miércoles, 12 de junio de 2013

¿Ha perdido el norte la banca?

Hace pocos días leíamos en la prensa (Expansión, 8 de junio) la siguiente noticia: 

LA BANCA GANA 1.500 MILLONES MÁS EN COMISIONES QUE ANTES DE LA CRISIS
Pese a la caída del negocio logran mantener sus ingresos por comisiones cobrando a los clientes menos rentables casi un 50% más que antes de la crisis, según algunos estudios. 
 
La noticia es, desde luego, de aquellas que, una vez se reflexiona sobre ella, levanta ampollas y hace pensar que, definitivamente, la banca ha perdido su rumbo y desconoce cuál es la esencia de su actividad.
 
Veamos: tal como se estudia en los manuales de grado inicial de Economía, la actividad de la banca, en tanto intermediario financiero que es, es la de captar fondos de los ahorradores para prestarlos, con la debida prudencia a los necesitados de fondos. Además, pone a la disposición de sus clientes una serie de servicios por los cuales se ha de pagar.
 
Si este esquema no ha cambiado, el beneficio de la banca está en el diferencial entre lo que paga por los depósitos y lo que cobra por los créditos más los ingresos que obtenga por la prestación de servicios. Lo que es difícilmente aceptable es que, después de recibir algunas entidades cuantiosas ayudas públicas (de todos, incluidos sus clientes descontentos) para reequilibrar unas maltrechas cuentas fruto, en muchas ocasiones, de mala gestión, por un lado se empecinen en mantener cerrado el grifo del crédito (con las consecuencias que esto tiene para la recuperación económica) a la vez que pretenden mantener un nivel de beneficios en base a otras fuentes no demasiado éticas. 
 
Disney ya lo anticipaba...
 
Porque, según la noticia, han aumentado las comisiones a los clientes "menos rentables", es decir, a la mayoría de ellos, que no son "tiburones financieros" sino simples ahorradores, entre ellas, suponemos, las perversa "comisión por mantenimiento". O sea que cobran simplemente por mantener abierta una cuenta, con un saldo modesto (o no tan modesto), por el que además no dan ni un céntimo de intereses. Claro que, si prefieren que los clientes sean conscientes globalmente de que cambiando la cuenta de entidad puede que no se les cargue esa odiada comisión de mantenimiento.... 
 
¿Han perdido o no el oremus? Es evidente que,si una entidad vuelve a sus orígenes, retribuye los fondos que se le confían, cobra razonablemente los créditos que prudencialmente conceda y cobra, también razonablemente, sólo por los servicios prestados, la senda de los beneficios la tiene despejada. 

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