Cuando aún resuenan los ecos de La Marató (más de 8 millones de euros recaudados hasta ahora), dedicada este año, precisamente, a recaudar fondos para la investigación sobre las enfermedades del corazón, hoy, 19 de diciembre de 2022, hace 22 años que nos dejó por ellas el cantante de Granada Carlos Cano, uno de los representantes más destacados de la canción andaluza, creador de un nuevo tipo de copla popular, comprometida con la problemática social de Andalucía, con una popularidad creciente durante los años de la llamada transición por sus canciones de contenido sociopolítico. Con Cuaderno de coplas entra en la copla popular andaluza, tendencia confirmada con Quédate con la copla, donde recuperó varios títulos populares como Ay, Maricruz o Falsa monéa, mezclándolos con obras propias como María la portuguesa. Pocos artistas como él han sabido comprender la dignidad y la poesía que se esconde tras la canción popular andaluza. En una época en la que la copla era presentada como un subproducto cultural, el cantautor granadino reivindicó con el valor de los pioneros un género que, en gran medida gracias a él, es hoy parte irrenunciable del patrimonio inmaterial de nuestra tierra. Continuador y regenerador de una tradición, Cano fue un músico inquieto y mestizo, siempre atento a la modernidad, que trató de tender puentes hacia otras culturas. Pero además, sobre sus méritos musicales, fue un hombre en el buen sentido de la palabra, parafraseando a Antonio Machado, bueno, comprometido con su tiempo, cuya ausencia ha dejado un hueco irremplazable en la música andaluza. En 1996 sufrió un peligroso accidente vascular, un aneurisma de aorta, que a punto estuvo de acabar con su vida y del que fue tratado en la clínica Monte Sión de Nueva York, pero sólo cuatro años después, sufrió un paro cardíaco del que no ya no se repuso, provocado por una nueva rotura de aorta ascendente, cuando se cumplían veintiún días desde su intervención quirúrgica en el Hospital Universitario San Cecilio de Granada. Para recordarlo, acudiremos a una poco conocida versión del dramón Antonio Vargas Heredia, una de las coplas más versionadas del cancionero popular, una zambra que parece inspirada en el poema de Federico García Lorca “Antonio el Camborio”, y que ha sido versionada por intérpretes tan dispares como Sara Montiel, Rocío Jurado, Carlos Cano, Joan Manuel Serrat o Plácido Domingo, entre otros; compuesta en 1938, durante la guerra (in)civil, por Joaquin de la Oliva y Juan Mostazo para la película Carmen la de Triana e interpretada por Imperio Argentina, que también protagonizó la película, película franquista que fue dirigida por Florián Rey con guion inspirado en la obra de Merimée y rodada en Berlín, en español y alemán. Allí, la coproducción, que contó con otro equipo técnico, se estrenó bajo el título de "Andalusische Nächte". La película cuenta que ella, Carmen, se colaba de vez en cuando en el Cuartel de los Dragones para llevarle tabaco a su amado Antonio, que estaba en prisión. Durante el tiempo que duró la condena, la protagonista se enamoró de un brigadier del bando de los carceleros. Cuando Antonio salió de la cárcel, la tragedia de celos estaba servida. Finalmente, el torero Vargas Heredia muere en el ruedo tras recoger del albero un clavel lanzado por la traicionera Carmen. La letra de la copla también tiene que ver, como la película. con la pasión, los puñales, los celos y la venganza:
No sabia que era de Carlos canó està cancion ! 👏👏👏
ResponderEliminarY no lo es. Se compuso, incluso, antes de que él naciera, pero él contribuyó a su popularización.
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