Hace unos días nos despertamos soliviantados preocupados y ¿por qué no decirlo? algo asustados y con el corazón en un puño con la noticia de que Vladimir Putin había dado a las tropas rusas a su mando la orden de invadir militarmente la vecina Ucrania en un conflicto que algunos analistas vaticinan que será “el Vietnam de Rusia” por la resistencia del pueblo ucraniano y que se prevé largo en el tiempo y de difícil solución pues ha de pasar por todo un proceso previo de “lavado de cara” ya que Occidente no puede dejar que gane el agresor, Rusia, y ésta, toda una potencia militar, aunque en horas bajas y venida a menos, no puede perder. Pero, un momento, ¿Ucrania? ¿No es también Rusia? Pues, parece que es DE Rusia, pero no es Rusia. Una ojeada histórica y cultural.
Ucrania tiene una historia que data desde la edad de hierro, aunque la palabra “Ucrania” aparece por vez primera el año 1187 en el Códice Hipatiano1. Aquí nacieron las lenguas indoeuropeas, aquí se empezó la agricultura en Europa y varias tribus que ahora llamamos “eslavas orientales” se asentaron no solo en Ucrania sino en toda Europa oriental. Eventualmente se organizaron en ciudades que tuvieron que proteger, pues la tierra de esta región es la mas fértil del continente, con unos ríos que sirven no solo para regar los campos sino también como vías de transporte; esta tierra siempre ha sido deseada por otros pueblos, que han robado y esclavizado a su gente, intentado exterminar a todo el pueblo, han robado su rica cultura. Pero Ucrania es un pueblo que siempre ha superado las dificultades y sale adelante. Sin embargo la cultura ucraniana se percibe internacionalmente como parte de la cultura rusa. Incluso ahora, después de que Ucrania ha tenido casi veintisiete años de independencia y con cientos de años de historia a cuestas, la historia de Ucrania a menudo se presenta como rusa. Mykola Gogol, Volodymyr el Grande, Kyivan Rus’, Anna de Kyiv; todo esto es ucraniano, pero ha sido hábil y fraudulentamente presentado como ruso.
Monumento a Volodymyr el Grande en Kyiv. |
La historia de Ucrania ha sido reescrita, cambiada e interpretada durante años para adaptarse al gusto y el orden de los rusos, lo que incluso incluye los logros actuales de los ucranianos. ¿Por qué, por ejemplo, la palabra «Ucrania» no se menciona en ningún lugar de los carteles de la Ópera Nacional y el Ballet de Ucrania, se describe como el «Ballet ruso»? Con su agresión militar en el este de Ucrania, Rusia, al parecer, busca destruir todo lo ucraniano, no solo geográficamente sino también moral y mentalmente. La rusificación progresiva, que ha estado en curso durante cientos de años en Ucrania, se ha elevado a un nivel superior: la depreciación de los ucranianos en su conjunto. La imposición de tales «atajos» sobre el pasado común, hace que hoy los ucranianos no tengan rostro. Un artista ucraniano puede estar nominado a un premio por Rusia, borrando el límite entre dos países diferentes con diferentes visiones del futuro. Por ejemplo, en el otoño de 2017, el cantante ucraniano Ivan Dorn fue nominado para los MTV Europe Music Awards como representante de Rusia. Y el artista ucraniano Kazimir Malevich ha sido considerado durante mucho tiempo como parte de la cohorte rusa, sin duda porque es probable que Ucrania no de importancia a tales “errores inocentes”. Es más, la propaganda mezcla cosas que las personas respetan con lo que el gobierno quiere que acepten; por ejemplo, el Príncipe ucraniano Volodymyr el Grande, quien, según la propaganda rusa, era un “príncipe de toda Rusia que sentó las bases para la creación de una nación rusa única y allanó el camino para la construcción de un Estado ruso fuerte y centralizado”. El hecho de que el príncipe de Kyiv no tenga nada que ver con Moscú es irrelevante. La grandeza, patriotismo y leyendas sobre el patrimonio histórico son mucho más importantes para los rusos y la propaganda no se puede superar. Aún así, los ucranianos deben tratar de proteger su historia y cultura para crear una nueva perspectiva y aumentar la visibilidad de Ucrania en los medios de comunicación extranjeros.
Serhii Vasylkivskyi – Elección del Coronel Martin Pushkar como señor y comandante del regimiento de Poltava |
Y esto abarca todos los campos. Por ejemplo, tomemos la famosísima escuela pictórica rusa de temas históricos, definidos los cuadros por el contenido más que por el estilo artístico. Las obras en la pintura histórica suelen representar escenas de la historia secular o popular y excluyen temas religiosos, mitológicos o alegóricos; esta escuela, podremos comprobar que está plagada de artistas ucranianos. Dentro del contexto del arte ucraniano, Antin Losenko, un cosaco de Hlújiv (ciudad en el norte del país) quien pasó la mayor parte de su carrera creativa en Europa Occidental y San Petersburgo fue el primero en introducir este género de pintura, muy en boga en Francia e Inglaterra, a Europa Oriental, y no sólo el género de la pintura histórica, sino también, en ella, el contenido de la historia de las tierras ucranianas. Sin embargo, el género de la pintura histórica se desarrolló por completo en el contexto ucraniano sólo hasta la segunda mitad del siglo XIX. Taras Shevchenko incluyó muchos temas históricos en sus dibujos y obras gráficas. En la Ucrania occidental bajo dominio austro-húngaro, el pintor de género histórico de mayor importancia fue Kornylo Ustyianovych y este género encontró a su maestro más destacado a principios del siglo XX en la persona de Mykola Ivasiuk, cuya obra se volvió especialmente popular. Pero la influencia más significativa en el desarrollo de la pintura histórica en la Ucrania bajo el yugo moscovita fue puesta en ejecución de manera magistral por el legado del ucraniano Ilya Repin. Su pintura realista marcó el estándar para pintores ucranianos emergentes, que llegaron a aspirar el popularizar la historia de los cosacos ucranianos. Como profesor de la Academia de Arte de San Petersburgo, Repin también influenció de forma considerable a sus estudiantes ucranianos, destacando entre otros Opanas Slastion, Mykola Ivasiuk, antes citado, Mykola Pymonenko, Fotii Krasytsky, y Semen Projorov, así como a otros pintores ucranianos dentro de la academia, como Serhii Vasylkivsky.
