Acontecimientos recientes han puesto a este pequeño país de candente actualidad y han mostrado, de paso, la determinación de su gobierno al reaccionar de forma inmediata para atajar cualquier atisbo de connivencia o permisividad con el delito del que se acusa a una entidad financiera del Principado. Como inciso necesario en el contenido que se desarrolla en el presente boletín, se publicó con fecha 13-03 la entrada al blog "Aprendiendo de los pequeños", más enfocada a la reflexión sobre las reacciones que han provocado la noticia que la noticia en sí, suficientemente tratada por los medios (aunque con importantes sesgos tendenciosos en alguno de ellos, todo hay que decirlo) y aún en pleno proceso,, tanto de actuaciones como de información..
Como quiera que los sucesos ocurridos no afectan, en principio, a la política económica ni fiscal del país (sí, casi con toda seguridad, a su mapa bancario, pero eso ya es otro ámbito), ni a sus acuerdos de intercambio de información con terceros, podemos seguir exponiendo de la forma prevista algunas particularidades de Andorra como "paraíso cercano"
¿Cómo estamos con Andorra?
Como quiera que los sucesos ocurridos no afectan, en principio, a la política económica ni fiscal del país (sí, casi con toda seguridad, a su mapa bancario, pero eso ya es otro ámbito), ni a sus acuerdos de intercambio de información con terceros, podemos seguir exponiendo de la forma prevista algunas particularidades de Andorra como "paraíso cercano"
¿Cómo estamos con Andorra?
Estamos
habituados a escuchar el nombre de este país asociado a la divulgación de la
noticia de que el personaje público Fulanito o Menganita ha decidido
nacionalizarse andorrano para aliviar la carga impositiva que soporta sobre los
pingües beneficios de su actividad deportiva, artística o similar, o bien
cuando se publica en los medios que Zutanito tiene parte de su fortuna personal
en una entidad andorrana. Sin embargo, aunque el decirlo cause extrañeza,
Andorra NO ES un paraíso fiscal.
Empecemos por el principio: Andorra es
un pequeño principado situado en los Pirineos, entre Francia y España, con una extensión
de menos de 500 km. cuadrados, y algo más de 80.000 habitantes, entre los que
hay un 35 % de españoles y menos de un 10 % de franceses. Políticamente, el
país tiene la Jefatura del Estado compartida por dos co-príncipes: el
Presidente de la República Francesa y el Obispo de la Seu d’Urgell, en España.
El pilar fundamental
de la economía andorrana es el turismo, recibiendo una media de 11 millones de
visitantes al año. Otras actividades menores como la agricultura, en especial
el cultivo de tabaco, la ganadería y algunas pequeñas industrias de
transformación (cigarrillos y muebles), completan su balanza de pagos. La
situación económica ha sido tradicionalmente excelente, ostentando además el
nivel de desempleo más bajo del mundo (técnicamente igual a cero).
Andorra fue
durante muchos años un refugio seguro para los capitales de las clases más
acaudaladas sólo habitantes de zonas cercanas (ya que no dispone de aeropuerto ni
autopistas para llegar a ella), en gran medida por su estabilidad y su alto
nivel de secreto bancario enfocado a proteger a sus residentes, es decir, Andorra era algo así como un paraíso fiscal local para aquellos españoles (en particular, catalanes y, en menor medida, aragoneses o madrileños) o franceses que buscaran un refugio financiero libre de incertidumres políticas. Los recientes cambios legislativos han erosionado
sin embargo seriamente su confidencialidad, especialmente para los residentes
en la Unión Europea. Si a esto se suma la rigidez de la legislación andorrana
en relación a la constitución de sociedades, la poca flexibilidad
administrativa y los altos costes de formación, se puede decir que Andorra no
es hoy por hoy una jurisdicción que ofrezca especiales atractivos, excepto para
quien esté dispuesto a trasladar su residencia allí, a no ser que se consideren paraísos fiscales por sistema todos los países en los que sea menor la carga impositiva o el marginal del impuesto sobre la renta, en cuyo caso, ya dentro de la UE, hay unos cuantos. .
En Andorra no existen
leyes especiales ni un régimen offshore diferenciado para las sociedades o la
banca por lo que no es un paraíso fiscal al uso. No existen sociedades offshore
o International Business Companies (IBC’s) en Andorra, pero la inexistencia de
impuestos directos permite a las empresas registradas en el Principado
disfrutar de condiciones muy similares a las existentes en otros paraísos
fiscales. No obstante, la constitución de empresas es lenta y burocrática, es
necesario desembolsar el capital social totalmente y hasta hace poco existían
numerosas trabas a la inversión extranjera, lo que era sólo parcialmente
eludible mediante la implicación de un residente actuando como “prestanombre”,
que es como se llama localmente al accionista fiduciario pero esto complica y
encarece los trámites además de no solucionar por completo el problema de la
inseguridad jurídica, en un país que, además, no reconoce la figura del trust.
