jueves, 18 de septiembre de 2014

La gestión de la realidad y el efecto Rashomon

Akira Kurosawa (1910 - 1998) fue uno de los más célebres directores de cine japoneses, con una técnica cinematográfica propia, que desarrolló en la década de 1950, y que le dieron a sus películas un aspecto único, inimitable aún hoy. Aunque algunos críticos japoneses acusaron a Kurosawa de ser "demasiado occidental", ya que parece innegable, por ejemplo, la referencia a Shakespeare en alguna de sus películas; sin embargo, vista su obra, debe reconocerse que también estaba profundamente influido por la cultura de su país, sobre todo por el teatro Kabuki. Es más, en influencia inversa, algunas de sus películas han servido de base para otras muy conocidas entre nosotros, como Los siete magníficos, de Sturges, adaptación evidente de Los siete samurais, Por un puñado de dólares, de Leone, inspirada en Yojimbo, etc. 
En su filmografía destacan, aparte de los citados, títulos tales como Ran, Dersu Uzala, Kagemusha... y la que se considera la primera película judicial de la historia del cine, Rashomon, que dio nombre científico a un tipo de narrativa fragmentada e inconsistente. 

Rashomon cuenta la muerte de un samurái y la violación de su esposa en el Japón del siglo XII y mezcla en la trama mediante flashback los diferentes relatos de los implicados. Cada uno de esos relatos se presenta como una «historia dentro de la historia», lo que acentúa su aparente realismo, con la particularidad de que, sin presentar como verdadera ninguna historia, se muestra que todas ellas, desde un ángulo particular, son verdaderas, en una verdad que se explica en función del contexto, antecedentes y condicionantes de cada sujeto que la expone. En síntesis, este efecto, conocido como efecto Rashomon, está producido por la subjetividad y la percepción personal a la hora de contar la misma historia o situación, lo que hace que los individuos que la cuentan lo hacen de forma diferente, y al final cualquiera de las versiones es plausible, sin tener que ser por ello falsa ninguna de estas versiones; simplemente están influidas por la propia variabilidad y percepción individual.

En la práctica de gestión, en las ciencias sociales se ha utilizado el efecto Rashomon para referirse a situaciones en las que la importancia de un acontecimiento, un objetivo o un valor definido en términos abstractos no es objeto de disputa, pero hay distintas visiones o valoraciones respecto al porqué, el cómo, el quién y el para qué de ello.


Después hay la utilización interesada y perversa del efecto, no tanto en relaciones personales (que también) ni empresariales, sino en el mundo de la política, por políticos que definen su grado de valía en el uso indiscriminado del efecto. Así cuando se proclama (es un ejemplo) que con la recuperación de las cifras macroeconómicas del país ya está asegurada la recuperación social, es aplicar de forma torticera, y a sabiendas, el efecto porque, realmente, la recuperación macroeconómica es una "historia dentro de la historia" de la recuperación real, con lo cual nadie puede decir a quien lo proclama que miente, pero todo el conjunto precisa de muchos otros factores además de ése.

Invito a l@s lector@s a buscar el efecto Rashomon en todo lo que nos rodea. Se asombrarán de hasta dónde puede llegar.

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