desde el 27 de enero. Los días 24, 25 y 26 fue bombardeada Granollers, el 25 fue bombardeada Arenys de Mar y el 26, el mismo día en que las tropas franquistas entraban en Barcelona, eran bombardeadas Malgrat de Mar, El Masnou y Premiá de Mar. El resto de ciudades de Catalunya también se vieron muy afectadas por los bombardeos efectuados en su mayoría por la Aviación Legionaria italiana con base en Mallorca. En el desenfreno, después del fatídico enero, los días 28 y 29 de febrero se produjeron los bombardeos de La Garriga, en los que resultaron muertas 14 personas. Como síntoma, al ser inscritas en el registro civil se especificó que el motivo de su muerte había sido el "bombardeo que sufrió [la localidad] con ocasión de su liberación por el glorioso ejército nacional". Los bombardeos franquistas también se dirigieron hacia la población civil que huía hacia Francia, atacando mujeres, niños y ancianos. Estas acciones, de una gran crueldad, difícilmente justificables desde un punto de vista militar4, respondían a la política de eliminación sistemática del enemigo que el general Franco ejerció durante la guerra, en política que siguió en la larga posguerra.



L
o que queda fuera de duda es que todos los bombardeos sobre poblaciones civiles son, cuando menos, injustos y nuestra guerra tuvo bombardeos en zonas civiles de los dos bandos y, aunque no existe un consenso entre los historiadores sobre la cifra exacta de víctimas causadas por los bombardeos, sí que existe cierto acuerdo en considerar que fueron "varios miles" de personas las fallecidas a causa de ellos. En cambio el acuerdo es total en considerar que los bombardeos del bando franquista (sublevado) causaron muchas más víctimas que los del bando republicano. Y todo eso en enero de hace 83 años. ¿Recuerdos de añoranza? ¿Para quién?

 

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1La guerra española (1936-1939) marca un punto de inflexión en la guerra aérea pese a que la utilización de la aviación en conflictos bélicos se remonta a principios del siglo XX; los primeros bombardeos aéreos fueron ejecutados por el ejército italiano en Libia en el año 1911 y durante la Primera Guerra Mundial tuvieron un papel secundario. Los bombardeos intensivos y continuados que se sufrieron en la zona republicana durante la guerra (in)civil fueron ejemplo de un nuevo modelo de enfrentamiento bélico, en el que la retaguardia se convirtió en frente de guerra y la población civil, en blanco por parte de los agresores. Tras la guerra española, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) consagró, por primera vez, la relevancia estratégica de la aviación parar decantar la victoria final. Los aviones de Hitler bombardearon Inglaterra, Francia, Bélgica y la Unión Soviética y los aliados convirtieron en ruinas la ciudad alemana de Dresde. El conflicto culminó con el lanzamiento de la bomba atómica por parte de la aviación norteamericana sobre les ciudades japonesas de Hiroshima —el 6 de agosto de 1945— y Nagasaki, tres días después. A partir de entonces y durante la segunda mitad del siglo XX, los ataques aéreos se incrementaron en los conflictos armados más trascendentes: en 1972, los aviones norteamericanos utilizaron en Vietnam las primeras bombas “inteligentes”, que permiten ser teledirigidas hacia su objetivo. Después de la guerra fría, en las postrimerías de siglo XX, son destacados los ataques aéreos durante la guerra del Golfo (1991), los bombardeos sobre Sarajevo (1992-1996), que motivaron destacadas muestras de solidaridad en toda Cataluña y, especialmente, en Barcelona, y los de la OTAN sobre Serbia (1999). Ya en el siglo XXI debe significarse el papel de la aviación y de los bombardeos durante la guerra de Irak (2003). Las protestas que tuvieron lugar en Barcelona contra estos ataques motivaron las siguientes palabras de George W. Bush , ex presidente de los Estados Unidos: «La política de seguridad de un país no puede verse influenciada por la cantidad de gente que participe en la manifestación de Barcelona». Y más recientemente, el ataque con fósforo blanco —prohibido internacionalmente— contra la población de Palestina por parte de Israel (2008-2009) o los bombardeos contra Libia (2011)

2Josep Maria Solé i Sabaté, Joan Villarroya, España en llamas. La guerra civil desde el aire.

3La comarca del Alt Empordà, capital Figueres, fue una de las comarcas con más víctimas a consecuencia de los bombardeos, en total 338 personas. Los objetivos fueron en principio la estación y las líneas férreas de Portbou y el puente de doble vía de Colera. También recibieron bombardeos Llançà, Port de la Selva, Vilajïuïga y, especialmente, Figueres, ya que la carretera de Figueres a El Pertús era una de las principales vías de comunicación entre Cataluña y Francia, y el Castillo de Sant Ferran, centro neurálgico del ejército republicano en la zona, hacían de la capital del Alt Empordà un importante objetivo militar. En 1939, durante las últimas semanas de la Guerra Civil en Cataluña, los ataques sobre la ciudad se intensificaron con el objetivo de colapsar las vías de comunicación con Francia y evitar que se convirtiera en un núcleo de resistencia. En febrero de 1939, los ataques aéreos se dirigieron hacia los lugares donde se habían refugiado las principales autoridades de la República y de la Generalitat de Catalunya ante el avance franquista: Manuel Azaña (presidente de la República) en La Vajol, Juan Negrín (presidente del Gobierno) en Agullana, y José Antonio Aguirre (presidente del Gobierno Vasco) y Lluís Companys (presidente de la Generalitat de Catalunya) en el Mas Perxés, entre Agullana y La Vajol.

4Y siguen hoy en el candelero, gozando de parabienes, a juzgar por la reciente decisión del Ayuntamiento de Madrid de reponer en el callejero el nombre de “Crucero Baleares”, de triste memoria, ya que la hazaña por la que se le conoce más es que en febrero de 1937 participa junto con los cruceros “Canarias” y “Almirante Cervera” a favor de los sublevados, bombardeando a quienes huían de Málaga por la única salida del cerco de la ciudad —la carretera costera de Málaga a Almería— en el triste episodio que se conocerá como "La Desbandá" o la Masacre de la carretera Málaga-Almería y que se calcula que causó más de 12.800 víctimas civiles, según noticias con fotografías publicadas en el The New York times pese a los esfuerzos de Franco por evitarlo.

 

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