Pues seguimos con Schubert, pero no en canción (o sí). En sus escasos 31 años de vida, Franz Schubert (1797-1828) compuso alrededor de 1.500 piezas. Un buen número de ellas son lieder (plural en alemán de lied, canción característica del Romanticismo musical y literario alemán, escrita para voz y piano, y cuya letra es un poema lírico), cerca de 800, para una voz o para varias voces, acompañadas de piano u otros instrumentos. La diferencia con nuestras "canciones", descontada la altura artística y musical, estriba en que los versos proceden de grandes poetas (Göethe, Heine, Schiller) o de los amigos de Franz. De duración inferior a cuatro o cinco minutos, podían cantarse uno tras otro en reuniones sociales alrededor de buen vino, música y literatura, en casa de Schubert o de sus amigos, veladas que posteriormente recibieron el nombre de "schubertiadas". Uno de ellos decide contactar con Goethe, a quien Schubert admiraba profundamente, para hacerle saber de este muchacho que apoyado en sus versos compone música maravillosa y envía al poeta una serie de lieder inspirados en sus textos, solicitando su aprobación para que le sean dedicados. "El que suscribe se permite robar con estas líneas algunos instantes de su tiempo tan precioso... las poesías... han sido puestas en música por un compositor de 19 años... (y desea que) le sea permitido consagrar humildemente esta colección a Vuestra Excelencia... el joven artista se sentiría dichoso de merecer la aprobación... le ruego tenga la extrema cortesía de favorecerme con su respuesta". Goethe no contestó. Diez años después será el propio compositor quien envíe a Goethe sus poemas trasladados al pentagrama. El vate se hará el sordo nuevamente. A Franz solo le quedan tres años de vida. La famosísima Ständchen (Serenata) D. 957 de Schubert es uno de los 14 lieder que conforman el ciclo Schwanengesang (El canto del cisne) publicados póstumamente (de ahí el título del ciclo), lleva el número cuatro y está compuesto sobre versos del poeta alemán Ludwig Rellstab, el mismo que habría dotado de nombre propio a la sonata "Claro de Luna", de Beethoven. Así, pues, aunque muy difundida en diversas versiones orquestales, la Serenata en su orígen fue otro lied que el compositor creó sobre la letra de un poema. Schubert fue uno de los principales músicos austríacos que vivió a comienzos del siglo XIX; el único nacido en Viena, la que fuera la capital musical europea a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Vivió, como se ha apuntado, sólo treinta y un años, tiempo durante el cual consiguió componer una obra musical excelente, de gran belleza e inspiración. Su talento creció a la sombra de Beethoven, a quien admiraba, pero la vida humilde que a veces tuvo que pasar en ciertos períodos de su vida, no le permitió, por ejemplo, tener su propio piano, por lo que usaba el de sus amigos y se le veía entreteniendo diversas reuniones sociales que le permitía dar a conocer y vender su música. Escribía veloces pequeñas piezas musicales que no alcanzaba ni a a revisar y ya se publicaban. Schubert murió un año después que su ídolo, que Beethoven, no alcanzó la fama en vida y muchos de sus amigos, con los años, recordaron, cada uno a su modo, los años pasados junto a él dando lugar a una serie de leyendas, como la de que en esta obra que hoy recordamos refleja muchos de los sentimientos que guardaba en su corazón.
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