Ilya Repin. Procesión de Pascua en la región de Kursk. |
Ilya Yefimovich Repin nació en 1844 en Chuhuiv, poblado del distrito de Zmiiv en la provincia de Járkiv; y falleció en 1930 en Kuokkala, Finlandia. Siendo un niño, a los 13 años, entró de aprendiz en el taller de un artista local dedicado a los iconos llamado Iván Bunakov. Igualmente, empezó a estudiar la técnica del retrato. En 1866 se trasladó a San Petersburgo e ingresó en la Academia Imperial de las Artes donde ganó la medalla de oro de un concurso de la Academia y con ella una beca para estudiar en Francia e Italia. Así es como Repin vivió en París, donde recibió la influencia de los impresionistas, lo que influyó decisivamente en su forma de usar la luz y el color., pero su estilo continuó siendo más afín al de los maestros de la vieja escuela, especialmente Rembrandt, y nunca llegó a convertirse en un impresionista. Desde 1882 vivió en San Petersburgo, realizando frecuentes visitas a su tierra natal ucraniana y viajes ocasionales al extranjero. A lo largo de su carrera retrató a la gente común, tanto ucraniana como rusa, aunque en sus últimos años también representó en sus obras a miembros de la élite del Imperio Ruso, la intelligentsia, la aristocracia y al propio zar Nicolás II: el novelista León Tolstói, el científico Dmitri Mendeléyev, el jurista y político Konstantín Pobedonóstsev, el filántropo y mecenas Pável Tretiakov, los compositores Modest Músorgski, Aleksandr Borodín, Aleksandr Glazunov, Mijaíl Glinka y Antón Rubinstein y el poeta y pintor ucraniano Tarás Shevchenko, entre otros. Sus obras se enmarcan dentro del realismo, con esa profundidad psicológica y sin ocultar a veces el descontento social. Salvando las distancias, se podría decir que Ilya Repin fue a la pintura lo que Feodor Dostoievski a la literatura, aunque ni de lejos fue tan reconocido universalmente. Pero, si por algo es más conocido el nombre de Repin, es por su adscripción al movimiento de Los Itinerantes (el nombre completo era Sociedad de Exposiciones de Arte Ambulante); en 1863, un grupo de catorce estudiantes dejaron la Academia Imperial de las Artes de San Petersburgo, renegando del inevitable academicismo de la institución, agravado por el espíritu conservador de muchos de sus maestros y de la separación clasista, con la intención de acercar el arte a la gente de las provincias, con absoluta independencia del apoyo estatal. Durante las dos primeras décadas de su existencia el dirigente de la sociedad fue Iván Kramskói, amigo y consejero del coleccionista Pável Tretiakov, fundador del museo nacional de arte ruso de Moscú, que lleva su nombre; en total la sociedad organizó 48 exposiciones itinerantes en San Petersburgo, Moscú, Kiev, Járkov, Kazán, Oriol, Riga, Odessa y otras ciudades. Observemos que, casualmente, muchas de las exposiciones tuvieron lugar en ciudades ucranianas.
Ilya Repin - Sesión solemne del Consejo de Estado. |
Hoy día, la obra de Repin (recomendable) que no está en colecciones privadas se puede admirar, sobre todo, en el Museo ruso de San Petersburgo y en la Galería Tretiakov, Nacional de arte ruso, en Moscú, pero no acaba aquí la rusificación de Ucrania y el menosprecio o ninguneo hacia ella: su propia capital, Kyiv, se conoce en todo el mundo con la forma rusa de Kiev. Habrá que recordar que, aunque Ucrania sea un día DE Rusia, nunca será Rusia, a pesar de que, en su día, formara parte del conocido como Imperio ruso, desintegrado tras la revolución de octubre de 1917. No obstante, ¡ojo!: para Ucrania, y para cualquier territorio en su situación, caer en el ultranacionalismo es sólo un pequeño pasito. Y entonces se estaría hablando de otra cosa.
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1El códice de Hipacio es un compendio de tres crónicas: la Crónica de Néstor, la Crónica de Kiev y la Crónica de Galitzia y Volinia. Es la fuente más importante de datos históricos de la parte sur de la antigua federación de tribus eslavas orientales desde finales del siglo IX hasta mediados del XIII de Kiev.
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