Hoy se cumple el plazo para que las cajas de ahorro definan su estatus de capital y, derivado del mismo, la entrada o no del Estado en el accionariado de las nuevas formas jurídicas.
Sólo como reflexión, no parece que con esta medida se pueda dar por finalizada la recurrente reestructuración del sistema financiero, en un proceso que se antoja eterno. Echando la vista atrás, no muy atrás, el tema de la reconversión de entidades es un Guadiana que aparece y se oculta en función de cómo soplan los vientos: Ley de cajas, estructuración de bancos comerciales/industriales, apertura a la banca extranjera, entrada en la Comunidad Europea, moneda única..... crisis actual.
Quizá sea fácil decirlo ahora, pero dejando pasar cada uno de esos hitos se han ido perdiendo oportunidades de dotar al sistema financiero de una fortaleza y solvencia de la que, con la irrupción de la crisis, se vio que adolecía. Es una pena, además, constatar que en muchas ocasiones se ha impuesto el corto plazo con tintes político/partidistas en detrimento de soluciones beneficiosas a largo plazo para todos, y muy particularmente, en las cajas de ahorro.
Un inciso: seguimos sin aprender cuando se publica hoy mismo, que una formación política que ha negado sistemáticamente el pan y la sal para ayudar a solucionar la crisis reclama ahora (a futuro) la colaboración desinteresada de todos con, exactamente, el mismo objetivo.
Aún así queda camino por recorrer y uno teme que el cierre de temas sea en falso. Hablemos sólo de cajas. Con independencia de que la reestructuración estaba más que justificada si tenemos en cuenta que, en dos años, hemos pasado de 47 entidades a menos de veinte actuales, el abanico de soluciones para permanecer en el mercado no augura un futuro estable: no puede contemplarse del mismo modo aportar capital con recursos propios hasta llegar al regulatorio mínimo, que acudir a bolsa para conseguir el capital faltante, que tenga que solicitarse al FROB, o, directamente, que deba intervenir el Banco de España en la gestión.
Y no olvidemos la "tercera pata del taburete", que son las cajas rurales y cooperativas de crédito, que están llevando a cabo una lucha larvada entre ellas en su particular escenario de mercado, con sus características propias en cuanto a ámbito, operativa, dedicación al territorio,...
Nos tememos que la reordenación del sistema financiero aún dará que hablar. Pero, eso sí, hoy finaliza una etapa.... cuyo resultado condicionará con toda seguridad la siguiente
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