Hay canciones que “siempre han estado ahí”, que forman parte de lo que podríamos llamar la banda sonora de nuestra vida, aunque, a poco que se rasque para saber algo más sobre ella, aparte de la letra y quién la compuso, una bruma espesa las rodea (¿y protege?); ese es el caso que abordaremos hoy, el de la archiconocida The house of the Risig sun, La casa del Sol naciente en castellano, La casa del sol naixent en catalán,… una canción que prácticamente todo el mundo conoce, que se ha convertido en un clásico, con un rasgueo en la guitarra que se volvió icónico y la voz cruda y poderosa de Eric Burdon convirtieron a la canción en una de las favoritas de todos los tiempos. La verdad es que se me ocurrió buscar antecedentes mientras escuchaba tan rica y sosegadamente a Eric Burdon cantarla, y fui de sorpresa en sorpresa en la búsqueda. Para empezar, en cuanto a sus orígenes, lo único que sabemos, basados en testimonios orales, es que apareció a mediados del siglo XIX y desde entonces se ha venido cantando por distintas generaciones, hay fuentes que sitúan el prototipo de esta pieza en torno al S XVI, en Francia, lo que se debe a uno de los símbolos que representaban al rey Luís XIV, también conocido como 'El Rey Sol” (le soleil levant - the rising sun), y que inmigrantes franceses llevaran el germen de esta canción a América. Otras fuentes apuntan a Inglaterra como el origen de la misma. Y, en este punto, entra en juego el etnomusicólogo Alan Lomax, quien apunta a que ya en Inglaterra había, al menos, dos canciones populares que nombraban como 'Rising Sun' a sendos locales de alterne1. Sea como fuere, The House of The Rising Sun es una canción que se ajusta a las baladas que se cantaban entre los siglos XVI y XIX, narra la vida de alguien que ha tenido poca fortuna en Nueva Orleans (estado de Luisiana), según la versión, puede ser interpretada desde la perspectiva de una mujer o de un hombre y se aleja de las historias épicas. Más bien, se trataba de canciones que reflejaban historias más bien amargas. Así, por ejemplo, la canción que nos ocupa ha tenido distintos protagonistas a lo largo de su evolución: desde marineros, soldados o cowboys, a un joven que se lamentaba por encontrase enfrentando a la muerte por la sífilis.
Lo que sí conocemos son las primeras grabaciones de la canción, tal y como ha llegado hasta nuestros días. En las labores del registro para la Librería del Congreso de los Estados Unidos de la música popular que atesoraba el país, en 1937 se grabaron unas versiones tempranas de la canción, una de las cuales corrió a cargo de Georgia Turner, grabada a capella: "The Rising Sun Blues", que se convirtió en el estándar que otros artistas empelarían para hacer sus propias versiones, aunque, también es cierto, que en 1933 ya se había grabado otra versión de la canción, a cargo de Clarence Ashley (que decía que había aprendido la canción de su abuelo) y Gwen Foster, dos músicos de los Apalaches estadounidenses que se movían entre el folk y el country, con un estilo más de bluegrass (un tema, por cierto, que poco se asemeja al que conocemos, con un ritmo diferente y más parecido a un vals clásico americano). De todos modos, en aquella época, era habitual que las canciones de folk recorrieran el país a medida que se iban construyendo las líneas de ferrocarril, lo que hace muy difícil constatar el punto de partida exacto de la canción, en lugar y tiempo.