Realmente, las sociedades
establecidas en el Principado normalmente no son un vehículo adecuado para el
comercio con la UE, debido a las restricciones que se les aplican y sólo han
sido usadas tradicionalmente en operaciones triangulares, en donde se
establecía la sociedad operativa en un país que daba un trato favorable a los
dividendos (como Malta, Chipre o algunos países del Este de Europa), pudiendo
recibirse estas remesas libres de impuestos en el Principado, donde quedaban a
buen recaudo y protegidos por el secreto bancario. Porque, ciertamente, se
podría decir que Andorra más que un paraíso fiscal es un paraíso bancario. El
sector consta de tan sólo 5 entidades y gestiona recursos por alrededor de
25.000 millones de euros al año, lo que de una idea de su importancia. La mayor
parte del capital está en manos de ciudadanos y grupos financieros locales,
aunque existen también participaciones minoritarias de intereses franceses y
sobre todo españoles.
Los bancos del
Principado aplican políticas muy conservadoras, lo que hace que tengan ratios
de solvencia muy elevados, que duplican a los de los bancos europeos. Hasta
hace poco, también destacaban por su alto nivel de secreto bancario que ha
quedado sin embargo seriamente recortado con la aprobación de la “Ley de intercambio de información fiscal”,
de septiembre del 2009, que abre la posibilidad de revelar secretos bancarios
en el caso de evasión fiscal, siempre y cuando el país que curse la solicitud
tenga firmado con el Principado un convenio sobre doble imposición. Si bien no
se trata de un intercambio de información automático, sí permite facilitar
información a demanda y para casos concretos.
En resumen, Andorra
es hoy especialmente desaconsejable para ciudadanos de la UE, países miembros
de la OCDE o aquellos con convenios sobre doble imposición, si bien Andorra no
tiene convenios de doble imposición, aunque algunos están en negociación, por ejemplo con España.
¿La hora de hablar de Andorra? |
En su relación
con España, Andorra nunca ha sido motivo de especial preocupación fiscal salvo
por la incidencia del contrabando (con un alto componente de su destino
doméstico e individual) de tabaco (de excelente calidad el andorrano, a decir
de los expertos), licores y pequeña electrónica de consumo; no así en lo
referido al posible uso del principado para blanquear capitales ilícitos ya que
las autoridades andorranas han ejercido siempre una vigilancia extrema en este
asunto hasta el punto de que basta acudir a las hemerotecas para comprobar que
en casos en que ciudadanos españoles han pretendido usar Andorra para estos
fines han sido las propias autoridades andorranas quienes han advertido del
hecho a las españolas. Curiosamente ha saltado estos días la noticia de que las autoridades andorranas han intervenido uno de sus 5 bancos en el mismo momento que se ha conocido la acusación genérica de EEUU de que había facilitado el blanqueo de capitales por parte de mafias rusas, chinas y otras. Sin prejuzgar la necesaria investigación que depure responsabilidades, contando los 60 días que tiene el banco para poder demostrar, en su caso, que la acusación no sea veraz, llama la atención que determinados medios españoles hayan presentado la noticia sólo en relación con algunos depositantes públicos catalanes actualmente en trámite de investigación y no en relación de las mafias a que se refiere la acusación de EEUU, activas en España (sus bancos no han sido intervenidos) y desde donde salían parte de los fondos depositados en Andorra. En cualquier caso, de confirmarse, afecta (y es grave, no lo olvidemos) a una entidad, no a todo el país. ¿O acaso la sanción a un banco español en tema de blanqueo de capitales (que las ha habido) salpica a toda España? En temas tan serios no es bueno mezclar la política, y mucho menos la partidista y la aparición de un caso grave, como el citado, que afecta a una entidad, no varía el análisis que estamos efectuando del territorio.y de su consideración por España.
Otra cosa muy diferente han
sido los capitales depositados en Andorra, no con la intención de evadir el
fisco en su mayoría, sino simplemente con la de depositarlos en algún sitio más
seguro que la España convulsa de los años de lucha por el Alzamiento, su
triunfo y la autarquía posterior; posiblemente no criminalizando esta actitud con
sesgos demagógicos y políticos de orden
puramente interno en los diferentes gobiernos de la democracia se hubiera
conseguido regularizar mucho antes situaciones aún hoy no resueltas.
Tarde, muy
tarde, pero España empieza a moverse con Andorra. De todas formas, según el Proyecto
de Ley de modificación del IRPF, publicado en el Boletín Oficial del Congreso
de los Diputados del 6 de agosto de 2014, España dejó de considerar a Andorra paraíso
fiscal por “haber llegado a un acuerdo sobre intercambio de información
fiscal”.
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