Orígenes misteriosos aparte, durante la década de los años 40 del siglo XX aparecieron muchas versiones, ya entrada la década de los 50, artistas como Glenn Yarbrough, The Weavers, Pete Seeger, Andy Griffith y Miriam Makeba hicieron sus propias versiones, imprimiendo cada uno su muy particular estilo musical, aunque (casi) todos sin dejar de lado la desesperanza que se escucha en el tema. La década de los años 60 marcó un revival para el tema y para el folk en general, ya que dos grandes iconos de la música, precursoras del rock femenino, lanzaron sus respectivos covers; el tema interpretado por Joan Baez apareció en su álbum homónimo en 1960 y dos años más tarde, la gran Nina Simone lanzó su versión en el álbum en vivo titulado Nina at the Village Gate. Por aquellos años, House of the Rising Sun también apareció en el álbum debut de ni más ni menos que Bob Dylan, que se había inspirado en la versión de Dave Van Ronk, un importante músico estadounidense de folk durante la década de los años 60. En esta parte de la historia, entran en juego The Animals, quienes grabaron su propia versión en 1964, haciendo de que la canción fuera conocida en el mundo entero. A su vez, Eric Burdon, cantante del grupo, ha compartido en alguna ocasión que escuchó esta canción, por primera vez, en un pub de Newcastle (su ciudad, en el Reino Unido). The Animals se encontraban de gira junto al pionero estadounidense del rock Chuck Berry y querían cantar algo que les hiciera, les brindara un toque distinto a lo que se venía cantando. De ahí que fueran arreglando la canción a medida que la tocaban en directo, le imprimieron un poco de más rock al tema y,como dato curioso, la banda escogió este tema para cerrar una serie de shows que estaban haciendo, a través de la voz dramática y conmovedora del cantante, los solos de órgano de Alan Price y el famoso arpegio en La menor (un estilo de punteo) del guitarrista Hilton Valentine. Sobra decir que esta canción fue un éxito masivo que colocó a la banda liderada por Eric Burdon en todas las listas de éxitos. The Animals la grabaron el 18 de mayo de 1964, en una única toma. Estamos ante el primer éxito de folk-rock de la historia. Pues este The house of the rising sun no es sino la versión que hicieron del blues Rising Sun que se cantaba desde principios de siglo (y mucho antes) en Nueva Orleans. Como resultado de ello, el grupo entró en las listas del Reino Unido poco después: el 1 de julio de 1964 en el que supuso su único número 1, permaneciendo una semana en esa posición, y un total de 12 presentes con la canción. Fue la primera canción de un grupo británico que alcanzó un éxito rotundo en las listas americanas que no fuera escrita por Lennon o McCartney.
Fue a partir de aquí que todo se descontroló debido al éxito masivo que tuvieron los británicos y decenas de versiones comenzaron a surgir en todas partes del mundo y en diferentes idiomas y géneros. Por ejemplo la banda de rock psicodélico (aquí desconocida) Frijid Pink grabó su propia versión en 1969, que por cierto también fue un éxito comercial. Los años pasaron y más versiones fueron llegando incluidas las nuestras, versiones en nuestro idioma, de las que una de las más antiguas corre gracias a los colombianos Los Speakers, pero también el mexicano Javier Batiz, Palito Ortega, Lone Star, los Cinco Latinos, etc. Después del boom, algunas (sólo algunas) de las versiones que existen son las de Johnny Hallyday, Santa Esmeralda, Jimi Hendrix, Bon Jovi, Jodi Miller, Glenn Yarbrough, Odetta, Scorpions, Gary Glitter, Bachman-Turner Overdrive, Tracy Chapman, Muse, Secret Tunes, The White Stripes, Declan Galbraith, Toto, Leslie West, Geordie, Sinead O’Connor, White Buffalo y muchos, muchos más.
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1Primero que nada, ¿Dónde está la casa del sol naciente? Como la letra lo indica en su primer párrafo, es una casa en New Orleans, ciudad ubicada en el sureste del estado de Luisiana sobre el delta del río Mississipi, cuna de grandes músicos de blues, folk y jazz, que fue uno de los Estados Confederados de América, los sureños racistas donde encontramos las plantaciones de algodón y cuna del southern rock. En cuanto al lugar exacto de este establecimiento no se tiene certeza de su ubicación o siquiera si el lugar es real o ficticio. Eso sí, en la ciudad hay algunos lugares que pudieron haber servido como inspiración para el tema como cafés, hoteles, burdeles, clubes, etcétera, pero desafortunadamente sigue siendo un misterio. Varios lugares en Nueva Orleans han sido propuestos como inspiradores de la canción, pero solo dos parecen contar con bases históricas relacionadas con el nombre "Rising Sun"; ambas figuran en antiguos directorios de la ciudad: el primero es un pequeño hotel ubicado en la Conti Street en el French Quarter en la década de 1820 y el segundo es un lugar alquilado para bailes y eventos llamado "Rising Sun Hall" a finales del siglo XIX, ubicado frente al río en el vecindario de Carrollton. Ninguno de los dos existe ya. A veces se utiliza, en la actualidad, la expresión "House Of The Rising Sun" como un eufemismo de prostíbulo, otros la vinculan a una casa de juego.
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